Guatemala: Un sinfín de consecuencias, otra víctima más del Proyecto Genocida del Banco Mundial y el BID de la Represa Hidroeléctrica de Chixoy

Idioma Español
País Guatemala

"La realidad es que la mayor parte de la población guatemalteca vive en condiciones de racismo y pobreza endémicas, que solo se mantienen así, gracias a la represión, la corrupción y la impunidad de los regímenes antidemocráticos que ostentan el poder".

Un accidente terrible provocó la muerte de la niña Alma Yesenia Uscap Osorio de 9 años y de su madre, Isabel Osorio Tum, en el pueblo de Rio Negro, Baja Verapaz, Guatemala. Pero no es un accidente que occurio otra muerte brutal en una de las comunidades mas sufridas en Guatemala.

El 1 de julio, se produjo un incendio en la pequeña vivienda de Isabel Osorio y Juan Uscap, en el pueblo Maya Achi de Rio Negro, ubicado por encima de la zona de inundación de la represa hidroeléctrica de Chixoy. Juan, un conductor de lancha, había guardado tanques de gas en su vivienda. De algún modo el gas se encendió y explotó, quemando su vivienda de un solo cuarto hasta reducirla a cenizas. El incendio causó la muerte de Alma de manera inmediata.

Juan sufrió quemaduras en sus piés. Isabel sufrió quemaduras en todo el cuerpo. Demoraron un día para evacuar a Isabel por lancha hasta el hospital en la Ciudad de Guatemala, a 8 horas de viaje. Murió en el hospital.

Se está enviando fondos de emergencia para Juan y su familia. Mientras entierra a su hija y esposa, Juan también tiene que costear su tratamiento médico y sus medicinas. Pronto tendrá que volver a construir su vivienda.

Reconstruir su vida será aun más difícil - sino imposible. Esta tragedia se suma a la historia de racismo y opresión, y el desalojo violento de tierras y de viviendas, de las masacres y de sobrevivir a duras penas.

Juan e Isabel eran sobrevivientes del genocidio, eran testigos directos de la matanza cometida en contra de sus familias y comunidades, que se realizó para dar paso al proyecto de la represa hidroeléctrica auspiciado por el Banco Mundial y el BID (Banco Interamericano de Desarrollo).

El Genocidio de una aldea, en el contexto de genocidios a Nivel Nacional:

De algún modo, éste fue un accidente trágico. Pero en muchos sentidos el hecho constituye otra muerte brutal y evitable causada por el racismo, la explotación, la represión y la impunidad endémicos que enfrenta la mayoría de la población maya en Guatemala. Es lo que se vive a través de los siglos de imperialismo europeo, el colonialismo; después del golpe de estado de 1954, provocado por los Estados Unidos, que derrocó al único gobierno realmente democrático en Guatemala para devolver el país a los racistas élites económicos, militares y políticos que continúan gobernando la nación hasta ahora.

De manera más directa, es otra muerte brutal más de una pobladora empobrecida después de la represión y los genocidios respaldados por los EE.UU en los años 1970 y 1980. Más directamente, es otra muerte más causada por el proyecto de la represa hidroeléctrica Chixoy financiado, planeado e implementado por el Banco Mundial y el BID entre 1975 y 1983, en sociedad con los regímenes genocidas respaldados por los EE.UU.

Los regímenes apoyados por los EE.UU. no solo llevaron adelante genocidios en las regiones mayas de todo el país (que incluye la región Maya Achi de Rabinal donde se encuentra Rio Negro), sino que los militares llevaron a cabo cinco masacres a gran escala en contra de la misma comunidad de Rio Negro, como parte del esfuerzo del Banco Mundial y del BID de desalojar a los miles de habitantes mayas de la cuenca de inundación de la represa de Chixoy que se llenó a partir de 1983, poco después de que las masacres dejaron a más de 440 personas muertas y obligaron a los sobrevivientes a huir al monte.

Juan e Isabel:

Al producirse las masacres de la Represa de Chixoy/Rio Negro, Juan e Isabel eran niños. Isabel sobrevivió con cuatro años, y huyó a las montañas, comiendo solo raíces y frutas silvestres mientras que el ejercito y las patrullas de la defensa civil continuaban con la persecución de todos los pobladores Achi para matarlos.

