Flores en el Desierto: Poner el cuerpo en la defensa del territorio

Idioma Español
País México

"El libro “Flores en el Desierto” es una visión histórica de esta lucha [...] es un grito de esperanza porque coloca este proceso del florecimiento de los pueblos con una vitalidad tal que no permite dudar de la existencia de las convicciones profundas de estas mujeres que se visten para la guerra, para la lucha, con atavíos luminosos, con conocimientos y estrategias tomadas de la resistencia milenaria de los pueblos".

Publicado originalmente en Frayba

“El 29 de mayo de 2017 le cambió la vida a María de Jesús Patricio Martínez, quizás como en ningún otro momento de sus 54 años. Su nombramiento como vocera del recién constituido Concejo Indígena de Gobierno la llevaría a recorrer en los meses siguientes los rincones más olvidados del México profundo. Despojos, amenazas, represiones y un sinfín de dolores y resistencias ha encontrado en su camino. No hay hierba medicinal que cure tanto desprecio y ella, sanadora, apela en cada pueblo a la organización como único remedio.” (“Flores en el Desierto”, pág. 163).

Quise iniciar con este párrafo porque el libro es una lección sobre el hecho de la existencia del Concejo Indígena de Gobierno en la larga trayectoria de la propuesta del EZLN al Congreso Nacional Indígena que “…nació el 12 de octubre de 1996, producto de los acuerdos del Foro Especial de Derechos y Cultura Indígena, celebrado en enero de ese mismo año en San Cristóbal de Las Casas. Fue la primera vez, luego del levantamiento zapatista, que se reunieron los pueblos indios del país convocados por el EZLN. Marichuy fue una de los más de 500 representantes de los por lo menos 35 pueblos, naciones y tribus originarias que acordaron la autonomía indígena como el eje de su reconstitución y de su relación con el Estado.” (“Flores en el Desierto”, pág. 164).

Es una expresión de la claridad que tienen las Concejalas de su papel y de lo que significa, desde el principio la propuesta.

Uno de los objetivos principales de la propuesta: “visibilizar a los pueblos, los problemas, las luchas y sobre todo dar el mensaje de que es necesaria la articulación de todos nosotros para poder salir adelante y enfrentar este destrozo que está dejando el capitalismo”. (“Flores en el Desierto”, pág. 165-166).

Las Concejalas entrevistadas: Rocio Moreno, coca. Comunidad de Mezcala, Jalisco; Gabriela Molina, comca’ac. Comunidad de Desemboque de los Seris, Sonora; Guadalupe Vázquez, tsotsil. Comunidad de Acteal, Chiapas; Osbelia Quiroz, nahua. Tepoztlán, Morelos; Bettina Cruz, binnizá. Juchitán, Oaxaca; Sara López, maya. Comunidad de Candelaria, Campeche; Myrna Valencia, yoreme. Comunidad de Cohuirimpo, Sonora; Lucero Alicia Islaba, kumiai. Comunidad de Juntas de Nejí, Sonora; Magdalena García Durán, mazahua. Ciudad de México; María de Jesús Patricio Martínez, nahua. Comunidad de Tuxpan, Jalisco.

Todas de cuerpo entero, en su totalidad de la vida, con una claridad asombrosa de sus raíces y de su encuentro con la fuerza de la historia en la lucha por la vida, por el territorio, en la defensa de su propia identidad, en la reconstrucción de la comunidad, de los hilos que sostienen la capacidad de enfrentar directamente los intereses de las estructuras sistémicas de la dominación y aniquilamiento que viene de estos intereses.

Todas con la inteligencia de las tareas actuales de las Concejalas como constitutivas del Concejo Indígena de Gobierno del Congreso Nacional Indígena. Con un sentido diáfano de lo que es este involucramiento que viene de la voluntad de los pueblos, que es un reconocimiento de lo que pueden realizar porque allí nacieron, allí florecieron en la lucha, en la confrontación.

Con toda la carga histórica de una lucha que enfrenta en primer lugar la discriminación pero que no termina allí, porque las relaciones de dominación tampoco terminan con la discriminación sino que van a la negación misma de los derechos, al despojo, al aniquilamiento y a la muerte, a arrasar si es necesario a los pueblos mismos.

Entonces la tarea se convierte en la construcción de una organización amplia, con la participación de todas y de todos, con las capacidades de todos y de todas.

El libro es un grito de esperanza porque coloca este proceso del florecimiento de los pueblos con una vitalidad tal que no permite dudar de la existencia de las convicciones profundas de estas mujeres que se visten para la guerra, para la lucha, con atavíos luminosos, con conocimientos y estrategias tomadas de la resistencia milenaria de los pueblos.

Es coraje. Es valentía. Es decisión y ruptura ante las amenazas.

En última instancia es estar frente a frente a la estrategia de los intereses estratégicos del despojo y la invasión.

Son las minas, las redes del narcotráfico, la impunidad, los intereses sobre el agua, los ríos, el mar, el viento, la tierra, las lagunas, los cerros, la biodiversidad, las plantas, los animales, el lugar en el espacio; a nosotros y a nosotras nos quieren como peones.

Dicen: “quieren acabar con nosotros porque menosprecian nuestra vida como pueblos indígenas, lo que somos y nuestra cultura”.

Es el momento de la devastación.

Por ser algo tan aleccionador voy a referirme a la experiencia de Myrna, de la Comunidad de Cohuirimpo, Sonora.

