Construyendo la soberanía alimentaria a través de la organización social y el rescate de saberes agrícolas tradicionales.

A principios del siglo XXI el sistema económico neoliberal se ha impuesto prácticamente en todo el mundo. Vivimos en un modelo de pensamiento y economía únicos, sin alternativas, está fuertemente monopolizada, casi cuatro empresas (Cargill, Archer Daniels, Bunge y Louis Dreyfus (finanzas.com. No. 1219) controlan en lo fundamental el comercio de alimentos en el mundo.

Por Marcos Juárez Tlehuactle, Jesús Daniel Ramírez Vásquez, Severino Cruz García, Alberto López Barrios.

Objetivo:.

Valorar la importancia de los Saberes Agrícolas Tradicionales desde su perspectiva integral y holística, tanto en estrategia de supervivencia campesina como en la formación de valores de solidaridad y respeto a diferentes culturas y al medio para producir nuestros propios productos naturales para asegurar y construir una soberanía alimentaria.

Palabras Claves: Soberanía alimentaria, organización, saberes, buen vivir, reproducción social.

Introducción:

Bajo el concepto neoliberal, la producción de alimentos se orienta a la producción de beneficios económicos, y se basa en la ley de la oferta y la demanda y la no intervención del Estado: el libre comercio. La agricultura se incluye en el libre comercio, defendiendo que las “ventajas competitivas” (cada país tiene ventajas en la producción de algún tipo de bienes en comparación con otros países) conseguirían unos resultados justos. La utilización del fenómeno de la globalización, en este sentido, favorece y acelera la implantación del modelo neoliberal en todo el planeta que no hace más que aumentar la desigualdad, y aumenta la velocidad de la degradación de la naturaleza. El sustento de la agricultura depende de las facilidades de acceso a los recursos de producción (tierra, agua, semillas, etc.) del campesinado, los tipos de sistema de producción y de las políticas agrarias y comerciales que rigen en cada lugar y momento.

De tal forma, es necesario retomar los saberes y conocimientos de los campesinos, ya que la agricultura tradicional que muchos de ellos manejan tienen conocimientos valiosos que nos pueden ayudar a producir alimentos sanos para una población en donde todas las personas se impliquen, participen y al mismo tiempo apropiarse de los paisajes culinarios y agroalimentarias, reforzando con las nuevas disciplinas que apoyan este conocimiento, tales como la agroecología que sirve para obtener alimentos sanos y la etnoecología que sirve para rescatar los saberes tradicionales en la producción de alimentos. Al escapar el proceso productivo de los trabajadores del campo, su lugar lo van ocupando compañías como Monsanto, Novartis, Dupont, Pioneer y Cairns, entre otras que penetran en mayor medida y sin cortapisas, no solo en países desarrollados sino a escala mundial (Perales,2014: Pág. 4).

Otro aspecto muy importante que tenemos que tomar en cuenta es la cultura que le damos a los hijos desde que están pequeños, porque en diversas ocasiones resulta más práctico comprar y consumir alimentos que se ofertan en los supermercados que producirlos, es necesario inculcar a los niños desde pequeños una cultura de una alimentación sana para lograr que ellos no dependan de las grandes empresas y hacer que ellos mismos produzcan lo que consumen, de esta forma las nuevas generaciones dejarán de depender de las empresas agroalimentarias trasnacionales.

Contenido:

Como seres humanos tenemos muchas necesidades, y una muy importante es la de alimentarnos, la forma de alimentarnos diariamente es indispensable para tener una mejor calidad de vida, pero lamentablemente, las grandes empresas que nos abastecen de alimentos básicos no cumplen con las normas para producir alimentos sanos y libres de transgénicos. Para países en vías de desarrollo como México estas empresas acaparan todo el mercado y prácticamente nos imponen los alimentos y la forma en que debemos consumirlos, quitándonos así la apropiación de estos, una conservación de la identidad cultural y el buen vivir, generando una malnutrición que lastima gran parte de la población pobre del país.

Con el comienzo de la revolución verde, desde 1960 se ha buscado incrementar y diversificar los productos agrícolas en todas las regiones rurales del planeta. Con esta revolución surgió un nuevo paradigma en las prácticas agrícolas en varios países, fundamentándose en enfoques genéticos y nuevas prácticas para la producción a gran escala, orillando así a perder los conocimientos agrícolas tradicionales y haciendo que la gente consuma alimentos con una gran variedad de químicos tóxicos y conservadores que afectan nuestra salud, perdiendo así la soberanía alimentaria de una comunidad o país.

