Alejandro Giraudo: “La agricultura muy tecnificada es insostenible en el tiempo”

Por Redaf
Idioma Español
País Argentina

REDAF entrevistó al Doctor en Ciencias Biológicas y docente de la Universidad Nacional del Litoral, Alejandro Giraudo, quien fue parte del primer encuentro del año del Comité Intersectorial de Manejo (CIM) del Sitio Ramsar ‘Jaaukanigás’ realizado el martes 8 de marzo en la ciudad de Reconquista (Santa Fe).

Este Investigador del CONICET representa al Instituto Nacional de Limnología (INALI), cuyas investigaciones científicas se dirigen al estudio de los ecosistemas acuáticos continentales de Argentina, especialmente los vinculados al río Paraná y su cuenca, así como a la biodiversidad de invertebrados y vertebrados las regiones tropicales del continente americano. El Dr. Giraudo brindó un panorama actual y una reflexión sobre el futuro de la región Jaaukanigás (‘gente del agua’ en lengua abipona), el humedal del noreste santafesino de importancia internacional y cuya superficie alcanza las 492 mil hectáreas.

REDAF: ¿Cuan amenazado está el Sitio Ramsar Jaaukanigás?

Alejandro Giraudo: Es un área que tiene diferentes presiones. Si uno habla, por ejemplo de las tierras cultivables, o tierras que tienen un uso más agronómico, en ese lugar los bosques y pastizales naturales han retrocedido mucho. La agricultura intensiva transforma por completo el paisaje. En general no respetan los bosques nativos, aunque no tienen grandes superficies, y hay una transformación del suelo muy grande: el uso de agroquímicos, el uso de insecticidas y, en algunos casos si hay riego, el uso excesivo del agua. Hay transformaciones importantes. Pero esa es una pequeña franja en la Ruta 11 y alrededor de algunas ciudades. Después, toda el área inundable representa una limitante en el uso de la tierra. Entonces, en el área inundable hay una amplia superficie dentro del sitio de ecosistemas naturales que están en relativo buen estado de conservación, dependiendo de qué áreas se traten y si hay ciudades grandes cerca y del uso que haga la gente.

Entonces, hay lugares conservados del sitio, muy aislados. Hay otros relacionados con rutas, centros poblados, que tienen un impacto más grande. Pero es un área donde todavía el ordenamiento, el manejo del sitio y las posibilidades de un uso más integrado de los recursos naturales es posible.

REDAF: De acuerdo al mapa que hace de conflictos vigentes, potenciales amenazas, el rumbo del desarrollo productivo de nuestro país, y de las fuerzas vivas que defienden al Sitio Ramsar Jaaukanigás, ¿cómo ve el panorama de acá a 15 o 20 años?

A.G.:Yo creo que el hombre no va a seguir pudiendo producir como está produciendo hasta el momento, sobre todo en cuanto a la agricultura muy tecnificada. Este tipo de agricultura es en sí misma insostenible a través del tiempo porque provoca problemas de degradación de suelos ya que hay muy pocas variedades que se cultivan y así se pierden variedades de cultivos, y además el tema de los agroquímicos asociados, que se tiran cada vez en más grandes cantidades. Entonces es una agricultura que no tiene posibilidades de sostenibilidad en el tiempo.

De una manera u otra, sea porque hemos afectado mucho a los ecosistemas como para no poder producir adecuadamente, o porque lo vamos decidiendo racionalmente, sin dudas vamos a tener que ir tomando una actitud de tener actividades productivas más integradas con el medio natural. Eso va a ocurrir, sin dudas, voluntariamente u obligatoriamente. Creo que si ocurre voluntariamente tenemos más posibilidades de ordenamiento. Si ocurre obligatoriamente vamos a entrar un poco en problemas que van a ser más graves y difíciles de solucionar. De todos modos, creo que en Jaaukanigás la gente, por vivir con muchos ambientes naturales, sabe lo que es la naturaleza; sabe la relación que tiene con la naturaleza, con el agua, con los recursos. Las relaciones naturaleza-sociedad se pierden rápidamente en las ciudades. Tal vez ya haya gente de Reconquista, niños que crecen en la ciudad de Reconquista, que esa visión ya no la tengan. Pero en definitiva sus padres la conservan, y básicamente en Jaaukanigás creo que la gente ha mirado de nuevo al río, ha mirado a la naturaleza, ha mirado otras oportunidades alternativas productivas; y eso se va a ir plasmando.

Sin duda que la gente humilde, la gente más desprotegida, de menor cantidad de hectáreas, o de menor poder económico, va a ser la que se va a tener que levantar para defender sus derechos. Porque simplemente quienes generan mucho dinero a través de sus actividades por un uso de la tierra intensivo, en grandes superficies, tienen el resguardo del capital ganado. Pero la gente que tiene que seguir viviendo ahí, produciendo en su tierra, es la que verdaderamente va a tener que defender un modelo productivo que sea más sostenible en el tiempo.

REDAF: ¿Cuál es el valor que tiene el CIM?

A.G.: Hoy en día, la monetarización de la economía y el valor o importancia excesiva que se le da a la economía van tallando sobre nuestras vidas de manera desproporcionada. Sin embargo, hay otras cuestiones que hacen a la felicidad: el bienestar, el cooperativismo, la equidad en el uso de los recursos naturales. Justamente la política estaría para mediar entre esos intereses económicos y esos intereses sociales. No para servir a los intereses económicos, sino para equilibrar los ámbitos.

Este es un espacio transdisciplinario -generado entre organismos e instituciones políticas, instituciones técnicas, instituciones de acción social, de activismo social- en donde se van discutiendo estas cosas entre todos los sectores. Creo que eso potencia la calidad, la transparencia y la efectividad de todas las decisiones que se están tomando sobre el uso de los recursos naturales.

Fuente: REDAF

Temas: Agronegocio, Tierra, territorio y bienes comunes

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