Córdoba agroecológica

Idioma Español
País Argentina

La agroecología está más viva que nunca, a pesar del poder de fuego del agronegocio, que ha intentado ignorarla, negarla y cooptarla —en ese orden—. Y crece, desordenadamente, imprevisiblemente aparecen nuevas experiencias, en los lugares y contextos menos pensados. Más fuertemente que nunca se escucha el llamado de los viejos y los nuevos tiempos, convocándonos a esta aventura urgente de hacer del mundo nuevamente un hogar. Y en eso andamos…

Unas palabras del Eduardo Cerdá, a modo de prólogo

Me es muy grato leer y me honra acompañar con unas palabras este trabajo realizado por estos dos amigos y excelentes personas, que la agroecología me permitió conocer. Este libro me genera alegría y me resulta interesante porque, por un lado, presenta datos concretos y por otro, descripciones integrales que, en suma, ayudan a pensar, a ver detrás de las formas, a proyectar el hacer de otro modo, a replantearnos cómo producir y qué tipos de alimentos queremos producir y consumir. Desde una pequeña huerta en un patio hasta un proyecto de país, todo tiene que ver con la vida y con la relación que establecemos con la naturaleza y cómo nos integramos a ella.

Con este libro nos acercamos a dimensionar el movimiento agroecológico y todo lo que este representa, lo que es de gran importancia para todas las personas que estamos en este camino de hacer, entusiasmar y desmitificar que sin agroquímicos no se puede producir y que la única forma de producir alimentos es con el uso de sustancias químicas, como si tuviéramos que resignarnos a que la comida tenga que incluir sustancias tóxicas y no nos quedara otra posibilidad. Debemos cambiar este paradigma químico industrial que nos hizo focalizar demasiado en lo económico y perder de vista la importancia de la vitalidad de los procesos como de los alimentos logrados, ya que estos son los que construyen nuestro ser y por lo tanto nuestras comunidades.

Este libro aporta conceptos y provoca reflexiones para comprender de qué hablamos cuando decimos agroecología. Se describe muy bien el proceso por el cual va avanzando la agroecología y los mitos que han confundido muchas veces a productores/ as y técnicos/as, sin conocer realmente este nuevo paradigma, que se inicia a partir de la revisión de la física con la teoría de la relatividad y la cuántica, que nos aportan la idea de que todo es energía y que la materia es energía concentrada. Por lo tanto, un alimento se debe cultivar sabiendo que es energía y que, en la medida en que haya equilibrio y un respeto por la naturaleza y los seres que la conforman, el suelo y el agua, los vegetales y animales, el alimento resultará nutritivo y saludable.

Esta es una lectura que ayuda a soltar el prejuicio de que la agroecología nos llevará por un mal camino. Ese prejuicio de aquellos que no están formados ni comprenden la integralidad de este enfoque que, en realidad, libera conceptualmente: empezás a pensar, sos creativo/a. Y nos empodera al invitarnos a generar nuestras propias herramientas para constituirnos como sujetos productores de alimentos y dejar de depender de paquetes tan cerrados que hicieron que muchos no perciban que otra forma de hacer agricultura es posible y necesaria para seguir estando vivos, porque no peligra solo la naturaleza, somos nosotros como especie humana los que estamos en riesgo de extinción.

Este libro recupera la belleza del relato poético de esas personas que han vivido el campo y una ruralidad que aún gesta vida en el alimento que nos nutre integralmente.

A partir de experiencias como las que se describen en este libro hemos podido corroborar y demostrar que otra agricultura es posible. Y vemos que da resultado, que el suelo se recupera, que los cultivos tienen rendimientos similares, que se genera trabajo digno y que, en definitiva, el horizonte del desarrollo integral de la comunidad no está tan lejos. Y por eso pensamos que la agroecología es la agricultura del futuro y no una simple alternativa.

La producción y la calidad de nuestros alimentos, que luego constituyen nuestro ser, están en relación con la manera de entender los procesos de producción, con las relaciones entre las personas y los demás seres vivos, con las reflexiones compartidas y con lecturas como esta que también nos nutren y son un alimento.

Eduardo Cerdá

Primer Director Nacional de Agroecología

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Fuente: Universidad Nacional de Río Cuarto

Temas: Agroecología, Soberanía alimentaria

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