Noticias de transgénicos en Bolivia, México y Colombia. Boletín N° 472 de la RALLT

Idioma Español

Algunos datos sobre los transgénicos en Bolivia; Colombia: el rey de la soya mira a las cordilleras. De la pampa a la altillanura; México: una raya más al tigre de la Ley Monsanto; ¿Transgénicos? No, gracias. Boletín N° 472 de la Red por una América Latina Libre de Transgénicos.

RED POR UNA AMÉRICA LATINA LIBRE DE TRANSGÉNICOS

 

BOLETÍN 472

 

Contenido:

 

ALGUNOS DATOS SOBRE LOS TRANSGÉNICOS EN BOLIVIA

 

Noticias de la industria transgénica

 

Colombia:

 

EL REY DE LA SOYA MIRA A LAS CORDILLERAS. DE LA PAMPA A LA ALTILLANURA

 

México:

 

UNA RAYA MÁS AL TIGRE DE LA LEY MONSANTO

 

Opinión:

 

¿Transgénicos? No, gracias

 

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BOLIVIA QUIERE APOSTAR POR LA PRODUCCIÓN DE ALIMENTOS PARA CRECER

 

8-4-2012

 

REPORTAJE - Por Mauricio Quiroz Terán (dpa)

 

La Paz, 8 abr (dpa) - Bolivia, que durante la asamblea general de la Organización de Estados Americanos (OEA) de junio próximo planea debatir medidas a favor de la “soberanía alimentaria”, puede transformarse en un país clave en la economía global gracias a la producción de nutrientes, opinan expertos y empresarios vinculados con el desarrollo de la agroindustria.

 

No obstante, esta tendencia detectada en vista de las ventajas naturales del país -disponibilidad de tierra fértil y agua- no es automática, pues requiere la ejecución de políticas que aumenten la productividad, además de estrategias de inserción en los mercados internacionales, un aspecto reclamado por los productores locales al gobierno del presidente Evo Morales.

 

“Bolivia podrá exportar 20 millones de toneladas de alimentos en 2030, 10 veces más de lo logrado en 2011, si el Estado garantiza el derecho individual de la tierra con orientación a la soberanía alimentaria y si hay seguridad energética”, dijo a dpa el gerente del Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE), Gary Rodríguez.

 

Afirmó, además, que el sector agrícola requiere de tecnología en los cultivos, pero en el marco de “buenas prácticas y el respeto al ambiente” para producir alimentos de calidad. Bolivia posee 30 millones de hectáreas listas para cultivar, pero hoy emplea el 10 por ciento de esta capacidad.

 

Por eso los productores de biotecnología e insumos agropecuarios ven en Bolivia “ventajas comparativas” para expandir la industria de su sector, pero también para mejorar las capacidades productivas del país, en momentos en que los recursos como agua y tierra fértil disminuyen frente al irreversible crecimiento de la población que ya en 2011 superó los 7.000 millones de habitantes.

 

“Estamos frente a la posibilidad de definir en el futuro los precios internacionales de alimentos de manera que éstos no sean impuestos por las naciones desarrolladas”, dijo el gerente de la Asociación de Proveedores de Insumos Agropecuarios de Bolivia (APIA), Jaime Palenque.

 

Explicó que las ventajas de Bolivia fueron valoradas en un foro internacional que, los últimos días de marzo, reunió en la ciudad uruguaya de Punta del Este a la industria de la biotecnología. La reunión debatió los desafíos para producir alimentos en los siguientes 15 años.

 

“Nosotros miramos a Bolivia como una oportunidad de crecimiento de la agricultura”, dijo luego, en un contacto con la agencia dpa, el brasileño Antonio Carlos Guimaraes, presidente de la Junta directiva de “CropLife”, la sociedad de productores de biotecnología de Latinoamérica.

 

La población mundial habrá llegado a los 9.000 millones de habitantes en 2050. Según Guimaraes esta realidad exige aumentar la producción agropecuaria en un 70 por ciento para alimentar a más gente, “pero con menos tierra y una menor disponibilidad de agua”.

 

El presidente Evo Morales, quien en reiteradas ocasiones ha defendido la producción de alimentos orgánicos, propuso debatir medidas a favor de la “soberanía alimentaria” en ocasión de la próxima Asamblea de la OEA que tendrá lugar en la ciudad boliviana de Cochabamba.

