Brasil: Ribereños e indígenas forman una alianza para fortalecer la economía de la Floresta Amazónica

Idioma Español
País Brasil

En cuatro años, los ribereños de la Tierra del Medio, en el centro-sur del Estado de Pará, implantaron 16 puntos de trueque y comercialización de caucho, castañas, harinas y otra decena de productos de la Floresta Amazónica.

Bautizada "cantina”, la iniciativa comenzó en las comunidades extractivistas, pero los indios no demoraron en embarcarse en el proyecto, que fue adoptado ya en las tres Tierras Indígenas de la región, donde existen también siete Unidades de Conservación (UCs).

En total, 10 comunidades en tres Reservas Extractivistas (Resex), ya tienen su cantina. Otras seis están funcionando en las TIs del pueblo Arara, Xipaya y Curuaya. En enero de este año, las poblaciones de esas áreas se reunieron en la ciudad de Altamira (Pará) y crearon la Red de Cantinas de la Tierra del Medio.

"La cantina no es del cantinero, es de la comunidad”, dice Raimundo Freires da Silva, 47 años, habitante de la Resex Riozinho do Anfrísio, primera UC en adoptar el modelo en la Tierra del Medio. Silva fue elegido cantinero por los ribereños y trabaja frente a su casa. Diariamente, recibe la producción de los vecinos, que llevan castañas, aceite de copaiba y seringa ya procesada en bloques de goma, y los intercambia por alimentos y productos industrializados, que van desde arroz, sal, azúcar hasta linternas, combustible, hilos y cuerdas, entre otros ítems para comprar, los cuales normalmente los extractivistas tendrían que viajar varios días en barco hasta la ciudad, o encarar el alto precio de los regatones, comerciantes que transitan en barco por las comunidades ribereñas.

Si se prefiere, el ribereño puede trocar la producción por dinero. La garantía de la venta de los productos de la Floresta en la Tierra del Medio surge de términos de cooperación firmados con compradores externos y pactados con la comunidad. A todos los productos se les establece un precio, el lucro y la rendición de cuentas de cada producto comercializado, que son definidos y compartidos en asambleas que involucran a todas las familias. El modelo recibe el apoyo técnico del ISA [Instituto Socioambiental], que ayudó en la implantación de las cantinas en 2011.

La Red de Cantinas de la Tierra del Medio fue el puntapié para nuevas formas de comunicación, cooperación y trueques permanentes entre las cantinas de la región. En la reunión de enero, se definieron estrategias comunes de ribereños e indígenas para el transporte de la producción y su comercialización en los centros urbanos. La red es también fundamental para la discusión de problemas y soluciones comunes de la vida cotidiana de las cantinas.

El cantinero es responsable de administrar un pequeño capital circulante, constituido con el apoyo de socios técnicos y comerciales, como la empresa Suiza Firmenich, que utiliza el aceite de copaiba como fijador de sus cosméticos, y las brasileras Mercur, principal compradora del caucho, y Wickbold, que usa la castaña de la región en la producción de panes.

El año pasado, los contratos en vigencia se renovaron y se estableció un nuevo contrato en relación con la castaña durante la Semana del Extractivismo promovida por el ISA y asociaciones de habitantes de las tres Resex de la Tierra del Medio (ver aquí).

Raimundo da Silva está entusiasmado con los resultados de la creación de la red. En la reunión de enero, se firmaron acuerdos para gerenciar stock, flete y logística entre extractivistas e indígenas. Se compartirán los costos de almacenamiento y combustible para el transporte en barcos de los productos.

"Antes los indios no se llevaban muy bien con los extractivistas”, explica Silva. "Ahora nos estamos uniendo cada vez más y, uniéndonos vamos a ser cada vez más fuertes para luchar por nuestros derechos”, agrega.

Las cantinas no son sólo un incentivo para el reinicio de las actividades productivas en la Tierra del Medio. Para introducirse en el oficio, Silva participa en cursos de formación, aprendió a leer y a hacer cuentas. Hoy, ya comienza a pasar en limpio las cuentas y anotaciones del cuaderno a la computadora. A diferencia de tiempos recientes, hoy vive con su esposa Francisca de Nazaré y ocho hijos en la Resex Riozinho do Anfrísio. Toda la familia va a la escuela. El hijo más joven es el que tiene más tiempo de estudio ya que la escuela es una novedad en la Tierra del Medio. Ya son 15 escuelas, todas en funcionamiento desde hace menos de tres años.

Las cantinas de la Amazonia:

Inspirada en los galpones que pertenecían a los llamados patrones de la seringa (caucho), las cantinas eran lugares en los que los seringueros del siglo pasado dejaban la producción de caucho a cambio de alimentos de primera necesidad. Sobraba poco dinero y, muchas veces, deudas en el saldo de cada mes en los seringales.

Hoy, los extractivistas de la Tierra del Medio están reescribiendo esa historia. Uno de ellos es elegido por la comunidad y administra la cantina y el capital circulante. "Las cantinas han sido el modelo de organización de los productores, un espacio de comercialización de mercaderías, de compra de los productos de la floresta, de gestión colectiva de capital circulante y el corazón de la organización productiva regional, y, en su desarrollo, están siendo pensadas por la red como un espacio público, también de educación”, explica el antropólogo Augusto Portigo, que desde hace 15 años apoya el fortalecimiento de la organización social y económica de poblaciones extractivistas. Al involucrar diferentes productos forestales no madereros, trabajados por ribereños e indígenas, las cantinas incluyen un frecuente aprendizaje. "El modelo ya es una referencia de transparencia en las cadenas productivas para las comunidades y aldeas involucradas”, completa.

Sobre la Tierra del Medio:

La Tierra del Medio está formada por las Reserva Extractivista (Resex) del Río Iriri, Resex Riozinho do Anfrísio, Resex Río Xingú y Área de Protección Ambiental (APA) Triunfo do Xingú, Estación Ecológica (Esec) de la Tierra del Medio, Parque Nacional (Parna) de la Sierra del Pardo y las Tierras Indígenas Cachoeira Seca, Xipaya, Curuaya, cubriendo así un área protegida de 8,48 millones de hectáreas conectadas por una red de ríos.

El extractivismo en la región es un instrumento para que la floresta sobreviva a la presión de los madereros y de la ganadería ilegal. Los productos de la Tierra del Medio son extraídos de regiones aisladas. Cerca de 300 familias están esparcidas en tres Resex, con 1,5 millones de hectáreas de floresta protegidas en Pará, que distan hasta 400 kilómetros por río del centro urbano de Altamira.

- Foto por Marcelo Salazar.

Fuente: Adital

Temas: Comercio justo / Economía solidaria

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