Manifiesto de las Américas: en defensa de la naturaleza y la diversidad biológica y cultural

Idioma Español y Portugués

Vivimos en un sistema económico dominante que hace siglos se propuso explotar de forma ilimitada todos los ecosistemas y sus recursos naturales. Esta estrategia trajo crecimiento económico y lo que se llamó "desarrollo" para algunas naciones, y privilegió el consumo y el bienestar social de una parte muy pequeña de la humanidad. Y, desgraciadamente, excluyó de las condiciones mínimas de sobrevivencia a las grandes mayorías de la humanidad

(Lea más abajo la versión en portugués)

El costo de ese sistema de explotación de la naturaleza y de las personas, junto al consumismo desenfrenado, se ha pagado con el sacrificio de millones de trabajadores pobres, campesinos, indígenas, pastores, pescadores, y otras personas pobres de la sociedad, que entregan sus vidas cada día. Y con la agresión permanente a la naturaleza, que fue y continúa siendo sistemáticamente devastada. Su integridad y la diversidad de formas de vida, que son el sostén de la biodiversidad, están amenazadas. Y si la naturaleza de nuestro planeta está amenazada, también lo está la propia vida humana, que depende de ella. Incluso el Balance Ecosistémico del Milenio hecho por la ONU, y divulgado en 2005, reconoce que "las actividades humanas están cambiando fundamentalmente y, en muchos casos, de forma irreversible la diversidad de la vida en el planeta Tierra. Estas tasas van a continuar acelerándose en el futuro". En ese importante reconocimiento de la crisis planetaria, es también fundamental reconocer que no son todas las actividades humanas perjudiciales, sino y ante todo aquellas guiadas por el desenfreno del lucro de las corporaciones transnacionales.

Ante esta situación dramática, sentimos la necesidad de afirmar alternativas que aseguren un futuro de esperanza para la vida, para la humanidad y para la Tierra. Necesitamos pasar de una Sociedad de Producción Industrial, consumista e individualista, que sacrifica los ecosistemas y penaliza a las personas, destruyendo a socio-biodiversidad, a una Sociedad de Sustentación de Toda la Vida, que se enrumbe por una vía socialmente justa y ecológicamente sustentable para vivir, cuide de la comunidad de vida y protega las bases físico-químicas y ecológicas que sustentan todos los procesos vitales, incluidos los humanos.

Como habitantes del continente americano tenemos la conciencia de nuestra responsabilidad universal. Por nosotros pasa también el futuro de la Tierra. Los países amazónicos y andinos, por ejemplo, como Colombia, Ecuador, Perú, Bolivia, Venezuela y Brasil son territorios megadiversos. No sólo por la presencia de riquísimos ecosistemas, sino también por la presencia de muchos pueblos indígenas, campesinos, quilombolas y otras comunidades locales, que desde siglos y milenios aprendieron a vivir en co-habitación con la biodiversidad y la sociodiversidad. La floresta amazónica que existe en nuestros países representa un tercio de las florestas tropicales del mundo y abarca más del 50% de la biodiversidad. En ella existen por lo menos 45.000 especies de plantas, 1.800 especies de mariposas, 150 especies de murciélagos, 1.300 especies de peces de agua dulce, 163 especies de anfibios, 305 especies de serpientes, 311 especies de mamíferos y 1.000 especies de aves.

Debido a esta riqueza, América Latina está siendo objeto de la codicia de los "neoliberales-globocolonizadores" a través de la acción demente de decenas de empresas trasnacionales, principalmente de los países del norte global, que descaradamente practican biopiratería. Otrora era la carrera al oro y la plata, hoy es la carrera a los recursos genéticos, farmacológicos y a los saberes tradicionales y locales, todos estratégicos para el futuro de los negocios del mercado mundial. E incluso nos quieren imponer leyes de patentes y de protección a sus lucros fantásticos.