 

La propuesta, que fue entregada por el canciller boliviano David Choquehuanca en la sede de la OEA, ha hecho énfasis en la necesidad de recuperar productos agropecuarios originarios, aunque tampoco ha colisionado con el enfoque de desarrollo industrial del agro.

 

Bolivia firmó hace tres meses un acuerdo para la ejecución del Proyecto de Innovación y Servicios Agrícolas (PISA), financiado por el Banco Mundial (BM), una iniciativa de 39 millones de dólares que contempla la optimización en la producción de alimentos tanto en calidad como en cantidad.

 

Entre 2010 y 2011, el precio de los alimentos en el mundo y América Latina tuvo un ascenso histórico de hasta el 130 por ciento, mayor que al que hubo entre 2000-2005, mientras la volatilidad de los nutrientes fue la mayor registrada en los últimos 30 años, según el más reciente informe de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).

 

En Latinoamérica, 53 millones de personas pasan hambre. En Haití, Guatemala y Guyana los niños desnutridos oscilan entre el 10 y 20 por ciento de la población. Argentina, Brasil, Chile y Costa Rica poseen tasas de entre un uno y un dos por ciento, en contraste; A su vez, el fenómeno de la malnutrición, vinculada con el sobrepeso, es una tendencia en naciones pobres como Bolivia.

 

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ALGUNOS DATOS SOBRE LOS TRANSGÉNICOS EN BOLIVIA

 

En 2008, Bolivia se convirtió en el décimo país en oficialmente crecen la soja RR, con 600.000 hectáreas, lo que equivale al 63% del total nacional cultivada con soja que fue de 960.000 hectáreas.

 

Bolivia es un importante exportador de soja (aproximadamente el 5% de las exportaciones totales) en forma de granos, aceite y torta

• La presencia de una industria de semillas certificadas en Bolivia facilita en gran medida el acceso y la adopción de soja RR ® certificada que es comprada por grandes y medianos agricultores .

 

En 2009, Bolivia ocupó el octavo lugar en el mundo en la producción de transgénicos, con 979,678 hectáreas, después de los EE.UU. (30,9 millones hectáreas), Brasil (21,8), Argentina (16,8), India (9,6), China (8,8), Paraguay (2,6) y Canadá (1,4). De los ocho países, cinco plantan soja RR (EE.UU., Argentina, Brasil, Paraguay y Canadá).

 

Fuentes:

 

James, Clive. 2010. Global Status of Commercialized Biotech/GM Crops: 2010. ISAAA Brief No. 42. ISAAA:Ithaca, New York.

 

http://www.worldbank.org/

 

http://www.fao.org/countryprofiles/

 

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Noticias de la industria transgénica

 

Colombia:

 

EL REY DE LA SOYA MIRA A LAS CORDILLERAS. DE LA PAMPA A LA ALTILLANURA

 

14 Abr 2012

 

Por: David Mayorga / Enviado especial, Cartagena

 

Gustavo Grobocopatel se ha vuelto un visitante constante del país. Su interés por consolidar un proyecto productivo lo ha convertido en uno de los empresarios estratégicos para el Gobierno.

 

El primer viaje a Colombia de Gustavo Grobocopatel, CEO del Grupo Los Grobo, tuvo lugar hace tres años, producto de una invitación presidencial. / David Campuzano - El Espectador El primer viaje a Colombia de Gustavo Grobocopatel, CEO del Grupo Los Grobo, tuvo lugar hace tres años, producto de una invitación presidencial. / David Campuzano - El Espectador

 

La sonrisa no se desdibuja de su rostro; antes, se acentúa más. Es tranquilo, pausado al hablar. Prefiere los jugos de fruta a los extractos de la pulpa, y suele bebérselos con avidez. Aún más si se encuentra bajo el influjo del clima de una ciudad como Cartagena. Es, sencillamente, Gustavo Grobocopatel, el rey argentino de la soya, el empresario que el gobierno colombiano espera le dé el impulso agrícola a la altillanura y la Orinoquia.

 

Se trata del área estratégica de 4,5 millones de hectáreas que varios sectores (Ejecutivo, gremios, empresarios, etc.) esperan se convierta en la nueva despensa de alimentos del país. Comprende principalmente a los departamentos de Casanare, Meta y Vichada, y allí podrían desarrollarse tanto la ganadería como cultivos entre los que se encuentran la caña de azúcar, el caucho y la palma africana.

