Humedales colombianos amenazados por el modelo de desarrollo basado en el extractivismo

Idioma Español
País Colombia

"La profundización del modelo de desarrollo con proyectos agroindustriales, mineros, de infraestructura, petroleros y ganaderos amenazan estos ricos sistemas naturales y a los pueblos que tienen una estrecha relación con ellos".

Colombia es un país de aguas, nuestras geografías y culturas están asociadas directamente a estos territorios de agua, en particular, se estima que alrededor de 30 millones de hectáreas son humedales en el país. Existen alrededor de 31.702 humedales, y casi el 90% de la población nacional, 29 millones de colombianos tienen alguna relación con los humedales. Su historia social es igualmente fértil, en estos sistemas naturales han convivido múltiples pueblos ancestrales, caracterizados por el sociólogo Orlando Fals Borda, como culturas anfibias.

La profundización del modelo de desarrollo con proyectos agroindustriales, mineros, de infraestructura, petroleros y ganaderos amenazan estos ricos sistemas naturales y a los pueblos que tienen una estrecha relación con ellos.

De ahí, que hoy 2 de febrero Censat Agua Viva – Amigos de la Tierra Colombia, quiere alertar sobre la grave situación que atraviesan los humedales colombianos. Para mencionar algunas:

1. En Bogotá, los intereses de constructores insisten en destruir los humedales. El Humedal de Techo, ubicado en la localidad de Kennedy, ha sido invadido para la construcción de vivienda, situación en la que también se encuentra el humedal Jaboque, ubicado en la localidad de Engativá, que fue rellenado con este mismo propósito. Estos son apenas un par de los numerosos casos de situaciones en los que se ven afectados los humedales y las personas que conviven con ellos por la construcción.

2. Las ciénagas del Cesar y Santander han sido fragmentadas en bloques petroleros de yacimientos no convencionales mediante la utilización de la técnica de Fracking. Los pueblos de pescadores serían gravemente afectados y las ciénagas transformadas con el avance petrolero; los riesgos que eso derivaría siguen siendo desconocidos.

3. En Barrancabermeja, la Ciénaga de San Silvestre agoniza por la construcción ilegal de dos rellenos sanitarios a sus orillas. Alrededor de 300.000 habitantes del Magdalena Medio viven del agua y la riqueza hídrica de este complejo de humedales. Varios municipios, entre ellos Barrancabemeja se surten de sus aguas y la ciénaga hace parte del corredor del jaguar y el hábitat natural del manatí antillano.

4. En los últimos años, ambientalistas de la región Caribe, han venido advirtiendo de la muerte masiva de los manglares de la Ciénaga Grande de Santa Marta. Estudios desarrollados por la Universidad del Magdalena demuestra la ausencia de oxígeno y el exceso de sal impiden el mantenimiento y desarrollo de la vida en este complejo humedal. Los pescadores de la Ciénaga, símbolo de la cultura anfibia han visto deterioradas sus condiciones de vida. La desidia institucional y la corrupción empresarial y gubernamental están destruyendo a la Ciénaga, considerado el sistema natural de delta-lagunar más extenso en el Caribe colombiano.

5. Un puerto carbonero amenaza el Distrito de Manejo Integrado de la Bahía de Cispatá–La Balsa–Tinajones y sectores aledaños, un rico sistema natural de manglares considerado como uno de los bosques de manglar mejor conservados en el Caribe colombiano. La construcción del puerto y todas las actividades asociadas generarían unos graves impactos a este complejo sistema manglar-humedales.

Reconocemos la importante labor de varias organizaciones comunitarias, sociales y ambientalistas en el país que mediante diversas estrategias como la reapropiación territorial, la incidencia política y jurídica, la participación en mesas o sistemas ambientales de las localidades en donde se ubican los humedales, procesos educativos populares y con participación en los PRAES y en el trabajo con jóvenes han avanzado en la lucha por la protección de estos ecosistemas y por el reconocimiento de los mismos como ecosistemas de gran valor para las ciudades.

Por todo lo anterior, Censat Agua Viva hace un llamado:

A las autoridades ambientales del país, para que garanticen la protección de estos sistemas naturales, varios de ellos reconocidos sitios Ramsar, como lo demandan la Constitución Nacional de Colombia y los convenios internacionales.

A la comunidad nacional para continuar y fortalecer la defensa de los humedales y promover procesos de educación ambiental popular que posibiliten una mayor conciencia ambiental sobre la riqueza natural que entrañan estos territorios de agua.

¡Protejamos nuestros humedales, reconozcámonos como pueblos anfibios!

Fuente y foto: Censat Agua Viva

Temas: Tierra, territorio y bienes comunes

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