Europa quiere romper su alta dependencia a la importación de soja GM. Boletín 635 de la RALLT

Idioma Español
País Europa

"Aunque Europa no espera acabar totalmente con su dependencia a la soja importada, si habrá una reducción considerable. La pregunta que queda planteada es, ¿qué pasará con toda la gran cantidad de soja que dejará de ser exportada desde el Cono Sur hacia Europa? ¿No será hora de que estos países del Cono Sur rompan también con la dependencia a las exportaciones de commodities agrícolas, particularmente de la soja transgénica, y se replanteen otro modelo para su futuro?"

RED POR UNA AMÉRICA LATINA LIBRE DE TRANSGÉNICOS
BOLETÍN 635

En los últimos años, la Unión Europea se ha planteado romper la dependencia que tiene a las importaciones de soja. En 2014 Europa importó:

• 14,3 millones de toneladas de Brasil
• 8,8 millones de toneladas de Argentina
• 5,5 millones de toneladas de Estados Unidos
• 2,2 millones de toneladas de Paraguay
• 1,9 millones de toneladas de otros países de América del Sur

La soja es la principal fuente de proteína para la industria ganadera europea. Se calcula que la Unión Europea importa 60 Kg de soja por cada ciudadano de la UE al año (un total de 34 millones de toneladas). Ahora quieren romper con esa dependencia.

UN POCO DE HISTORIA

Desde la década de 1920, Alemania era el líder en la producción de soja, y sus agricultores estaban agremiados en la “Soya German Association”. Sus fitomejoradores habían desarrollado una serie de variedades adaptadas a las condiciones climáticas de su país, y su industria de alimentos había producido derivados muy importantes de la soja, existían infraestructura para moler el grano y hacer aceite. Otros países del norte de Europa también producían soja y sus derivados. Esto se frenó durante la Segunda Guerra Mundial.

Mientras tanto, en Estados Unidos la extensión de plantaciones de soja aumentaban, así como las subvenciones estatales, lo que posibilitó mantener los precios constantemente bajos. Los científicos estadounidenses trabajaban en el desarrollo de nuevas variedades adaptadas a las diferentes condiciones de su país, en la conversión de la pasta de soya en un producto que satisfaga las demandas de los criadores de animales, así como el desarrollo de nuevos usos para la soja. Durante la segunda Guerra Mundial la soja reemplazó a todos los aceites importados en Estados Unidos.

Una vez finalizada la guerra, Estados Unidos financia la reconstrucción de Europa a través del Plan Marshall. Una de las recomendaciones fue que si Alemania incrementara sus importaciones (estadounidenses) de soja, y de esa manera estaría en capacidad de producir más alimentos fortificados con base a soja. Se recomendaba además incluir al menos el 3% y no más del 5% de harina de soja en el pan, y el 10% en las salchichas, para elevador su nivel proteico, lo que debía ser complementado con una campaña de educación a miembros del gobierno y de la industria sobre las bondades de la soya en la nutrición.

Se afirmó que la economía de alemana estaría mucho mejor si se concentra en la producción de cereales, y si compraba la soja de afuera, pues era más barato comprarla que producirla. La racionalidad atrás de esa recomendación era que dada la necesidad mundial de carbohidratos y proteínas, la soja debería ser producida en otro país diferente a Alemania, donde su producción sea más barata (por ejemplo, en Estados Unidos).

Quien estuvo tras de esta recomendación fue la Asociación Americana de Soja. Su secretario George Strayer, realizó en esos años una gira por Holanda, Suecia, Alemania, Dinamarca, para evaluar las posibilidades del mercado de soja estadounidense en Europa. Este viaje fue financiado por el Plan Marshall.

A partir de entonces, Estados Unidos pasó a ser el único país exportador de soja. Esta leguminosa logró infiltrarse en casi toda la comida procesada. Este país se deshizo de los excedentes de soya a través de sus programas de ayuda alimentaria. En años setenta Brasil y Argentina empezaron a exportar soja, y se convirtieron en verdaderos competidores de Estados Unidos.

Desde hace 20 años, los países europeos han tratado de escapar de la dependencia a las importaciones de soja, a lo que se suma el rechazo de los consumidores a la soja transgénica. Han intentado sembrar soya o substituirla con otra oleaginosa como canola o girasol, o producir pasta de algodón o maní en sus ex colonias, pero sin éxito. La demanda de la pasta de soya de soya no ha disminuido en la Unión Europea y ahora representa alrededor del 70 por ciento de sus necesidades totales.

La situación actual

Las importaciones de soja de la Unión Europea (UE) en 2015 fueron de 13,6 millones de toneladas, lo que significa un incremento de 100 mil toneladas con respecto al año pasado, lo que da cuenta de la gran dependencia de este bloque económico por proteínas para sus piensos. Esta cantidad de soja podría corresponder a unas 12 millones de hectáreas de tierras cultivables. Esto pone en peligro la independencia del suministro de alimentos de la UE, y genera un rechazo por parte de los consumidores, que no quieren alimentos basados en insumos transgénicos.

La ausencia generalizada de cultivos leguminosos de la rotación de cultivos en Europa tiene enormes consecuencias negativas para el clima, la fertilidad del suelo, el balance de nitrógeno y la biodiversidad.

Por eso se ha iniciado una estrategia para producir proteínas (es decir soja) libres de transgénicos para Europa.