La particular historia de sobrevivencia de Juan cuando tenía 9 años es también brutal. El 13 de marzo de 1982, los soldados y patrulleros persiguieron y reunieron a 177 mujeres y niños de Rio Negro para masacrarlos en un lugar conocido como “Pacoxom”, en la parte alta, por encima del pueblo. Fue una de las cinco masacres realizadas ese año para erradicar al pueblo de Rio Negro a fin de llenar la cuenca de de inundación de la represa de Chixoy.

Luego de que los soldados y patrulleros mataron a las mujeres y niños con gran salvajismo ese día (cometiendo violaciones contra las mujeres y las niñas antes de matarlas, agarrando algunos bebés de los pies y golpeándolos contra las rocas hasta matarlos) las patrullas del pueblo cercano de Xococ decidieron salvar la vida y secuestrar a 18 niños y niñas cuyos madres, abuelas y hermanas habían sido masacrados ante sus ojos.

Juan era uno de los 18 niños y niñas, cuyas edades oscilaban entre bebés hasta los 11 años, que fueron obligados a vivir durante dos años en las casas de los miembros de la patrulla de Xococ. A todos, salvo los bebés, se les obligó trabajar como esclavos en los campos de cultivo de los patrulleros de Xococ.

Pacux: Una aldea modelo controlada por el Ejército

Las masacres de la represa de Chixoy/Rio Negro tenían como objetivo erradicar a la población y a la aldea de Río Negro a fin de despejar la zona para el proyecto de inversión del Banco Mundial y el BID. Pero aún después de las masacres, la destrucción de casas y comunidades, con la huida forzosa de los sobrevivientes, el secuestro y la esclavitud de los 18 niños sobrevivientes, la represión y el sufrimiento continuaron.

Algunos de los sobrevivientes vivieron durante meses o aún años, en las montañas, huyendo de los soldados y patrulleros depredadores y saqueadores; algunos ya no aguantaron más, muriéndose de enfermedades, deshidratación y desnutrición.

Más temprano que tarde, el régimen terminó forzando a la mayoría de sobrevivientes de Rio Negro, a vivir en Pacux, una “aldea modelo” controlada por el ejército — ostensiblemente la comunidad que reemplazó a Rio Negro, que se construyó con fondos del proyecto del Banco Mundial y el BID. Luego de dos años de esclavitud, los 18 niños fueron liberados por sus secuestradores y fueron a vivir a Pacux con los familiares que sobrevivieron. Muchos eran los únicos sobrevivientes de sus familias.

Juan e Isabel crecieron en Pacux donde la pobreza, el trauma, el sufrimiento y la represión continuaban. Desde mediados de los años 1980, a menudo los soldados realizaban actos de detención, tortura y asesinato en contra de los hombres de Rio Negro (quienes también eran sobrevivientes de las massacres de Rio Negro), y violaban a las mujeres, obligándolas a trabajar para ellos como esclavas en el destacamento militar.

No fue sino hasta los años 2000 que cerraron el puesto militar, dejando en “paz” a los sobrevivientes de Rio Negro, que vivían en condiciones de extrema pobreza en Pacux, excluidos del apoyo del gobierno, sin trabajo, sin educación, sin acceso a tierras para sembrar para su consumo y con acceso limitado a agua segura y fiable, ni siquiera para uso en casa. Sin esperanza.

El regreso a Rio Negro:

Para fines de los años 1990, algunas familias de Rio Negro decidieron irse de Pacux para regresar a pie a Río Negro, quedándose arriba en las laderas de la montaña por encima de la comunidad original que hoy está enterrada debajo de unos 100 metros de lodo y acumulación de cieno en la cuenca de inundación de la represa.

Hoy en día en Río Negro se vive mucho más pobreza que antes del proyecto de la represa de Chixoy. No existe acceso por carretera. Solo existe un proyecto de agua (manejado por la fuerza de la gravedad). No existe posta médica ni clínica. Solo existe una escuela primaria que se financia a si misma.