 

También el maíz y la soya, la especialidad de Los Grobo Agropecuaria S.A., la empresa que ha convertido a Grobocopatel en uno de los empresarios agrícolas más importantes del continente. El emporio, que tiene propiedad sobre más de 150.000 hectáreas de tierra en Argentina, Uruguay y Brasil (el centro de su operación; es responsable del 45% de sus ganancias), en 2011 facturó más de US$1.200 millones y en el corto plazo planea expandirse a Bolivia, Paraguay y, sobre todo, Colombia.

 

“Son los nuevos lugares para el desarrollo de la agricultura. Tienen fundamentos muy positivos, relacionados con la transformación institucional, con producir más alimentos para dejar de importar”, comenta. De hecho, ha visitado dos veces a Colombia, invitado primero por el expresidente Álvaro Uribe y ahora por su sucesor, quien, además, le propuso hablar en la Cumbre Empresarial de las Américas sobre cómo el sector privado puede ayudar al desarrollo social.

 

Una relación que es tan amena que hace bromear al empresario argentino sobre su intensidad: “Estamos empezando a ponernos de novios”.

 

LA APUESTA

 

En sus visitas a la altillanura y Orinoquia colombianas, Grobocopatel ha identificado varias inversiones urgentes: “Se necesitan carreteras, pero sobre todo oleoductos, porque en esa zona se está extrayendo petróleo y el tráfico de camiones es imposible. No se puede transportar granos ni generar condiciones de una buena calidad de vida con esa cantidad de tráfico”.

 

No es lo único por mejorar. El país necesita de puertos fluviales estratégicos si quiere revertir una balanza comercial deficitaria por las abultadas importaciones de granos. El objetivo es recuperar el mercado venezolano y convertir a los ríos en la vía preferida para descargar semillas y embarcar granos.

 

Pero ante todo, se necesita crear lo que este ingeniero de 49 años denomina ‘ecosistema de negocio’: “Hay que generar servicios públicos básicos, como la salud, la educación, la vivienda. Es decir, todo lo que facilite el asentamiento de gente calificada en ese lugar”.

 

En este momento, Grobocopatel aún estudia su apuesta. Sabe que más allá del dinero se necesita del compromiso del Estado, de la creación de medidas favorables a la inversión como subsidios y exenciones. Porque el otro elemento, el del talento colombiano, lo conoce muy de cerca, de sus clases del posgrado de Agronegocios y Alimentos de la Universidad de Buenos Aires.

 

Aunque su calendario dicta que lo inmediato es el Cono Sur, en el mediano plazo le dice que tiene que explorar más al norte de América Latina: “Los empresarios del mundo están mirando a Colombia cada vez más, y el problema de la seguridad es algo que tiende a resolverse. Nuestra empresa puede agregarle mucho valor a Colombia, pues no nos dedicamos a transferir tecnología sino que creamos cultura, creamos ecosistemas de negocio”.

 

RAZONES DE UNA EXPANSIÓN

 

Las disputas con su gobierno por la intención de gravar las exportaciones de soya, el principal producto comercial del campo argentino, llevaron al Grupo Los Grobo a buscar nuevos aires. La elección obvia fue Brasil, país que comenzó a consolidar su poderío continental tras la crisis financiera de 2008.

 

La aventura en el gigante suramericano comenzó ese año, de la mano del empresario Paulo Fachim, con quien montó una operación de 400 empleados que comercializó 800.000 toneladas de granos en su primer año y facturó US$350 millones.

 

Actualmente, la filial es responsable por el 45% de los ingresos del grupo (alrededor de US$540 millones).

 

LOS OTROS PLANES

 

A la par que el Grupo Los Grobo explora nuevas fuentes de inversión en América Latina, también estudia alternativas para realizar negocios con Rusia. Uno de sus principales clientes agrarios podría convertirse ahora en comprador de maquinaria argentina para fortalecer su producción alimentaria. Pero el conglomerado argentino piensa embarcar mucho más que tornillos y metalmecánica: la operación incluiría desde las materias primas orgánicas para cultivar granos hasta consultorías.

 

Grobocopatel tampoco descarta convertir a su grupo en un imán de la inversión extranjera. “Podemos hacer que otros inviertan en Argentina y que nosotros comencemos a invertir en otros lados”, le dijo al portal Perfil.com.

