Argentina: Ambiente, economía y complejidades

Idioma Español
País Argentina

Las notas de Claudio Scaletta en el Suplemento Cash de Página 12 muestran las grandes dificultades que tienen los simplificadores y lineales en incorporar la complejidad. El escaso contenido de análisis no lineales llega hasta donde termina el análisis monetario.

Crematística y Economía

 

 

Claudio Scaletta pertence al grupo lamentablemente todavía tan extendido de economistas, políticos y científicos que confunden crematística con economía; que explicitan que cualquier tecnología es neutra en sí misma; que construyen el discurso de que lo que mide la calidad de vida es el producto bruto interno, ese precario indicador de casi todo lo que se le pretende asignar. Que el único desarrollo posible es el material, sin importar a que costo ni de que manera.

 

Su discurso anti-ambiental esconde que la verdadera derecha, la recalcitrante, la que trabaja a tiempo completo para acumular ingreso e impunidad, que detenta el verdadero poder concentrado, está hoy en la titularidad y gerencia de Monsanto, Syngenta, Chevron, Barrick Gold y similares, que usufructúan los beneficios de esas tecnologías que enumera Scaletta: la biotecnología y los pesticidas, el fracking, la megaminería, y las actividades concentradas vinculadas a ellas; también se podría añadir en ese discurso la incineración de residuos y la energía nuclear de fisión.

 

 

El discurso del Fracking

 

 

El artículo “Fracking…”, del 1º de Septiembre de 2013 en el Suplemento Cash de Página 12, es la construcción, hábil por cierto, de un concentrado de pensamientos reaccionarios, en el sentido retrógrado, en contra de la sostenibilidad ambiental, social y económica.

 

Recuerda los argumentos de María Julia Alsogaray. En su gestión al frente de la Secretaría de Ambiente y Recursos Naturales en los 90; molesta por las protestas de la población del conurbano bonaerense en contra de la instalación de plantas de tratamiento de residuos, decía que si la gente quería tener los trabajos cerca de sus casas, entonces tenían que aceptar las plantas de tratamiento de los residuos industriales en sus patios traseros. Agregando que la tecnología bien aplicada minimizaría los daños ambientales, este argumento cabe perfectamente en el discurso de Scaletta.

 

La precariedad epistemológica, científica, política, social y económica del artículo fueron muy bien resumidos por Erica Carrizo, Norma Giarraca y Miguel Teubal el domingo 8. Además, Scaletta pretende neutralizar los riesgos ambientales del fracking con dos argumentos:

 

Como ya fue explicado muchas veces, la roca madre que alberga los hidrocarburos en la cuenca neuquina se encuentra por debajo de los 2000 metros y no existe riego de contaminación de acuíferos, los que se encuentran hasta 300 y 400 metros.

 

Este argumento, que no por repetido deja de ser falaz, pretende invisibilizar que las tuberías tienen que atravesar las napas de agua para llegar a la roca madre, y que los encamisados de esas tuberías corren el riesgo de sufrir roturas. No hay tecnología que pueda prevenir todas las roturas que puedan aparecer; son inherentes a la tecnología aplicada. Vale recordar aquí que las empresas petroleras siempre dicen que sus tecnologías son seguras, pero que nunca hacen lo necesario para evitar derrames y desastres como los del Exxon Valdez (1989, Alaska), del Prestige, ( 2002, Galicia, Asturias, Cantabria, País Vasco y parte de la costa norte francesa), y la explosión e incendio de la Plataforma Petrolera Deepwater Horizon (2010, Golfo de México). Si en esos lugares mucho más cercanos, visibles e importantes para los poderes de los países centrales no aplicaron las tecnologías necesarias para evitar estos desastres, mucho menos lo harán en nuestra tan lejana y poco influyente Patagonia.

 

Otro argumento falaz de Scaletta es:

 

Tampoco hay problemas de escasez de agua, pues en la zona cerca del 95 por ciento de los recursos hídricos de las cuencas de los ríos Limay, Neuquén y Colorado desaguan en el mar.

 

No se trata solamente si hay mucha o poca agua, sino que se hace con ella y con el agua contaminada por millones de metros cúbicos de sustancias tóxicas y con petróleo, con la contaminación de la tierra por derrames y las aguas contaminadas que regresan a la superficie una vez concluido el proceso. Con el tratamiento de las aguas residuales. Con los impactos sobre la tierra y el paisaje. Los impactos derivados de la etapa de construcción de las locaciones, como la contaminación sonora durante la perforación de los pozos, el venteo de gases no aprovechables, los impactos por el tráfico de vehículos y la posibilidad de eventos sísmicos.

