Panamá: Coordinadora Campesina por la Vida se manifiesta contra calumnias de empresas y gobierno hacia comunidades campesinas indígenas

Idioma Español
País Panamá

Una nueva infamia se ejecuta en Donoso en contra el campesinado indígena del país, con la complicidad de los autoridades locales y las empresas extranjeras, amparadas en la ley 9 del 28 de febrero de 1997 concebida por las clases dominantes.

Las protestas contra la incursión del capital extranjero y los privilegios que le ha otorgado a la clase dominante local, ha creado un conflicto que abarca todo el territorio patrio. Se trata de un conflicto en el que está en juego nuestra soberanía nacional y el regalo de nuestros recursos naturales. Esto ocurre porque las facilidades y los privilegios de los que gozan las empresas transnacionales, en particular las dedicadas a la minería y la generación de energía eléctrica, solo son posibles afectando los derechos más elementales de los ciudadanos que aquí vivimos, tanto nacionales como extranjeros.

En este accionar malévolo han sido participante activo todo el aparato gubernamental y los presidentes desde Perez Balladares, Moscoso, Martin, Martineli, hasta el actual Varela, quienes no solo le han dado apoyo y patrocinio a sus actividades, sino que también le han permitido todas las violaciones ya sea en lo relativo a la protección de la naturaleza, la legislación laboral y hasta supuestos compromisos con las comunidades.

El amparo legal que intentaron darle a esta nueva forma de atraco que garantiza a las mineras poder llevarse todo el mineral sin pagar un centavo por los bienes del pueblo, se desmoronó por el incontrolable afán de enriquecimiento que dio al traste por los manejos deshonestos de estos sectores en la bolsa de valores en el caso de Petaquilla.

En Donoso, este monstruo de doble cabeza, Petaquilla Gold y Minera Panamá, usurpa las tierras nacionales y nuestras riquezas minerales. Animadas por sus ambiciones desmedidas se lanzan hoy amparadas en el control que sobre los medios de comunicación imponen los dueños de los mismos o la mediocridad de algunos periodistas, para articular otra campaña más de desinformación con la que se pretende desde el maldito poder del dinero desterrar de sus hogares a una población de trabajadores, obligada por este sistema de injustica a remontarse en la montaña para subsistir, o verse obligada al hacinamiento en las ciudades, para finalmente intentar lanzarla al éxodo como apátridas en su propia tierra.

En el último mes se ha venido fortaleciendo esta campaña en los medios de comunicación, que intenta culpar a nuestras comunidades campesinas e indígenas del distrito de Donoso, y sus organizaciones, de una serie de actos ilegales y abusivos. A la cabeza de dichas declaraciones se presentan las señoras Maritza González y María Sánchez, supuestas representantes de la comunidad de Villa del Carmen, y el Sr. Baltazar, Secretario General del Municipio de Donoso. Debido a la gravedad de las acusaciones que estas personas realizan en contra de nuestras comunidades y sus dirigentes, y respetando el derecho a conocer la verdad, queremos presentar nuestra visión de lo que ocurre, desde los intereses de los pobres del campo que representamos.

1. Se dice que los indígenas Ngobe-Bugle están invadiendo territorios en Donoso, que son intrusos. Aparte de ser un señalamiento racista, esta afirmación desconoce que la región de Donoso, y sobre todo la que rodea a Coclesito, ha sido poblada en los últimos 40 años por campesinos y personas que han emigrado de otras regiones del país presionados por la pobreza y la falta de tierras, es decir, es una región en donde la mayoría de la población es pobre y viene de afuera. Los indígenas y campesinos que hemos emigrado a Donoso, hemos ocupado tierras nacionales, es decir, sin dueños particulares, desde hace más de 25 años, para vivir y desarrollar una agricultura de subsistencia, tiempo y ocupación suficiente para que se nos reconozca el derecho posesorio de la tierras que ocupamos, en igualdad a todas las demás personas que lo han hecho tradicionalmente. Además, si revisáramos la historia, veríamos que los indígenas tienen tanto o más derecho que muchos a ocupar estas tierras, porque allí estaban hace más de 500 años.