Queremos hacer frente, de manera decisiva, a este proceso de expoliación. Proponemos políticas consistentes que buscan:

1. Conservar la diversidad biológica y cultural de nuestros ecosistemas, quiere decir, cuidar el conjunto de los organismos vivos en sus hábitat y también las interdependencias entre ellos dentro del equilibrio dinámico, propio de cada región ecológica y de las características singulares de las especies, así como la interacción social y ecológicamente sustentable de los pueblos que viven en la región.

2. Proponemos políticas articuladas que apuntan a garantizar la integridad y la belleza de los ecosistemas y los pueblos que cuidan y dependen de ella

Eso implica la preservación de las características que aseguran su funcionamiento y mantienen la identidad del ser vivo y del conjunto vivo sea en su aspecto territorial, biológico, social, cultural, paisajístico, histórico y monumental. La preservación de la diversidad biológica y cultural, de la integridad y de la belleza de los sistemas ecológicos asegura la sostenibilidad a las múltiples funciones ambientales y a los beneficios que el ser humano obtiene para sí para las futuras generaciones. Entre otros: agua potable, alimentos, medicinas, maderas, fibras, regulación del clima, prevención de inundaciones y enfermedades. Al mismo tiempo que constituye las bases del sostén de la recreación, de la estética y de la espiritualidad así como el soporte de la conformación del suelo, la fotosíntesis y el ciclo de nutrientes, entre otras funciones vitales para el sustento de toda la humanidad.

3. Nos oponemos decididamente a la introducción de especies exóticas, inadecuadas a nuestros ecosistemas. Como sucedió en muchos biomas con la introducción de plantaciones homogéneas, industriales, del eucalipto, pino, etc. que destruyen los ecosistemas naturales y producen fuertes impactos sociales en los pueblos que viven en esas áreas; producen el lucro, los dólares, la celulosa, el carbón, agua sucia, y dejan la degradación y la pobreza.

4. Nos oponemos decididamente a la introducción de organismos transgénicos en el ambiente, sea en la agricultura, en las plantaciones, en la ganadería o cualquier otro cultivo en el medio ambiente, ya que además de no ser necesarios, no sirven para nada, a no ser para el lucro de unas pocas empresas transnacionales. Traen riesgos potenciales a la salud de las personas y a modificaciones permanentes e irreversibles en la naturaleza y los ecosistemas. Nos oponemos enfáticamente la introducción de árboles transgénicos, que significan un peligro aún mayor, debido entre otras cosas a que el polen, tiene la posibilidad de diseminarse a lo largo de miles de kilómetros, contaminando ineludiblemente otras florestas, incluyendo las floresta nativas, con multiplicación de impactos sobre la flora, los insectos y otros componentes de la fauna, afectando también el sostén de los pueblos indígenas, pescadores, campesinos, quilombolas y otras comunidades locales.

5. Combatimos decididamente las semillas Terminator porque atentan contra el sentido de la vida y de su reproducción, pues se trata de una semilla suicida que busca beneficiar únicamente a las grandes empresas transnacionales que controlan las semillas, imponiendo a los agricultores una situación de dependencia.

6. Nos oponemos a la tentativa del gobierno imperial de Estados Unidos y de sus empresas transnacionales, que quieren imponernos el tratado del ALCA (Acuerdo de Libre Comercío de las Américas); tratados bilaterales, llamados TLC (tratados de libres comercío); tratados de garantía para inversiones extranjeras, o a través de acuerdos de cumbres adoptados sin ninguna participación popular en la Organización Mundial del Comercio-OMC. Esos acuerdos ponen aún en mayor riesgo, nuestra naturaleza, nuestra agricultura, nuestros servicios y las condiciones de vida de nuestra población, pues priorizan sólo los intereses de la garantía del lucro.