Los pobladores ya no viven en las tierras fértiles que rodean el río. Viven en las partes altas de las laderas de las montañas, sufriendo la sequía durante 6 a 8 meses del año por lo general. Ya no tienen acceso al agua potable ni pueden pescar en el Rio Chixoy. La cuenca de inundación es un “lago” de agua contaminada, que sostiene solo una fracción de la vida acuática en comparación con lo que existía antes de que contuvieron, malograron y mataron al río.

Pero se quedaron acá, trabajando para sobrevivir en el lugar donde vivían sus antepasados. El proyecto de “desarrollo” del Banco Mundial y el BID no sólo resultó en masacres a gran escala, con la destrucción de comunidades y el despojo de terrenos y territorios, sino que ni siquiera trajo luz eléctrica a las comunidades de los alrededores hasta el año 2015. Pero el servicio (que las comunidades tienen que pagar) no es de fiar.

En la noche de la explosión y incendio, no había electricidad y Juan e Isabel usaban velas en la casa … la chispa que provocó el incendio.

***

No hay luz al final del túnel para las víctimas de las masacres de la represa de Chixoy /Rio Negro que viven en Pacux y Rio Negro, ni mucho menos para la mayoría de la población guatemalteca, en especial el pueblo maya.

Mientras que las masacres sufridas por el pueblo de Rio Negro eran más focalizadas y abrumadoras debido al desalojo violento de miles de personas por parte del Banco Mundial y el BID, la realidad es que el régimen respaldado por los EE.UU cometía masacres por todo el país.

Aun si las secuelas de pobreza, trauma y desesperación de los sobrevivientes de Río Negro podrían calificarse de peores que las vividas en la mayoría de comunidades que sufrieron masacres y desalojos forzosos, la realidad es que la mayor parte de la población guatemalteca vive en condiciones de racismo y pobreza endémicas, que solo se mantienen así, gracias a la represión, la corrupción y la impunidad de los regímenes antidemocráticos que ostentan el poder.

Es un terreno fecundo para los “accidentes” endémicos. Nuestros sentimientos de pesar se unen con las familias de Juan e Isabel, y con todos los sobrevivientes y familiares de las víctimas de las masacres de la Represa de Chixoy / Río Negro.

Necesidades a corto plazo:

A corto plazo, es necesario enviar unos fondos para cubrir los gastos en atención médica y en medicinas, así como también para reconstruir la vivienda y reemplazar los enseres básicos.

Necesidades a mediano y largo plazo:

El reto verdadero es trabajar para asegurar:

- Que el gobierno guatemalteco entregue el pago de todo el fondo de reparaciones de $154,000,000 que se adeuda a las víctimas de las comunidades desalojadas por la represa de Chixoy.

- Que el gobierno de Guatemala entregue los fondos adeudados a las víctimas de las masacres de la represa de Chixoy / Río Negro, tal como estipuló la Corte Interamericana de Derechos Humanos en su fallo del año 2012.

- Que se lleve a cabo una investigación independiente acerca del papel del Banco Mundial y el BID en el financiamiento y la implementación del proyecto genocida de la represa de Chixoy. Ambos bancos se lucraron de sus inversiones; ambos bancos aseveren haber cumplido con los términos del proyecto; ambos se niegan a asumir responsabilidad por los hechos y niegan a a pagar el dinero del Fondo de Reparaciones de $154,000,000 o del fondo de indemnizaciones de la Corte Interamericana de Derechos Humanos como resarcimiento por las masacres.

- Que se continúe el esfuerzo de hacer responsable al gobierno de Estados Unidos por su papel en los genocidios cometidos en Guatemala desde 1978 y 1983, que incluye aquellos cometidos en contra de las comunidades Maya-Achi de Rabinal.

- Que se continúe el esfuerzo de hacer responsable a los gobiernos de los EE.UU. y de Canadá, así como a las empresas norteamericanas y los inversores, por mantener relaciones económicas, políticas y militares provechosas con los regímenes corruptos y represivos que dirigieron (y dirigen) los destinos de Guatemala, siempre haciéndose de la vista gorda a la explotación, el racismo, la represión gubernamental, la corrupción y la impunidad.

Fuente: Rights Action

Temas: Criminalización de la protesta social / Derechos humanos

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