México: Depredación de la riqueza biológica

Idioma Español
País México

"La academia y la ciencia nacional, éticamente, deben informar a la sociedad lo que ha venido ocurriendo desde hace décadas, no basta con tener presente la depredación ecológica y humana ocurrida durante la conquista, hoy los ecosistemas de México se erosionan y devastan bajo la nueva modalidad de derechos de patente".

La extracción de los recursos naturales de las comunidades indígenas y campesinas de todo el mundo, comenzó con la conquista y colonización. El proceso, avalado, protegido, planeado y dirigido por los poderes imperiales, vació los territorios conquistados y generó ganancias millonarias que hoy forman parte del patrimonio tangible de los países dominantes.

Actualmente, los pueblos originarios, sus territorios y recursos, enfrentan una nueva embestida. El capital ha emprendido la reapropiación de todos los recursos naturales, aquellos que no fueron expropiados en la primera vuelta, hoy las empresas trasnacionales emprenden por todo el planeta nuevas modalidades de apropiación de territorios comunales con presencia de recursos.

En la Colonia, el oro y la plata despertaron la codicia de los conquistadores y colonizadores, cuya dominación se sustentó en un brutal saqueo a los pueblos de Nuestra América. La explotación de la riqueza biológica y genética, no fue la excepción, ciertamente fue más lenta que el oro y la plata, pero una vez conocidos sus beneficios empezaron a cobrar importancia en el comercio europeo. La demanda se incrementó cuando se introdujeron nuevas especies de flora y fauna a la dieta de los europeos y se conoció la abundante herbolaria y medicina tradicional, las plantas aromáticas, las ornamentales y muchas materias primas que formaban parte de la biodiversidad y culturalidad existente en el muevo mundo.

Con el neoliberalismo, se apresuró la privatización generalizada de la riqueza biológica y cultural, que aún tiene forma de propiedad colectiva o social; sin embargo, prevalece una conciencia simplista de lo que implica este proceso depredador. De ahí la importancia de promover el conocimiento de lo que está ocurriendo con la depredación de recursos, ya sea por la indolencia de algunas instituciones, por la ingenuidad con la que perciben las consecuencias sociales de este fenómeno o por la complicidad que mantienen ante el robo o de comercialización de la riqueza biológica y genética. Tal es el caso de contratos que mantienen diversas instituciones públicas, universidades, centros de investigación, ONG’s y otras organizaciones sociales con empresas privadas trasnacionales. Por ese motivo, hoy predomina la apropiación de un valor local por el poder extensivo de lo global en manos de grandes monopolios.

Muchos de estos contratos de material genético y la culturalidad, promovidos, incluso, por funcionarios públicos, han resultado ser una puerta de entrada a la privatización trasnacional cada vez más poderosa y peligrosa a través de sus patentes, con leyes a modo donde las empresas trasnacionales ponen las reglas del juego valiéndose de sus intermediarios mexicanos y sus ingenuas aspiraciones.

La destrucción de las culturas es la destrucción de las relaciones comunitarias y sus ecosistemas, más humanas que la sociedad moderna; por ello, la academia y la ciencia nacional, éticamente, deben informar a la sociedad lo que ha venido ocurriendo desde hace décadas, no basta con tener presente la depredación ecológica y humana ocurrida durante la conquista, hoy los ecosistemas de México se erosionan y devastan bajo la nueva modalidad de derechos de patente.

Fuente: La Jornada de Oriente

Temas: Biodiversidad

Comentarios