Inés Corraliza

lanzarote

No debería hacerse negocio con una comida que no alimenta, o que destruye el territorio, o que nos hace perder el inmenso legado de biodiversidad y conocimiento adquirido a lo largo de la historia por nuestros antepasados. Disertamos sobre comidas para combatir el hambre, pero no de alimento para nutrirnos. Pensamos el mundo en términos cuantitativos, cuando la vida interior sólo sabe de calidad altamente específica; de cooperatividad positiva en las reacciones celulares, en vez de competencia.

Soberanía salvaje