Francia Márquez: “El modelo económico es el mayor enemigo del medio ambiente”

Idioma Español
País Colombia

La abogada y activista ganó el Premio Medioambiental Goldman. Hablamos con ella para tratar de entender a esa mujer que encabezó una marcha de 10 días con 80 mujeres, de Cauca a Bogotá, para exigirle al gobierno que prohibiera la extracción ilegal de oro en sus tierras ancestrales.

Líder Afrocolombiana, activista, defensora de los derechos humanos en Colombia​​​ y ganadora del Premio Medioambiental Goldman en abril de 2018.Foto: Cortesía

Su nombre volvió a ser noticia el 23 de abril de este año cuando ganó el Premio Medioambiental Goldman que reconocía su lucha contra la minería ilegal en el Cauca. La vimos en todos los medios de comunicación del país y las redes sociales se inundaron de frases inspiradoras y llenas de sabiduría, entre esas su discurso, el que recitó cuando recibió el premio en Estados Unidos.

Márquez, una mujer que transmite a través de su voz dulzura, liderazgo y amor por sus raíces, nos reveló cual fue su secreto para combatir el miedo que sintió cuando llegó a Bogotá luego de esa marcha que hizo durante 10 días; nos contó de los acuerdos que el gobierno aún no le cumple a su pueblo; nos habló del significado del oro en su vida y nos confesó, para ella, que es lo mejor de ser mujer. Una entrevista corta que, sin embargo, dibuja una mujer admirable que nos invita a seguir sus pasos en la lucha por el medio ambiente. ( Así es Francia Márquez, la colombiana que ganó el “Nobel” ambiental).

¿Estudiar Derecho, para qué?

Yo reconozco que el derecho tiene una visión y escritura muy colonial. Las reglas y normas del derecho, que justificaron la esclavización de mi pueblo y establecieron códigos negreros desde el sistema jurídico colonial, me motivaron a estudiarlo. Precisamente para debatir los temas jurídicos que han oprimido a mi comunidad y han violentado el derecho de las minorías.

Usted, que lo logró, ¿cómo cree que es posible hacerse oír en un país de sordos?

Es parte del desafío. Yo lo he tenido claro porque siempre he pensado en todo lo que tuvieron que hacer mis ancestros para liberarse de las cadenas. Para ellos no fue nada fácil liberarse del yugo del español, sin embargo, gracias a esa perseverancia de ellos y de ellas yo no tengo grillete en los pies y las manos. Soy consciente que tengo muchas ataduras mentales, pero estoy en mi proceso libertario y por eso, siempre parto desde ahí para pensar que todo lo que hago no será fácil, pero tampoco imposible.

¿Qué fue lo más difícil de marchar hasta Bogotá?

Saber que al llegar allá nos encontraríamos con una institución que aún hoy nos sigue mirando como cosas, como "estas negras, ¿qué vinieron a hacer acá? Ya las escuchamos, ya se pueden ir otra vez”, hasta que decidimos tomarnos el Ministerio del interior y ahí sí nos prestaron atención, a tal punto que nos declararon amenaza para la sociedad.

Hacer ese proceso con todo lo que implicó (quedarnos varios días sin cobijas, ni frazadas, desprotejidas) y terminar con unos acuerdos que hoy no se cumplen, es lo más frustrante de ese recorrido. Que lo que acordamos haya quedado solo en el papel de varias actas.

Muchas de las mujeres que la acompañaron tenían miedo, ¿usted cómo hizo para combatirlo?

Siempre hemos tenido miedo y es normal que lo sintamos. Es un instinto de defensa y cuidado que indica cuando estamos en riesgo o en peligro y, siempre va a estar en nosotros.

El amor es una estrategia muy fuerte para vencer el miedo, y yo creo que junto a todas esas mujeres usamos el amor maternal. Así como cuidamos a nuestros hijos, y a veces hacemos hasta lo imposible por ellos, porque muchas somos madres cabeza de familia, hicimos lo mismo en este proceso. Eso fue lo que permitió transformar ese miedo para exigir la reivindicación de los derechos y detener esa situación que nos estaba haciendo daño en el territorio.

¿Qué acuerdos le falta al Gobierno por cumplir?

(Risas), a nosotros, todos. Hicimos varios acuerdos:

. Un estudio de impacto de la minería en el departamento.

