Venezuela: guerra química y biológica en el Zulia

Idioma Español
País Venezuela

El glifosato ha sido prohibido en varios estados de la unión americana por su alta toxicidad, por su fácil solubilidad en el agua y por la perdurabilidad de sus efectos en los ecosistemas donde es utilizado; también es oportuno señalar aquí que el glifosato utilizado en la nación hermana tiene una concentración 26 veces superior a la permitida en los estados de la unión americana en donde es legal utilizarlo y además se le agrega un surfactante (prohibido en Europa y en los EEUU), llamado Cosmoflux 411F para aumentar su toxicidad

En el caso de las armas biológicas que se están utilizando en Colombia para las fumigaciones antinarcóticos, tenemos al “Fusarium Oxysporum”, hongo micoherbicida genéticamente modificado para hacerlo mas agresivo y tóxico, utilizado para combatir los cultivos de coca y marihuana y el hongo “Pleospora Papaveraceae” para combatir los cultivos de amapola; este último hongo ha sido desarrollado, a petición y contrato de los EEUU y Gran Bretaña, por un laboratorio de guerra biológica de la antigua Unión Soviética ubicado en Uzbekistán.

La supuesta especificidad de estos hongos para combatir exclusivamente a las plantas de las que se extraen sustancias estupefacientes hasta ahora ha sido un fracaso.

Estos agentes químicos y biológicos no se han limitado a atacar a las plantas de coca, marihuana y amapola sino que también han destruido plantaciones de cultivos lícitos como plátanos, yuca, piña, cítricos, cacao, maíz y frijoles y han afectado gravemente los frágiles ecosistemas de los páramos y selvas tropicales del hermano país.

Una delegación de especialistas del alto comisionado de las Naciones Unidas para los refugiados (ACNUR), luego de visitar la severamente fumigada región del Putumayo declaró: “El panorama es desolador. Hay destrucción indiscriminada de selva, de cultivos legales, de plantas medicinales, de ríos y de estanques piscícolas. Los campesinos de la zona han presentado afecciones cutáneas, respiratorias y gastrointestinales, fiebre, mareos, pérdida de control muscular y lesiones en la vista”.

Desde el año 2000, se han intensificado las fumigaciones en los departamentos colombianos del Norte de Santander, Santander, Boyacá y Cesar, por lo que los venezolanos en general, y quienes vivimos en el Zulia en particular, tenemos motivos para sentirnos alarmados.

Hay que recordar que la cuenca del río Catatumbo, principal afluente de nuestro lago de Maracaibo, abarca en su mayor parte a la vertiente norte de los andes orientales colombianos, por lo que es bastante previsible pensar que este exfoliante químico (glifosato), y estos organismos genéticamente manipulados están ingresando a nuestro territorio a través de éste y otros cursos de agua provenientes de Colombia, sin mencionar que las fumigaciones en la vertiente colombiana de la sierra de Perijá pudieran estar trasladando hasta nuestro territorio a estos agentes por acción del viento.

Como si ya no tuviera suficientes males que lo aquejaran, ahora nuestro Lago de Maracaibo pudiera estarse convirtiendo en un depósito de armas biológicas con consecuencias inimaginables para nuestra salud y para nuestra vida.

En septiembre del año 2000, el Comité Andino de Autoridades Ambientales (CAAA), reunido en la ciudad de Lima declaró: “Su rechazo a la utilización de Fusarium Oxisporum como herramienta para la erradicación de cultivos ilícitos en los territorios de los países miembros de la Comunidad Andina”. También en el año 2000, Venezuela suscribió, conjuntamente con otros 70 países, El Protocolo de Cartagena o Protocolo de Bioseguridad, dirigido a frenar la introducción en nuestros territorios nacionales de agentes patógenos genéticamente modificados. Estos acuerdos no deben ser letra muerta.

Los venezolanos exigimos que se investigue y se controle esta peligrosa situación.

Joel Sangronis Padrón, Profesor UNERMB

Fuente: Portal del Medioambiente

Comentarios