"Solamente puedes pensar que el TPP es bueno si tienes un interés o eres muy ignorante" - Entrevista con Camila Montecinos

Idioma Español
País Chile

El TPP es una “especie de constitución supranacional para los países que lo firman” dice Montecinos, quien además avizora los perjuicios de un tratado como éste en Chile, un país tan dependiente del mercado internacional.

Camila Montecinos, agrónoma, integrante de la organización GRAIN, la Asociación Nacional de Mujeres Rurales e Indígenas (Anamuri) y parte de los grupos de apoyo de la Coordinadora Latinoamericana de Organizaciones Campesinas (CLOC), ha estudiado el TPP con dedicación y sus viajes por Latinoamérica refuerzan su convicción de la necesidad de cambios estructurales autónomos.

Si bien este Tratado Integral y Progresivo de Asociación Transpacífico, conocido como TPP, consta de varios capítulos distintos, se puede identificar un objetivo y mecanismos claros para la homogenización legal.

En una pequeña mesa con un par de cafés, libretas, cuadernos, consultamos el antiguo documento oficial del TPP, un tratado que pareciera haber salido de la nada, y en efecto desconocido por la opinión pública hasta que en 2013 Wikileaks filtró el borrador de una parte del documento, despertando descontento e indignación mundial por su alcance sin precedentes.

El tratado fue firmado en Chile el 8 de marzo del presente año. De los once países firmantes (Australia, Brunei, Canadá, Chile, Japón, Malasia, México, Nueva Zelanda, Perú, Singapur y Vietnam) llama la atención que Chile, teniendo 26 acuerdos de libre comercio, suscriba uno más.

Camila Montecinos acerca la taza a su boca y con un gesto entre el gusto de su café y una mirada entre la sorpresa y la vergüenza, no se explica dicha resolución, “será ignorancia, será hipocresía…no se si es ceguera. Es algo muy raro, hay una ignorancia muy grave y una desidia muy grande”.

El análisis de Montecinos se centra en la organización campesina y cómo la afectaría el TPP. Sus años de viajes, experiencias y conocimientos de la realidad latinoamericana le permiten ir más allá y logra ver en el TPP la conjugación de varios factores: la dictadura, la política internacional chilena, la matriz económica y la soberanía alimentaria.

Si bien el TPP vendría a modificar la realidad nacional en varios aspectos —derechos laborales, derechos de autor, género, medicamentos, salud y pensiones— Montecinos insiste en que “si no hay soberanía alimentaria, tarde o temprano nos cortan el oxígeno”, refiriéndose a la llegada de capitales trasnacionales que garantiza el TPP.

–Cómo podemos definir al TPP

–Antes del TPP habría que decir que los últimos tratados comerciales, partiendo del ALCA (Área de Libre Comercio de las Américas) ya no son tratados comerciales, son tratados que van mucho más allá, son una especie de constitución supranacional para los países que los firman. Hace mucho tiempo que dejaron de ser tratados comerciales.

Tradicionalmente un tratado comercial es un tratado que te baja los aranceles, pero resulta que Chile prácticamente ya no tiene que bajar los aranceles. Buena parte del comercio tiene arancel cero, entonces del punto de vista de Chile, no tendría ningún sentido.

A partir de los tratados de libre comercio con EUA, partiendo por el
TLCAN, ya comienzan a tener otras características, más bien de tipo político. Su objetivo es adaptar las leyes nacionales e incluso los elementos internacionales a fin de otorgar el máximo de privilegios al capital transnacional. Se meten en el ámbito político social.

Dentro de esa nueva ola de tratados, el TPP, incluso es un paso más en ese sentido. Si miras todos los tratados de libre comercio, se han ido perfeccionando.

–En Chile, cómo vendría a afectar el TPP nuestra legislación y modo de vida

–Primera cosa: cualquier ley, programa o iniciativa que tenga el gobierno, tiene que ser consultada internacionalmente y permitir a las empresas opinar sobre esos cambios, otorgar un periodo de seis meses y luego cuando se tome la decisión legislativa, el Estado debe tomar en cuenta las observaciones internacionales y empresariales.Y si no las toma en cuenta, el Estado debe dar una explicación de tipo económica y no social. Eso está en el TPP en forma explícita.