. Implementar el decreto 4635 del 2011 en los 41 consejos comunitarios del norte del Cauca.

. Con el ministerio de agricultura realizar un programa de agricultura para mujeres.

. Hacer una escuela de formación ambiental desde las prácticas ancestrales de la misma comunidad.

Ninguno de estos acuerdos que hicimos nosotras como mujeres afro para cuidar nuestra tierra con el gobierno, los han cumplido. Todo quedó en dos años de reuniones, y sí eso pasa con nosotras, imagínese con los otros sectores sociales. Empeñan la palabra, pero botan el resto.

Y más allá de esos acuerdos, ¿qué falta cambiar en su comunidad?

Falta mucho, las comunidades afro en general tienen las necesidades más insatisfechas del país. En mi propia comunidad no hay agua potable, hicimos un estudio preliminar que dice que la gente está tomando agua contaminada entre 50 y 1.000 partículas de mercurio por billón, ese es un estudio preliminar que hicimos en 2 veredas que hacen parte del consejo comunitario de La Toma. Aún faltan por hacer los procesos organizativos y comunitarios, seguir fortaleciendo a las mujeres para que continúen cultivando una política de cuidado y transformación a través de su amor maternal y seguir inspirando a los jóvenes para que sean ellos la generación del cambio y la transformación que necesita este país.

Para usted, ¿cuál es el mayor enemigo del medio ambiente?

El modelo económico que promueve el mismo gobierno nacional.

¿Para qué sirve ganar un premio como el Goldman?

Ese premio le da visibilidad a nivel mundial al proceso organizativo al que yo pertenezco y reconoce de alguna manera, que la lucha que venimos haciendo no ha sido en vano en este país, además nos motiva a seguir defendiendo el medio ambiente. Este premio es para América Latina y centro América y, se lo ganó Colombia, así que el desafío lo tiene el gobierno nacional, pues la tarea más grande es establecer una cultura de paz con el medio ambiente, proteger esa biodiversidad y riqueza cultural que tenemos en nuestro territorio, en vez de seguir promoviendo ese modelo económico que está destruyendo vida. Un ejemplo en la actualidad, es lo que está pasando en Hidroituango y en Lizama con los pozos petroleros, eso no debe ir más.

¿Qué les falta a los activistas en Colombia?

Apoyo de toda la sociedad. A veces nos miran como personas que estamos en contra del desarrollo, pero no miran que estamos defendiendo hasta sus propias vidas, su bienestar. Falta apoyo y que la sociedad en general tome más conciencia sobre nuestro papel.

¿Qué se le pasa por la cabeza o por el cuerpo al pensar en las amenazas contra su vida que vinieron después de todo el trabajo que ha hecho por la comunidad?

Me pasa de todo, sobre todo los miedos y temores que todos los seres humanos tenemos, pero también me da coraje saber que hay un gobierno tan infame que no es capaz de garantizar los derechos humanos y de protegerme. Un gobierno que nos mira como sí no fuéramos parte del estado colombiano.

¿Qué es el oro para usted?

Yo crecí haciendo minería ancestral, tradicional y cultural. A través de ella establecíamos comunidad, principios y relacionamiento con el territorio. Para mí el oro significa eso, pero para muchos simplemente es un mineral que permite acumular riqueza porque gran parte del oro que se saca en el mundo no se usa para la tecnología, si no para otros fines más comerciales. Creo que con la minería ancestral que hacen las comunidades se podría suplir esa necesidad, pero el argumento es que esas grandes porciones de oro se van para las bóvedas de grandes capitales para la acumulación. Creo que es un despropósito destruir y terminar con ese fin.

¿Qué es lo mejor de ser mujer?

Saber que parimos la vida y hacerlo nos coloca el gran desafío de cuidarla y todo termina siendo una gran inspiración. Yo parí a los 16 años siendo una adolescente y una mujer afrodescendiente, y que a mí, con mis condiciones, me dieran ese reconocimiento mundial obedece a esa lucha tan ardua que me ha tocado hacer por mi pueblo, porque no es fácil que una mujer negra, cabeza de familia, empobrecida, de la pelea por defender su territorio y la vida. Entonces, ser mujer nos pone en esa condición de usar el amor maternal para seguir cuidando la vida en un sentido amplio.

Fuente: El Espectador

Temas: Feminismo y luchas de las Mujeres, Minería

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