Catalina Oquendo

La tragedia de los abortos involuntarios por el glifosato llega a la Comisión de la Verdad de Colombia

Yaneth Valderrama tenía cuatro meses de embarazo cuando tres avionetas y cuatro helicópteros de la Policía de Colombia fumigaron con glifosato en su vereda, Solitá en Caquetá, sur del país. El 28 de septiembre de 1998, cuando la mujer lavaba ropa en un riachuelo ubicado a 200 metros de su casa, resultó bañada con el herbicida y tuvo que ser trasladada al hospital de Florencia con manchas en la piel, dificultad para respirar y un intenso dolor en el cuerpo. Tras la aspersión aérea, sufrió un aborto incompleto y tuvieron que practicarle un legrado. La familia no solo perdió a su bebé, sino que meses después murió ella por una falla orgánica multisistémica y dificultades respiratorias.

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