Acaparamiento de tierras. Agrotóxicos. Boletín N° 459 de la RALLT

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"En tiempos de crisis, la agricultura y la alimentación se están consolidando como uno de los negocios más lucrativos… no para agricultores o consumidores sino para transnacionales e inversionistas." Boletín N° 459 de la Red por una América Latina Libre de Transgénicos.

NUEVO ORDEN MUNDIAL: LATINOAMÉRICA PODRÍA PERDER SUS TIERRAS

 

Cristina Fernandez de Kirchner y el NWO: Naciones Unidas, un organismo controlado por el Grupo Bilderberg, presenta un premonitorio estudio revelando que las corporaciones multinacionales van a apropiarse del territorio sudamericano: "(...) están adquiriendo tierra en enormes proporciones en América Latina y varios expertos aseguran se trata de grave amenaza para la soberanía y seguridad alimentaria de los países afectados(...)". En el reporte del departamento Agricultura y la Alimentación (FAO), perteneciente a la ONU, se indica que este hecho de apropiación de tierras "perjudica mayormente a Brasil y la Argentina", pero que, no obstante, "toda la región se encuentra en la mira de inversores foráneos".

 

Los analistas serviles de la Reserva Federal, concuerdan en que los recursos naturales y el territorio son trascendentales para la economía, haciendo énfasis en la pretendida crisis económica que fue fabricada y "puesta de moda" por la élite bancaria en la actualidad. Argumentan que la operación de centralización y extranjerización de tierras en Latinoamérica corresponde a los bajos costos en la oferta territorial de América Latina: "(...) es más barata que naciones capitalistas desarrolladas (...)", uno de los expertos internacionales mencionados en el documento es Julio Gambina.

 

ARGENTINA ENTRE LAS MAYORES NACIONES CONTROLADAS POR MONSANTO

 

Si bien fue Solá durante épocas de Menem quien abrió las puertas a Monsanto, tras la extraña muerte del hijo del ex presidente, el gobierno K ha aumentado las políticas de cooperación con la corporatocracia negociando ávidamente con Barrick Gold, Merck, Pan American Energy, Endesa, y los bancos controlados por Rothschild, por citar algunos ejemplos. Yendo aún más lejos Cristina inauguró recientemente una planta productora de glifosato en Tierra del Fuego, principal componente del RoundUp de Monsanto, mientras los diarios oficialistas fingen ser críticos hacia los herbicidas.

 

Las naciones que integran el Mercosur, citando como ejemplo a Brasil, Argentina, Uruguay y Paraguay, son los mayores proveedores de soja transgénica de Monsanto, girasol y otros productos agropecuarios destinados a ciertos sectores del mercado global. Estas naciones parecen competir con Estados Unidos en producción agraria, pero en realidad los principales propietarios de los campos de EE.UU. y Argentina son los mismos, u obedecen a los mismos intereses financieros que no tienen frontera: Por ejemplo George Soros. En el informe de la ONU indican que esta supuesta competitividad transforma el territorio latinoamericano en "muy beneficioso para capitales extranjeros".

 

Gambina pronostica que "(...) la compra masiva de tierras aumentará las exportaciones pero perjudicará la producción doméstica en estas naciones (...), un hecho que sitúa en grave peligro la soberanía alimentaria de los países controlados por la industria biotecnológica.

 

UN GUIÑO GLOBALISTA PARA CRISTINA FERNÁNDEZ DE KIRCHNER

 

La propuesta de la ONU es contradictoria: "Acorde a probables soluciones para detener esta tendencia, los estados tendrían que confeccionar normativas similares a la Ley de Tierras argentina", "que restringe la venta de tierras rurales a los extranjeros".

 

Sin dudas una sugerencia carente de asidero: La mitad de la Argentina pertenece a Monsanto, y la otra mitad a todo tipo de corporaciones extranjeras: Yendo desde los laboratorios a las mineras y energéticas, además de las cadenas de supermercados como Carrefour, Walmart y otras compañías.

