Salmonicultura en Chile: neoliberalismo y naturaleza

Idioma Español
País Chile

"¿Cómo no va a ser un 'triunfo' de la industria salmonera el que todavía pueda vender su tóxica producción en mercados que se dicen estrictamente controlados y a pesar de los numerosos rechazos a cargamentos de salmones chilenos que estaban contaminados con fungicidas y pesticidas cancerígenos, con excesos de pigmentos, con excesos de antibióticos y hasta con parásitos? ¿Puede o no puede considerarse un 'triunfo' de la industria salmonera el que el Director Regional de SERNAPESCA de Los Lagos continúe en su puesto a pesar de que su Servicio no detectó ninguna de estas contaminaciones, ni los usos de productos prohibidos, ni las sobre-producciones?"

Neoliberalismo y naturaleza (VIII – 2ª Época): César Barros: Fresco-Enfriado

Por Héctor Kol
Programa Salmonicultura
CONAPACH

Octubre, 2007.

“…Mi padre, siendo tan pobre,

Dejó una herencia fastuosa:

Para dejar de ser cosa

-dijo con ánimo entero-

Ponga atención, mi compadre,

Que vienen nuevos negreros…”

(Inti-Illimani)

La industria salmonera chilena exporta dos variedades principales de salmón elaborado: el tipo “congelado” y el “fresco-enfriado”. Quizás si en esta última variedad debiéramos incluir al Presidente de Salmón-Chile, César Barros.

Si el anterior Presidente de la entidad empresarial era portentoso en sus aspiraciones y discursos, el actual Primer Mandatario Regional (de facto) lo supera al galope. Ninguno como César Barros ha sido capaz de situarnos, con tanta firmeza, con los pies sobre la tierra para entender con qué clase de industria y con qué clase de empresarios nos vamos a encontrar cuando, con la ingenuidad propia del chilote, los trabajadores salmoneros y los pescadores artesanales nos volvamos a sentar con ellos en la centésima “Mesa de Diálogo” donde se pretenda alcanzar un acuerdo.

En la Cena Anual del Salmón (una especie de “Oscar Award” que organiza la industria salmonera para festejarse a si misma) César Barros leyó un discurso propio del empresario chileno: lleno de soberbia, de ceguera y de inhumanidad que es necesario y casi obligatorio responder.

En primer lugar, Barros se jacta de que “…la Salmonicultura es la única industria triunfadora realmente nueva que Chile hoy muestra al mundo…” y luego se queja porque “…el chileno común y corriente no siente el orgullo de los argentinos hacia sus bifes…”.

En realidad, hay un pequeño error numérico en su primera aseveración.

Hace bastante rato que el lavado de dólares superó la barrera de los US$ 2.000 millones en nuestro país y en bastante menos tiempo que los 21 años de intervención salmonera en nuestros lagos y mares australes. De acuerdo a la información internacional, ya el año 1998 estábamos por sobre esa cifra, ocupando el segundo puesto detrás de Colombia en este floreciente negocio que se habría iniciado en 1995. En otras palabras, el lavado de dólares es una actividad más “triunfadora” que la salmonicultura… y más “nueva” 1.

Pero independientemente de este “lapsus” del Presidente de Salmón-Chile, coincido plenamente con él respecto a los “triunfos” de la industria del salmón.

Entre Noviembre del año 2006 y Abril del año 2007, ONCE trabajadores salmoneros desaparecieron en el mar por negligencia de los “contratistas” que ocupa la industria salmonera…y nadie está preso. Ciertamente que es un “triunfo” de la industria salmonera y de su red de influencias políticas, que permitieron el nacimiento del “zarpe administrativo” que autoriza a la DIRECTEMAR para dar, por vía telefónica, el zarpe de una nave cargada con insumos o trabajadores para las salmoneras, aún bajo condiciones climáticas adversas para la navegación. Y allí están los nueve trabajadores muertos (siete de ellos desaparecidos) de la barcaza Punta Brujas como muestra de tal “triunfo”.

Por supuesto, también es un “triunfo” de la industria que el Gobierno haya permitido que continuaran operando las balsas-jaulas salmoneras en el Fiordo Aysén, cuando en ese sector se registraban 60 temblores al día, un “triunfo” que hoy corona el Ministro del Interior en su rol de principal impulsor de la reapertura del fiordo para que vuelvan a operar los centros salmoneros, aun arriesgando la vida de los 200 trabajadores que sobrevivieron al terremoto de Abril de este año…menos los cuatro operarios que aún no son encontrados.

Definitivamente, es el “triunfo” del afán de lucro (sin Dios ni Ley) sobre el más mínimo sentido común y de humanidad.

¿Cómo no va a ser un “triunfo” de la industria salmonera el que todavía pueda vender su tóxica producción en mercados que se dicen estrictamente controlados y a pesar de los numerosos rechazos a cargamentos de salmones chilenos que estaban contaminados con fungicidas y pesticidas cancerígenos, con excesos de pigmentos, con excesos de antibióticos y hasta con parásitos? ¿Puede o no puede considerarse un “triunfo” de la industria salmonera el que el Director Regional de SERNAPESCA de Los Lagos (X Región) continúe en su puesto a pesar de que su Servicio no detectó ninguna de estas contaminaciones, ni los usos de productos prohibidos, ni las sobre-producciones, es decir, a pesar de que hace años que no cumple con su trabajo? Es como para ponerse de pie…y aplaudir.

Sin embargo, sólo se puede atribuir a la modestia de César Barros y de sus representados (la mayoría de ellos, noruegos) el que la primera autoridad regional no haya señalado en su discurso el verdadero Gran Triunfo de la industria salmonera: la captura del Estado para ponerlo a su servicio.