Segundo, los Estados no pueden disminuir las ganancias, no pueden tomar ninguna medida que signifique expropiación; la disminución de las ganancias se considera expropiación.

Tercero, el TPP exige certeza jurídica, que cualquier privilegio o propiedad que tenga un capital debe tenerlo para siempre. Si tienes propiedad sobre el agua, es eterna; si tienes propiedad sobre las AFP, es eterna. No se permite una reinterpretación que perjudique esto.

Cuarto, el TPP redefine la piratería. Penaliza la copia de un material si tiene impacto económico. Yo puedo bajar una película, la veo en mi casa, no se la vendo a nadie; pero si la empresa define que esa acción significa un impacto comercial, pasa a ser penalizado.

Se redefinen cuáles son los derechos laborales. Solamente son derechos laborales cinco cosas: la eliminación del trabajo forzado, la abolición del trabajo infantil en general, la eliminación de las peores formas de trabajo infantil, la eliminación de la discriminación entre hombres y mujeres y el deber de disponer de condiciones aceptables de organización y jornada laboral.

En esa definición no está el derecho a huelga, vacaciones, la jubilación, el derecho pre y postnatal: no existen, son concesiones laborales y por tanto se pueden eliminar. También dicen que hay derecho a sindicalización, pero es el derecho a un paralelismo sindical.

Cuáles serían los impactos en nuestro país. Olvidémonos de expropiar las AFP, olvidémonos de cambiar el sistema educativo, olvidémonos de mejoras laborales.

–Dónde queda la soberanía de un país

–No hay. Es una renuncia profunda y amplia que no ha habido nunca. Todos los TLC han significado un grado de renuncia de soberanía, pero el TPP es otro paso.

Hay que pensar en procesos de resistencia. Sin lugar a duda hoy es estratégico defender y resistir la capacidad de producir alimento. El día que nos controlen la comida, no vamos a tener ninguna capacidad de elección.

Montecinos argumenta que la única forma autónoma y soberana de resistir es cambiando la matriz agrícola de Chile. Pasando de un sistema industrial de producción de alimentos a un sistema agroecológico campesino. “Con su sistema agrícola como está, Chile hoy no tiene ninguna posibilidad de ser soberano alimentariamente porque tenemos el capital muy metido en la propiedad de la tierra. Desde el punto de vista del campesinado e indígena, es necesario que hagan esfuerzos de soberanía alimentaria para mantenerse a sí mismos y para mantener ciertas redes con la ciudad, pero hay que entender que la gente en el campo está resistiendo, no viviendo”.

–Cómo se ha enfrentado al TPP, a nivel de sociedad civil, en los otros países de nuestro continente involucrados en este tratado: México y Perú

–Está pasando bastante poco, incluso menos que acá. De alguna forma la gente en Chile se ha movido y escuchado. En Perú hay menos movilización y en México menos aún. En este momento México está movilizado por el TLCAN, están viviendo una situación muy problemática porque no es solamente enfrentar esto, sino la violencia del Estado y no ha habido fuerza para enfrentar el TPP de forma organizada.

–En cuál de estos tres países está más presente la lucha por defender la autonomía alimentaria y potenciar la fuerza campesina

–Yo diría que en México. Del punto de vista del campesinado México es un país excepcional porque todavía tiene una población rural y campesina muy importante. Gracias a la Revolución Mexicana el campesinado y los pueblos originarios de México todavía tienen una visión de la tierra muy importante, la agricultura campesina es sumamente importante.

No obstante, la agricultura campesina ha sido terriblemente perjudicada por el tratado con EUA. Pero en México han logrado permanecer formas de organización campesinas e indígenas. Las asambleas de comunidades siguen siendo importantes, tienen una capacidad de defensa, respuesta y resistencia colectiva que es muy fuerte.

–Acá en Chile ¿en qué momento se puede identificar el proceso de debilitamiento de la organización campesina?