 

México

 

 

UNA RAYA MÁS AL TIGRE DE LA LEY MONSANTO

 

03/04/2012

 

Por Alfredo Acedo

 

En beneficio de las trasnacionales que monopolizan semillas y patentes agrícolas, una nueva amenaza legislativa pende sobre productores y consumidores mexicanos desde el 14 de marzo, cuando la Comisión de Agricultura y Ganadería de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión aprobó el proyecto de decreto enviado por el Senado que reforma la Ley Federal de Variedades Vegetales (LFVV).

 

Con esta iniciativa está en juego el acceso libre y gratuito a la biodiversidad vegetal agrícola en aras del modelo privatizador que mediante patentes y “derechos de obtentor” despoja a los agricultores del producto de un trabajo milenario, fundamento de la agricultura moderna y por el cual los pueblos nunca cobraron regalías.

 

De hecho, la ley vigente que data de 1996 tiene muy poco aprecio por los derechos de los campesinos ya que prefiere beneficiar a “fitomejoradores” de compañías privadas quienes pueden lucrar con semillas y otros materiales vegetales agrícolas en forma exclusiva hasta por 15 años o 18 en el caso de especies perennes, como forestales, frutales y de ornamento, no obstante que las variedades de las que obtuvieron sus materiales son de acceso libre.

 

El proyecto de reforma no sólo quiere extender la exclusividad para la venta de material de reproducción a 25 años, sino que pretende restringir el derecho de los agricultores a guardar o usar para el autoconsumo parte de la cosecha obtenida con materiales comprados a quienes detentan el “derecho de obtentor”.

 

Además, se pretende incluir entre las variedades vegetales sujeto de esta ley a los cultivos transgénicos, cerrando la pinza con la llamada “Ley Monsanto” (Ley de Bioseguridad y Organismos Genéticamente Modificados), pretensión aberrante si se considera que los OGM se obtienen a partir de la introducción de material genético de especies que usualmente no provienen del reino vegetal. Los transgénicos no constituyen una variedad porque no son resultado de la variabilidad genética, base del proceso evolutivo por selección natural, sino producto de manipulación biotecnológica que rompe las barreras entre especies y reinos. Es además absurda la apropiación privada de la información genética de organismos vivos aunque hayan sido alterados con genes de otras especies.

 

La reforma propone crear una policía de Monsanto al atribuir al Servicio Nacional de Inspección y Certificación de Semillas las facultades de ordenar y practicar visitas de verificación, requerir información, realizar las investigaciones de presuntas infracciones administrativas, ordenar y ejecutar las medidas para prevenir o hacer cesar la violación de los derechos de los obtentores e imponer las sanciones administrativas correspondientes, las cuales además son incrementadas por la modificación legal en mención. Y busca que la promoción de los derechos de obtentor de personas físicas y morales privadas, sobre todo trasnacionales, corra a cargo de una entidad pública cuando lo que urge promover son los bancos comunitarios de semillas y los programas descentralizados y participativos de conservación de la biodiversidad agrícola.

 

El obtentor ya tiene la exclusividad para explotar una variedad y su material de propagación. Ahora se pretende extender su derecho sobre el denominado producto de la variedad lo cual implicaría que, por ejemplo, los usos en la alimentación humana o el uso industrial deberían contar con la licencia respectiva.

 

Según va, la reforma se sumaría sin más al reforzamiento del andamiaje legal para el saqueo que el Congreso de la Unión ha venido conformando coincidentemente con el inicio de las negociaciones y durante la vigencia del Tratado de Libre Comercio de América del Norte.

 

En 2005, la Ley Monsanto abrió la puerta para que las semillas que se siembren en México sean transgénicas, propiedad de monopolios trasnacionales que producen además los agrotóxicos asociados a los cultivos modificados genéticamente, en beneficio de tales consorcios y en contra de la alimentación, la salud y la economía de los mexicanos.

 

Los legisladores, con excepción de los integrantes del Partido de la Revolución Democrática, tiraron por la borda el principio precautorio, desdeñaron la alerta de científicos que no cobran sueldo de las trasnacionales y prefirieron olvidar que los campesinos y los pueblos originarios con sus prácticas ancestrales de cultivo, selección y libre intercambio de semillas son los generadores y verdaderos dueños de la riqueza agrogenética del país.