“Myrna pone el cuerpo cuando se trata de la defensa del territorio. Nos trasladamos en camioneta a las comunidades cercanas a Camargo, en Cohuirimpo, donde aparecen enormes excavaciones con la tierra extraída a un lado, en forma de pirámides. El panorama es desolador. Es la imagen del despojo consumado. De aquí se están llevando grava, gravilla, material pétreo para las construcciones. Son terrenos de familias yoreme, pero, sin permiso ni consulta, los están “asaltando”. El área es de unos 500 metros cuadrados y es de la empresa Siglo XXI la maquinaria que en estos momentos trabaja- “Para cuando nos dimos cuenta ya habían tumbado toda la vegetación que había. Hasta animales muertos se veían”. (“Flores en el Desierto”, pág. 120).

El libro nos lleva a través del testimonio de las Concejalas y la vocera del Concejo Indígena de gobierno, del Congreso Nacional Indígena a descubrir que hay una historia verdadera, que existen espacios sagrados, islas, desiertos, inmensidades de caminos y espacios donde se crece la vida y que allí se vuelven a contar los días de una manera distinta; que existe una savia de donde se nutren las rebeldías, que las mujeres amamantan y se amamantan de esta vitalidad.

Es algo tan profundamente arraigado que constituye la experiencia de la fortaleza, que se expresa en actos de libertad.

Es un libro sobre la lucha de los pueblos originarios ahora. Su verdadera lucha, permanente, transformadora, en continuidad histórica, desde abajo, desde la raíz profunda, por la tierra, por el territorio, contra la devastación y en búsqueda de la dignidad, del respeto y de la igualdad.

Podemos tomar en cuenta algunos datos escritos en un artículo del documento que publicó Sipaz en su Informe Volumen XXIII, No. 1, de marzo del 2018: “Pueblos Originarios: grandes desafíos y obstáculos para el disfrute efectivo de sus derechos”. Presentado a la relatora especial de Naciones Unidas (ONU, Victoria Tauli.Corpuz (indígena de Filipinas) en ocasión de su visita especial a México, del 8-17 de noviembre del 2017.

“México goza de una gran riqueza y diversidad cultural y natural. Su población indígena representa en 10.1% de la población total del país y según la Comisión para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas (CDI) existen 68 lenguas indígenas diferentes. Su territorio alberga entre el 60% y 70% de la diversidad biológica conocida del planeta. Oaxaca, Chiapas, Veracruz, Guerrero, Yucatán y Michoacán son los estados que concentran la mayor biodiversidad y al mismo tiempo son los de mayor presencia indígena. Eso no es una coincidencia, sino que son los pueblos originarios los que han jugado un papel primordial en la conservación y protección de los ecosistemas.”

“En su conclusión de fin de misión la relatora alertó que ‘el inadecuado reconocimiento legal vigente de los pueblos indígenas como titulares de derechos, aunado a la discriminación estructural están en la base de todos los temas y las preocupaciones’ en los rubros ‘tierras y territorios; autonomía, libre determinación y participación política; auto-adscripción de los pueblos indígenas; acceso a la justicia; violencia e impunidad; el derecho a determinar sus prioridades de desarrollo; consulta y consentimiento libre, previo e informado; derechos económicos, sociales y culturales, y la situación particular de sectores específicos de los pueblos indígenas’. El informe final de su visita a México será presentado al Consejo de Derechos Humanos de la ONU hasta septiembre 2018 en Ginebra.”

La lucha de los pueblos indígenas es la que hace relevante este informe, porque son los pueblos originarios los que están haciendo posible la defensa del territorio y están enfrentando la agresión más despiadada.

El libro “Flores en el Desierto” es una visión histórica de esta lucha. Una visión amplia de una extensión tan grande como los grandes campos y grandes avenidas de las ciudades.

Una historia compleja pero que tiene huellas para reconocer la legitimidad de esta lucha.

Se percibe el entendimiento de la dinámica forjadora de las alternativas, en la memoria del tiempo de las sublevaciones, de las transformaciones, de los gritos, de las presencias milenarias, de los signos que existen en las piedras, en los tejidos, en el vuelo de los pájaros, en las arenas, en el caminar, en el pensar, en el movimiento del viento.

Es el encuentro con la savia que recorre el libro el hecho de ser mujer.

No tengamos miedo, nosotros los hombres, de encontrarnos con esta realidad de fuerza, potencialidad biológica y cultural, energía constructora de sueños, imaginación creativa y rebeldía apasionante.

“Flores en el Desierto” es una lectura de un acontecimiento único.

El cambio de nuestras vidas está vinculado definitivamente a la lucha de las mujeres, a su decisión, a su palabra, a sus cuerpos y sabiduría propia.

¿Qué es lo nuevo que está sucediendo?

Es la construcción de espacios de libertad, derrumbando las barreras, organizadas, vigilantes, activas, con instrumentos, con tecnologías, con conocimientos y atreviéndose siempre a la nueva construcción.

¡Qué gran respeto infunde la lectura de este libro!

Es un trago de agua fresca del manantial de luz de los cielos abiertos.

- Presentación del libro Flores en el desierto, Mujeres del Concejo Indígena de Gobierno, de Gloria Muñoz Ramirez.

- Fotos Mujeres Abejas de Acteal. Flores en el desierto.

Fuente: Desinformémonos

Temas: Feminismo y luchas de las Mujeres

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