 

Fuente: Bolsón Web

 

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NUEVO TÉRMINO PARA LA ENCICLOPEDIA DE LA INDIGNACIÓN: ACAPARAMIENTO DE TIERRAS

 

Por Vicent Boix

 

22 noviembre 2011

 

En tiempos de crisis, la agricultura y la alimentación se están consolidando como uno de los negocios más lucrativos… no para agricultores o consumidores sino para transnacionales e inversionistas. El motivo es sencillo: una familia puede dejar de pagar la hipoteca pero siempre tendrá que comer. Ya desde hace décadas que la cadena alimentaria (semillas, agroquímicos, distribución, etc.) estaba “oligopolizada” y en manos de unas pocas transnacionales que se están lucrando a toda costa.

 

Pero a principios de siglo, a raíz de la “burbuja de las punto.com”, el capital financiero empezó a moverse buscando inversiones seguras y aterrizó en el mercado de futuros (alimentación, petróleo, etc.).Si en el año 2000 los activos financieros en éste oscilaban los 5.000 millones de dólares, en 2011 treparon hasta los 450.000. Para ellos un gran negocio, ya que por ejemplo el grupo de inversión Goldman Sachs ganó más de 5.000 millones de dólares en 2009 especulando en materias primas, lo que supuso un tercio de sus beneficios netos. Pero, para el resto, una gran chanchada: Los precios de los alimentos se multiplicaron por 2,5 desde 2000, se oscila el umbral de los 1.000 millones de famélicos y en estos momentos en el Cuerno de África 12 millones de personas sufren una cruel hambruna.

 

La cosa no ha quedado ahí. Esta vez el capital está metiendo sus garras en lo más importante de la cadena alimentaria: la tierra. Porque millones de campesinos eluden la agricultura ecológicamente insostenible enfocada a la exportación, de la misma manera que millones de consumidores adquieren en los mercados locales o directamente del productor sus alimentos sanos y de temporada. Para mantener estos canales ecológica y socialmente sostenibles sólo hace falta la tierra.

 

Pero el incremento de los precios de la alimentación en los mercados de materias primas, la posibilidad de especular en la compraventa de tierra, la creciente demanda de alimentos y la importancia estratégica de los agrocombustibles para el futuro energético en los países ecológicamente derrochadores, está alimentando la voracidad de inversores que ansían controlar la producción de alimentos y materias primas. En la última década millones de hectáreas han sido arrendadas o vendidas en los países empobrecidos, fundamentalmente en África. En algunos casos son gobiernos que adquieren tierras en otro estado para garantizarse su suministro futuro. Pero en la mayoría se trata de empresas e inversionistas que pretenden producir alimentos y sobre todo agrocombustibles, en ambos casos para exportar a los países ricos especialmente.

 

Según la ONG Intermon Oxfam, en los últimos años cerca de 227 millones de hectáreas de tierra han sido acaparadas en el mundo. Como estos tratos van envueltos de mucho secretismo, la ONG sólo ha podido verificar 1.100 acuerdos por un total de 67 millones de hectáreas. La mitad de ellas se situarían en África, lo que significa que en este continente se ha acaparado una superficie de tierra similar al área de Alemania. Un reciente trabajo publicado por un grupo de expertos del Comité de Seguridad Alimentaria Mundial de la FAO, avalaría estos datos al mencionar una cantidad de tierras acaparadas que oscila entre los 50 y 80 millones de hectáreas, situándose en África dos terceras partes del total.

 

Algunas instituciones como el Banco Mundial o la propia FAO intentan “humanizar” el despojo con la misma cháchara que llevamos décadas escuchando, es decir, aseverando que la inversión acarreará mejoras para las poblaciones locales (tecnología, infraestructuras, trabajo, seguridad alimentaria, etc.). Pero lo cierto es que cada hectárea destinada a la exportación es una hectárea menos para la producción local. Por si fuera poco, ya se han reportado decenas de miles de desalojos forzosos, explotación laboral, impactos ambientales o control sobre los recursos acuáticos para los regadíos intensivos de los acaparadores. Todo ello recuerden, está acaeciendo en países que frecuentemente sufren sequías y hambrunas.