2. A partir de la calificación de intrusos e invasores, se agregan otras acusaciones absurdas que lo único que buscan es justificar ante los ojos del país la agresión y del desalojo forzado de esta población humilde.Señalan por ejemplo, que la situación de salud es pésima (centro de salud y hospital de Coclesito), porque los indígenas "acaparan las medicinas", tratando de ocultar que las problemas sociales de esas comunidades han sido provocadas por el abandono de los gobiernos situación que afecta a toda la población panameña en estos momentos y el incumplimiento de las empresas mineras, que prometieron y prometen cielo y tierra. Han llegado a señalar sin ningún temor que los indígenas y campesinos estamos siendo utilizados como mulas, para mover drogas en la montaña, lo cual es peligroso, considerando el peso y las posibles consecuencias de esta declaración.

3. Su persistencia en demostrar que la actividad de lavado de oro (minería artesanal) que los indígenas y campesinos realizan es perjudicial e ilegal. Para darle fuerza a su versión agregan que está actividad es contaminante, que para ella explotan el trabajo infantil y que hay gente (dirigentes indígenas) que se están enriqueciendo con eso, sin embargo no se menciona la peligrosa situación creada por las toneladas de cianuro guardadas en los depósitos de la mina , ni la peligrosa situación de la tinas de relave y montañas de tierras contaminadas con esta misma sustancia, el daño creado a más de siete importantes ríos de la región y las próximas emanaciones de monóxido de carbono que vertirán las plantas de generación eléctrica a base de carbón que se instalarán en Punta Rincón.

Todo lo que dice, y quienes lo dicen, y lo que ocultan, tiene un claro objetivo, que es el de justificar el desalojo de estas comunidades indígenas y campesinas. Pero también dice quién lo patrocina, y quién será el beneficiario, que no puede ser más que la empresa Minera Panamá, que camina a paso rápido en su proyecto contaminante de extracción de cobre y oro.

Qué bueno que el Señor Baltazar, del municipio de Donoso, señalara que "LA EMPRESA MINERA ES SU PRINCIPAL SOCIO COMERCIAL", agregando que "No podemos permitir que invadan un territorio que es de una concesión, es el territorio de la empresa minera".

Qué bueno es saber de qué lado se encuentran las autoridades gubernamentales de Donoso en momentos como estos, lo que evidencia que para ellos es más importante las migajas que le va a regalar Minera Panamá, que la vida y honra de los panameños que habitamos estas tierras y el cuidado de nuestros recursos naturales.

Sabemos que el Contrato-Ley 9 del 28 de febrero de 1997 le da amplios beneficios a minera Petaquilla, a Minera Panamá y todas las demás que surjan después, pero pensar que ese territorio concesionado es propiedad de las mineras equivale a decir que Panamá no tiene soberanía, ni ley sobre ellos, y eso es dañino, porque solo sirve para alimentar una conciencia de esclavo y servil, a beneficio de las grandes compañías transnacionales canadienses dedicadas a la minería, y de un grupito de empresarios ladrones y corruptos, que se enorgullecen del centro bancario en donde se lava dinero y se hace trampa en las bolsa de valores.

Nuestras comunidades campesinas e indígenas tienen el derecho de vivir y producir en esas tierras, con tanta más legitimidad que la de las empresas mineras que hoy exprimen nuestro suelo y nuestros ríos, para robar nuestro oro y cobre, dejando atrás solo miseria y muerte.

Minera Petaquilla Gold ya lo demostró, cuando cerró y quedó debiéndole a sus trabajadores salarios, cuotas de seguro y prestaciones, por más de 8 millones de dólares y dejó sus instalaciones con tinas cargadas de arsénico y cianuro, que amenazan todos los días nuestra salud y vidas. Lo demuestra el tráfico humano que significa la traída de pobres trabajadores filipinos que a los trabajos de Minera Panamá, y que sin derecho alguno mantienen en su servidumbre.

Frente a todos estas patrañas, nuestra Coordinadora Campesina por La Vida clama porque la verdad salga a flote y que la justicia se haga sentir ante tanto atropello y avaricia. No permitamos que esta campaña de calumnias siga escondiendo el rostro de sus verdaderos responsables, las mineras petaquilla y minera panamá. No permitamos que en Donoso el regalo de navidad, año nuevo y día de reyes, sea el desalojo de humildes comunidades campesinas indígenas. La defensa de la patria hoy es la defensa de la tierra y sus recursos.

¡Con la Patria y por la Tierra!

Fuente y foto: CLOC - Vía Campesina

Temas: Defensa de los derechos de los pueblos y comunidades, Minería, Pueblos indígenas, Tierra, territorio y bienes comunes

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