 

Y ahora van por otra vuelta de tuerca. El lunes 9 de abril por la noche o el martes 10 en la mañana, el proyecto de reforma será publicado en la Gaceta Parlamentaria para primera lectura en el pleno. Dado que habrá 3 días de sesión esa semana, la segunda lectura y eventual aprobación podría ser durante el miércoles 11 o al día siguiente.

 

Las organizaciones campesinas de izquierda preparan ya una rueda de prensa y otras actividades para el martes 10, por el aniversario de la muerte de Emiliano Zapata y seguramente se pronunciarán contra esta reforma. Ya han manifestado su oposición porque la iniciativa legal contribuye a acentuar la crisis de la agricultura nacional y a mantener la pobreza y la dependencia alimentaria que se han agravado en este sexenio.

 

Y presentarán un documento a las coordinaciones de todos los grupos parlamentarios de la Cámara de Diputados mediante el cual solicitan que el dictamen sea regresado a la comisión correspondiente y se abra un debate sobre la inconveniencia de seguir privatizando los medios para la producción de alimentos cuando la obligación del estado mexicano es hacer realidad el derecho a la alimentación.

 

En vista de que se trata de un derecho constitucional recién aprobado, el relator especial de las Naciones Unidas para el derecho a la alimentación, Olivier De Schutter, apuntaba anticipadamente la necesidad de fortalecer el marco legal en sentido opuesto a las reformas a la LFVV aprobadas en comisión, hasta ahora.

 

El funcionario de la ONU dijo en su informe final sobre su visita a México, presentado hace unas semanas, que se debería aprobar una ley marco sobre derecho a la alimentación, declarar la moratoria a la siembra de maíz transgénico y adoptar medidas contra el monopolio en la producción de semillas.

 

Alfredo Acedo es Director de comunicación social y asesor de la Unión Nacional de Organizaciones Regionales Campesinas Autónomas en México.

 

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¿TRANSGÉNICOS? NO, GRACIAS

 

Carmelo Ruiz Marrero

 

Los cultivos y alimentos transgénicos (genéticamente modificados) son objeto de intensa controversia alrededor del mundo. En esta controversia participan desde doctores y científicos hasta movimientos campesinos, organismos internacionales y líderes políticos, y ha llegado al punto de arrestos, violenta represión y la persecución de científicos que han tenido la osadía de contradecir el discurso oficialista sobre la biotecnología. Este debate ha producido numerosos libros, reportajes de prensa y televisión, documentales de corto y largo metraje, simposios científicos, contenciosas negociaciones internacionales, y hasta marchas de protesta y desobediencia civil.

 

Entiéndase por transgénico un organismo a cuyo código genético se le han insertado genes de otra especie mediante ingeniería genética o transgénesis. La ingeniería genética derriba barreras celulares para hacer combinaciones genéticas que nunca pudieron haberse dado en la naturaleza, y se usa en la agricultura y alimentos desde la década de los 90. Actualmente hay decenas de millones de hectáreas sembradas de cultivos transgénicos en el mundo, la gran mayoría de ellos en cuatro países de nuestro hemisferio americano: Estados Unidos, Canadá, Brasil y Argentina. Al añadir los de Uruguay, Paraguay y Bolivia, tenemos ahí casi la totalidad de los cultivos transgénicos del mundo. Casi todos son de soya y maíz, y el resto es mayormente algodón y canola (colza).

 

Estos cultivos no fueron alterados genéticamente para rendir más ni para ser más nutritivos ni para reducir el uso de agroquímicos tóxicos. La mayoría fue alterada para ser inmunes al herbicida Roundup, producto de la corporación estadounidense Monsanto, y se les conoce como cultivos Roundup Ready. Los demás producen su propio pesticida, y se les llama cultivos Bt. Esta soya y maíz se utiliza para hacer, entre otras cosas, harina, almidón, aceite de cocinar, endulzadores, biocombustibles, y comida para alimentar los animales de finca que nos dan carne, lácteos y huevos.

 

ESE HERBICIDA, ¿ES SEGURO?

 

De más está decir que los alimentos derivados de cultivos Roundup Ready deben tener trazas sustanciales de Roundup. ¿Cuán seguro es ese herbicida para consumo humano?

 

En 2010 la revista científica Chemical Research in Toxicology publicó un estudio revisado por los pares, escrito por el embriólogo argentino Andrés Carrasco, investigador principal del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet) y director del Laboratorio de Embriología Molecular de la Universidad de Buenos Aires, que determina que el glifosato, ingrediente activo del Roundup, es extremadamente tóxico a embriones de anfibios aún en dosis mucho menores (hasta 1.540 veces menores) que las utilizadas en las fumigaciones agrícolas.

