Propuestas para una producción porcina sustentable: no a las megagranjas para China

Idioma Español
País Argentina
#BastadeFalsasSoluciones

Somos más de 30 mil pequeños y medianos productores familiares que no aparecemos en las estadísticas comerciales porque suelen medir sólo mercancías y capital y no ciudadanos y alimentos. No somos de Subsistencia, sino de Resistencia a las sucesivas políticas orientadas a profundizar la concentración económica y expulsión de los de menor escala, que se vienen aplicando casi sin interrupción en los últimos 44 años.

La factibilidad de criar cerdos en condiciones de bienestar animal y con respeto del ambiente, es una ventaja que solo tenemos los criaderos de pequeña y mediana escala y eso nos permitiría obtener el tipo de producto diferenciado de la carne de megagranjas porcinas que los consumidores del mundo están desconfiando cada día más y que en un plazo no muy lejano se dejará de consumir, a pesar de su precio “barato”.

Para poner en marcha toda esta potencialidad se necesita crear un Programa Nacional de Promoción de la Producción Porcina (PNPPP) y en simultáneo estructurar un Ente Argentino para la Comercialización de la Carne Porcina (EACCP) que genere las condiciones logísticas, financieras y técnicas para impulsar la producción y exportación, hacer acuerdos comerciales con otros países y hacerse cargo de la comercialización exterior del producto.

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FECOFE – MNCI-ST – UTT – FNC

Propuesta de articulación de la producción porcina sustentable como alternativa a las megagranjas de
capitales extranjeros, para abastecer la demanda china

Algunos considerandos previos:

La inmensa demanda insatisfecha de carne porcina que tiene china (20 millones de TT/año), a partir de su problema con la Peste Porcina Africana, no podrá ser atendida por ningún país o territorio del mundo, al menos en el corto plazo. Sobre todo, porque las opciones de incremento de producción son mediante sistemas confinados de gran escala y estos están fuertemente cuestionados por su impacto ambiental negativo y el destrato animal.

Quien más rápido logrará cubrir esa demanda, será al fin la propia producción China, cuando se recupere del daño causado por la enfermedad, si finalmente logra superarla. Y si fuera así, en un plazo de 3 a 5 años, comenzará a disminuir su importación, hasta concluirla o hacerla ínfima en 7 o 9 años.

Aquella demanda que se satisfaga con exactamente el mismo producto que produce China, inmediatamente recupere su producción, quedará marginado de su mercado o a un precio muy ajustado. Es decir que la única forma de incorporar un producto que luego no se quede sin demanda, sería ofrecer un producto diferenciado que ingrese por la demanda, pero luego China no pueda reemplazarlo con producción propia.

La gran ventaja comparativa que tiene Argentina para aspirar a ocupar parte de ese mercado no es solo la gran oferta de granos “baratos”, sino la existencia de miles de productores familiares que tienen la experticia para producir alternativamente y los cientos de técnicos de terreno distribuidos por una amplia geografía, décadas de abundante acumulación de conocimientos mediante la investigación de INTA y Universidades sobre el tema, mucha infraestructura ociosa desarrollada entre 15 y 5 años atrás, y todo esto en medio de un status sanitario que tienen pocos lugares del planeta.

La propuesta:

Somos más de 30.000 pequeños y medianos productores (familiares) que poseemos más de la mitad, de las más de 400.000 cerdas madres que dispone Argentina. Los cuales mayoritariamente no aparecemos en las estadísticas comerciales porque en general miden mercancías y capital y no ciudadanos y alimentos. No somos de Subsistencia, sino de Resistencia a las sucesivas políticas orientadas a profundizar la concentración económica y expulsión de los de menor escala, que se vienen aplicando casi sin interrupción en los últimos 44 años.

Tampoco somos todos los que deberíamos ser, porque muchos colegas no pudieron resistir tanto despojo económico mediante mercado (con industria cartelizada) y Estado distraído, que permitió históricamente la manipulación de los precios, mediante la importación estratégica de la agroindustria y generó un patrón de impuestos regresivos.

