De la privatización de los servicios a la privatización de la Naturaleza

Las empresas transnacionales apuntan a los recursos naturales y a la apropiación del mercado de servicios y de provisión de insumos

Toda la verdad crea escándalo

En los años noventa las reglas del capitalismo global y del mercado libre condujeron en nuestros países de América del Sur a la privatización masiva de los servicios públicos. Ahora, en cambio las amenazas por parte de las empresas Transnacionales apuntan a los recursos naturales y a la apropiación del mercado de servicios y de provisión de insumos. Muchos grupos políticos lamentablemente aún no lo comprenden y por eso decimos que las grandes empresas suelen anticiparse a nuestros niveles de conciencia y aún de percepción de los fenómenos que nos rodean. Ellas disponen de incontables especialistas para analizar las sociedades y diseñar las nuevas estrategias para manipularlas. De hecho, las empresas están generando políticas públicas con las que ocupan el vacío de poder que han dejado los Estados Nacionales en su repliegue y creciente desmantelamiento.

Pensamientos complejos para comprender situaciones cada vez más complejas

Uno de los ejes de esas nuevas políticas públicas son las estrategias de certificación condicionadas por los intereses de los mercados y sometidas sin escrúpulos a los mensajes implacables de la publicidad empresarial. Los discursos de sustentabilidad social y ambiental, que fueran parte del arsenal de denuncias de las organizaciones de la Sociedad Civil, son cooptados por las empresas que ahora se invisten de pretendidas responsabilidades sociales. Ciertas ONGs, lamentablemente, en estos nuevos escenarios han devenido en meras entidades prestadoras de servicios ambientales y pretenden además, mostrarnos como un progreso las mitigaciones o morigeraciones de impactos que se prometen.

En realidad esto no es más que una estrategia para continuar y crear nuevos mercados planetarios calificados, desarrollando maquillajes empresariales que pretenden mostrar un rostro humano del Capitalismo Global. Esa connivencia con las Transnacionales, que alcanza a algunos de los que hasta ayer mismo fueron nuestros compañeros, desconcierta y afecta nuestras certidumbres. Sólo un pensamiento complejo, un análisis holístico y un compromiso profundo con los más castigados, puede permitirnos seguir el desarrollo de situaciones tan aceleradas y cambiantes, a la vez que mantener y reafirmar nuestros compromisos y nuestras posiciones de lucha.

Del Capitalismo salvaje al Capitalismo bueno y socialmente responsable

Tal el complejísimo momento en que vivimos, un momento bisagra, un umbral entre una etapa de la historia del Poder desnudo y otra donde se alternan de un modo complejo y funcional, diversas caras del Poder Global con rasgos de creciente inteligencia y perversión. Hay una cara del Poder que muestra el garrote y otra que, como en este caso, expone una cara pretendidamente “sensible y conciente de los problemas sociales y ambientales”. Mientras cientos de topadoras arrasan nuestros últimos bosques, mientras las bandas parapoliciales armadas por los sojeros expulsan campesinos, torturan y matan a los que resisten, ciertas ONGs y organizaciones de pequeños productores, largamente domesticadas por los organismos financieros internacionales, optan por negociar la propia supervivencia y asegurarse mercados orgánicos en los países centrales.

La agroecología es en este contexto cooptada por el discurso empresarial. Su rol es el de jugar como un nicho de calidad cumpliendo un nuevo servicio medioambiental que justificará los impactos globales del accionar común de las corporaciones.

De víctimas de la Globalización a protagonistas legitimadores de los nuevos mercados globales

En las nuevas sustentabilidades que se nos proponen, los pequeños porcentajes de “comercio orgánico y/o comercio justo” certificados, legitimarán toda la cadena montada por los agronegocios y el resto del mercado de comodities transgénicas, y devendrán inevitablemente, en garantizar una enorme y productiva estafa a los mercados de consumo: la nueva y supuesta responsabilidad social empresarial, que nos promete graduales aumentos de esos mínimos porcentajes certificados…

En esa dirección, la Articulación Soja Holanda-Brasil con la WWF, estuvieron en el FSM de Porto Alegre y desarrollaron con absoluta libertad, durante dos días, talleres para exponer sus posiciones a favor de la propuesta empresarial de la Soja Sustentable y de los servicios ambientales. Estas ONG ambientalistas, están respaldando el desarrollo de nichos cautivos de alto poder adquisitivo en los mercados de los países centrales; lo que significará una salvación individual para algunos productores orgánicos dispuestos a respaldar y legitimar el modelo biotecnológico.

De cómo los lobos se disfrazaron de corderos en el quinto FSM de Porto Alegre

Nuestro taller en el quinto FSM de Porto Alegre fue en cambio para organizar el Contraencuentro de Iguazú. Justamente, en oposición a la propuesta liderada por la WWF de organizar la primera Reunión de la Mesa Redonda Empresarial de la “Soja Sustentable”. Sin embargo, numerosos integrantes de la “Articulación de Soja” Europa Brasil presentes en nuestro taller intentaron manipular el sentido de los debates con sus prolongadas exposiciones y revelaron de esa manera la estrategia corporativa de llevar confusión y división al seno de los movimientos sociales.

