Argentina: peligra huerta agroecológica por cultivo de soja transgénica en Santa Fe

Idioma Español
País Argentina

Están plantando soja transgénica a 20 metros de nuestra granja, camino por medio, con lo que nuestra huerta morirá, nuestros jóvenes frutales quedarán estériles o se secarán igual que las esperanzas de muchas mujeres. No estamos dispuestas a permitirlo

Estimad@s compañer@s y amig@s

Les escribo desde Santa Fe (Argentina). Much@s conocen la militancia de nuestras organizaciones construyendo junto con las mujeres más desprotegidas y los varones que nos acompañen un presente más digno del que están empeñados en someternos los dueños del poder y sus gerentes de turno.

Hoy apelo nuevamente a la solidaridad y al esfuerzo que puedan poner cada un@ desde el lugar desde donde estén luchando para acompañarnos en una patriada contra un gigante como Monsanto y sus socios en la Argentina.

Hasta no hace mucho, nuestros hijos e hijas estudiaban la regiones en que se dividía Santa Fe; la región ganadera del norte, la de cultivos tropicales con centro en reconquista, la cuenca lechera con centro en Rafaela, la hortícola arrocera en San Javier y la urbano industrial con centro en rosario, la agrícola ganadera con centro en Venado Tuerto, que hablaba de cierta diversidad productiva, hoy hay una sola región: la sojera. Y eso lo único que trae es mas miseria, mas hambre y lo que se tardo siglos en construir, convertido en desierto verde por ahora y mas tarde en tierra arrasada.

Intentando este presente mas digno y resistiendo a las migajas del asistencialismo, nos surgió la loca idea de ser autosustentables, condición imprescindible si queremos ser autónomas y soberanas. Así salió "La Verdecita", granja agroecológica, al norte de la ciudad de Santa Fe, dentro del ejido urbano, pero metida en el medio de lo que fuera uno de los más ricos cinturones hortícolas del país, y donde hoy no existe sino el pasto duro y los cañaverales, como mudos testigos de "los gringos quinteros" que los plantaban para la época de la siembra de tomate. Eso sólo fue hace 15 años atrás.

Con la testarudez de nuestras convicciones y con la alegría de encontrar otro lugar de resistencia al sistema, nos pusimos juntas, las más viejas con las más jóvenes, las que tenían más fortaleza y las que no alzábamos una chinche, las que ya sabían algo de cultivos y gallinas, cerdos y frutales, con las que no tenían ni la menor idea.

En sólo dos años anduvimos aprendiendo y desaprendiendo. Mucho trabajo, pero se va viendo el resultado para poder mostrarle a otras mujeres que se puede salir de las cajas con polenta y soja que reparten, de los planes, de los punteros políticos, de las decisiones que toman otros y otras sobre nuestras propias vidas. La cooperativa está a un paso de ser concretada para que se pueda vender el excedente después del autoconsumo.

Hoy todo ese esfuerzo, toda esa corta pero riquísima historia puede terminar de la peor manera. Están plantando soja transgénica a 20 metros de nuestra granja, camino por medio, con lo que nuestra huerta morirá, nuestros jóvenes frutales quedarán estériles o se secarán igual que las esperanzas de muchas mujeres. No estamos dispuestas a permitirlo. Por supuesto que ellos están contrariando las leyes vigentes. ¿Pero a quién le importan las leyes vigentes cuando los jueces de esta provincia son un ejemplo de corrupción?

Hoy hacemos pública esta denuncia, que seguramente contempla el caso de miles de pequeños productores de nuestra provincia y les pedimos encarecidamente que la difundan y que nos hagan llegar su apoyo a esta dirección de correo electrónico.

ISABEL ZANUTIGH
GRANJA AGROECOLOGICA
SINDICATO DE AMAS DE CASA DE LA PROVINCIA DE SANTA FE

moc.deragig@gitunazi

Carta al Subsecretario de medio ambiente de la provincia de Santa Fe

Sr.

Subsecretario de medio ambiente de la provincia de Santa Fe

Lic. Carlos Rey

Nos es grato dirigirnos a Ud. a fin de imponerlo acerca de una situación que consideramos altamente nociva para el medio ambiente , la conservación de los recursos naturales y para la salud de los habitantes a los fines que para tome los recaudos necesarios para evitar males mayores.

Para clarificar el cuadro de situación es oportuno relatar los hechos en forma minuciosa.

El Centro de Estudios Políticos y Sociales sobre Género posee una Granja Agroecologica – “La Verdecita”- sita en Callejón Roca al 1800 de la ciudad de Santa Fe. En la misma trabajan madres jefas de hogar en diversas actividades productivas destinadas básicamente al autoconsumo, tales como huerta, crianza de aves de corral, apicultura, fruticultura y cultivo de maíz y girasol para fabricar aceites. Asimismo, está previsto realizar otros emprendimientos tales como cría de cerdos, piscicultura, forestación y ampliar los frutales y el área de cultivo en el marco de producción agroecológica y bajo la forma jurídica de Cooperativa de Trabajo.