Argentina cuenta hoy con: Nuestra voluntad de trabajo y los conocimientos generales de la actividad y gestión que nos ha dado la experiencia y las capacitaciones que hemos recibido en miles de Grupos de Cambio Rural y de proyectos de la Secretaría de Agricultura Familiar (en sus distintas etapas). También cuenta con cantidades de agentes de INTA en todo el país, con los técnicos de la Secretaria de Agricultura familiar (a pesar de su reducción), con técnicos de agencias provinciales, las cuantiosas experiencias de emprendimientos porcinos realizados durante los años 2005 a 2014. En los cuales el Estado invirtió mucho dinero, en forma de capacitaciones, subsidios y créditos a pequeños productores, pero que en general terminaron fracasando porque no se modificó la política económica de mercado liberado al poder de la agroindustria concentrada.

Para poner en marcha toda esta potencialidad se necesita crear un Programa Nacional de Promoción de la Producción Porcina (PNPPP), con el propósito de incrementar la producción destinada a cubrir la mayor proporción posible de la demanda de China. Coordinado por el Estado, con participación activa en diseño y ejecución de los Productores, técnicos, investigadores que trabajan en el sector cooperativas y pymes (que van desde el acopio hasta los frigoríficos) y consumidores consientes. Todos estos actores ya tienen una capacitación inicial suficiente y gran parte de los medios están disponibles y subutilizados, por lo cual en un tiempo más que breve se puede articular y poner en marcha.

En simultáneo estructurar un Ente Argentino para la Comercialización de la Carne Porcina (EACCP): El cuál debe generar las condiciones logísticas, financieras y técnicas para impulsar la producción y exportación, hacer acuerdos comerciales con otros países y hacerse cargo de la comercialización exterior del producto. Haciéndolo en cooperación con actores del Sector Secundario del Complejo Porcino, que estén dispuestos a sumarse a un proyecto nacional, que les reporte beneficios acordes a su trabajo y también articulada con la Cámara Porcina que está en creación.

Las condiciones contextuales que necesitamos, para expandir nuestra producción, los más de 30.000 productores familiares que hoy estamos en la actividad, más la suma de otros 10 o 15 mil que hubieran dejado la actividad en estos años o personas que quisieran iniciarse en la producción porcina (Sobre todo en provincias donde no se registra un alto número de productores en la actualidad) son: Financiamiento para alimentos en el primer año e infraestructura, Apoyo a la organización de grupos colaborativos y de capacitación (Tipo cambio Rural) y a la creación de cooperativas de comercialización, Impulso a PyMES que participan de los Sectores Industrial (sobre todo en territorios donde haya crecido o vaya a crecer la producción porcina y no haya infraestructura suficiente), Servicios y Paraagroalimentario, Apoyo a las instituciones de respaldo técnico científico para la producción y tener garantizado un precio mínimo sostén por al menos 4 años de un valor no inferior a 9 kgs de maíz el Kg de cerdo en pie en origen, hasta las primeras 100 TT de carne/año de cada productor.

Contando con el mencionado contexto político y puesto en marcha las organizaciones planteadas, en un año, podemos triplicar el número de madres que disponemos y al segundo año tener un excedente de 300.000 TT para exportar. Solamente de éste programa, más lo que pudieran aportar los productores de mayor escala, con la estrategia que se den.

Al tercer año podríamos disponer de más de 1 millón de madres en manos de los “productores familiares” y mejorando la eficiencia técnica llegar al 1.200.000 TT con 40 a 45.000 productores que tengamos entre 25 a 30 madres de promedio, cuya producción la haríamos mediante sistemas preponderantemente al “aire libre”, con baja inversión en capital y alta eficiencia productiva, basada en la capacitación de los productores.

La factibilidad de criar cerdos en condiciones de bienestar animal y con respeto del ambiente, es una ventaja que solo tenemos los criaderos de pequeña y mediana escala y eso nos permitiría obtener el tipo de producto diferenciado de la carne de megagranjas porcinas que los consumidores del mundo están desconfiando cada día más y que en un plazo no muy lejano se dejará de consumir, a pesar de su precio “barato”. El hecho de disponer un producto diferenciado, permite pensar incluso en seguir creciendo en la exportación a China hasta después que ellos recuperen sus piaras, que es otra diferencia significativa con respecto al producto “industrial” de las megagranjas que no tiene futuro después de la recomposición de stock de china.