El sistema agroalimentario mundial implica la declinación de la agricultura como actividad productiva específica así como de la disminución del papel de los productores independientes, la producción y disminución de los alimentos están en manos de los complejos agroindustriales que pueden integrar la producción de semillas, agrobiotecnología, agroquímicos, agroindustrial y que tienen la capacidad de colocar sus productos y servicios en diferentes partes del planeta (Chauvet, 2001: pág. 1079)

Este sistema de alimentación del cual se adueñan las grandes empresas, deja a un lado las prácticas y saberes tradicionales del campesino para producir y consumir alimentos, de tal manera que se propone que la alimentación sea:

• Buena para las personas: todos deberíamos tener acceso a información, y a los recursos que nos permitan cultivar, comprar, cocinar y disfrutar alimentos adecuados.

• Buena para el territorio: la sociedad y el gobierno debería apoyar y valorar iniciativas alimentarias que promueven empleo local, generen valor en nuestras localidades, fomenten la diversidad y traten bien a sus trabajadores/as.

• Buena para el planeta: los alimentos deben ser producidos, procesados, distribuidos y consumidos de forma que respeten y beneficien a la naturaleza.

Son aspectos a considerar para poder tener buenos alimentos y construir una cultura que conlleve todos los valores para la soberanía alimentaria.

Organización social y productiva

En la actualidad debido a las condiciones que vivimos ante las políticas públicas que favorecen a las empresas transnacionales dedicadas a producir, transformar, y distribuir el alimento a la sociedad, invaden y dominan a la sociedad, por este motivo una alternativa es la organización y formación de sociedades a favor de la sociedad, para una resistencia hacia ellos, y buscar una autonomía para el beneficio de la reproducción social.

El circuito comienza con una nueva forma de organización que implica la ruptura del aislamiento de las familias parceleras entre sí, y del confinamiento de las mujeres rurales. La nueva organización incluye el compromiso de las familias involucradas en recorrer todos los circuitos de la economía, romper con los enfoques tradicionales de la civilización depredadora, excluyente y represiva reivindicando y rehabilitando la tradición positiva de la economía campesina, tales como la solidaridad al interior de las familias, los lazos comunitarios, la producción de doble propósito (autoconsumo y comercialización), así como el compromiso de asumir nuevos enfoques económicos y culturales.

El movimiento Vía Campesina comenzó a utilizar el término Soberanía alimentaria en 1996 para hacer referencia a la idea de que cada pueblo o comunidad debe garantizar la alimentación de la población a partir de su propia agricultura; en otras palabras, no debe depender del mercado internacional ni de las grandes empresas que se dedican a la comercialización de alimentos. Además de ello, la soberanía alimentaria también se enfoca en la forma de producir alimentos orgánicos, lo cual implica que sea en base a un sistema de producción campesina diversificada (biodiversidad, capacidad productiva de las tierras, valor cultural, preservación de los recursos naturales), donde los alimentos sean sanos, libres de todo tipo de agroquímicos, de buena calidad y apropiados a cada cultura. A partir de ello se busca combatir el hambre, la pobreza y luchar por los derechos sociales. Vía Campesina es un movimiento internacional integrado por pequeños y medianos productores campesinos, indígenas y otros sectores vulnerables, que de manera independiente buscan promover en las comunidades y naciones enteras el derecho de establecer sus políticas y la libertad de producir sus propios alimentos. Desde su creación, en 1993, este movimiento ha defendido la práctica agrícola a pequeña escala como un modo de promover la justicia social y la dignidad resistiéndose a las grandes empresas que se dedican a la explotación de los recursos naturales para hacer negocio.

Otra forma de resistencia es mediante la organización para la creación de sociedades cooperativas, con el propósito de satisfacer necesidades individuales y colectivas a través de la realización de actividades económicas de producción, distribución y consumo de bienes y servicios, basados en intereses comunes y en los principios de solidaridad, esfuerzo propio y ayuda mutua.

Retomar los saberes tradicionales agrícolas para la construcción de la soberanía alimentaria

El conocimiento agrícola tradicional se entiende como todas aquellas prácticas, acciones y saberes que existen dentro de una población, los cuales fueron adquiridos por sí mismo a lo largo de los tiempos debido a las necesidades para cultivar alimentos. Muchos de los conocimientos agrícolas tradicionales son impresionantes y comprensibles.

De esta forma, consideramos que el conocimiento sobre la utilización y manipulación del suelo, agua y la vegetación entre otros, es un proceso de adaptación sociocultural a condiciones ambientales y socioeconómicas particulares. Así mismo, esta tendencia convive con el proceso de evolución en la escala humana, asociado con el avance científico y tecnológico empleado para la explotación del ambiente, lo que ha puesto en peligro esa continuidad y/o la transmisión de este tipo de conocimiento provocando, en algunos casos su desaparición. Como menciona Altieri y Nicholl (2000: 34) los sistemas de agricultura tradicionales han emergido a lo largo de siglos de la evolución cultural y biológica, de manera que los campesinos y los indígenas han desarrollado o heredado agroecosistemas que se adaptan bien a las condiciones locales y que les han permitido satisfacer sus necesidades vitales por siglos, aún bajo condiciones ambientales adversas, tales como terrenos marginales, sequía o inundaciones.

