El sueño de la razón: Dejemos el pesimismo para tiempo mejores

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"Más allá del Encuentro Madre Tierra Una Sola Salud, que sólo pudo tomar una ínfima parte de todo lo que sucede, tanto en ataques como en luchas, se fortaleció el hilo de resistencias, construcciones y una diversidad de imaginarios distintos y opuestos a lo establecido, que se teje por abajo, que une el pasado con el presente y el futuro".

Con tanto ataque, heridas y asesinatos de gentes tan queridas -aunque nunca las hayamos encontrado- a veces nos flaquea el ánimo. Vivimos en tiempos donde más que nunca, la alegría es subversiva. Porque cada dato de la realidad nos confirma que sonreír bordea el cinismo. Y sin embargo el encuentro con las y los compañeros de luchas y caminos, nos devuelven el alma al cuerpo y casi sin darnos cuenta, brota la íntima alegría de reconocernos, de ser parte del mismo territorio de luchas, caminos y horizontes compartidos.

Así fue por ejemplo, el encuentro Madre Tierra Una Sola Salud, que se realizó en Rosario, Argentina, del 12 al 16 de junio. Acogió al IV Congreso de Salud Socioambiental, instancia que desde 2011 viene realizando el Instituto de Salud Socioambiental de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad de Rosario con organizaciones sociales y ecologistas; el II Encuentro de la Unión de Científicos Comprometidos con la Sociedad y la Naturaleza en América Latina y reuniones regionales de la Asamblea de Salud de los Pueblos, de la Red de acción frente a la resistencia a los antibióticos (ReAct), del movimiento Paren de Fumigarnos y otros.

Llegaron colectivos sociales y de académicos, ecologistas, pueblos originarios, campesinas y campesinos, artistas, profesionales de la salud humana, animal y vegetal, científicas e investigadores, trabajadores cooperativos, sindicatos, comunicadores de medios libres y comunitarios; desde Argentina, Bolivia, Brasil, Colombia, Costa Rica, Ecuador, El Salvador, Guatemala, México, Paraguay, Perú, Uruguay, así como allende el mar desde Australia, India y Suecia.

El encuentro tuvo varias sedes, pero la principal fue el local del Sindicato de Luz y Fuerza de Rosario, un símbolo del cambio de tiempo. Los anteriores Congresos de Salud Socioambiental, había tenido como sede la Universidad de Rosario (UNR), pero después del más reciente cambio de autoridades de la Facultad de Ciencias Médicas, y el hostigamiento que sufrió Damián Verzeñassi, uno de los más activos organizadores de estos encuentros, hubo que cambiar de local. SADOP, sindicato argentino de docentes, contactó al sindicato de Luz y Fuerza, que colocó sus locales a disposición. Cómo señaló Verzeñassi, aunque las causas para salir de la Universidad no fueron positivas, este encuentro reafirmó el camino elegido: una Universidad que sale de sus muros, para trabajar junto a las organizaciones sociales y populares, en los temas que les preocupan, que son relevantes para las bases de la sociedad, espacios que sirven para aprender mutuamente.

Es la misma idea que dio luz a los campamentos sanitarios, que coordina Damián Verzeñassi y que realizan docentes con estudiantes, como práctica final para recibirse de médicos, acampando en pueblos de la región por varios días. Junto a los vecinos realizan un diagnóstico de las enfermedades que sufren, ejercicio de epidemiología popular. Luego de realizados 29 campamentos en diferentes localidades de cuatro provincias de Argentina, se han convertido en un sólido testimonio de que la siembra de soya transgénica y el uso de agrotóxicos provocó un aumento enorme de cáncer, deformaciones neonatales, abortos espontáneos y otras enfermedades. Mientras Verzeñassi estaba presentando estos datos en el Tribunal Internacional Monsanto, el decano de la Facultad de Ciencias Médicas mandó cerrar con cadenas el local donde conservaban toda la documentación de los campamentos.

Posteriormente se pudo abrir y recuperar los documentos gracias a la presión de organizaciones en todo el país y también por la solidaridad internacional. Ahora las autoridades de esa Facultad trabaron que el IV Congreso se pudiera realizar en su sede.

Pero el Encuentro Madre Tierra Una Sola Salud se realizó de todas formas y fue el escenario para que esa documentación, más de 100,000 expedientes ahora digitalizados, se entregara en custodia a Jaime Breihl, figura señera de la epidemiología popular en América Latina y decano de la Universidad Andina, con sede en Quito.

La fechas de las actividades se eligió porque el 16 de junio es el “Día de la Ciencia Digna”, recordando al Dr. Andrés Carrasco, que denunció con su trabajo de investigación, los efectos nocivos del glifosato en la población, por lo que también fue acosado, pero no lograron callarlo. Por su iniciativa se formó la Unión de Científicos Comprometidos con la Sociedad y la Naturaleza en América Latina ( UCCSNAL) un espacio de convergencia para la ciencia crítica, que se reunió este año por segunda vez.