Además, por nuestra lógica productiva, gran parte de los alimentos de estos cerdos (sobre todo reproductores) será mediante: Pastoreo, Recupero de “perdidas de cosecha”, Subproductos de industria alimentaria, Rechazo de producciones frutihorticolas, etc. balanceados con otros insumos que le garanticen la calidad nutricional adecuada a los animales. De ésta manera se disminuiría la cantidad de alimentos de calidad para consumo humano, que se le da a los porcinos, lo cual constituye un dilema ético en un mundo donde 800 millones de personas pasan hambre.

Así también la cría, con preponderancia de etapas al aire libre, no solo ofrece un producto de mejor calidad para la salud humana, sino que además tiene un efecto ambiental positivo dado que los residuos de los animales se distribuyen en las parcelas agrícolas. Y eso reportará en mejores niveles productivos de las tierras, sin despilfarro energético en fertilizantes o mecanismos de esparcimiento de efluentes.

Para este volumen productivo inicial no hace falta mayores inversiones, más allá del financiamiento inicial de insumos alimentarios, lo cual tampoco se necesita hacer con dinero, porque se puede hacer mediante financiamiento de los propios productores de granos. Y hay suficiente infraestructura ociosa para la etapa inicial o se construye/ repara con mano de obra familiar que hoy está subocupada.

Este sistema de crianza “criticado por baja eficiencia técnica” tiene alto uso de mano de obra que es una de las principales problemática del país. Se requiere de 1 trabajador cada 25 o 30 madres, porque se eficientiza el capital, en cambio las Megagranjas, eficientizan la mano de obra y solo requieren 1 trabajador cada 100 madres. Lo cual logran haciendo fuertes inversiones de capital en mecanización, alto gasto de energía fósil, insumos farmacológicos, uso de alimentos que podrían ser usados por humanos y estrés animal por hacinamiento. Lo que concluye en un producto que está generando rechazo en todos los consumidores del mundo que tienen la posibilidad de evitarlo.

Igualmente está “forma” familiar de producción constituye en sí misma una generación y distribución de riquezas, rompiendo con el esquema absurdo de la agricultura concentrada que en la medida que profundiza la concentración de riquezas hay que aumentar los impuestos para atender las necesidades de la gente que es marginada del trabajo.

En el sentido de la huella ecológica de agua, estos sistemas son positivos dado que no despilfarran agua y como la mayoría de los establecimientos ya están funcionando, ya se tiene resuelta la fuente de provisión y almacenamiento.

Con la cantidad de agentes técnicos capacitados de las entidades públicas mencionados, más los independientes, existe factibilidad técnica para aplicar inseminación artificial a una importante proporción de las cerdas “madres de madres” y de esa manera avanzar rápidamente en la calidad magra para la exportación. Todos estos conocimientos se difundieron fuertemente en el período mencionado 2005-2014, por toda la geografía del país, por lo cual retomarlo ahora sería algo relativamente sencillo.

El ente de comercialización EACCP en principio no necesita hacer grandes inversiones iníciales, dado que la capacidad ociosa de los frigoríficos porcinos es suficientemente amplia para atender la producción hasta los 2 primeros años. Si tal vez deba reforzar logística en las provincias que no se disponga de suficiente infraestructura.

Si se deberá hacer un fuerte esfuerzo en la cuestión logística para garantizar la disponibilidad de insumos de alimentos en las regiones extra pampeanas, sumado a todos los aspectos relacionados al transporte de carne procesada o animales en pie, hasta que se desarrollen frigoríficos y cámaras de frio donde no las haya.

Seguramente la exportación de carne deberá plantearse en cortes libres de hueso que permita homogeneizar la inmensa diversidad genética, pero nada importante si se hacen acuerdos con sectores que tienen gran necesidad de ese producto. Incluso se puede certificar calidad de animales criados en condiciones dignas, libres de estrés y antibióticos y anabólicos permanentes.

Este producto diferenciado producto de una crianza sustentable, también contará con el apoyo de los consumidores consientes del país y se podrá también pensar en la sustitución de carne vacuna para incrementar el saldo exportable de ésta ya que tiene mayor aceptación a nivel mundial y una denominación de origen muy fuerte.

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Fuente: Acciones Biodiversidad

Temas: Ganadería industrial

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