 

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ARGENTINA: SI HUBIESE ESTADÍSTICAS TENDRÍAMOS CIFRAS ESCANDALOSAS DE CÁNCER

 

Sirel con Ángel Bracco

 

Ángel Bracco, médico de San Jorge, provincia de Santa Fe, es colaborador de d el Sindicato Argentino de Trabajadores de la Industria Fideera (SATIF), uno de los destacados conferencistas que participaron en el último Congreso del SATIF, donde se debatió sobre el impacto de los agrotóxicos en la citada región. Sirel dialogó con él para conocer de primera mano qué esta pasando en San Jorge.

 

-¿Cuál es su área de trabajo?

 

-Soy médico generalista especializado en Medicina Familiar. Atiendo pacientes privados en la ciudad de San Jorge y su región aledaña, ubicada al sur de la provincia de Santa Fe, en el centro de la llamada “Pampa húmeda”. Esta ciudad cuenta con unos 20 mil habitantes y la zona es esencialmente agrícola.

 

-¿Cuál es la influencia de los agrotóxicos en la salud de la población local?

 

-En general hoy la medicina se basa en la evidencia, pero en este caso no hay más remedio que hacerlo en función de la experiencia. Hay cosas que no sólo veo en los pacientes, sino también en la naturaleza, en el medio que nos rodea, entonces se pueden sacar conclusiones al respecto.

 

-¿Cuáles son esas conclusiones?

 

-Sin duda los agroquímicos utilizados en los cultivos tienen una elevada toxicidad. Lo que ocurre aquí no es realmente una novedad, ya se ha comprobado en otras partes del mundo. En el consultorio hemos visto un aumento muy pronunciado de patologías oncológicas de distinto tipo, y aún algunas que no eran frecuentes. También hemos detectado numerosas patologías endócrinas, especialmente a nivel de tiroides

 

En el consultorio hemos visto en primer lugar un aumento muy pronunciado de patologías oncológicas de distinto tipo, y aún algunas que no eran frecuentes. También hemos detectado numerosas patologías endócrinas, especialmente a nivel de tiroides, y por supuesto respiratorias y/o alérgicas. Esto no ocurría hace algunos años.

 

Lo mismos efectos adversos se observan en lugares naturales, que antes se usaban para hacer caminatas y ejercicios, arboledas periurbanas que ahora están al borde de las plantaciones de cultivos transgénicos que reciben gran cantidad de químicos. Allí encontramos un deterioro importante, árboles muy enfermos, secos, y una naturaleza que ha perdido completamente su antiguo esplendor.

 

-¿Qué tipo de patologías oncológicas detecta más ahora que antes?

 

-Cada vez con mayor frecuencia vemos patologías del aparato digestivo, y persisten las clásicas, aunque también se ha notado una disminución en la edad de los pacientes. Por ejemplo, hemos registrado patologías prostáticas y tiroideas, cáncer de mama y ginecológicas más prematuramente. Antes era excepcional verlas antes de los 35 años, y ahora, en San Jorge y pueblos vecinos hemos tenido casos en los 25 años de edad, algo que ni se soñaba con que pudiese haber.

 

Con respecto a la patología endócrina se detecta gran cantidad de nódulos que después pueden evolucionar a patologías malignas, y estamos teniendo casos que terminan en una cirugía preventiva con extirpación de la glándula en gente muy joven, cosa que no se había visto nunca.

 

Además, tenemos casos de hipotiroidismo y tiroiditis de Hashimoto, disfunciones que era muy raro encontrar y ahora las vemos con una frecuencia impresionante. A tal punto que los análisis de tiroides ya los hacemos como rutina.

 

También hemos empezado a encontrar algunas patologías sexuales, aunque a menudo aparecen enmascaradas. Nos referimos sobre todo a disfunciones eréctiles, que con la popularización del Viagra se disimula un poco. Quizás esto se deba a distintas razones y no sólo por esto de los químicos agrícolas, pero en esta zona el Sildenafil es uno de los productos farmacéuticos más vendidos. No es de extrañar que alguno o varios de estos químicos que son disruptores endócrinos estén influyendo en esto.

