Argentina: “No están dimensionando que lo que están poniendo es un veneno”

Idioma Español
País Argentina

La investigadora de la Universidad Nacional de Río Cuarto, Delia Aiassa, participó en Paraná de un panel sobre los efectos del glifosato sobre la salud humana.

Delia Aiassa hizo referencia a sus trabajos sobre el daño genético en las poblaciones afectadas por este químico: “vemos que el glifosato, en estudios con células humanas expuestas a distintas concentraciones, causa daños genéticos”, dijo a AIM y consideró que quienes ponen en duda las investigaciones realizadas “no están dimensionando que lo que están poniendo es un veneno”.

La imposición en Argentina de un modelo agrícola pensado desde afuera hacia adentro, para satisfacer las demandas de los grandes compradores de soja, vinculado a un paquete tecnológico que para maximizar los rindes generó la semilla transgénica resistente al glifosato, nunca tuvo en cuenta las necesidades alimenticias, económicas ni mucho menos la salud de la población, y las consecuencias comienzan a hacerse cada vez más evidente.

El caso de Fabián Tomassi, en Basavilbaso, ex obrero rural, que cada vez que puede se autodefine como “la sombra del éxito sojero” o las decenas de escuelas fumigadas son algunas muestras de esa realidad en Entre Ríos.

Delia Aiassa, doctora en Ciencias Biológicas, investigadora y docente de la Universidad Nacional de Río Cuarto e integra el laboratorio GeMA (Genética y Mutagénesis Ambiental), se ha abocado a la investigación del daño genético de plaguicidas sobre la salud humana. “Hace 10 años estamos estudiando los efectos que causa el glifosato y las demás sustancias que son arrojadas al ambiente y que tienen que ver con la agricultura que se está llevando adelante”, explicó a AIM en una breve charla antes de participar del panel “Cuando la ciencia es digna, el glifosato mata”, realizado este miércoles en el centro cultural Vieja Usina con un importante marco de público.

“El glifosato causa daños genéticos”:

“Dentro de los efectos que causan los plaguicidas sobre la salud humana, nosotros estudiamos específicamente los efectos sobre el material genético y lo que vemos es que el glifosato en especial en estudios con modelos animales, con células humanas expuestas a distintas concentraciones, causa daños genéticos”, aseguró Aiassa al ser consultada sobre las conclusiones de sus estudios.

Puntualmente, indicó que causa “rupturas en el material genético, que todos sabemos cómo se relacionaría con las observaciones que están teniendo los profesionales médicos de la salud en las poblaciones expuestas a estos productos: cáncer, malformaciones, abortos a repetición”.

Asimismo, advirtió sobre las consecuencias de lo que normalmente es una intoxicación lenta y silenciosa, que pasa por mucho tiempo inadvertida: “se sabe que el daño en el material genético, si se mantiene en esas células, en ese organismo por mucho tiempo y no se puede reparar, deriva en una daño que se puede transformar en una neoplasia, en un cáncer o en problemas de infertilidad, abortos o malformaciones en la descendencia”.

Poblaciones en riesgo:

A la hora de la difusión de los estudios, los investigadores suelen encontrarse con la resistencia de los intereses directamente vinculados con la venta y el uso del glifosato, ante lo cual buscan ser precisos y cautos en sus definiciones:

“nosotros hacemos estudios en aquellas poblaciones que están expuestas laboralmente a las mezclas de estas sustancias o vía inhalación porque viven muy cerca de los lugares donde se pulveriza. Son poblaciones en riesgo de que se pueda presentar y lo hablamos en potencial porque sabemos que el cáncer es multifactorial, pero vemos que tienen un aumento de daños en su material genético”, señaló Aiassa.

En ese marco, analizó que esto se puede leer como “un riesgo a padecer algunas de las situaciones que están siendo cada vez más reportadas por los médicos donde se pulveriza con esta sustancias, teniendo en cuenta también que no es la única que está siendo arrojada. Nosotros comenzamos con eso porque estamos en Córdoba y es el plaguicida que más se utiliza”.

Sobre las reticencias a tomar en cuenta los estudios y observaciones realizadas, la bióloga consideró que “no están dimensionando que lo que están poniendo es un veneno, un tóxico, que está demostrado y que no se debería estar descreyendo de datos científicos porque los de las multinacionales que los elaboran nunca han sido dados a conocer. Yo no tuve nunca en mis manos un estudio de genotoxicidad del glifosato de las empresas que lo producen”, denunció y cuestionó que se ponga en duda “trabajos que son hechos con la máxima rigurosidad científica porque sino no pueden ser publicados”.

La ciencia digna:

Entre los resultados, la investigadora destacó que en las localidades donde trabajaron, que son pequeñas, “en su mayoría, las autoridades de salud han utilizado los estudios para hacer resguardos ambientales, retirar las fronteras de la pulverización. Por lo menos ha servido para que esto se pueda discutir”, resaltó.

Considerando el título de la convocatoria y a los debates que atraviesan parte importante de los científicos, Aiassa reflexionó: “lo de ciencia digna nos recuerda mucho a Andrés Carrasco, que fue el que empezó a usar esto diciendo nosotros antes que científicos somos ciudadanos y nos debemos a las cuestiones que ocurren en la sociedad. A menudo, cuando trabajamos en ciencia estamos muy encerrados en nuestros lugares de trabajo y no lo damos a conocer y queda en un grupo de científicos, en el paper o en el trabajo que se publica en las revistas. Y creo que es muy importante que se baje a la comunidad, en especial a aquellos sectores que son los más vulnerables”.

- Fotos por Foro Ecologista Paraná.

Fuente: AIM

Temas: Agrotóxicos, Salud

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