Uruguay lidera producción transgénica a pesar de su poca aceptación en el mundo

Idioma Español
País Uruguay

La ubicación de Uruguay como noveno productor mundial de transgénicos, con poco más de 500.000 hectáreas sembradas el último año, demuestra que en realidad las plantaciones de organismos genéticamente modificados son muy resistidas a nivel mundial. De hecho, son 23 países los que plantan transgénicos en la actualidad, de un total de 238 estados existentes en el mundo.

No obstante, REDES-Amigos de la Tierra Uruguay lamenta que nuestro país lidere la producción de transgénicos y alerta sobre los riegos ambientales y sociales, y la amenaza a nuestra soberanía alimentaria, que generan las más de 500.000 hectáreas con esos cultivos, a partir de semillas elaboradas por corporaciones transnacionales.

El informe "El uso creciente de plaguicidas", publicado el 13 de febrero por Amigos de la Tierra Internacional, expuso que la implantación de cultivos transgénicos provocó un aumento del uso de agrotóxicos en los países en que más se los ha producido. Agregó que esos cultivos no sirven para combatir el hambre y la pobreza y que no tienen mayor productividad que las variedades convencionales. Además, la utilización de transgénicos ha conducido al desplazamiento de pequeños agricultores y a una mayor concentración de la tierra en pocas manos.

(Montevideo, 21/02/2008) El posicionamiento de Uruguay como noveno productor mundial de transgénicos, según la organización Servicio Internacional para la Adquisición de Aplicaciones Agro-biotecnológicas (ISAAA), con algo más de 500.000 hectáreas cultivadas, confirma la resistencia que enfrentan esos cultivos en el mundo entero, considera REDES-Amigos de la Tierra Uruguay. Sólo 23 países plantan transgénicos de un total de 238 que existen. Sin embargo, la organización ambientalista lamenta que Uruguay lidere la producción transgénica a nivel planetario y destaca que no se ha demostrado seriamente que esos cultivos no contaminen el medio ambiente ni afecten la salud humana. Algunas variedades han sido prohibidas en varios países europeos. Nueva Zelandia, que tantas veces nuestros gobiernos han citado como referencia en la producción agroganadera, no planta transgénicos, según consigna la propia ISAAA.

Esa organización, que responde a los intereses de la industria biotecnológica, destaca que el área global plantada con transgénicos creció más de 12 millones de hectáreas en 2007, lo que supuso un incremento de 12 por ciento con respecto a lo producido en 2006. En total, el área mundial de cultivos transgénicos alcanzó el año pasado los 114 millones de hectáreas. Los cultivos plantados son muy pocos, dentro de los que se destaca claramente la soja, seguida por el maíz y el algodón. No obstante, diversas organizaciones ambientalistas a nivel mundial, entre ellas Amigos de la Tierra Internacional, siempre han cuestionado los informes de la ISAAA, a la que acusan de "inflar" los números.

Estados Unidos, Argentina, Brasil, Canadá, India, China, Paraguay, Sudáfrica, Uruguay y Filipinas son los diez mayores productores de transgénicos. Detrás de Uruguay aparecen, entre otros, Australia, España, Francia y Alemania. Nuestro país tiene unas 450.000 hectáreas producidas con soja transgénica y algo más de 50.000 con maíz genéticamente modificado. El trío de transgénicos que se pueden producir y comercializar en Uruguay lo conforman la soja RR, el maíz Mon 810 y el maíz Bt 11.

La soja RR es una variedad modificada genéticamente con el propósito de hacerla resistente al herbicida glifosato. Es elaborada por la transnacional de origen estadounidense Monsanto, la mayor productora de semillas transgénicas del mundo. Casi el 100 por ciento de la soja producida en Uruguay es transgénica. En tanto, el maíz Mon 810, también producido por Monsanto, tiene una modificación genética que lo torna resistente a los ataques de insectos plaga. Por su parte, el Bt 11 es resistente también a algunos insectos plaga y la empresa que lo produce es la suiza Syngenta, otra de las grandes transnacionales de los transgénicos.

Una comisión interministerial quedó encargada el año pasado de la elaboración de una normativa nacional de bioseguridad, al tiempo que se decretó una moratoria (prohibición) a la aprobación de nuevos eventos transgénicos. REDES-Amigos de la Tierra Uruguay, la Asociación de Productores Orgánicos del Uruguay (APODU) y la oficina uruguaya de la Red de Acción en Plaguicidas y sus Alternativas para América Latina (RAPAL) presentaron a esa comisión estudios y documentos que señalan los efectos negativos de la producción transgénica en varias partes del mundo. Los grupos esperan que el gobierno tome en cuenta debidamente la evidencia internacional de las consecuencias ambientales y sociales de esos cultivos.

Por más información:
REDES-Amigos de la Tierra Uruguay
Karin Nansen
908 27 30 – 902 23 55
moc.liamg@tsusuru

www.redes.org.uy

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