Revista LEISA Volumen 36 N°3: agricultura familiar campesina y cadenas cortas de valor

Por LEISA
Idioma Español

En este número de LEISA, penúltimo de 2020, presentamos artículos sobre experiencias de cadenas de valor para la producción de agricultores familiares campesinos. El énfasis de la mayoría de las experiencias está en las respuestas a las situaciones generadas por la emergencia del covid-19. Hay muchos casos en que estas situaciones han incentivado los vínculos entre consumidores y productores.

EDITORIAL 
Por César De La Cruz
Agroecología, sistemas agroalimentarios y pandemia 

La agroecología ha venido evolucionando en el tiempo. En sus orígenes centró su atención en las técnicas productivas, la parcela, la unidad familiar, para luego ir enfocando su visión en el territorio como producto de la interacción de la cultura y el ecosistema natural. En las últimas décadas ha ampliado su visión y acción para promover una transformación ambiental, social y política de todo el sistema agroalimentario. Así el análisis y sus acciones van desde la producción y transformación hasta la distribución y el consumo, incorporando en cada etapa aspectos ambientales, sociales, organizativos, económicos y políticos.

El covid-19 es una gran perturbación que ha afectado de una u otra forma todos los sistemas agroalimentarios y ha generado reacciones y respuestas para afrontar sus efectos. Una característica de los sistemas agroalimentarios agroecológicos es su capacidad de mantener los beneficios que nos brindan ante perturbaciones, sean estas de carácter natural, económico o social, o de recuperarse y adaptarse con rapidez. En ese sentido, diversas experiencias muestran cómo han reaccionado las personas y las organizaciones que trabajan en los circuitos cortos de comercialización adaptando su producción y mercadeo a la nueva situación, muchas veces bajo marcos políticos desfavorables, donde las administraciones públicas nacionales y locales, a través de sus normativas, condicionaban seriamente o impedían estrategias de comercialización como los mercados al aire libre (ferias campesinas, tianguis, ecomercados o bioferias). Mientras tanto, autorizaban que siguieran funcionando los grandes supermercados. Tal fue el caso en el Perú, Argentina, España, entre otros países. Aunque la alimentación fue declarada como esencial, no permitían que las y los productores organizados vendieran sus productos directamente al aire libre. Lo que evidencia un claro desconocimiento del grado de organización de los pequeños productores y una visión sesgada y discriminatoria de lo rural y su gente.

La respuesta ante la nueva situación tuvo básicamente dos cauces, el primero fue el de protestar por el trato discriminatorio, buscar diálogo con las autoridades y con organizaciones de productores pares o similares para proponer alternativas o ejercer presión, y el segundo fue el de generar y fortalecer otras estrategias de canales cortos de comercialización. Una de las estrategias reiteradas en diversas experiencias fue la de llevar alimentos ecológicos a la casa de las personas consumidoras. Es así, por ejemplo, que se realizan entregas a domicilio (delivery) en Lima, Perú (Wú Guin, p. X; Alva, p. X), “Bolsón” en Buenos Aires, Argentina (Cruz Demicheli, p. X) o reparto a domicilio en Granada, España. En general estas experiencias han tenido éxito. Las que ya existían multiplicaron sus ventas y las nuevas tienen muy buena aceptación. Su crecimiento se ha debido al temor de la gente a salir a comprar, a la captación de parte de la clientela que asistía a los mercados ecológicos al aire libre y a la red de relaciones tejidas por las organizaciones que promovían los mercados (con organizaciones de consumidores, universidades, otras redes de economía social y solidaria, organizaciones similares, etc.). Esto último evidenció esa característica de la agroecología de la última década, como motor articulador de la transformación social y política, actuando a través de la acción de redes a diferentes niveles. Sin embargo, salvo casos puntuales, las experiencias de entrega a domicilio no han logrado incorporar a todos los productores ni toda la diversidad antes presentes en los mercados al aire libre, y ha quedado producción sin vender.

Son justamente estas redes las que se manifestaron, por ejemplo, en Andalucía, España donde, ante la prohibición de hacer mercados al aire libre, diferentes redes agroecológicas (Granada, Cádiz, Sevilla, Córdoba y Málaga) conformaron una red no formal de trabajo conjunto. Se elaboró un documento colectivo que se elevó al gobierno andaluz y a la federación de ayuntamientos de Andalucía reclamando por lo sucedido, pero también proponiendo medidas preventivas que se podrían tomar en los ecomercados, como el uso de gel hidroalcohólico a la entrada de los mercados y la separación de los puestos guardando la distancia de seguridad, la atención con mascarillas y guantes, control del flujo y acceso de las personas consumidoras, etc., medidas que se hicieron efectivas cuando los ecomercados se volvieron a autorizar.

Lo mencionado líneas arriba se dio principalmente en ciudades grandes y medianas, donde la distribución final de alimentos está controlada por grandes supermercados. En otros casos, como en la sierra de Ancash en el Perú (Engels, p. X), al verse restringida la circulación de productos alimenticios por las limitaciones de movilidad, las autoridades de las pequeñas localidades promovieron espacios de comercialización directa, como mercados y ferias, que fueron aprovechados por pequeñas organizaciones de productores locales para vender y concientizar sobre el manejo agroecológico y sus beneficios para la salud y el medio ambiente. Estos espacios han logrado posicionarse y ser preferidos por los clientes cuando se volvió a permitir la entrada de alimentos convencionales traídos o vendidos por comerciantes.

A modo de reflexión y conclusión

La pandemia ocasionada por el covid-19 ha sido un factor dinamizador del debate y reflexión sobre nuestro actual sistema agroalimentario globalizado y convencional. Asimismo, ha permitido visibilizar nítidamente a la agroecología como respuesta colectiva para encontrar salidas a las crisis de distribución y consumo generadas por la pandemia y las normativas públicas sesgadas y discriminatorias hacia los productores y sus organizaciones. Asimismo, se constata que las redes a diferentes niveles funcionaron y dieron soporte a las acciones emprendidas por los diferentes colectivos agroecológicos.

La estrategia de circuito corto de comercialización con entrega de alimentos a domicilio se ha mantenido una vez que los mercados al aire libre han vuelto a funcionar, y esto ha favorecido a la pequeña producción ecológica.

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Fuente: Revista LEISA

Temas: Agroecología, Comercio justo / Economía solidaria

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