El objetivo de nuestro taller, más allá de la organización del Contraencuentro, era el de denunciar las estrategias de las Transnacionales y de sus socios nativos en el desarrollo de un lavado de cara y cooptación de discursos en el contexto de los monocultivos industriales y transgénicos impuestos en nuestro continente. Planteábamos que lo que se pretende del colonizado, es que incorpore por una parte el lenguaje de los países centrales, por otra que juegue con las reglas que se le imponen y además, que compita en esta “democracia” aplastada por la Deuda Externa y por los enclaves de dominio multinacional.

El conflicto suscitado durante este pequeño taller del GRR en Porto Alegre alcanzó más tarde niveles de discusión internacional con la incorporación de una cantidad de siglas de ONGs que no estuvieron presentes en aquellas circunstancias, pero que sobre actuaron luego en forma corporativa, respaldando las denuncias que se nos hicieron y que se sumaron de esa manera a una campaña constante de desprestigio de la que somos objeto desde que lanzamos el proyecto de Contraencuentro en Iguazú.

Esa campaña sobre el GRR puede comprenderse si hubiésemos tocado acaso puntos muy sensibles del accionar del Poder internacional y es posible que muchos de esos actores que suman sus siglas a los ataques que se nos hacen, no tengan clara idea del grado de involucramiento con las empresas internacionales en que están siendo comprometidos.

Cuando el espíritu de Davos encarnó en Porto Alegre

Queremos que quede muy claro que: los talleres de la Articulación Soja Holanda – Brasil que se realizaron en el seno del FSM de Porto Alegre, fueron un pequeño Davos en el Foro. Que nadie se equivoque a este respecto. Estamos refiriéndonos a una quinta columna de Davos en el FSM, de tal manera que si el Sr. Mauricio Galinkin de CEBRAC, miembro principal de la Articulación Soja Brasil, se propone tal como afirma, denunciarnos ante las autoridades del Comité del Foro Social Mundial debido a la discusión dada en nuestro Taller, no sólo lo apoyaremos sino que lo desafiamos a que lo haga de verdad lo antes posible. Ello nos daría la oportunidad extraordinaria de exponer nuestras verdades respecto a los impactos de los monocultivos de Soja y de quienes pretenden enmascararlos con argumentos generados por los “thinks tanks” empresariales. También sería interesante provocar un debate internacional sobre los cambios producidos en los movimientos sociales por la actividad de persua sión de los organismos financieros internacionales y por las fuentes de financiación sobre el movimiento de las ONGs, y en especial las ambientalistas.

El Capitalismo Global y sus nuevos sirvientes nos reclaman buenos modales

Nos negamos a reconocer o aceptar la inocencia de los actores políticos en situaciones tan extremas de complicidad con las empresas Transnacionales como las que vivimos actualmente.

En nuestra lucha no se trata de discutir los buenos modales y las reglas de cortesía, ni buscar consensos con aquellos que atentan contra nuestra supervivencia. Tratamos entonces de desenmascarar a quienes desde ONGs, se han puesto al servicio de mejorar y de maquillar la imagen de las corporaciones transnacionales.

Estos nuevos mediadores deberían recordar que aquellos con quienes dialogan y establecen criterios mínimos para la negociación de certificaciones no respetan esos buenos modales cuando arrasan las poblaciones campesinas del Paraguay, cuando contaminan las napas de agua de nuestra tierra con sus tóxicos, cuando fumigan con glifosato las poblaciones, cuando asesinan a la hermana Dorothy Stang en el Brasil… Esta es lamentablemente una guerra. Una guerra declarada por las empresas Transnacionales a los pueblos de América del Sur. Una guerra de exterminio de sus bosques y de sus recursos naturales, que serán arrasados y exportados masivamente para beneficio de las lejanas metrópolis. Una guerra genocida sobre sus poblaciones campesinas y sobre las comunidades locales y rurales condenadas por las reglas implacables del mercado global.

Por esto nuestra propuesta es marchar a Foz Iguazú a repudiar la Mesa Redonda de la “Soja Sustentable”; un encuentro entre empresarios como Unilever y el grupo André Maggi, y también ambientalistas como la WWF de Suiza y de Brasil a realizarse en marzo próximo en el Hotel Bourbon en Foz de Iguazú, Brasil, para sellar un pacto neocolonial que condene a nuestros países a convertirse en el MERCOSUR de la Soja.

En la gran partida que se esta jugando nosotros somos al mismo tiempo los jugadores, las cartas y los que está en juego. Si abandonamos la mesa la partida no puede continuar. Pero no hay poder alguno que pueda forzarnos a seguir. Teilhard de Chardin

GRR - Grupo de Reflexión Rural de la Argentina
Buenos Aires, febrero marzo de 2005
Contra Encuentro Iguazú

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