7. Manifestamos nuestro apoyo y la necesidad de reconocer los pueblos y comunidades que durante siglos y milenios han desarrollado la biodiversidad agrícola, a través de la adaptación y creación de semillas que constituyen las bases de toda la agricultura y alimentación de la humanidad. Para mantener esas bases de sustentación y esa enorme riqueza de biodiversidad agrícola y alimentaria, es preciso reconocer y afirmar los derechos de los campesinos, indígenas, pastores, pescadores, quilombolas, a la tierra, al territorio y a los recursos naturales, para que puedan continuar esa tarea crucial para la humanidad de conservación de las semillas criollas y nativas, que sólo pueden ser multiplicadas a nivel local y diverso.

Combatimos aquellas empresas que buscan el control sobre las semillas contra toda la tradición de los pueblos que cuidaron celosamente de las semillas y siempre las entendieron como fuentes de vida que jamás deben transformarse en mercancía.

Finalmente, externamos nuestro anhelo de que estos propósitos redunden en beneficio de nuestros pueblos, de la soberanía alimentaria, o sea el derecho que todos y cada pueblo tiene que producir su propio alimento, en condiciones saludables y socialmente justas y en equilibrio con la naturaleza. Defendemos quienes trabajan en el campo, nuestros agricultores/as y campesinos/as. Defendemos su derecho a vivir como campesinos que así garantizan el sustento de nuestras poblaciones. Ese modo de producción contribuye decisivamente a la sustentabilidad de nuestro Planeta y al desarrollo integral, imprescindibles para garantizar el futuro de la humanidad.

Día 20 de abril de 2006.

De Curitiba, capital del estado de Paraná, construyendo una América libre de transgénicos y de agresiones al medio ambiente.

1. Hugo Chavez, Presidente de la República Bolivariana de Venezuela.
2. Roberto Requião, Gobernador del Estado de Paraná
3. Pérez Esquivel, Premio Nobel da Paz, Argentina
4. Eduardo Galeano, escritor. Uruguay
5. Peter Rosset, investigador de soberanía alimentaria. Estados Unidos
6. Pat Mooney, Grupo ETC, especialista en el estudio de las consecuencias de los OGMs y nuevas tecnologías, Canadá
7. Silvia Ribeiro, investigadora del grupo ETC, México
8. Noam Chosmki, lingüista, MIT, Estados Unidos
9. Atilio Boron, cientista social, CLACSO, Argentina
10. Violeta Menjivar, Alcaldesa de San Salvador, El Salvador
11. Camille Chalmers, Campaña Jubileu Sur , HAITI
12. Ramon Grosfoguel, Puerto Rico
13. Doris Gutierrez, diputada del Congreso Nacional de Honduras.
14. Monica Batoldano, excomandante sandinista. Nicaragua
15. Ernesto Cardenal, poeta, sacerdote y ex-ministro de Educación de Nicaragüa
16. Gioconda Belli, poetisa. Nicaragua
17. Raul Suarez, pastor bautista. Diputado en la Asamblea del Poder Popular. Cuba
18. Miguel Altieri, doctor en agroecología, Univ. California, CHILE
19. Fernando Lugo, obispo católico. Paraguay
20. Blanca Chancoso, Confederación de Nacionalidades Indígenas-CONAIE - Ecuador
21. Hebe de Bonafini, Madres de Plaza de Mayo, Argentina
22. Aníbal Quijano, científico social, Perú
23. Leonardo Boff, escritor y teólogo, Brasil
24. Beth Carvalho, cantautora. Brasil
25. Mons. Pedro Casaldaliga, obispo y poeta - Brasil
26. Mons Ladislau Biernaski, obispo católico, Curitiba. Brasil
27. Monja Coen, Monja primaz de la comunidad Zen Budista, Brasil
28. João Pedro Stedile, dirigente de la Vía Campesina Brasil
29. Temistocles Marcelos Netto. Sec. Nac. medio ambiente CUT. Brasil
30. Leticia Sabatela, actriz, Movimiento Derechos Humanos de artistas, Brasil
31. Nalu Faria, Marcha Mundial de Mujeres, Brasil
32. Pedro Ivo Batista. Rede Brasileira ecosocialismo. Brasil

