La intensificación de la apropiación y concentración de tierras en la era del “capitalismo verde”. Boletín 213 del WRM

Por WRM
Idioma Español

"En este boletín, mostramos como el proceso de apropiación y concentración de tierras se profundiza cada vez más en los países del hemisferio Sur, en especial en las regiones con bosques tropicales."

El último 17 de abril, mujeres y hombres campesinos del mundo entero celebraron el Día de la Lucha Campesina, en homenaje a los 19 campesinos del Movimiento de los Trabajadores Rurales Sin Tierra (MST) de Brasil que el 17 de abril de 1996 fueron asesinados por la policía mientras luchaban por la reforma agraria. Hoy en día, una de las principales luchas de las campesinas y campesinos es exactamente contra la apropiación y la concentración de tierras que afecta profundamente a las comunidades campesinas, indígenas y otras que dependen de los bosques. Esta lucha se ha venido acrecentando todavía más, pero no solo por la continua expansión del agronegocio, la extracción de minerales, petróleo y gas, los monocultivos de árboles, las hidroeléctricas, etc., sino también por nuevos fenómenos como la “apropiación verde de las tierras” en esta era que podemos llamar de "capitalismo o economía verde". Tomamos especial atención al caso de Indonesia, con algunas señales de esperanza y mucha preocupación.

En este boletín, mostramos como el proceso de apropiación y concentración de tierras se profundiza cada vez más en los países del hemisferio Sur, en especial en las regiones con bosques tropicales. En Camboya, el número de familias afectadas por los conflictos de tierras se triplicó en apenas un año. En Brasil, la empresa de eucalipto y celulosa Fibria vendió parte de sus tierras a una empresa del mercado financiero sin dejar de plantar árboles de eucalipto en ellas. Con la venta generó recursos que pretende usar, entre otras cosas, para sus planes de expansión. Otro artículo cuenta como la aprobación por parte de las autoridades en Brasil de un eucalipto genéticamente manipulado sirve como un estímulo más para los futuros planes de expansión de empresas forestales como Suzano. En Liberia, el Banco Mundial propone una “apropiación verde de tierras” al recomendar el mecanismo de “compensación con créditos de biodiversidad”. También advertimos sobre la iniciativa del Consejo de Manejo Forestal (FSC) para certificar como “sustentables” no solo la extracción industrial de madera en bosques y plantaciones de monocultivos de árboles, sino también los llamados “servicios ecosistémicos” en áreas de bosques, dando más legitimidad, o sea, más condiciones para que este tipo de proyectos puedan expandirse. Finalmente, vemos que mientras la apropiación de tierras continúa, hay una serie de elementos, algunos más graves que otros, que empeoran directa o indirectamente el proceso de apropiación y concentración de tierras, inclusive la llamada “apropiación verde de las tierras”.

Esto también ocurre en Indonesia, que está entre los países con la mayor área de bosques tropicales en el mundo. Pero éstos han sido apropiados y en gran parte destruidos por empresas en su mayoría orientadas a la exportación. De acuerdo con la ONG de Indonesia Walhi, en las áreas del país consideradas de bosques, el sector maderero controla 25 millones de hectáreas, el de plantaciones de monocultivos de árboles 10,1 millones de hectáreas, el de plantaciones de palma aceitera 12.5 millones de hectáreas y el de la minería 3.2 millones de hectáreas. Estos, junto a otros sectores, controlan alrededor de 57 millones de hectáreas de un total de 120 millones de hectáreas de bosques en el país.

La apropiación y concentración de tierras por parte de este modelo depredador y violento se profundiza todavía más en un contexto de economía o capitalismo “verde”. De acuerdo con la ONG Walhi, la llamada “apropiación verde de las tierras” ya ha resultado en la apropiación de 2.6 millones de hectáreas por actores que promueven proyectos y esquemas del tipo REDD+, orientado hacia el comercio del carbono en beneficio de empresas y países contaminantes del Norte, en especial de Europa. El gobierno de Noruega, por ejemplo, ha invertido en los últimos años en proyectos para “evitar la deforestación” y hacer la llamada “restauración de ecosistemas” en las provincias de Sumatra, Sulawesi, Nusa Tenggara, Kalimantan, Papua y Maluku. Pero se trata de una política incoherente. Mientras invierte en REDD+, también invierte en la continuación y expansión del modelo depredador y violento. En Indonesia, la empresa estatal de Noruega, Statoil, anunció la expansión de las actividades de extracción de petróleo, mientras que el fondo de pensión estatal sigue invirtiendo en la extracción de carbón mineral en general.

Para acceder al Boletín completo en línea, ingrese aquí

Temas: Monocultivos forestales y agroalimentarios

Comentarios