Argentina: Una ley que no soluciona los problemas de fondo y otra que los agrava

Idioma Español
País Argentina

La ley de tierras votada por el congreso nacional no acciona sobre el problema central de nuestro país: un modelo productivo, ligado a los agronegocios multinacionales que concentra la tierra y la producción en pocas manos y atenta contra la vida rural y la soberanía alimentaria de todo el pueblo argentino.

Poner límites sólo a la compra de tierras por parte de extranjeros, sin tocar los intereses de los grandes pools de siembra y de las grandes agroexportadoras es quedarse en el discurso… pero nada más ¿Cuál sería la diferencia entre un latifundio en manos de Benetton y ese mismo latifundio en manos de Grobocopatel? ¿Cuál sería, por otro lado, la ventaja de tener tierras mayoritariamente en manos argentinas pero todo el paquete tecnológico que se aplica y la exportación en manos de 5 o 6 multinacionales?

Recordamos que el reciente asesinato de un campesino del Mocase no fue ejecutado ni planeado por extranjeros sino que fueron manos argentinas las que apretaron el gatillo de la escopeta que terminó con la vida de un campesino de 25 años que resistía el desalojo en su propia tierra: Cristian Ferreyra. Es el modelo de agricultura industrial y de los agronegocios el asesino, el mismo modelo que el Plan estratégico agroalimentario, con el aval del gobierno, de las universidades nacionales y de las escuelas agropecuarias del país, unidos con las corporaciones del agro califican de exitoso y revolucionario. Por otro lado, si se quisiera poner límites a la compra de tierras por parte de extranjeros, lo lógico sería prohibir toda compra de tierra hasta que se haya completado el trabajo de catastro que determine cuanta tierra está en sus manos. En lugar de esto se presenta un proyecto donde se propone no más del 20% en manos foráneas, para después “negociar” esta cifra y cerrarla en un 15 % cuando las escasas estimaciones existentes al respecto sostienen que el 10 % ya está en manos extranjeras. Es decir, que de acuerdo a estas estimaciones, nuestros representantes votaron aumentar la cantidad de tierras en manos foráneas.

Pero nada puede ser peor ni más humillante que la Ley antiterrorista votada por diputados y senadores ¿argentinos? a pedido expreso del Gafi (grupo de acción financiero). Esta ley permitiría que algún juez interprete que la protesta social pueda ser considerada un acto de terrorismo si tuviera como finalidad generar terror en la población y/o obligara a un gobierno nacional o extranjero a adoptar o abstenerse de tomar una determinada decisión. En ese caso, esta ley permite duplicar la pena con respecto a lo que dice el Código penal actual. Nuestros legisladores invierten la realidad y en lugar de considerar un acto de terrorismo la voladura de montañas, la destrucción de glaciares, la contaminación de agua, suelo, aire y alimentos con millones de litros de agrotóxicos y químicos, los desmontes y la depredación de la biodiversidad, preparan el terreno para que quienes se organicen contra esto sean “los terroristas”.

En forma desvergonzada, los diputados y senadores, muchos de ellos llegados con un discurso de defensa de los derechos humanos, y enfrentando incluso a la mayoría de los organismos de derechos humanos que se oponen al proyecto, avalan la extorsión de los fondos financieros internacionales para que supuestamente lleguen inversiones que permitirán continuar con el actual modelo extractivo, de saqueo y contaminación.

Por supuesto que estos fondos exigen que el pueblo permanezca pasivo y distraído y amedrentar y/o encarcelar a aquellos que protesten en la calle. Son tiempos de globalización y estamos asistiendo a las nuevas formas de dominación, saqueo y contaminación. Como dice Luis Sabini (sociólogo y escritor):”El despojo se produce en medio de una fiesta de trabajo, frenesí, de optimismo y de derroche. No es el poder imperial despojando sin misericordia al pueblo sojuzgado lo que se ve. Lo que se ve es el poder imperial que goza de aliados dentro de la población satelizada y sojuzgada, con los cuales establece una relación “gananciosa” que sólo los criticones, los refractarios, los “amargados de siempre” rechazan”. Los “criticones” de siempre decimos: Soja para hoy, hambre y palos para mañana. |

ECOS DE SALADILLO - RENACE - UAC

Fuente: RENACE

Temas: Acaparamiento de tierras

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