 

-¿Qué tipo de cultivo hay en la zona?

 

-Aquí se planta, como cosecha fina1, el trigo, y como cosecha gruesa se varía entre soja y maíz, lo que representa el 90 por ciento de los cultivos. Con el precio que tiene la soja a nivel internacional, solamente se rota con maíz cada dos o tres cosechas de soja.

 

-¿Estas enfermedades se asocian con las fumigaciones, con el consumo de granos contaminados o con las dos cosas?

 

-En Santa Fe el control bromatológico es mínimo, y también se han conocido públicamente casos de corrupción de funcionarios que adulteraron o colaboraron con la adulteración en fechas de vencimiento y otros controles. Pero lo que está ocurriendo es mucho más amplio: la contaminación química abarca el suelo, el aire y evidentemente también el agua. En estos momentos, con los precios como están, acá se está cultivando soja hasta en los parques y centros de esparcimiento, y como digo siempre, terminaremos plantándola hasta en macetas en cada casa

 

Hay productos que son de muy difícil degradación, como los organoclorados, que terminan concentrándose en la grasa de los seres vivos, o sea que la contaminación es enorme. Además, se están fumigando árboles frutales -y en otras localidades también el tabaco- con productos muy tóxicos, y lamentablemente, como no hay conciencia, hasta se ve sobre todo en clubes privados que en lugar de cortar los yuyos se fumiga con herbicidas y se multiplica la contaminación.

 

En estos momentos, con los precios como están, acá se está cultivando soja hasta en los parques y centros de esparcimiento, y como digo siempre, terminaremos plantándola hasta en macetas en cada casa.

 

-¿Desde cuándo empezó a notar usted estos cambios?

 

-La soja se siembra desde hace unos 30 años, pero el decaimiento de los campos, de la naturaleza y de la salud de la gente se ve mucho más recientemente. Las patologías oncológicas han aparecido en los últimos cinco o seis años. La gente empieza a estar preocupada porque no sabe muy bien a qué atribuirlo. Al no existir ahora la actividad ganadera que colocaba un elemento de normalidad en el ciclo productivo y evitaba el uso intensivo de agrotóxicos, esto se ha agravado.

 

Las tasas de casos de cáncer se calculan cada 100 mil habitantes; en San Jorge, que araña los 20 mil, sólo yo este año he detectado 13 nuevos casos, si lo multiplicamos por cinco para llevarlo a 100 mil, estaríamos en 65 casos cada 100 mil habitantes por año, lo que ya es bastante.

 

Pero si sumamos sólo los que conozco de otros médicos de la zona estamos en los 120 o 130 casos al año cada 100 mil habitantes, lo que es altísimo, y eso sin tener en cuenta una estadística exhaustiva que, de existir, estoy seguro de que, desgraciadamente, nos pondría en los primeros puestos del mundo.

 

-¿A qué se puede atribuir este deterioro sanitario: al uso de nuevos productos agrotóxicos en estos últimos años o a la acumulación de los habituales?

 

-Cada vez se ha tenido que aplicar productos más fuertes, más tóxicos para las plagas. A veces también hay gente que es inescrupulosa. Si tomamos como ejemplo el Glifosato, que es uno de los más utilizados, normalmente con dos litros por hectárea debería alcanzar, pero en ese afán de que sea todo un desierto menos la soja, hay quienes utilizan cinco litros por hectárea. Llega a un punto en la que no hay forma de solucionar la acumulación. Para poner un ejemplo dramático: aquí los pájaros no existen más. También sabemos que para ahorrar se han aplicado solos o asociados productos de altísima toxicidad como el 2-4D, el Endosulfán, que es un organoclorado, el Clorpirifos, que es un organofosforados

 

Se utilizan pastillas de un plaguicida llamado Phostoxin para el transporte en los camiones que se gasifica, pero quedan residuos que causan trastornos. Yo mismo he visto camioneros intoxicados con estas pastillas, incluso hay algún fallecido que se puso a descansar en el vehículo sin quitar la pastilla y halló la muerte. Obviamente, sus fabricantes y aplicadores alegan que se degrada en el ambiente, pero siempre quedan residuos. Esto se utiliza en el trigo y en otros productos alimenticios.