–Durante la contrarreforma agraria. Una de las razones para dar El Golpe fue la reforma agraria y el golpe de la dictadura contra el campesinado fue brutal, no solamente sangriento, sino que fue hecho con alevosía. Hubo muerte, represión, estafas y abandono. Al sector reformado se le cortó totalmente la asistencia técnica y el crédito, existiendo cooperativas campesinas al momento del golpe que funcionaban muy bien y las intervinieron militarmente, cuyo objetivo explícito era desmontar y desmantelarlas.

Lo peor después de la dictadura fue la política estatal de continuar la contrarreforma. Hasta el día de hoy, podemos decir, hay una contrarreforma agraria, porque las políticas estatales son absolutamente anti-campesinas.

Mientras no haya nuevamente una reforma agraria, Chile no va a superar la pobreza y no sólo en el campo, sino a nivel nacional. Sin un campesinado en buen estado, vigoroso y que viva de la tierra, no hay ninguna posibilidad de superar la pobreza.

–Y cuál es el límite entre la asistencia estatal y la intervención, a la sombra de esta política “contrarreformista”

–Son distintas cosas. Unas tres cuartas partes de los agricultores y agricultoras chilenas son campesinos, en promedio tienen menos de dos hectáreas por familia, ¿quién puede vivir de dos hectáreas?

Para que tú le puedas exigir a la gente del campo poder vivir, deben tener tierra y no sólo para producir, también para vivir. Tener lugares donde hacer sus casas y estar un mínimo agradable, la gente también tiene derecho a eso. Debe haber una reforma agraria porque no le puedes pedir a la gente que viva de dos hectáreas, sobre todo considerando que cada vez la gente tiene más gastos.

Nuestra realidad es que 75% de la tierra en Chile le pertenece a menos de 1% de los propietarios, estamos con la tierra más concentrada que antes de la reforma agraria (1967). Somos, junto con Paraguay, el peor país con la distribución de tierra en América Latina y el mundo, así de mal estamos.

Se ha demostrado con estudios no solamente en Chile, también en el mundo entero, que la agricultura campesina es más productiva que la agricultura a gran escala. En Centroamérica, la producción campesina es tres veces más productiva que la producción a gran escala. En Europa también es mayor la producción en un 30%. En África la agricultura campesina es dos veces más productiva que la gran propiedad.

Todo indica que la pequeña propiedad tiene esa capacidad para ser más productiva, porque hay mayor dedicación, mayor conocimiento, mucho más cuidados y es mucho más diversa.

Una opción es la agroecología porque se ha demostrado que permite llegar a niveles altos de producción sin dañar la tierra. Te permite protegerla y proteger la naturaleza, pero también te permite tener altos niveles de productividad y lo más importante: te permite producir alimentos de buena calidad sin endeudarte. Hoy las deudas son uno de los grandes problemas que tiene el campesinado.

Entonces la mirada desde las organizaciones es la redistribución de la tierra para una producción campesina de base agroecológica. Y todo indica que nos moriríamos de la risa en términos de producción de comida para el mundo, si el grueso de la tierra vuelve a manos campesinas.

La agroecología además tiene un plus extremadamente importante y es que todos los estudios que hemos hecho demuestran que sería un factor central no solamente para parar el cambio climático, sino que para revertirlo, porque la agricultura agroecológica te permite capturar mucho carbono, aumentar la cubierta vegetal y bajar las emisiones de gases.

Por el contrario el sistema alimentario agroindustrial, y todo lo que significa, es decir los envases, transporte, basura (el hecho que estamos comiendo mango, que estamos comiendo tomates todo el año), ese sistema en su conjunto produce entre 50 y 75% de todos los gases con efecto de invernadero.

La basura hoy produce entre un 4 y 5% de los gases con efecto de invernadero, el empaque también se acerca a 4%. Entonces, si cambias este sistema por uno donde no tienes que utilizar fertilizantes, donde gastas mucho menos en petróleo, pero además reincorporas carbono al suelo, trabajas con mercados de circuito corto, donde la exportación es una cosa excepcional y necesaria logras reducir y absorber los gases con efecto de invernadero.

