Tortura y secuestro de Estado

Idioma Español
País Honduras

"En este dos de septiembre se cumplen seis meses de su asesinato. Los sicarios que golpearon la puerta de su vivienda antes de la media noche esperaban otro final. Mientras Bertha acudía a la cita con los ángeles, nunca pensaron que la bala que me tocaba a mí no me segaría la vida y quedaría como único testigo de cómo los sicarios, el ejército y el Gobierno intentaron sepultarla para siempre. Pero la sembraron, porque Bertha floreció y no murió, se multiplicó en la lucha de todos los pueblos."

Por Gustavo Castro Soto

 

Nada me cuesta más trabajo que contar el último minuto con Bertha. De aquella noche en que irrumpieron los sicarios. Despedí su ultimo suspiro pese a mi insistencia de que no nos dejara, pero la cita con los ángeles estaba marcada. Muchos intentos se dieron para quitarle la vida por el delito de defender la tierra y los territorios ancestrales del pueblo lenca, en la lucha por los derechos humanos.

Sin embargo, ese último suspiro se transformó en más fuerza. Su espíritu sobrevoló por todos los corazones y resistencias, despertando las concciencias entumecidas y haciendo eco de esas sus palabras al recibir el premio Goldman: "Despertemos, Humanidad". Y es que, es cierto, ya no hay tiempo. El sistema sigue avanzando depredando el planeta al tiempo que se violan todos los derechos humanos, de los pueblos indígenas y, de paso, asesinando a defensoras y defensores que luchan por un mundo donde quepan todos los mundos. Y así he visto pasar los asesinatos de otros queridos amigos y amigas, como Mariano Abarca, Bety Cariño, Jyri Jaakkola, Noé Vásquez, entre otros.

Para el gran capital, no solo la lucha por detener los megaproyectos que violan los derechos humanos les son amenazantes, sino la misma búsqueda de alternativas. Y para eso me invitó Bertha, para reflexionar junto con el COPINH otras formas de energía sustentable que no sean las grandes represas que desplazan pueblos enteros, inundan territorios indígenas, bosques y selvas, que agudizan el cambio climático y empobrecen a los pueblos bajo el discurso del "desarrollo sustentable". Con Bertha platiqué mucho sobre la búsqueda de otras formas de vida digna. A ella le gustaba mucho el concepto de " Alter Natos" que acuñamos en nuestra organización Otros Mundos AC en Chiapas, México. Vimos la necesidad de convertir la resistencia activa en una propositiva que construyera nuevas formas de vida.

 

Al final, sicarios, militares, y funcionarios de la empresa DESA han sido imputados. Pero muchos funcionarios públicos son sospechosos y otros están siendo imputados.

 

En este dos de septiembre se cumplen seis meses de su asesinato. Los sicarios que golpearon la puerta de su vivienda antes de la media noche esperaban otro final. Mientras Bertha acudía a la cita con los ángeles, nunca pensaron que la bala que me tocaba a mí no me segaría la vida y quedaría como único testigo de cómo los sicarios, el ejército y el Gobierno intentaron sepultarla para siempre. Pero la sembraron, porque Bertha floreció y no murió, se multiplicó en la lucha de todos los pueblos.

Desde 1999 Bertha y yo participamos en el nacer de muchos procesos de resistencia. Impulsamos junto con otras organizaciones la Convergencia de los Pueblos de las Américas, la Semana por la Diversidad Biológica y Cultural, la Red Latinoamericana contra las Represas, el Movimiento Mesoamericano contra el Plan Puebla Panamá, los Encuentros Hemisféricos contra la Militarización, el Movimiento Mesoamericano contra el Modelo Extractivo Minero, entre otros.

Desde la noche del dos en que me dejaron herido, el Gobierno de Honduras, el Ministerio Público y la Fiscalía buscaron por todos los medios imputarme del asesinato del que fueron cómplices. Por medio de un secuestro de Estado impidieron mi salida de Honduras, suspendieron del ejercicio profesional a mi abogada, entre otras tantas ilegalidades. Por ello, ante tanta violencia e impunidad decidí refugiarme en mi Embajada de México. Pese al mes de tortura psicológica y muchas otras ilegalidades, sin ley que proteja a las víctimas, sin garantías a los defensores de los derechos humanos, al fin fui liberado gracias a tanta solidaridad como la de Amnistía Internacional.

Al final, sicarios, militares, y funcionarios de la empresa DESA han sido imputados. Pero muchos funcionarios públicos son sospechosos y otros están siendo imputados. Pese a todo, seguiremos luchando por la defensa de los derechos humanos.

Fuente: HUFFINGTON POST

Temas: Criminalización de la protesta social / Derechos humanos

Comentarios