 

-¿Ha tenido contacto con otros médicos de la zona que hayan notado estas anomalías?

 

-Hay un problema: algunos colegas piensan más o menos como yo, pero tratan de no involucrarse con denuncias por que de una manera u otra dependemos del campo. Es difícil hablar de todo esto sin ganarse enemigos o perder pacientes. Acá no existe lo que se puede considerar como una buena Salud Pública, y salvo excepciones, no hay una dedicación importante, entones hay una franja de la

 

población, que en general es la más humilde, que ignora todo esto, aunque al final todos estamos expuestos a la contaminación, pero los que están en la periferia lo están aún más.

 

Sin embargo hay una prédica constante y cada día hay más gente va tomando conciencia de estos problemas, de que las consecuencias de esta bonanza económica relacionada con el campo quizás esté generando una deuda sanitaria imposible de pagar en el futuro.

 

-¿Alguien intentó aquí probar el origen de su enfermedad en los tribunales?

 

-Hubo alguno, gente con problemas respiratorios que vivía en zonas de campo en contacto con fumigaciones. Los jueces han ordenado respetar ciertas distancias mínimas a las fumigaciones, pero todo eso es muy complejo de controlar y los estudios en nuestros países siempre son difíciles, sobre todo cuando hay tanto dinero de por medio, dinero para los productores, pero también para los gobiernos tanto provincial como nacional. Es un caso sociológicamente complejo.

 

Por su parte, las estructuras políticas no tienen interés en analizar este tema, antes bien, eligen ocultar cualquier denuncia o indicio del problema.

 

Hay un grupo de vecinos autoconvocados que intenta difundir todo esto, pero va a llevar su tiempo, y mientras tanto el daño se sigue provocando. Las estructuras políticas no tienen interés en analizar este tema, antes bien, eligen ocultar cualquier denuncia o indicio del problema

 

Ángel Bracco, Héctor Lombarte y Enrique Terny

 

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Fuera de la región

 

UN AGRICULTOR FRANCÉS DEMANDA A MONSANTO POR DAÑOS CAUSADOS POR UN HERBICIDA

 

PARIS dic 12 (Reuters) - Un granjero francés inició un procedimiento judicial contra el grupo Monsanto, por los daños y perjuicios ocasionados que sufrió después de inhalar un herbicida fabricado por la empresa , las que fue prohibida posteriormente en Francia.

 

El juicio se inició en el sureste de la ciudad francesa de Lyon, con un veredicto se espera el 13 de febrero del 2012.

 

El productor de granos Pablo Francois, de 47 años, dice que el inhaló el herbicida Lasso de Monsanto en 2004, mientras estaba limpiando el tanque de su aspersor, lo llevó a sufrir desmayos, lo que significó que tuvo que ir varias veces al hospital por problemas neurológicos.

 

El agricultor, que utilizó para rociar el herbicida Lasso en algunas de sus 400 hectáreas de tierra, dice que la firma de EE.UU. no puso los detalles de los ingredientes correctamente en su etiqueta.

 

También lo acusa de seguir vendiendo un producto que ya había sido prohibido en Bélgica, Gran Bretaña y Canadá en ese momento. Lasso es un herbicida que fue prohibido en Francia en 2007.

 

"Queremos que la Corte declare Monsanto responsable de los daños y afirmar que tiene la obligación de proporcionar información del producto en la etiqueta, lo que no se respetó ", dijo en la corte. Francois Lafforgue, el abogado del agricultor.

 

El granjero dice que los rastros de productos químicos utilizados en Lasso fueron encontrados en su orina y cabello año después de haber limpiado el tanque.