 

En 2008 esa misma revista había publicado un estudio del francés Giles-Eric Seralini, especialista en biología molecular y docente de la Universidad de Caen, que indica que el Roundup es letal para células humanas. Según su investigación, dosis muy por debajo de las utilizadas en los cultivos de soya provocan la muerte celular en pocas horas.

 

“Aún en dosis diluidas mil veces, los herbicidas Roundup estimulan la muerte de las células de embriones humanos, lo que podría provocar malformaciones, abortos, problemas hormonales, genitales o de reproducción, además de distintos tipos de cánceres”, dijo Seralini al diario argentino Página 12.

 

En el ejemplar de marzo 2012 de Ecological Applications el biólogo Rick Relyea, profesor de la Universidad de Pittsburgh, publicó un estudio que indica que dosis subletales de Roundup pueden cambiar la morfología de anfibios. “Los herbicidas no están diseñados para afectar a animales, pero estamos aprendiendo que éstos pueden tener una amplia gama de efectos sorprendentes al alterar cómo funcionan las hormonas”, dijo Relyea. “Esto es importante porque los anfibios no sólo sirven como barómetros de la salud de ecosistemas, sino también como indicadores de peligros potenciales a otras especies en la cadena alimentaria, incluyendo humanos.”

 

PLANTAS INSECTICIDAS

 

Las compañías de biotecnología nos aseguran que la toxina insecticida presente en los cultivos Bt es inofensiva a los seres humanos y que se disuelve en nuestro sistema digestivo. Hoy sabemos que eso no es cierto.

 

Doctores en el hospital universitario de Sherbrooke en Quebec, Canadá, hallaron la toxina Bt en la sangre de mujeres embarazadas y sus fetos, al igual que en mujeres no embarazadas. Específicamente, el estudio encontró la toxina en 93% de 30 mujeres embarazadas, y en la sangre umbilical de 80% de los fetos, y 67% de 39 mujeres no embarazadas.

 

En 2008 una investigación subvencionada por el Gobierno de Italia encontró que ratones alimentados con el maíz Bt de Monsanto tuvieron anticuerpos IgG e IgE elevados, algo típicamente asociado a alergias e infecciones. Tenían además, índices anormalmente elevados de interleukinas, lo cual está asociado a varias enfermedades en humanos, desde artritis reumatoidea y osteoporosis hasta esclerosis múltiple y la enfermedad de Lou Gehrig. Los ratones tenían además, niveles elevados de células T gamma delta, que están asociados con asma, alergias a alimentos y artritis juvenil.

 

En la India hay miles de trabajadores agrícolas que trabajan con plantas de algodón transgénico Bt que “según reportes y expedientes de doctores, hospitales y farmacias, al igual que numerosos reportajes investigativos y estudios de caso, constantemente luchan contra piquiñas y erupciones en la piel; algunos toman antihistamínicos todos los días para poder ir a trabajar”, según el investigador Jeffrey Smith, autor de Seeds of deception.

 

Cito a Smith de nuevo: “Cuando dejaron al ganado pastando en plantas de algodón Bt, tras la cosecha, miles de ovejas, cabras y búfalos murieron. Otros numerosos se enfermaron. Visité una aldea donde por siete u ocho años habían dejado a su ganado pastar plantas naturales de algodón sin incidente. Pero el 3 de enero de 2008 permitieron a sus 13 búfalos pastar plantas de algodón Bt por primera vez. Después de una exposición de solo un día murieron todos. La aldea perdió también 26 cabras y ovejas. Un pequeño estudio en Andhra Pradesh reportó que todas las seis ovejas que pastaron en plantas de algodón Bt murieron en un mes, mientras que tres controles que fueron alimentados con plantas de algodón natural no mostraron síntomas adversos.”

 

Este no ha sido más que un brevísimo compendio de los riesgos a la salud causados por los productos transgénicos que compañías como Monsanto, Dupont y Syngenta están desarrollando y comercializando en América Latina. Para más recursos, acudan a la página web de la Red por una América Latina Libre de Transgénicos: http://www.rallt.org/

 

(*) Ruiz Marrero es autor, periodista investigativo y educador ambiental.

 

11/05/12

Temas: Transgénicos

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