Comunicado Encuentro Vecinos Fumigados y Agroecología de la Provincia de Santa Fe

- Foto tomada del sitio web Aire de Santa Fe

"Invitamos a los vecinos a organizar ferias campesinas culturales en sus territorios para fomentar la difusión de saberes y prácticas ancestrales de producción e intercambiar conocimientos de tecnología de reciente difusión, comercializar productos de manera directa, apoyar las economías locales y fortalecer las asambleas autoconvocadas por la Vida y el ambiente sano"

Vecinos de las localidades de San Justo, Marcelino Escalada, Cañada de Gómez, Arroyo Leyes, Hersilia, Santo Tomé, Totoras, Bombal, Santa Fe, San Javier, San Carlos Sur, Rincón, Casilda, María Juana, San Jorge, Piamonte, Zenón Pereyra, Los Zapallos, Andino, Rosario y Ceres, de la provincia de Santa Fe; acompañados por referentes llegados de otros puntos del país tales como Bandera – Santiago del Estero, Paraná y Oro Verde – Entre Ríos, San Andrés de Giles – Buenos Aires, Capital Federal - CABA, Inriville - Córdoba, San Fernando del Valle – Catamarca; siendo afectados directos de los impactos que el modelo productivo extractivista industrial basado en monocultivos genera en nuestros cuerpos, la vida de nuestras comunidades y en el ambiente, decidimos reunirnos con el objetivo de escucharnos y proponer acciones mancomunadas en nuestros territorios que nos permitan protegernos e iniciar el camino necesario de la transformación de nuestras realidades.

En la Provincia de Santa Fe está vigente la Ley 11273 y su decreto reglamentario N° 552/97 desde la década del 90, y es la que regula el uso de químicos para la producción agrícola. Esta normativa vetusta y de escasa aplicación, debe ser reformada, estableciendo resguardos mucho más adecuados a la información científica que está a disposición en estos momentos. La citada legislación está desajustada a la realidad actual respecto de la cantidad de agrotóxicos que se utilizan, ya que su uso aumentó el 1000% desde la promulgación de la norma. Además, la toxicidad real no es verdaderamente asumida, como ejemplo vale citar que para la IARC (Agencia Internacional del Cáncer), el GLIFOSATO, que es el biocida más usado en nuestro país (casi 250 millones de litros anuales), está categorizado como PROBABLE CANCERIGENO, mientras que el SENASA lo clasifica como BANDA VERDE (“producto que normalmente no produce peligro”) en base a estudios fraudulentos presentados por el fabricante, hoy en debate judicial en otros países. No es menor tampoco el desconocimiento que existe de la toxicidad de los caldos producto de la combinación de varios de ellos. 

Sin embargo, queremos dejar en claro que la ley mencionada otorga 500 metros para las fumigaciones terrestres y 3.000 m para las fumigaciones aéreas, desde el límite exterior del ejido urbano como zona en la que no se pueden utilizar ningún tipo de agrotóxicos (arts. 33 y 34 de la Ley 11273 y 51 y 53 del Decreto 552/92). La misma distancia se debe respetar “cuando en las inmediaciones del o los lotes a tratar existieren centros educativos, de salud, recreativos o habitacionales”. Por lo tanto, cualquier fumigación realizada en Santa Fe a menos de 500 metros en forma terrestre o 3.000 metros en forma aérea de distancia de escuelas rurales, caseríos rurales, y cualquier municipio o comuna de la Provincia de Santa Fe es ILEGAL, debe ser DENUNCIADA ante la comisaría local o fiscalía en turno (Ministerio Publico de la Acusación –MPA), por DELITO DE CONTAMINACIÓN CON RESIDUOS PELIGROSOS (arts. 55 a 57 de la Ley 24.051), siguiendo el pronunciamiento de la Corte Suprema de Justicia de la Nación que confirmó la sentencia condenatoria por delito de contaminación ambiental con agroquímicos al productor y aplicador “Gabrielli, Jorge Alberto y otros.- infracción Ley 24.051”, causa conocida como “Barrio Anexo Ituzaingó”, donde se dictaminó que “UNA MOLECULA DE VENENO SUELTA EN EL AIRE TRAS UNA APLICACIÓN ES UN RESIDUO PELIGROSO”.

Por su parte, las comunas y los municipios de nuestra provincia tienen facultades para reglamentar sobre salubridad y ordenamiento territorial (art. 39 inc. 62 Ley 2756, art. 45 ley 2439). Es entonces imperativo que, como habitantes de nuestros territorios, exijamos al poder Ejecutivo y Legislativo local que dicte las ordenanzas necesarias para proteger la vida y salud de la población, no sólo fijando la zona de exclusión de fumigación sino también ordenado que silos y acopios de cereales se trasladen fuera del ejido urbano.

A los fines de recabar información concreta de nuestras comunidades acerca de los impactos del modelo agrotóxico en nuestros cuerpos, teniendo en cuenta que el Estado nada hace al respecto, proponemos a los vecinos organizarse y capacitarse para la realización de encuestas epidemiológicas. Para ello contamos con la colaboración de destacados profesionales en la materia.

