La clasificación del glifosato como un posible cancerígeno a humanos hecho por la IARC es científicamente robusta

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En marzo de 2015, la Agencia Internacional para la Investigación sobre el Cáncer (IARC), de la Organización Mundial de la Salud (OMS) clasificó al glifosato como “probable cancerígeno para los seres humanos”. El glifosato se utiliza ampliamente en todo el mundo, pero sobre todo en los cultivos transgénicos resistentes a los herbicidas.

En marzo de 2016, la IARC publicó una lista de preguntas y respuestas sobre el glifosato para apoyar y abordar las cuestiones críticas en esta clasificación. Ahí se explica de que se trata de una clasificación de los peligros, lo que indica la fuerza de la evidencia de que el glifosato puede causar cáncer. Sus conclusiones se basaron en pruebas “limitada” sobre evidencias de cáncer en seres humanos (a partir de exposiciones humanas ocurridas en el mundo real) y pruebas “suficientes” de cáncer en animales de experimentación (a partir de estudios de glifosato “puro”). La probabilidad de desarrollar cáncer dependerá de factores tales como el tipo y la extensión de la exposición y la fuerza del efecto del agente.

La IARC hace hincapié en que no había pruebas “fuerte” para probar su genotoxicidad, tanto para el glifosato “puro” como para las formulaciones que usan glifosato, lo que significa que los efectos cancerígenos no pueden atribuirse exclusivamente a otros productos químicos presentes en las formulaciones con base en el glifosato. Los datos de todos los estudios combinados mostraron una asociación estadísticamente significativa entre el linfoma no Hodgkin y la exposición al glifosato.

La IARC señala, además, que se observaron cánceres no sólo en los animales expuestos a dosis tóxicas de glifosato, sino que también se observaron en ausencia de toxicidad. Una consideración importante en la evaluación del Grupo de Trabajo de la IARC fue que el glifosato provocó inusuales tipos de tumores, que muy raramente se ven en los animales no tratados.

Además, mientras que muchos organismos reguladores se basan principalmente en datos generados en estudios toxicológicos de la industria, y que no están disponibles en el dominio público, la IARC reúne de forma sistemática y evalúa todas las pruebas pertinentes disponibles en el dominio público para su revisión científica independiente.

La monografía del IARC sobre el glifosato, se basó en el volumen total de alrededor de 1.000 citas bibliográficas y otras fuentes de información.

También es importante tener en cuenta que el reciente hallazgo de la Reunión Conjunta FAO / OMS sobre Residuos de Plaguicidas (JMPR), de mayo 2016 de que es poco probable que exista riesgo carcinógeno para los seres humanos de la exposición a través de la dieta con glifosato, no es contradictoria con la conclusión de la IARC .

La IARC identifica un peligro de cáncer, mientras que la JMPR evalúa el nivel de riesgo para la salud de los consumidores asociados con la exposición dietética a los residuos de plaguicidas en los alimentos.

Los riesgos para los agricultores, trabajadores agrícolas y comunidades rurales expuestas al glifosato tendría que ser evaluado con urgencia, dado el amplio uso de glifosato y la evidencia de efectos adversos para la salud que surgen de los países que han plantado cultivos transgénicos resistentes a glifosato.

Fuente: RAPAL Uruguay

Temas: Agrotóxicos

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