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Fuente: Indymedia Colombia

Portugues

Manifesto das Américas em Defesa da Natureza e da Diversidade Biológica e Cultural

Vivemos num sistema econômico dominante que há séculos se propôs explorar de forma ilimitada todos os ecossistemas e seus recursos naturais. Esta estratégia trouxe crescimento econômico. O que se chamou de “desenvolvimento” para algumas nações, privilegiou o consumo e o bem estar social de uma parcela muito pequena da humanidade, e excluiu, infelizmente, das condições mínimas de sobrevivência, a grande maioria da humanidade.

O custo desse sistema de exploração da natureza e das pessoas, junto ao consumismo desenfreado, foi pago pelo sacrifício de milhões de trabalhadores pobres, camponeses, indígenas, pastores, pescadores, e outras pessoas pobres da sociedade, que entregam suas vidas a cada dia. Também foi pago pela agressão permanente da natureza que continua sendo sistematicamente devastada. A integridade e a diversidade de formas de vida, que são o sustento da biodiversidade estão ameaçadas.

Se a natureza de nosso planeta está ameaçada, com ela está ameaçada a própria vida humana. Até a ‘Avaliação Ecosistêmica do Milênio’ feita pela ONU e divulgada em 2005, reconhece que "as atividades humanas estão mudando fundamentalmente e, em muitos casos, de forma irreversível, a diversidade da vida no planeta Terra. Estas taxas vão continuar ou se acelerar no futuro". Nesse importante reconhecimento da crise planetária, é também fundamental reconhecer, que nem todas as atividades humanas são prejudiciais, mas, sobretudo, aquelas guiadas pela volúpia de lucro das corporações transnacionais.

Por causa da dramaticidade desta situação, sentimos a necessidade de afirmar alternativas que assegurem um futuro de esperança para a vida, para a humanidade e para a Terra. Precisamos passar de uma Sociedade de Produção Industrial, consumista e individualista, que sacrifica os ecossistemas e penaliza as pessoas, destruindo a sócio-biodiversidade, para uma Sociedade de Sustentação de Toda a Vida, que se oriente por um modo socialmente justo e ecológicamente sustentável de viver, que cuide da comunidade de vida e proteja as bases físico-químicas e ecológicas que sustentam todos os processos vitais, incluídos os humanos.

Como habitantes do continente americano temos a consciência de nossa responsabilidade universal. O futuro da Terra passa também por nós. Os países amazônicos e andinos, por exemplo, como Colômbia, Equador, Peru, Bolívia, Venezuela e Brasil são territórios megadiversos. Não apenas pela presença de riquíssimos ecossistemas, mas também pela presença de muitos povos indígenas, camponeses, quilombolas e outras comunidades locais, que desde séculos e milênios souberam viver em co-habitação entre a biodiversidade e a sócio-diversidade.

A floresta amazônica presente em nossos paises representa um terço das florestas tropicais do mundo e abriga mais de 50% da biodiversidade. Nela existem pelo menos 45.000 espécies de plantas, 1.800 espécies de borboletas, 150 espécies de morcegos, 1.300 espécies de peixes de água doce, 163 espécies de anfíbios, 305 espécies de serpentes, 311 espécies de mamíferos e 1.000 espécies de aves.

Por causa desta riqueza, a América Latina está sendo objeto da cobiça dos “neoliberais-globalcolonizadores” através da ação insana de dezenas de empresas transnacionais, principalmente dos países do norte global. Elas praticam vastamente a biopirataria. Outrora era a corrida ao ouro e à prata, hoje é a corrida aos recursos genéticos, farmacológicos e aos saberes tradicionais e locais, todos estratégicos para o futuro dos negócios do mercado mundial. E ainda querem nos impor leis de patentes e de proteção a seus lucros fantásticos.

