Los modelos de desarrollo rural en América Latina y la construcción de alternativas locales

"Hoy en día, la agricultura globalizada y su tecnología han permitido la industrialización de la naturaleza, los monocultivos y mono-especies, el uso de insumos de origen industrial y fósil, plaguicidas, fertilizantes, hormonas, transgénicos y, además, el conocimiento científico como único camino, desconociendo el conocimiento ancestral y el saber popular de comunidades indígenas y campesinas para darle paso a las grandes cadenas agroalimentarias, la exportación y los agrocombustibles."

En la historia de América Latina, los modelos de desarrollo rural dominantes se han ubicado con claridad en el proyecto civilizatorio occidental.

Es por tal razón que en la actualidad la mayoría de los modelos de desarrollo se ubican en la perspectiva neoliberal y de la globalización económica, considerando básicamente dentro de este proyecto civilizatorio elementos como: la industrialización y la urbanización como objetivos, las relaciones sociedad-naturaleza, las relaciones entre ciudad y campo, los procesos económicos y la naturaleza y el papel de la ciencia y la tecnología donde el modelo de desarrollo rural es considerado la base del desarrollo urbano e industrial. La agricultura como industrialización de la naturaleza a partir de la propuesta tecnológica de las revoluciones verdes y la diversidad rural como obstáculo a vencer.

Hoy en día, la agricultura globalizada y su tecnología han permitido la industrialización de la naturaleza, los monocultivos y mono especies, el uso de insumos de origen industrial y fósil, plaguicidas, fertilizantes, hormonas, trasgénicos y además el conocimiento científico como único camino, desconociendo el conocimiento ancestral y el saber popular de comunidades indígenas y campesinas para darle paso a las grandes cadenas agroalimentarias, la exportación y los agrocombustibles.

Este modelo impuesto en América Latina viene generando resultados negativos en la región como el intenso deterioro ambiental, la pobreza y la exclusión rural, la emigración y desintegración comunitaria, la desaparición de culturas rurales, la pérdida de la soberanía alimentaria y la pérdida de la agrodiversidad.

En coherencia con las tendencias globales y como mecanismo de resistencia, hay en América Latina un creciente movimiento social hacia la sustentabilidad rural. Existen múltiples experiencias en Latinoamérica que comienzan a mostrar la viabilidad económica, social, ambiental y cultural de estas propuestas.

En razón de la macrodiversidad de América Latina, las experiencias abarcan contextos sociales, políticos y ambientales muy diversos. Son experiencias en las que confluyen muy diversos actores sociales –campesinos, indígenas, consumidores, ecologistas, ONG, universidades, empresas y los distintos niveles de gobierno.

En esta búsqueda de la sustentabilidad rural desde lo local los diferentes actores sociales han identificado elementos comunes para fortalecer la agricultura familiar, mantener la cultura rural, contribuir en la solución a la pobreza, buscar la sustentabilidad rural, y buscar equilibrar las relaciones ciudad-campo.

Lo que ha generado la viabilidad de las transformaciones rurales basadas en un enfoque de extensión de campesino a campesino. Donde los campesinos han aumentado su conocimiento sobre agricultura sustentable, y han adquirido un papel relevante en la formación de otros agricultores, con importantes grupos de campesinos que actúan como formadores en los talleres y encuentros.

Su enseñanza parte de restablecer la relación con la tierra y la naturaleza, de esa relación se construye la identidad campesina conformada por varios tipos de vínculos, el primero es la integración campesino-tierra-trabajo, que considera la relación de armonía con la tierra y de respeto por los elementos que la componen: los animales, las plantas, los árboles y el agua. Esa relación permite tomarle aprecio a la tierra, y genera orgullo en el campesino, porque el trabajo del campo une a las familias y las arraiga a la comunidad.

Otra es la relación campesino-semillas. Las semillas nativas representan para el campesino la seguridad alimentaria, la libertad de pensar, de hacer y su autonomía. La semilla que identifica al campesino es el maíz, por ser el alimento base de la familia, por sus múltiples significados y usos.

La relación campesino-familia-comunidad, en donde consideran a la mujer como el centro de la familia, y la familia la razón de ser de un campesino: porque toda su identidad gira en torno a producir la tierra para asegurar el sustento y la reproducción de los suyos. (Bernardo 2007)

Por eso hoy debemos reflexionar en qué sentido la marginación y pobreza del campo en Latinoamérica provoca la emigración y el abandono. Las alternativas de agricultura sustentable y comercio justo deben ser lo suficientemente atractivas para la gente joven en las zonas rurales, y permitirles vivir con dignidad, preservar sus recursos naturales y fortalecer su identidad cultural y comunitaria.

Es quizá la única manera que las experiencias con iniciativas locales puedan considerarse como un pequeño esfuerzo en la construcción de la sustentabilidad rural desde la localidad.

Son cosas chiquitas,
quizá no acaban con la pobreza,
quizá no nos sacan del
subdesarrollo
Pero quizá desencadenan la alegría de hacer
y la traduzcan en actos
Al fin y al cabo actuar sobre la realidad
y cambiarla aunque sea un poquito,
es también una manera de probar
que la realidad es transformable.
Eduardo Galeano

se.oohay@ainozamaoceorga
Ingeniero Agro ecólogo
UNAC –CAQUETA

Comentarios

08/06/2009
Poco serio, por Manuel Acuña
Su página de primera impresión me pareció bastante seria, pero el contenido de este artículo me resulto sumamente molesto, no tano por el contenido, el cual es escueto y redundante, sino por la falta de seriedad que se percibe en él al repetir párrafos (el primero es el mismo que el cuarto, la diferencia es que uno esta entre comillas), la invención de palabras tales como civilizatorios (¿?), los errores (horrores) de escritura como por ejemplo ell en vez de el, la falta de fuentes o referencias bibliográficas que den credibilidad a los escritos, entre otras situaciones.
Escribo esto como crítica constructiva, ya que su trabajo se desmerita por circunstancias como estas.