No debemos olvidar que aquí tenemos un problema grande y grave que es el capitalismo. Si no empezamos a ver el capitalismo como la fuente del problema, vamos a estar tomando sopa con el dedo, nos va a cundir muy poco.

–Cómo se relaciona entonces el TPP con la soberanía de un país. Cuáles elementos del TPP vienen a frenar estos procesos y qué herramientas legales posee

–Lo que hace el TPP es decirle al capital “pueden entrar dónde quieran y como quieran”. Se abre la economía, no hay ningún elemento de la economía chilena que quede fuera, incluso las empresas estatales, por fuerza, van a tener que abrirse de una u otra manera.

Entonces el capital va a invertir dónde es más rentable, si la agricultura es rentable, va a invertir ahí, pero si la agricultura no es rentable, no van a poner plata ahí.

Y hay que recordar que el TPP acaba con muchas de las regulaciones que tiene para los llamados “capitales golondrina”, capitales que entran, hacen inversiones y salen. Hoy Chile tiene regulaciones que no permiten hacer eso. Con el TPP esas regulaciones se pierden: la entrada y salida de capital se va a liberar bastante más.

Lo que va a pasar del punto de vista de la inversión del capital en la agricultura no lo sabemos. Lo que sí sabemos es que no vamos a estar sujetos a las necesidades nacionales, sino que a las necesidades del capital.

–Por qué entonces se retira EUA si este tratado da garantías aún más grandes a los grandes capitales

–Donald Trump no se retira porque no crea en el libre comercio, lo que está haciendo es pedir aún más de lo que el TPP le da y es lo mismo que está haciendo con el TLCAN.

Ya hay una serie de estudios y escritos académicos que especulan que la próxima ola de tratados de este tipo, ni siquiera van a ser recíprocos. Ya los grandes países están pidiendo elementos no recíprocos, porque dicen que ya con el hecho de invertir en los países, se está haciendo un favor a su economía. Por lo tanto esos países tienen que darle más. No me sorprendería que con EUA en una situación futura, viniera un trato no recíproco.

Es un hecho que el TPP se firmará en Chile y frente a esta situación los pasos a seguir institucionalmente son, tras la firma, la ratificación del Congreso y luego la entrada en vigencia.

El periodo que posee un tratado de libre comercio para poder ser ratificado tras su firma es de dos años, es decir que el gobierno entrante tiene dos años para tramitar la ratificación del TPP en el congreso.

Para el caso específico del TPP, este acuerdo entrará en vigencia cuando seis de los once países firmantes lo ratifiquen, aplicándose a dichos países e incorporando luego a quienes ratifiquen posteriormente y se sumen al tratado.

Para Montecinos es posible frenar la ratificación de este tratado en el Congreso debido a la profunda renuncia de la soberanía que representa. “Cualquier persona común y corriente cuando escuche sobre este tratado se va a indignar y ése es para mí el principal factor. Es un tratado muy dañino para todos los aspectos de nuestra vida. Solamente puedes pensar que el TPP es bueno si tienes un interés ahí o eres muy ignorante”.

Camila Montecinos ve en este tipo de mecanismos de aprobación con nula participación ciudadana, una construcción no casual. “Los gobiernos buscan que nosotros no sepamos, que seamos ignorantes y esa ignorancia no es casualidad. Que seamos un pueblo no movilizado es la causa de una ignorancia construida. Para aprobar los TLC hoy se necesita que seamos un pueblo ignorante, el secreto es una herramienta para mantenernos en la ignorancia. Por eso es que el TPP se firma en secreto”, agrega.

Tras una última pregunta, queda una sensación de abandono y de incredulidad frente a un Estado que pareciera esmerarse más por estar a la altura de estándares internacionales, sin medir las consecuencias que pueda tener para el pueblo chileno.

–¿Hoy el TPP puede ser frenado por la presión social si ésta se institucionaliza?

–Para poder pensar eso dependemos del Tribunal Constitucional (TC) y el TC es una vergüenza. La única posibilidad, si el TPP se ratifica, es recurrir al tribunal constitucional y no va a pasar. Sería un sueño iluso.

Fuente: Revista Biodiversidad, Sustento y Culturas 96

Temas: TLC y Tratados de inversión

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