Queremos fazer frente, de forma decisiva, a este processo de espoliação. Propomos políticas consistentes que visem:

1.- Conservar a diversidade biológica e cultural de nossos ecossistemas;
Trata-se aqui de cuidar do conjunto dos organismos vivos em seus habitats e também da interdependência entre eles dentro do equilíbrio dinâmico, próprio de cada região ecológica e das características singulares das espécies, assim como da interação social e ecologicamente sustentável dos povos que vivem na região.

2.- Propomos políticas articuladas que visem garantir a integridade e a beleza dos ecossistemas e dos povos que cuidam e dependem dela;
Isso implica na manutenção das características que asseguram seu funcionamento e mantém a identidade do ser vivo e do conjunto vivo, seja em seu aspecto territorial, biológico, social, cultural, paisagístico, histórico e monumental. A preservação da diversidade biológica e cultural, da integridade e da beleza dos sistemas ecológicos oferece sustentabilidade às múltiplas funções ambientais e aos benefícios que o ser humano obtém para si e para as futuras gerações. Entre outros: água potável, alimentos, medicinas, madeiras, fibras, regulação do clima, prevenção de inundações e doenças. Ao mesmo tempo em que constituem as bases do sustento da recreação, da estética e da espiritualidade, assim como o suporte da conformação do solo, a fotossíntese e o ciclo de nutrientes, entre outras funções vitais para o sustento de toda a humanidade.

3.- Nos opomos resolutamente à introdução de espécies exóticas, inadequadas aos nossos ecossistemas;
Como acontece em muitos biomas com a introdução de plantações homogêneas, industriais, do eucalipto, pinus, etc, que destroem os ecossistemas naturais e provocam fortes impactos sociais aos povos que moram nessas áreas, levam o lucro, os dólares, a celulose, o carvão, água sugada, e deixam a degradação e a pobreza.

4.- Nos opomos resolutamente a introdução de organismos transgênicos no ambiente;
Não é aceitável a introdução de OGMs seja na agricultura, nas plantações, na pecuária ou qualquer outro cultivo no meio ambiente, pois além de não serem necessários, não servem para nada, a não ser para o lucro de umas poucas empresas transnacionais. Trazem riscos potenciais à saúde das pessoas e geram modificações permanentes e irreversíveis para a natureza e aos ecossistemas. Opomos-nos enfaticamente a introdução de árvores transgênicas, que significam um perigo ainda maior devido, entre outras coisas, ao fato de que o pólen tem a possibilidade de disseminação ao longo de milhares de quilômetros, contaminando inevitavelmente outras florestas, incluindo as florestas nativas, com multiplicação de impactos sobre a flora, os insetos e outros componentes da fauna, afetando também o sustento dos povos indígenas, pescadores, camponeses, quilombolas e outras comunidades locais.

5.- Combatemos decididamente as sementes Terminator porque elas atentam contra o sentido da vida;
Somos contra a reprodução desse tipo de semente estéril, pois se trata de uma semente suicida que visa beneficiar apenas as grandes empresas transnacionais controladoras das sementes e manter os agricultores sob sua dependência.

6.- Nos opomos a tentativa do governo imperial dos Estados Unidos e de suas empresas transnacionais;
Ambos desejam impor o tratado da ALCA (Acordo de Livre comércio das Américas); tratados bilaterais, chamados de TLC (tratados de livres comércio); tratados de garantia de investimentos estrangeiros, ou através de acordos de cúpulas costurados sem nenhuma participação popular na Organização Mundial do Comércio (OMC). Esses acordos colocam ainda em maior risco a nossa natureza, a nossa agricultura, os nossos serviços e as condições de vida de nossa população, pois priorizam apenas os interesses e a garantia do lucro.