Para lograr el rescate de los conocimientos agrícolas que tradicionalmente se han usado entre los pequeños productores y construir la soberanía alimentaria es necesario comenzar cambiando las políticas alimentarias de las poblaciones, a través de movilizaciones en todos los municipios de todo el mundo, para así activarlos, ya que donde hay más afectación es en las pequeñas localidades, debido al impacto emocional, socioeconómico y cultural, se debe de crear una sociedad más consciente y participativa, ya que cada municipio es dueño de sus recursos y potencialidades para construirse. Algunos municipios están pensando cómo cambiar, por medio del abordaje de quién y cómo se están alimentando sus habitantes, viendo cuales son las consecuencias. La ayuda a la producción local es necesaria porque se debe considerar y ayudar a los productores con el comercio de sus productos, la asesoría y el apoyo jurídico a las pequeñas explotaciones familiares, la y ceder espacios o infraestructuras municipales de forma gratuita.

Es necesario rescatar, practicar y reproducir el conocimiento agrícola tradicional, creando una visión holística del sistema alimentario e incluyendo nuevos actores en la gobernanza de este, para apropiarse así de su paisaje alimentario y al mismo tiempo su paisaje culinario.

En la construcción de la soberanía alimentaria dentro de cada población debe de establecer espacios de participación, generar estrategias alimentarias sustentables y establecer nuevos diálogos alrededor de la comida con la población local en su conjunto, aportando estrategias conocidas para así lograr una fácil reproducción tanto alimenticia como social.

Una buena manera para la continuación de las prácticas agrícolas es priorizar la producción agrícola local (ver aquí) para la alimentación de la población, el acceso de los campesinos y campesinas a la tierra, al agua, a las semillas y al crédito, para así asegurar alimentos sanos en cada población (ver aquí).

El privilegio de la producción agrícola local, abarca la planificación de la participación de todos los actores y actoras que intervienen en las actividades agrícolas, medidas de protección y supervisión de los productores nacionales, para lograr así la soberanía alimentaria y la reproducción social.

La fomentación de compra pública de proximidad son una buena estrategia para asegurar la soberanía alimentaria, ya que los consumidores podrán comprar sus alimentos directamente con los productores, asegurando que estos tengan la venta segura de sus productos elaborados localmente, haciendo que las personas consuman alimentos directamente del campo a la mesa.

Programa de Campesino a Campesino promueve revalorización de saberes locales para recuperar la soberanía alimentaria.

Desde mediados de los años 80, la promoción de prácticas de manejo del suelo y agua y la incorporación de otras técnicas productivas agroecológicas, han sido promovidas en Nicaragua por el Programa de Campesino a Campesino impulsado por la Unión Nacional de Agricultores y Ganaderos (UNAG) creada en 1981 y que aglutina a más de 60,000 productores individuales, de los cuales, 20,000 trabajan con sus familias en prácticas agroecológicas, convirtiéndose en el principal referente de la agroecología en el país.

Conclusión:

La soberanía alimentaria es la mejor vía para erradicar el hambre y la malnutrición en el mundo, así como para garantizar la seguridad alimentaria duradera y sustentable para la sociedad.

El hambre y la desnutrición no son efecto de la fatalidad, de un accidente, de un problema de la geografía o de los fenómenos climatológicos. Son el resultado de haber excluido a millones de personas del acceso a bienes y recursos productivos tales como la tierra, el bosque, el mar, el agua, las semillas, la tecnología y el conocimiento. Son, ante todo, consecuencia de las políticas económicas, agrícolas y comerciales a escala mundial, regional y nacional impuestas por los poderes de los países desarrollados, sus corporaciones transnacionales y sus aliados en el Tercer Mundo, en su afán de mantener y acrecentar su hegemonía política, económica, cultural y militar en el actual proceso de reestructuración económica global.

Por eso en este artículo damos como propuesta y alternativa la organización social y el rescate de los saberes tradicionales agrícolas para poder alimentar a la sociedad y no depender de empresas transnacionales que dan a la sociedad alimentos de mala calidad.

Referencias:

1. Revista Ra Ximbai: ver aquí

2."Alternativas para la soberanía alimentaria en México": ver aquí

3. Noticias Aliadas: ver aquí

4. Soberanía alimentaria, Biodiversidad y Culturas: ver aquí

5. Soberanía alimentaria, Biodiversidad y Culturas: ver aquí

Temas: Soberanía alimentaria

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