El Encuentro Madre Tierra Una Sola Salud, fue también marco para la presentación del documental “En defensa propia”, que recoge los diez años de lucha de la campaña “Paren de fumigarnos”, un movimiento de vecinos, madres y organizaciones ecologistas contra la fumigación área que aplican en cultivos industriales, principalmente soya transgénica, y que se ha convertido en una guerra tóxica contra los pueblos que viven cerca de las plantaciones (ver aquí). La campaña se ha extendido a muchas provincias del país, es auto-organizada y ha logrado parar las fumigaciones en varios lugares, y en otros que establecieran distancias de hasta 1 kilómetro. El encuentro llama en su declaración final a terminar con la fumigación de agrotóxicos en todas partes. Se realizó también una reunión de pueblos fumigados y organizaciones de varios países, en lo que comienza a ser una organización que trasciende fronteras.

Otras organizaciones de base y pueblos indígenas compartieron sus luchas contra la megaminería, el “fracking”, la contaminación petrolera y otras. Severino Sharupi, presidente de la CONAIE, Ecuador, expuso el caso de los desalojos y ataques contra el pueblo Shuar, en su lucha por defender su territorio contra la minería en la Cordillera del Cóndor. En los conflictos han habido varios muertos –también policías; Severino alerta que “la minería es violenta”, la imponen a sangre y fuego, pero acusan a los que viven en esos territorios de ser violentos cuando se oponen a ser desplazados o que contaminen su tierra y agua.

Hubieron más de 70 presentaciones con luchas barriales, sindicales, ecologistas, feministas, de afectados ambientales, de derechos humanos, de lucha por la tierra, por ciencia digna, de artistas y comunicadores de medios libres. No sólo denuncias, también muchas experiencias de construcción ante la destrucción, como por ejemplo, las Cátedras Libres de Soberanía Alimentaria, que ya son 29 en diferentes universidades, iniciadas desde la Escuela de Nutrición de la Universidad de Buenos Aires y que como son libres, permiten participar a todas y todos los que estén interesados, más allá de sus créditos académicos. También se discutió ampliamente el tema de las bacterias resistentes a antibióticos, provocadas por el uso masivo de éstos no sólo en medicamentos, también en ganadería y alimentos, todo un paradigma de la enfermedad del sistema capitalista: las bacterias y otros microorganismos son esenciales para la vida de los seres vivos y el planeta, pero se las combate como si fueran enemigos a eliminar, provocado desequilibrios cada vez mayores, que a su vez les sirven para justificar el uso de más biocidas.

El encuentro fue temáticamente más amplio y con una participación más contundente de organizaciones de base y pueblos indígenas que los anteriores, nuevamente con muchos ejemplos de colaboración de éstos con académicos y científicos comprometidos. Participaron más organizaciones de otros países, la mayoría de los más cercanos a Argentina, pero también invitados de organizaciones afines de otros países, como la UCCS y la Asamblea de Afectados Ambientales de México, que enriquecen las perspectivas y también son prueba tangible de que los proyectos extractivos y las transnacionales actúan de maneras similares por todo el continente.

Un vínculo muy presente en el encuentro fue que la agresión a las y los luchadores sociales de las décadas anteriores, la lucha de las Madres de Plaza de Mayo, junto a las de muchas otras madres de desaparecidas y desaparecidos actuales, las agresiones y muertes que sufren los que ahora defienden sus territorios y derechos, están unidas. Como manifestó la delegada de la Asamblea Permanente de Derechos Humanos, luchar contra la impunidad en Argentina hoy es parte de luchar contra todas las impunidades y recordarnos que la memoria colectiva es lo que nos sostiene y mantiene viva la lucha de las y los compañeros que no están. “No olvidamos, no conciliamos, no perdonamos y seguiremos peleando por la justicia”, ahora también por los muertos en la defensa de las luchas ambientales, campesinas, indígenas, de la cual nuestro continente tiene las cifras más altas a nivel global.

De la mano de Darío Aranda, periodista, cronista y acompañante de las luchas ambientales e indígenas en Argentina, el Encuentro recorrió las muchas luchas victoriosas de la gente de a pie, de madres, vecinos y vecinas, jóvenes, comunidades de pueblos originarios, radios comunitarias; algunas que han logrado parar empresas transnacionales gigantescas, como la planta de Monsanto en el pueblo Malvinas Argentinas, Córdoba y la empresa Alto Paraná en Posadas, otras donde la gente más humilde de San Jorge logró que dejaran de fumigar y junto a abogados solidarios consiguieron una sentencia histórica para todo el país; cómo el pueblo mapuche resiste a Benetton y el pueblo Qom logró no sólo defender su territorio, sino que después de 200 años de ignorarlos, su nombre esté firmemente en el mapa.

Muchos de estos temas se reflejan en la declaración final del encuentro, que además estuvo co-organizado por más de 20 organizaciones sociales, de académicos, ecologistas y sindicales de Argentina y del continente.

Pero lo más importante no está en papel, aunque sí muy vivo. Más allá del encuentro, que sólo pudo tomar una ínfima parte de todo lo que sucede, tanto en ataques como en luchas, se fortaleció el hilo de resistencias, construcciones y una diversidad de imaginarios distintos y opuestos a lo establecido, que se teje por abajo, que une el pasado con el presente y el futuro.

- Declaración del Encuentro Intercontinental Madre Tierra una sola Salud: ver aquí

Fuente: Desinformémonos

Temas: Crisis capitalista / Alternativas de los pueblos, Saberes tradicionales, Salud

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