De los DIEZ parlamentarios que fueron electos por la Décima Región (hoy dividida en dos) NUEVE trabajan, por acción u omisión, para la industria salmonera. Una proporción casi similar se da en la Región de Aysén. Es decir, hoy en el Congreso Nacional existe una Bancada Salmonera de unos doce parlamentarios, por lo menos, encabezados por un ex Intendente de la Región de Los Lagos, que en su antiguo rol de Presidente de la Comisión Regional de Medioambiente (COREMA- Los Lagos) autorizó decenas de concesiones salmoneras en sitios de mar que hoy exhiben graves contaminaciones.

El ex Intendente (y ahora Diputado) llegó a presidir la Comisión de Pesca de la Cámara Baja y desde esa posición, boicoteó desde un principio la creación y funcionamiento de una Comisión Investigadora que revisó la gestión ambiental y laboral de la industria salmonera. El Ex Intendente votó en contra del inicio de esta investigación … y luego presidió todas y cada una de las sesiones de la misma. Los resultados de la gestión de este ex Intendente a la cabeza de una Comisión que ni siquiera quería que existiera, están a la vista : siguen muriendo trabajadores, se sigue destruyendo el Mar Interior de Chiloé y a la pesca Artesanal con este.

Por lo demás, TODA la Dirección Ejecutiva de la COREMA-Los Lagos que funcionó hasta mediados del año 2006, hoy trabaja para la industria salmonera. Los fiscalizadores de ayer hoy son empleados de sus ex – fiscalizados….

Un abogado de Salmon-Chile integra, también hoy, la Corte de Apelaciones de Puerto Montt, donde llegan la mayoría de los juicios y denuncias por abusos laborales que generalmente presenta la Dirección del Trabajo, hoy encabezada por una funcionaria que no cesa de promocionar la auto-regulación laboral que pretende la industria, a pesar de que sus propios inspectores detectan, cada vez que se consiguen una camioneta, un 70% de infraccionalidad laboral en las fiscalizaciones que logran hacer a las instalaciones en tierra de esta “triunfadora” industria. Lo que sucede en las instalaciones dispersas en los canales y fiordos australes es parte del “secreto” del éxito de esta industria.

Coincido también con Barros en que el chileno “común y corriente” no siente “el orgullo de los argentinos hacia sus bifes”. Eso es absolutamente cierto…Barros, olvida, sin embargo, que todo tiene su explicación.

Los argentinos sienten orgullo por sus bifes porque, por lo menos, pueden comer algunos: en Argentina NO SE EXPORTA EL 98% DE LOS BIFES. Con seguridad, los gauchos que crían el ganado y lo manejan en las haciendas, NO DESAPARECEN en la pampa y probablemente TAMPOCO ganan sueldos 17 veces menores a los de un cowboy norteamericano…por igual trabajo.

En consecuencia, hay bastante más razones para que un argentino se sienta orgulloso de sus bifes que las que pudiera tener un chileno “común y corriente” (es decir, que no pertenece a Salmon-Chile o no es uno de sus parlamentarios o Alcaldes) de los salmones…El inconsciente colectivo es algo que no pueden alterar los medios de comunicación también capturados por la industria salmonera, que no sólo compra “espacios publicitarios” en los medios, sino también voluntades y conciencias.

Cualquiera que vea esas lastimosas estructuras incluso de madera alterando toda la belleza del Estuario del Reloncaví, de las playas de Queilen, de la Punta de Metri y sus ya desaparecidas toninas, cualquiera que vea esas balsas-jaulas de mortalidades, sobre las que se posan los buitres, casi al borde del camino en Piedra Azul, cualquiera que tenga un pariente trabajando en una empresa salmonera o en una “contratista” de esta industria, es capaz de transmitir y de comunicar lo que siente, lo que sufre, los abusos a los que es sometido en el trabajo subsidiado por el Estado del que tanto se ufanan “los nuevos negreros”.

Los delirios de grandeza de César Barros y compañía no son siquiera una amenaza para la Pesca Artesanal, que de todas las formas y en todos los escenarios, ha demostrado ser más en experiencia y hasta en intelecto que la industria salmonera.

La red de influencias en el Gobierno, en el Congreso, en los medios de comunicación y en los Tribunales de Justicia no impidieron la proliferación de Caligus, las mortalidades por SRS, la epidemia de ISA…ni antes, los blooms de algas y las epidemias de Vibrio, porque, en definitiva, la Naturaleza no se deja impresionar por las alfombras rojas, por las visitas de los Ministros, por la vajilla de porcelana….Simplemente, hace su trabajo y en esa “independencia” de la Naturaleza respecto a los planes de otros grandes pensadores como César Barros, es que se cimentará la desaparición de una industria ambiental y socialmente insustentable.

La Pesca Artesanal ha logrado sobrevivir a duras penas frente a la agresión química y biológica que representa la industria salmonera para sus recursos tradicionales y a pesar de que varios de sus dirigentes han sido corrompidos por los dólares “naranjas”, seguirá existiendo porque es una actividad fruto de su relación ancestral con la Naturaleza, es una Cultura y no el fruto de una inversión. La Pesca Artesanal es mucho más que un “cluster” y ha logrado, nacional e internacionalmente, romper el bloqueo comunicacional y estatal para que esta tragedia social y ambiental, que se vive en el Fin del Mundo, sea transmitida a toda la Humanidad.

Muy pronto, más temprano que tarde, será la industria salmonera el mismo recuerdo doloroso que hoy despiertan las salitreras del norte chileno, con su historial de abusos y de destrucción que sólo hizo ricos y dejó “progreso” en los dueños del caliche allá, en la Vieja Europa.

Héctor Kol.

Fuente: MapuExpress

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