¿Hacia una soberanía alimentaria? (II)

Idioma Español
País Cuba

"En una conversación con Cubahora, Fernando Funes Manzote muestra como una carta de triunfo a la agroecología y sus beneficios y exige respaldar su empleo desde el punto de vista institucional con el objetivo de que, por fin, se le considere como una opción real y eficiente para echar adelante la maquinaria agrícola del país."

¿Puede Cuba, con sus 6,6 millones de hectáreas (ha) disponibles, alimentar a su población?

¿Puede hacerlo con métodos agro-ecológicos?

Esas dos interrogantes guiaron la conversación que sostuvo Cubahora con el agroecólogo Fernando Funes Manzote, quien muestra como una carta de triunfo a la agroecología y sus beneficios y exige respaldar su empleo desde el punto de vista institucional con el objetivo de que, por fin, se le considere como una opción real y eficiente para echar adelante la maquinaria agrícola del país.

La agroecología, entendida como la actividad que promueve la producción agrícola en correspondencia con la conservación de los recursos naturales (suelo, agua, biodiversidad), puede decirse que ha estado presente en las labores del campesinado cubano aunque no se empleara esa denominación y, sobre todo, a pesar de que no se aplicara en su plenitud.

Se ha corroborado, según el especialista, que este tipo de actividad puede ser altamente productiva y a la vez sostenible. Satisfactorios resultados pueden mencionarse en la aplicación de abonos orgánicos, con una producción de más de 150 000 toneladas de humus de lombriz en 2007, la incorporación de residuos de cosechas, los abonos verdes, el empleo del estiércol como fertilizante natural, el uso de medios biológicos, la tracción animal, entre otros ejemplos que avalan el éxito de su empleo, no solo desde el punto de vista agrícola sino también en lo referido a la no agresión al medio ambiente.

—Sin embargo, ¿qué es lo que ha limitado la verdadera aplicación de la agroecología como método de producción agrícola?

—La agroecología ha debido sortear cuantiosos obstáculos, la mayoría infundados por mitos que plantean que es un retroceso, es un regreso al estiércol, es una agricultura de pobreza, de bajos rendimientos, con problemas de plagas y nutrientes, a la que se acude cuando escasean los recursos financieros para el desarrollo de la agricultura convencional. Con esta se obtienen excelentes resultados pero con innegables consecuencias negativas sobre el medio ambiente como la erosión del suelo y el incremento de su salinidad, la reducción de los mantos freáticos, la pérdida de la diversidad biológica y genética, la resistencia constante de plagas y enfermedades agrícolas, las inundaciones naturales, la contaminación del aire.

"La carencia de un sistema nacional de agroecología, de una metodología de pre-grado para la formación de agroecológos, de estimulación y reconocimiento de estos métodos agrícolas y, sobre todo, de un poder institucional que los apoye, les dé cobertura, financiamiento y caudal científico son factores que han limitado la verdadera aplicación de la agroecología.

"Realmente es triste que persista en la mentalidad de algunos políticos y agricultores la idea de que este método retarda el desarrollo cuando numerosos estudios respaldan su idoneidad como método de producción.

—¿Qué resultados en el sentido práctico han arrojado esos estudios?

—Por ejemplo, puedo referirme a una experiencia que desarrollamos recientemente en Matanzas, a partir del no empleo de agroquímicos y obtuvimos un aumento del rendimiento agrícola entre un 47 y un 60 porciento en el manejo de la papa con agentes de control biológico y biofertilizantes.

"Con mayor profundidad realizamos una investigación hace diez años por un período de igual duración con el Instituto de Pasto y Forrajes del Ministerio de la Agricultura y que le hemos dado continuidad ahora en la Estación Experimental Indio Hatuey. Se aplicó en fincas de entre 20 y hasta 50 ha predominantemente con 86 mil unidades de producción. Ese estudio reforzó la relación integral entre los factores tecnológicos, productivos y sociales.

"La mayoría de los resultados, en la práctica, apuntaron a la eficiencia y la productividad de sistemas agroecológicos a partir de un manejo y un diseño diversificado que apuntaba a la integración entre agricultura y ganadería. En esa integración, en ese uso de recursos naturales a nivel local se incrementaba la productividad del sistema a diferentes escalas y niveles de integración. Esos logros, traducidos en realidad palpable, pueden registrarse en el término de un quinquenio."

En ese sentido, insistió Funes Manzote, no se trata de que se abandonen prácticas convencionales en el diseño y manejo de los sistemas agrícolas a partir de la agroecología, sino que estas sean analizadas y su uso bien justificado, a favor de satisfacer las necesidades de alimentación sin perjuicio del medio ambiente y sin la necesidad de grandes gastos en los insumos".

Por eso para este investigador el mayor reto en la actualidad es apoyar, fomentar los procedimientos agroecológicos de manera sistemática para no apostar por ellos cuando no quede más remedio, para que realmente la agroecología sea considerada como una alternativa viable, realmente diseñada sobre la base de un análisis y una estrategia bien clara.

"Basta analizar cuántos recursos se destinan para ensayar la introducción de transgénicos, los que son vistos como la esperanza para lograr el salto productivo que se quiere. No niego sus potencialidades pero en Cuba no creo que sea tan necesario acudir a los transgénicos, si ya se ha demostrado la efectividad del modelo agroecológico para proveer alimentos suficientes.

"Retomando las preguntas iniciales de este diálogo, es cierto que no todo lo que se quiere se puede lograr pero si queremos hacer un modelo agrícola agroecológico de inclusión social, sano, para garantizar la soberanía alimentaria que necesitamos, claro que podemos hacerlo. Hemos hecho otras proezas, ¿por qué rendirnos ante esta?

La Agroecología es un conjunto de técnicas y prácticas en el cultivo de la tierra y la cría de animales que se realizan sin emplear sustancias de origen químico artificial con el objetivo de obtener producciones limpias para el consumo humano y de paso proteger el medio ambiente.

La agricultura orgánica es un sistema global de gestión de la producción que fomenta y realza la salud de los agroecosistemas, inclusive la diversidad biológica, los ciclos biológicos y la actividad biológica del suelo. Hace hincapié en la utilización de prácticas de gestión, con preferencia a la utilización de insumos no agrícolas (...) Esto se consigue aplicando, siempre que es posible, métodos agronómicos, biológicos y mecánicos, en contraposición a la utilización de materiales sintéticos, para desempeñar cualquier función específica dentro del sistema.

Fuente: Cubahora

Temas: Soberanía alimentaria

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