La realidad de las 700 escuelas rurales santafesinas es muy alarmante, las fumigaciones se realizan pegadas a los establecimientos educacionales, incluso cuando con los niñes y docentes permanecen dentro. Lo mismo sucede con muchos edificios escolares dentro del ámbito urbano en diversos pueblos de la provincia, donde las aspersiones son cercanas a la población en general. Además de que esto denota un explícito ultraje a la vida y la salud de la comunidad educativa, se agrava por la presión a la que se encuentran sometidos algunos docentes rurales por parte del propio Ministerio de Educación para acallar la situación. Es un derecho y un deber del docente, establecido por la Ley Nacional de Educación, defender la tranquilidad y las condiciones adecuadas para desarrollar la labor educativa. Las fumigaciones perturban esa tranquilidad, afectando la salud de alumnes y docentes. No está demás recordar que a “la escuela” la integramos todos: padres, alumnos, docentes y, comunidad en general; por lo que es responsabilidad de todos también denunciar las fumigaciones y accionar ante autoridades para generar medidas de protección.

En estas semanas, las corporaciones del agro negocio tales como Monstanto-Bayer encabezan una nueva embestida para modificar la Ley de Semillas Argentina, buscando cercenar el derecho del uso propio de los agricultores y profundizar el control de las simientes, siendo estas la base de todas las cadenas agroalimentarias y agroindustriales. El proyecto cuenta con un dictamen en la Cámara de Diputados de la Nación y aspiran a poder llevar la votación al recinto en los primeros meses del año. Adherimos, por ello, al conjunto amplio de organizaciones sociambientales, campesinas, indígenas, cátedras universitarias que están diciendo NO A LA MODIFICACION DE LA LEY DE SEMILLAS. Es así que convocamos también a la semana de acción de la “Soberanía Alimentaria contra la Ley Monsanto Bayer de Semillas”, del 23 al 28 de febrero en todo el país. El objetivo es visibilizar la problemática hacia el conjunto de la población y pedirles a los legisladores nacionales de cada uno de los territorios que voten en contra en caso de que la votación llegue al recinto.

Ante este panorama, la AGROECOLOGIA se constituye como una propuesta superadora e integradora para nuestras comunidades, ya que la entendemos como el modo de vinculación del hombre con la tierra respetando las condiciones y diversidades eco sistémicas de cada lugar. Esta propuesta nos permite producir alimentos diversos sin la utilización de productos agrotoxicos (sean estos químicos o biológicos), ni de organismos genéticamente modificados, garantizando la soberanía alimentaria de nuestros pueblos. Un modelo de sociedad basado en el “buen vivir”, casos como Hersilia, Chabas, las experiencia “Desvío A la Raíz” en Desvío Arijón y del  P.A.CA en Casilda, son ejemplos de comunidades en nuestra propia provincia de que la agroecología es una alternativa saludable y económicamente rentable para los productores. 

La Argentina es el segundo país en el mundo en cantidad de superficie trabajada en forma orgánica con aproximadamente 3.000.000 de hectáreas. La Ley 25.127 Nacional de fomento y Promoción de la Agroecología, por una parte, y la Res. 232/2018 del Ministerio de Agroindustria por otra parte, ante el vulnerable y precaria calidad del suelo rural Argentino, promueve esta práctica en aquellas regiones en que sea necesaria la reconversión productiva y especialmente en las que las condiciones ambientales así lo requieran. La producción agroecológica de alimentos es de bajos costos de insumos y no genera impacto negativo en el ambiente, la biodiversidad y al ser humano.

Para ello, necesitamos generar redes de consumidores y productores conscientes. En estas redes el productor produce alimentos en cercanías del consumidor asociado que los recibe, generándose un vínculo de confianza y compromiso entre ambos actores. En esta relación el productor sabe que su trabajo será reconocido por consumidores y éstos últimos tendrán la garantía de acceder a alimentos sanos, seguros y nutritivos.

Reconocemos que las únicas buenas prácticas son las de naturaleza Agroecológica ya que no utiliza absolutamente ningún producto agrotóxico ni biocida. Por lo tanto, el modelo productivo agroindustrial es ecocida, genocida y falaz en su intento de convencer y conseguir aceptación social de las comunidades y pueblos fumigados mediante las BPAs para seguir sosteniendo su negocio a costa del latrocinio de las comunidades.

En base a esto invitamos a los vecinos a organizar ferias campesinas culturales en sus territorios para fomentar la difusión de saberes y prácticas ancestrales de producción e intercambiar conocimientos de tecnología de reciente difusión, comercializar productos de manera directa, apoyar las economías locales y fortalecer las asambleas autoconvocadas por la Vida y el ambiente sano.

Agradecemos a todos los que hicieron posible tan valiosa jornada. El compromiso de cada uno construye y fortalece el movimiento de vecinos en defensa de una vida más sana. A los que estuvieron en Arroyo Leyes, nuestro reconocimiento por tan preciado esfuerzo y a los que acompañaron, de una u otra forma, desde el lugar donde estaban, a ellos muchas gracias también.

Cada uno de nosotros es semilla de conciencia y nos reconocemos en unidad con la Naturaleza. Hoy nos sembramos para vernos florecer en las generaciones venideras. Nos sabemos fuego, ese elemento que transforma y trasmuta nuestras realidades locales en el futuro que deseamos vivir. Nos sentimos agua que hará germinar la esperanza, tierra que nos alimentará en el propósito y aire que nos hará rebrotar más allá. Que así sea, hasta que se detengan las fumigaciones con agrotóxicos y logremos la transformación definitiva del modelo imperante por uno sano, seguro, soberano y solidario, que produzca alimentos accesibles a toda la población.

Vecinos Fumigados de la Provincia de Santa Fe

Contactos:

Eugenia Boccio 3406403291

Daniel Mangold 3464533430

Facundo Viola 3498400808

Temas: Agroecología, Defensa de los derechos de los pueblos y comunidades

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