Termina sin acuerdos la reunión del Protocolo de Cartagena

Idioma Español
País Brasil

A pesar de que más de cien países estaban de acuerdo en instalar controles más amplios y límites precisos para la contaminación transgénica, la decisión fue bloqueda por las delegaciones de Nueva Zelanda y Brasil que defendieron los intereses de las corporaciones biotecnológicas

La segunda reunión de partes del Protocolo de Cartagena sobre Bioseguridad de Organismos Genéticamente Modificados (OGM) culminó el 3 de junio sin acuerdo, pues los países no lograron llegar a consensos sobre temas clave en las negociaciones sobre el comercio seguro de cultivos y alimentos genéticamente modificados.

Durante la semana del 30 de mayo al 3 de junio se esperaba que las negociación del Protocolo de Cartagena sobre Bioseguridad en el seno de las Naciones Unidas acordara reglas internacionales para reducir la contaminación de las importaciones con OGM y para instalar un etiquetado obligatorio sin ambigüedades. Sin embargo, poco se avanzó para lograr unas regulaciones más estrictas como lo demandan la mayoría de los países (especialmente aquellos que están en vías de desarrollo) ya que se necesitaba llegar a consensos, que al final fueron rotos por las delegaciones de Nueva Zelanda y Brasil, que se aliaron abiertamente con la industria biotecnológica para bloquear cualquier acuerdo.

"La conducta de Nueva Zelanda y Brasil no tiene vergüenza. Impidieron que la gran mayoría de las naciones instalara reglas para proteger el medio ambiente", dijo Doreen Stabinsky, coordinadora de la campaña de ingeniería genética de Greenpeace Internacional. "Esta aparente victoria para la industria será contraproducente pues la oposición global a los alimentos genéticamente modificados continúa creciendo".

"La comunidad internacional ha demostrado su intención de generar leyes que le permitan protegerse de la amenaza de los alimentos y cultivos genéticamente modificados", dijo Juan López, coordinador de transgénicos de Amigos de la Tierra Internacional. "Brasil y Nueva Zelanda, defendiendo los intereses de las grandes corporaciones han secuestrado estas negociaciones y destruido las esperanzas de que logremos mejorar las leyes internacionales".

El Protocolo de Bioseguridad provee de una serie de disposiciones para proteger al medio ambiente de la amenaza de los cultivos genéticamente modificados.

Dicho Protocolo urge a los países a desarrollar legislaciones que protejan su biodiversidad y también les permite prohibir las importaciones de productos genéticamente modificados si existen dudas sobre su inocuidad. Hasta la fecha 119 países han ratificado el Protocolo.

Para mayor información llamar a Cecilia Navarro a los teléfonos 5530 2165 ext. 220 o 04455 5172 9869 o visitar la página www.greenpeace.org.mx

Fuente: Greenpeace - Boletín 0572 / 6 de junio de 2005

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