7.- Manifestamos nosso apoio e a necessidade de reconhecer os povos e comunidades que durante séculos e milênios têm desenvolvido a biodiversidade agrícola;
Reconhecemos as comunidades que através da adaptação e criação de sementes constituem as bases de toda a agricultura e alimentação da humanidade. Para manter essas bases de sustentação e essa enorme riqueza de biodiversidade agrícola e alimentar, é preciso reconhecer e afirmar os direitos dos camponeses, indígenas, pastores, pescadores, quilombolas, à terra, ao território e aos recursos naturais, para que possam prosseguir essa tarefa crucial de conservação das sementes crioulas e nativas, que só podem ser multiplicadas a nível local e diverso.

Combatemos àquelas empresas que buscam o controle sobre as sementes, contra toda a tradição dos povos que cuidaram e cuidam zelosamente das sementes e sempre as compreenderam como fonte de vida que jamais deve se transformar em mercadoria.

Por fim, externamos nosso desejo de que estes propósitos redundem em benefício para nossos povos, garantam a soberania alimentar, ou seja, o direito que todos e cada povo têm de produzir seu próprio alimento, em condições saudáveis e socialmente justas e em equilíbrio com a natureza. Defendemos aqueles que trabalham no campo, nossos agricultores e camponeses. Defendemos seu direito de viver no modo camponês e assim garantir o sustento de nossas populações. Esse modo de produção contribui decisivamente para dar sustentabilidade ao nosso Planeta, com desenvolvimento integral, imprescindível para garantir o futuro da humanidade.

De Curitiba, Capital do Estado do Paraná, Construindo uma América Livre de Transgênicos e de Agressões ao Meio Ambiente

1. Hugo Chavez, Presidente da República Bolivariana da Venezuela
2. Roberto Requião, Governador do Estado do Paraná - Brasil
3. Pérez Esquivel, Prêmio Nobel da Paz – Argentina
4. Eduardo Galeano, escritor – Uruguai
5. Peter Rosset, Phd em soberania alimentar - Estados Unidos
6. Pat Mooney, Grupo ETC, especialista no estudo das conseqüências dos OGMs e novas tecnologias - Canadá
7. Silvia Ribeiro, pesquisadora do grupo ETC - México
8. Noam Chomsky, lingüista, MIT - Estados Unidos
9. Atílio Boron, cientista social, Clacso - Argentina
10. Violeta Menjivar, prefeita de San salvador - El Salvador
11. Chamille Chalmers, Campanha Jubileu Sur - Haiti
12. Ramon Grosfoguel - Porto Rico
13. Doris Gutierrez, deputada no Congresso Nacional - Honduras.
14. Mônica Baltodano, ex-comandante Sandinista - Nicarágua
15. Ernesto Cardenal, poeta, sacerdote e ex-ministro da educação - Nicarágua
16. Gioconda Belli, poetisa - Nicarágua
17. Raul Suarez, pastor Batista, e deputado na Assembléia do Poder Popular - Cuba
18. Miguel Altieri, PDH em agroecologia, Univ. Califórnia - Chile
19. Fernando Lugo, bispo católico - Paraguai
20. Blanca Chancoso, Confederacion de Naciones Indígenas-CONAIE – Equador
21. Hebe de Bonafini, Madres de Plaza de Mayo – Argentina
22. Aníbal Quijano, cientista social - Peru
23. Leonardo Boff, escritor e teólogo – Brasil
24. Beth Carvalho – compositora e cantora - Brasil
25. Dom Pedro Casaldaliga, bispo e poeta – Brasil
26. Dom Ladislau Biernaski, bispo - Brasil
27. Monja Coen, Monja primaz da comunidade Zen Budista no Brasil
28. João Pedro Stedile, MST e da Via Campesina - Brasil
29. Temístocles Marcelos Netto, Secret. Nac. Meio Ambiente da CUT - Brasil
30. Letícia Sabatela, atriz, Movimento Direitos Humanos de artistas brasileiros - Brasil
31. Nalu Farias – Marcha Mundial das Mulheres – Brasil
32. Pedro Ivo Batista – Rede Brasileira de Eco-Socialismo - Brasil

Para assinar também, entre em http://www.petitiononline.com/campes50/petition.html e siga as instruções

Fonte: MST

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