 

El Discurso de la Utopía Reaccionaria

 

 

En su segunda nota, “Utopía reaccionaria”, del 8 de septiembre, Scaletta dice que la utopía reaccionaria de los ambientalistas es funcional al imperialismo, cosa que no es creación de él: ya lo dijo Grobocopatel en su aporte a la construcción del mismo discurso: los que reaccionan y se oponen a la biotecnología y a los pesticidas porque destruye el ambiente y arruina sus vidas, y las de sus hijos, parientes y amigos, son funcionales a las empresas imperialistas porque las locales son demasiado débiles como para neutralizar esa oposición popular. Así, decía el líder del grupo Los Grobo, le dejan el campo orégano a las empresas poderosas multinacionales que pueden desarrollar sus actividades sin competencia.

 

Lo que en realidad pretende este discurso es la neutralización de la lucha por una mejor calidad de vida, sobre todo la lucha que se enmarca en la construcción de otro paradigma civilizatorio, sinérgico, solidario y ambientalmente sostenible.

 

 

El discurso de la complejidad ocultada de la matriz energética

 

 

Este discurso simplificador y lineal tiene una nueva expresión en la nota “Alternativas e intermitentes”, del domingo 22 de noviembre. Además de objeciones y observaciones de la “Respuesta de los Verdes”, del domingo 6 de octubre, hay aspectos vinculados a la complejidad de la matriz energética que requieren consideraciones adicionales, vinculadas al como, quien, para que y para quien se produce energía.

 

Cómo: desde el punto de vista tecnológico, la nota de Scaleta ignora fuentes y tecnologías muy significativas:

  • Los biocombustibles pueden también obtenerse a partir del cultivo de microalgas con un rendimiento mucho mayor y sin competir con la producción de alimentos ni promoviendo el agronegocio.
  • El uso del hidrógeno como vector energético, obtenido por electrólisis del agua con la energía solar y la eólica producidas almomento demenor demanda, anula la argumentación de la intermitencia. Lamentablemente, el desarrollo científico argentino no tiene significativamente incorporado el del uso del hidrógeno, su generación, acumulación transporte y carga..
  • La energía mareomotriz.
  • La energía solar térmica.
  • La posibilidad del desarrollo y uso de pilas de combustibles.
  • Las energías geotérmicas.
  • El uso racional de la energía, que debería ser considerada la principal fuente de energía alternativa. Para dar una idea, sólo si se cambiaran los pilotos de los artefactos de gas (en calefones, termotanques, estufas) por encendedores piezoeléctricos, lo que tendría un costo por única vez de unos 200 millones de dólares, se ahorrarían por año un mínimo de 500 millones de la misma moneda, medida al costo del gas natural importado de Bolivia, el gas más barato que importa la Argentina.

Quien: la producción de bicombustibles a partir de cultivos compite con la producción de alimentos y por ello no debe incentivarse su producción a nivel masivo. Pero una cosa es el cultivo masivo de soja transgénica para la obtención de aceite como insumo para la producción de biodiesel para exportar, que destruye el ambiente, el sistema productivo local y la salud de la población afectada, y nos somete a las arbitrariedades del mercado de la UE que prohíbe la importación por dumping. Y otra completamente distinta es la producción de biodiesel a partir de aceites usados en los territorios urbanos, o la producción de biocombustibles de pequeños productores agrarios cooperativizados para independizarse de los vaivenes de la provisión y costo del gasoil y logar autonomía. La autonomía que, a pesar de no cotizar en pesos en el mercado tiene gran valor para los productores y para la sociedad, sobre todo si destinan su producción a los mercados cercanos. Complejidades, Scaletta, complejidades.

 

Para qué y el para quien: además del caso anterior, no es lo mismo, por ejemplo, producir electricidad a partir de recursos geotérmicos con licencia social para el abastecimiento de la población local, que imponer la explotación de recursos geotérmicos para producir energía eléctrica subvencionada para las empresas transnacionales megamineras. Lo mismo puede decirse de las megarepresas, y de toda otra fuente de energía. La energía, los vectores energéticos, transformados en commodities o en recursos subvencionados para producirlos es sólo negocio para pocos y perjuicio para la población.

 

Dime quien te premia

 

 

A Claudio Scaleta se lo suele presentar como Lic. En Economía de la UBA, periodista especializado en economía, columnista agropecuario de Página 12 y Premio Giovanni Agnelli a la Excelencia Periodística. Notas referidas a dicho premio señalan que cuenta con el auspicio de

  • la Unión Industrial Argentina (UIA),
  • la Asociación de Fábricas de Automotores (ADEFA),
  • la Asociación de Fábricas Argentinas de Componentes (AFAC),
  • la Asociación de Concesionarios de Automotores de la República Argentina (ACARA),
  • la Asociación de Editores de Diarios de la Ciudad de Buenos Aires (AEDBA) y
  • la Fundación Noble.

Hay que reconocerle a Claudio Scaletta una gran habilidad técnico-laboral-política de relacionamiento, dada su buena vinculación con grupos mediáticos y de poder que suelen presentarse como antagónicos hacia el resto de la sociedad.

 

Cabe aquí la adaptación de un viejo aforismo: Dime quien te premia, y te diré que intereses representas.

Por Claudio Lowy

Temas: Extractivismo

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