Silvia Ribeiro

Transgénicos

"Después de siete años del artículo de Ignacio Chapela y David Quist en la revista Nature, mostrando que existía contaminación transgénica en el maíz campesino de Oaxaca, un nuevo artículo científico comprueba que no sólo existía contaminación en ese momento sino que años después, aún seguía existiendo y representa un riesgo actual y futuro contra el maíz de México".

México: corrupción transgénica al descubierto

Corporaciones

Inmersos en una enorme crisis del capitalismo, madre de muchas crisis convergentes, se rescata con dinero público a las más grandes empresas privadas del planeta, mientras siguen aumentando los pobres y hambrientos y el caos climático. Según el economista mexicano Andrés Barreda, estamos en una crisis de brutal sobreacumulación capitalista: gigantesco vómito de quienes creyeron que se podían tragar al mundo, pero no pudieron digerirlo.

Los que se quieren comer el mundo: corporaciones 2008

Transgénicos

Después de siete años del artículo de Ignacio Chapela y David Quist en la revista Nature, mostrando que existía contaminación transgénica en el maíz campesino de Oaxaca, un nuevo artículo científico comprueba que no sólo existía contaminación en ese momento –pese a que los mencionados autores fueron objeto de una de las más vergonzosas cazas de brujas de la historia del establishment científico– sino que años después, aún seguía existiendo y representa un riesgo actual y futuro contra el maíz, uno de los más importantes patrimonios genéticos y alimentarios de México

Corrupción transgénica al descubierto

Frente a las crisis financieras, geopolíticas y climáticas del petróleo, las empresas y el gobierno de Estados Unidos están dedicando fuertes inversiones a desarrollar fuentes de energía y materiales que no dependan de éste. Una de las líneas principales es el desarrollo de la llamada “economía del azúcar” o “economía de carbohidratos”, una nueva escalada tecnológica que aumentará la disputa por tierras, plantaciones y cultivos agrícolas, con efectos devastadores para la biodiversidad, los campesinos e indígenas.

La economía post-petrolera del azúcar: ni dulce ni limpia

"Mas allá del discurso coyuntural de los que intentan salvar sus privilegios de la hecatombe, es verdad que la tecnología es uno de los pilares que han permitido al capitalismo renacer de sus propias cenizas, dando ventajas comparativas a quienes controlan las innovaciones tecnológicas. A diferencia de la especulación financiera, son ventajas reales porque potencian procesos productivos. Pero esto no tiene nada que ver con cambios deseables ni justicia social -las innovaciones tecnológicas en cualquier sociedad desigual son herramientas que preservan y ahondan las brechas que ya existían."

Balas de plata tóxicas

Maputo, Mozambique. De todos los rincones del planeta llegaron las gentes de la tierra a esta ciudad africana, para la quinta Conferencia Internacional de La Vía Campesina. Son más de 600, entre delegadas y delegados de más de 130 organizaciones en los cinco continentes, y un centenar de personas de apoyo, necesarios para la delicada y al mismo tiempo sólida arquitectura de esta red campesina global.

Las flores que rompen los muros

La contaminación transgénica del maíz en Chihuahua es un hecho gravísimo, y apenas un botón de muestra de lo que están dispuestas las multinacionales para apoderarse de la agricultura, la alimentación y la soberanía de México. (...) Según testimonios de productores de la región recogidos por el FDCCh, las importadoras y vendedoras de semillas en la región, re-empaquetaron un mínimo de 3 mil sacos de maíz, mezclando granos transgénicos. Las organizaciones estiman que podrían estar contaminadas hasta 25 mil hectáreas.

Chernobyl genético

Los transgénicos son un verdadero asalto de las corporaciones globales de agronegocios a la soberanía alimentaria de todos los países. Un puñado de trasnacionales controla el mercado mundial de semillas transgénicas y sus patentes, tornando ilegales los derechos ancestrales de los campesinos y campesinas a guardar y replantar semillas. A esto se suma la presión creciente para adoptar tecnologías “Terminator” para hacer semillas suicidas; el uso de cultivos alimentarios para producir sustancias no comestibles —farmacéuticas, industriales, agrocombustibles— contaminando y disputando la tierra a la producción de alimentos; la amenaza de peces y ganado transgénicos. Los experimentos con árboles manipulados genéticamente prometen un infierno renovado, ya que además de invadir grandes extensiones con monocultivos y aumentar la devastación de áreas ricas en biodiversidad, provocarían contaminación durante décadas y a grandes distancias.

Transgénicos: asalto a la soberanía alimentaria