SOYA EN EL DANUBIO

Producir soja en el Danubio es una iniciativa que tiene como objetivo que Europa sea más autosuficiente en la producción de soja, reducir sus importaciones de OGM, y conectar a los agricultores de Europa del Este con los consumidores de Europa Occidental.

Europa es conocida por su fuerte postura anti-OGM, pero el continente sigue importando 12 millones de toneladas métricas de soja modificada genéticamente cada año a partir del Norte y América del Sur para la alimentación animal.

Según Matthias Krön director general del grupo del Grupo Danubio Soja, su objetivos es "aumentar la producción de soja no modificada genéticamente para desarrollar más proteína (animal). No vamos a sustituir las importaciones, pero queremos equilibrar eso un poco."

El Danubio es el segundo río más largo de Europa, fluye a través de 1.785 millas pasando por Alemania, Austria, Eslovaquia, Hungría, Croacia, Serbia, Bulgaria, Rumania, Moldavia y Ucrania.

De acuerdo a Bill Thompson, director general de Genetic ID para Europa, los comerciantes minoristas de alimentos apoyan Danubio Soja. "la principales cadenas de supermercados de Alemania quieren independizarse de las importaciones de soja y harina de soja procedentes de Estados Unidos, Brasil, China y Argentina y quieren tener un suministro con sede en Europa que sea confiable para satisfacer las demandas del mercado de la UE".

Desde su lanzamiento en 2012, el Danubio Soja ha crecido de 20 miembros a más de 170 en 16 países. Los miembros representan a empresas y agricultores de muchas áreas de la cadena de producción de alimentos, incluyendo productores, procesadores de soja, ingrediente, fabricantes de alimentos, organizaciones no gubernamentales, cadenas de supermercados y laboratorios de pruebas de OGM, entre otros.

Plantaciones de soja no modificada genéticamente en la región del Danubio se ha incrementado en un 19% desde 597.000 hectáreas en 2013 a 700.000 hectáreas en 2014. La meta es producir 5 millones de toneladas de soja para el año 2020.

Otro objetivo del proyecto es conectar a los agricultores más pobres en los países de Europa del Este, como Eslovaquia, Hungría, Croacia y Serbia, a los consumidores más ricos de Europa Occidental que quieren no quieres soja transgénica.

Danubio Soja está desarrollando además un programa de certificación para la soja no modificados genéticamente, sobre la base de los programas similares que hay en Austria "Gentechnikfrei" (Libre de OGM) y "Ohne Genetechnik" de Alemania (No Ingeniería Genética). Además de su requerimiento de que no sea transgénico, el programa incluirá criterios de sostenibilidad con restricciones a los pesticidas, y que la soja sea cultiva sólo en tierras dedicadas tradicionalmente a la agricultura; no se permiten que nuevas áreas sean convertidos a cultivos de soja. La soja tampoco pueden ser cultivada en monocultivos, sino que debe ser parte de diversas rotaciones de cultivos.

Crecer más soja beneficiará a los suelos agrícolas de Europa, que producen principalmente maíz, trigo, otros cereales y girasoles, por la capacidad de la soja de fijar nitrógeno, dicen en Danubio Soja.

Al momento la producción procedente de esta iniciativa representa el 5% de su demanda anual (1,7 millones de toneladas al año).

EL ROL DE UCRANIA

Ucrania, que tiene características similares y la misma área de tierra fértil que Argentina, ha sido vista como una posibilidad importante en la estrategia “Proteínas para Europa”. Este país es un productor tradicional de girasol y aceite de girasol. Ahí se produce el 26% del aceite de girasol a nivel mundial. Sus exportaciones en 2015 fue de 4 millones de toneladas.

La idea es que Ucrania, que está entre los principales productores mundiales de oleaginosas, incremente su producción de soja en 2014 fue de 4,2 millones de toneladas, y se pronostica que en 2015 sea un 8,2% más. Sus exportaciones fueron de 2 millones de toneladas en 2015.

El área plantada en 2014 fue de 2,15 millones de hectáreas, y se espera que en 2015 se incremente en un 19%. La producción de soja en Ucrania ha crecido en 10 vedes en los últimos 10 años.

Conclusiones:

Europa está trabajando por alcanzar su autoabastecimiento de soja dada la alta dependencia que tiene de esta leguminosa que es estratégica para su industria ganadera, especialmente láctea, pero también porcina y avícola, pues la soja es la principal fuente de proteína para esta industria.

Otra motivación es disminuir las importaciones de piensos transgénicos, que son ampliamente rechazados por los consumidores europeos.

Aunque Europa no espera acabar totalmente con su dependencia a la soja importada, si habrá una reducción considerable. La pregunta que queda planteada es, ¿qué pasará con toda la gran cantidad de soja que dejará de ser exportada desde el Cono Sur hacia Europa? ¿No será hora de que estos países del Cono Sur rompan también con la dependencia a las exportaciones de commodities agrícolas, particularmente de la soja transgénica, y se replanteen otro modelo para su futuro?

Fuentes:

Ucrania elevará producción y exportación de soja. Martes 30 de octubre de 2012, aquí

USDA / FAS. 2015. Oilseeds. World Markets and Trade. Disponible, aquí (pdf)

Danube Soya works to create GMO-Free Europe. The organic & Non-GMO Report. 26 de febrero 2015, aquí

WWF. RESEARCH: Mapping the soy supply chain in Europe. 17 de mayo 2015.

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Fuente: RALLT

Temas: Transgénicos

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