Dakota del Norte: Cómo hablar de la movilización en Piedra Parada

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"Standing Rock es parte de una lucha contra la violencia colonial. #NoDAPL es un frente de batalla en la muy borrada y prolongada guerra contra los pueblos originarios, activa desde el primer contacto, y que sigue sin interrupción. Nuestros esfuerzos por sobrevivir las condiciones en esta sociedad anti-indígena han pasado desapercibidas debido, en gran medida, a que el supremacismo blanco impone su ley y a que, como pueblos originarios, hemos sido arrinconados más allá de la conciencia general de la población."

LA IMPORTANCIA DE LAS PROTESTAS EN STANDING ROCK, DAKOTA DEL NORTE

“Siempre hemos estado aquí, luchando por nuestras vidas, sobreviviendo la colonización. Y esto se reconoce muy pocas veces”.

En semanas recientes, una movilización de varios pueblos originarios de Estados Unidos en Dakota del Norte ha puesto en los ojos del mundo la resistencia contra un oleoducto que las corporaciones pretenden que atraviese tierras sagradas del pueblo lakota. Esto originó un plantón, que se mantiene, brutalmente reprimido en varias ocasiones por las fuerzas del orden sin que éstas hayan logrado desalojar a la gente que resiste. El movimiento es conocido como #NoDAPL (No al gasoducto Dakota Access). La movilización es ya un espejo muy importante para muchos pueblos originarios en América el continente.

Es crucial que la gente reconozca que Standing Rock es parte de una lucha contra la violencia colonial. #NoDAPL es un frente de batalla en la muy borrada y prolongada guerra contra los pueblos originarios —una guerra activa desde el primer contacto, y que sigue sin interrupción. Nuestros esfuerzos por sobrevivir las condiciones en esta sociedad anti-indígena han pasado desapercibidas debido, en gran medida, a que el supremacismo blanco impone su ley y a que, como pueblos originarios, hemos sido arrinconados más allá de la conciencia general de la población.

El hecho de que sea más probable que nos asesinen las fuerzas de la ley que cualquier otro grupo indica lo ubicuo de esta erradicación de los pueblos originarios, a nivel cultural y literalmente. No obstante, el arrinconamiento lo han hecho fuera de la mirada de la gente común.

La violencia contra nosotros intersecta con numerosas otras, pero es perpetrada con diferentes motivos e intenciones. La violencia contra los negros es ejercida públicamente en aras de un control económico y social mientras que la violencia contra nosotros siempre ha tenido una meta pragmática: nuestra total erradicación.

La lucha en Standing Rock es un esfuerzo por evitar la construcción de un mecanismo destructivo y letal, emprendido por gente voraz que no tiene miramiento alguno hacia nuestras vidas. Siempre ha sido así. Morimos y hemos muerto en aras de la expansión de la riqueza de los blancos, para mantener su riqueza y su expansión.

Los daños perpetrados contra nosotros fueron escindidos, hace mucho, de los libros de historia. Este erradicarnos ha ocurrido en aras de la supremacía blanca y de la mitología estadounidense, que se alardean como un excepcionalismo estadunidense. Es perpetuado para sustentar el confort de aquellos a quienes benefician los daños cometidos contra nosotros. Nuestras luchas son escondidas de la mirada y de la memoria —y como tal son olvidadas por quienes no son directamente afectados.

Debe quedar claro que no estamos aquí solamente en aquellos raros momentos en que otras personas dan testimonio de nuestra existencia.

Reiteramos por eso algo que debería ser obvio: no solamente estamos aquí cuando ustedes nos miran. Siempre hemos estado aquí, luchando por nuestras vidas, sobreviviendo la colonización. Y esta realidad se reconoce muy pocas veces. Incluso las personas que creen en la libertad con mucha frecuencia nos pasan por alto y no consideran todos aquellos asuntos que intersectan con nuestros asuntos.

Importa mucho que mucha gente en el mundo esté testimoniando nuestra lucha en este momento histórico, pero necesitamos insistir en que el diálogo en torno a #NoDAPL se centró demasiado en torno al clima. Claro, existe una innegable conexión entre este frente de lucha y la más amplia lucha por combatir el cambio climático. Reconocemos plenamente que toda la humanidad está en riesgo de extinción, lo admitamos o no. Pero hacer intersección no significa enfocar exclusivamente las intersecciones de nuestro respectivo trabajo.

En ocasiones hay que hacer todo un viaje para salirnos de los límites de tales intersecciones.

Al discutir #NoDAPL, muy poca gente comienza nombrando nuestro derecho a defender nuestra agua y nuestra vida, en lo sencillo que es nuestro derecho natural a defender nuestras comunidades y a nosotros mismos. Cuando en el sentido más amplio se pone “la justicia climática” en el centro de la conversación, nuestros frentes de lucha se reducen a darle foro a los mensajes de las ONG.

Esto ocurre con mucha frecuencia en la discusión pública de #NoDAPL. Sí, todo mundo deberíamos conversar en torno al cambio climático, pero también debemos hablar del hecho de que las comunidades originarias merecen sobrevivir, porque nuestras vidas son valiosas por derecho propio —no sólo porque “nos afecta a todos”.

Así que cuando hablen de Standing Rock, comiencen por reconocer que este oleoducto fue redireccionado de un área en la que iba a afectar a la población blanca. Y recuérdenle a la gente que nuestro pueblo está luchando por sobrevivir la violencia de la colonización en muchos frentes, y como tal ojalá y no sólo compartan las narrativas que consideren que tienen una conexión concreta con sus propios asuntos —o como trampolín para discutir sus asuntos. Nuestros amigos, aliados y cómplices deberían luchar junto a nosotros porque valoran nuestra humanidad y nuestro derecho a vivir, además de cualquier otra razón en la que crean.

Todos los pueblos que resisten en Standing Rock, todos los pueblos de este continente, han sobrevivido al genocidio de millones de nuestra gente. Esto significa que cada niño indígena nacido es una victoria contra el colonialismo, aunque hayamos nacido directo a la lucha por nuestra existencia. Necesitamos ser nombrados y enfocados, una cortesía que rara vez nos concede nadie. Esto no quiere decir que los culpemos, es una petición.

Pedimos que nos ayuden a que exista un diálogo que comience por centrar la discusión en la violencia y las políticas contra los pueblos, no importa qué otras conexiones puedan hacer, porque estas discusiones simplemente no ocurren en este país. Hay mucha gente hablando de cambio climático, pero mucha menos gente discute de las variadas formas de violencia que enfrentamos, y mucha menos actúa en solidaridad con nosotros.

Y aunque seamos merecedores de todas estas discusiones, ahora vivimos un momento en que los Protectores Originarios del Agua y los Guerreros del Agua se han ganado el reconocimiento y la solidaridad de mucha gente. Así que si están luchando junto con nosotros lo valoramos, pero ahora en estos duros días les pedimos que mantengan las verdades que mencionamos y que centren su relato en torno a ellas. Este momento es, primero que nada, de liberación de los pueblos, de nuestra sobrevivencia y autodeterminación. Esto es lo que pedimos que se celebre y se resalte.

Por Kelly Hayes

(Traducción del inglés: RVH)

Fuente: Suplemento Ojarasca

Temas: Megaproyectos, Pueblos indígenas

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