 

Pero el abogado de Monsanto, Jean-Philippe Delsart, dijo que era científicamente imposible encontrar los rastros del producto siete meses después de la inhalación.

 

También dijo que el agricultor debería haber llevado una máscara.

 

Monsanto está envuelta en varios problemas por separado en Francia, donde el gobierno está tratando para prohibir su controversial maíz modificado genéticamente "MON 810", el único tipo de maíz transgénico permitido en la Unión Europea.

 

Fuente:

 

FRENCH FARMER SUES MONSANTO OVER WEEDKILLER

 

Thomson Reuters, USA. : 12.12.2011

 

Ver aquí

 

Reporte de Catherine Lagrange, escrito por Sybille de La Hamaide, edición por Mark Trevelyan.

 

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GIGANTE QUÍMICA MUNDIAL SE RETIRA DEL MERCADO DE TRANSGÉNICOS DE EUROPA ANTE FUERTE RECHAZO SOCIAL

 

REDES – Amigos de la Tierra Uruguay

REDES – Amigos de la Tierra Uruguay celebra la victoria lograda por las organizaciones ecologistas de Europa con la decisión de la empresa alemana Bayer de abandonar el desarrollo y comercialización de transgénicos en ese continente, ante la gran resistencia que esos cultivos han generado en diversos países de la región.

 

No obstante, REDES – AT alerta que BASF centrará sus esfuerzos hacia otros mercados, entre ellos el de América del Sur.

 

(Montevideo, 19/01/12) La noticia sobre la resolución de BASF del lunes fue recibida con mucha satisfacción por la organización ecologista Amigos de la Tierra Europa, que nuclea a los grupos de Amigos de la Tierra de ese continente. “Podemos haber ganado la batalla hoy, pero no hemos ganado la guerra aún”, dijo a Radio Mundo Real el activista Adrian Bebb, representante de esa organización.

 

Un integrante del directorio de BASF, encargado de los organismos genéticamente modificados, Stefan Marcinowski, reconoció el lunes que las “tecnologías verdes no son suficientemente aceptadas en muchas regiones de Europa por la mayoría de los consumidores, agricultores y responsables políticos”. “Es por ello que no tiene sentido económico seguir invirtiendo en estos productos (...)”, agregó, citado por la agencia AFP.

 

Amigos de la Tierra Europa celebró la victoria lograda tras la decisión de la corporación y asegura que seguirá trabajando fuertemente hasta expulsar de la región a Monsanto, la empresa estadounidense dueña del maíz transgénico MON 810, permitido en algunos países europeos.

 

Ese fue uno de los primeros transgénicos liberados comercialmente en Uruguay (2003), junto al maíz BT11 (2004) de la empresa suiza Syngenta y la soja RR (1996), también de Monsanto. Luego, a mediados de 2011, cinco nuevos eventos de maíz genéticamente modificado fueron aprobados en el país para cultivo y producción comercial.

 

REDES – AT recuerda que en Uruguay una investigación realizada por las facultades de Agronomía, Química y Ciencias de la Universidad de la República, solicitada por la propia organización y el Programa Uruguay Sustentable, certificó en octubre de 2009 la contaminación transgénica en el país en cultivos de maíz no modificado genéticamente. El estudio se llamó “Interpolinización entre cultivos de maíz transgénico y no transgénico comerciales en Uruguay” y detectó contaminación transgénica en tres de los cinco casos estudiados, con muestras de maizales de varios campos del país. El trabajo fue publicado por la revista científica internacional Environmental Biosafety Research (lo puede ver en: ver aquí).

 

REDES - AT saluda la lucha de los grupos ecologistas europeos contra los transgénicos, y especialmente de campesinos y pequeñas comunidades rurales, cientos de ellas auto declaradas libres de esos cultivos.

 

Por más información:

 

REDES – Amigos de la Tierra Uruguay

 

Pablo Galeano

2 409 53 89 - 098 579 350

Fuente: Boletín N° 459 de la RALLT

Temas: Transgénicos

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