Somos una organización que adhiere a los principios y prácticas de la agricultura orgánica en el marco general de la defensa de la soberanía alimentaria que como ud. conoce bien, es el derecho de cada nación para mantener y desarrollar su propia capacidad para producir sus alimentos básicos, a definir su propia política agraria, pesquera, alimentaria y de tierras, respetando la diversidad cultural y productiva. La soberanía alimentaria es entonces, una precondición para obtener seguridad alimentaria genuina.

Ahora bien, vecinos de la zona nos han comentado que en el predio lindante a la Granja, se ha de plantar soja transgénica.

Como organización nos hemos pronunciado públicamente en contra del modelo agroalimentario que tiene en la soja transgénica su punta de lanza. Un modelo dominado por las grandes empresas transnacionales que producen commodities y no alimentos en cantidad y calidad suficientes para nuestra población, obligando a la importación de alimentos de distinto tipo que antes producían nuestros agricultores. Un modelo que produce a gran escala, con “ahorro” de mano de obra, donde el capital financiero arrienda las tierras a productores explotándolas en función del máximo beneficio, degradando el medioambiente y comprometiendo su capacidad productiva futura. Un modelo que en definitiva, impulsa una agricultura sin agricultores, convirtiendo un recurso renovable como el suelo, en un recurso altamente degradado en su estructura físico química y en su diversidad biológica. Su consecuencia: la devastación: profundo deterioro ambiental en algunos casos irreversibles, deforestación de bosques y selvas nativas, expulsión de comunidades originarias, desaparición de establecimientos tamberos, concentración latifundista, disminución de unidades de producción familiar, dependencia de las multinacionales, consolidación del poder de los grandes laboratorios transnacionales.

El 100% de los cultivos de soja son transgénicos, es decir, genéticamente manipulada para tolerar el herbicida Round-up que produce Monsanto, la misma multinacional que tiene el derecho de propiedad sobre la semilla RR (Round up Ready).

Cuando se fumiga por vía aérea con glifosato se afectan simultáneamente cultivos alimenticios vecinos e intercalados, fuentes de agua, ganado y animales domésticos, escuelas, viviendas, la población y las especies de flora y fauna de áreas aledañas.

El Dr. Jorge Kaczewer relata en un importante artículo los riesgos que el glifosato reporta para la salud humana (toxicidad, efectos cancerígenos y reproductivos, acción mutagénica y contaminación de alimentos), al tiempo que alerta sobre las debilidades en los sistemas nacionales que regulan sobre la bio-seguridad.

En este articulo, el profesional citado señala que Estudios de toxicidad revelaron efectos adversos en todas las categorías estandarizadas de pruebas toxicológicas de laboratorio en la mayoría de las dosis ensayadas: toxicidad subaguda (lesiones en glándulas salivales), toxicidad crónica (inflamación gástrica), daños genéticos (en células sanguíneas humanas), trastornos reproductivos (recuento espermático disminuido en ratas; aumento de la frecuencia de anomalías espermáticas en conejos), y carcinogénesis (aumento de la frecuencia de tumores hepáticos en ratas macho y de cáncer tiroideo en hembras).

La Agencia de Protección Medioambiental (EPA) ya reclasificó los plaguicidas que contienen glifosato como clase II, altamente tóxicos, por ser irritantes de los ojos. La Organización Mundial de la Salud, sin embargo, describe efectos más serios; en varios estudios con conejos, los calificó como "fuertemente" o "extremadamente" irritantes. El ingrediente activo (glifosato) está clasificado como extremadamente tóxico (categoría I).

El surfactante POEA que contiene el glifosato causa daño gastrointestinal y al sistema nervioso central, problemas respiratorios y destrucción de glóbulos rojos en humanos. POEA esta contaminado con 1-4 dioxano, el cual ha causado cáncer en animales y daño a hígado y riñones en humanos. También el glifosato se ha encontrado contaminando aguas superficiales y subterráneas en Canadá, Holanda y el Reino Unido, como asimismo algunos residuos en aguas de consumo humano por encima del limite máximo autorizado que causan daños irreparables en la salud humana. El Round-up está en varios países entre los primeros plaguicidas que causan incidentes de envenenamiento en humanos. La mayoría de estos han involucrado irritaciones dermicas y oculares en trabajadores después de exposición, durante la mezcla, carga o aplicación del mismo. Es frecuente que se reportan nauseas, mareos, vómitos y problemas respiratorios y reacciones alérgicas. En un estudio reciente, bioquímicos de la universidad de CAEN (Francia) determinaron dos formas distintas de acción del Round Up sobre la preñez en mamíferos. Se determinaron la toxicidad en la placenta y la habilidad para inhibir una enzima importante llamada aromatasa que sintetiza una hormona sexual. Un eminente toxicologo, Mark Chernaik, presentó ante el Consejo de Estado de Colombia un minucioso informe donde afirma que la exposición al glifosato representa un riesgo en las mujeres gestantes. El experto se baso en un estudio realizado en el 2001 en el cual se encontró una mayor incidencia de abortos espontáneos entre las 12 y 19 semanas de gestación en mujeres expuestas al glifosato antes de la gestación. . También incluyo este documento otros estudios donde se encuentran aberraciones en cromosomas en personas expuestas a la fumigación.

Darío Gianfelici, ecologista y medico rural de la provincia de Entre Ríos, señala que el binomio soja-glifosato puede producir en el hombre malformaciones como falta de descenso de los testículos o problemas en la constitución de la uretra masculina. También puede ocasionar cáncer de próstata y una disminución de la cantidad de espermatozoides". Tanto la soja normal como transgénica tienen hormonas vegetales, las isoflavonas, que dentro del organismo humano tienen funciones estrogénicas. De allí que su consumo "pueda incrementar en las mujeres el riesgo de contraer cáncer de mama y ovario además de endometriosis, es decir, la producción de epitelio uterino fuera de la matriz". También suelen producir embarazos anembrionados. Hay fecundación del óvulo y formación de placenta, pero sin producción del embrión". Gianfelici indicó que esta patología “se ve con muchísima frecuencia en aquellos lugares donde la explotación de soja se ha transformado en un monocultivo”. Sobre el consumo de soja en niños, Gianfelici recordó que la normativa de la OPS "establece que está totalmente contraindicada en menores de dos años y debe usarse con mucha precaución en menores de cinco años”. La soja es deficitaria en muchos nutrientes y por su alto contenido en fitatos interfiere en la absorción de hierro y del zinc además de no ser una fuente de calcio. Por eso es incorrecto llamar leche de soja a lo que es, en esencia, un mero jugo de soja.

El biólogo Raúl Montenegro, de FUNAM, recordó que las semillas integrales de soja transgénica "suelen contener en su interior restos del herbicida Glifosato y del insecticida Endosulfán, y de sus respectivos derivados, el AMPA y el sulfato de endosulfán. Todos ellos son compuestos que pueden alterar el sistema hormonal de los niños y adultos "por eso se los llama disruptores endócrinos". Agregó que incluso un coadyuvante usado para mejorar la absorción de pesticidas en soja, el nonil fenol etoxilato "también es un disruptor endocrino". Montenegro agregó que estos residuos "podrían actuar a bajas dosis", y que lamentablemente los pesticidas para soja "solo son regulados en base a su toxicidad, no a sus efectos sobre el sistema hormonal Ante la contundencia de estos datos y porque no nos resignamos aceptar este modelo impuesto por las grandes transnacionales que atenta contra los principios de la soberanía y seguridad alimentaria, es que nos oponemos a que se cultive soja en tierras lindantes a la Granja. No permitiremos que se ponga en riesgo el esfuerzo por construir esta alternativa de desarrollo sustentable y agroecológico ni nuestra salud, la de nuestras/os hijas/os como la de la la comunidad aledaña.

Por lo expuesto es que le solicitamos su inmediata intervención y por su intermedio la del Ministerio de la Producción a los efectos que se cumplan los Protocolos Internacionales en relación al principio de precaución reconocido en forma explicita en numerosas declaraciones (Declaración de Río, Convenio sobre Biodiversidad Biológica, Convención sobre Cambio Climático entre otras) y que básicamente establece que con el fin de proteger el medio ambiente, los Estados deben aplicar ampliamente el criterio de precaución conforme a sus capacidades. Cuando haya peligro de daño grave o reversible, la falta de certeza científica absoluta no debe utilizarse como razón para postergar la adopción de medidas eficaces en función de los costos para impedir la degradación del medio ambiente.

La Constitución Nacional en su articulo 41 señala “Todos los habitantes gozan del derecho a un ambiente sano, equilibrado, apto para el desarrollo humano y para que las actividades productivas satisfagan las necesidades presentes sin comprometer las de las generaciones futuras; y tienen el deber de preservarlo. El daño ambiental generará prioritariamente la obligación de recomponer, según lo establezca la ley. Las autoridades proveerán a la protección de este derecho, a la utilización racional de los recursos naturales, a la preservación del patrimonio natural y cultural y de la diversidad biológica, y a la información y educación ambientales”

Consideramos que estos derechos están seriamente amenazados si se permite el sembrado de soja transgénica que como sabemos no funciona sin el herbicida glifosato.

Por tal motivo es que solicitamos su intervención y por su intermedio la del Ministerio de la Producción, al Ministerio de Salud Publica y a la Municipalidad de Santa Fe, a los efectos que se tomen urgentes medidas por cuanto hay derechos constitucionales en riesgo y porque el principio de precaución obliga a los Estados a intervenir ante la posibilidad de daño ambiental grave.

Atentamente

Isabel Zanutigh
Nidia Kreig
Lisa Tosti
Carlos Manessi

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