Boletín Nº 34: Genética humana: sueño o pesadilla

Boletín No.34
Quito, 13 de noviembre de 2000

GENÉTICA HUMANA: ¿ SUEÑO O PESADILLA?

Estimad@s amig@s:

En el mes de septiembre la científica británica Dra. Mae-Wan Ho, visitó el Ecuador y otros países de Latinoamérica (Argentina, Brasil y Uruguay) en el marco de una jornada organizada conjuntamente por la Red y organizaciones locales de los países que la recibieron. Durante su viaje impartió cursos, charlas, conferencias, entrevistas, etc. Dado el valioso contenido de sus intervenciones, queremos compartir algunas de ellas con Uds. y aprovechamos para invitar a nuestros compañeros de Argentina, Uruguay y Brasil a compartir con la Red sus experiencias.

En el Ecuador, además de dictar un curso sobre ingeniería genética, participó en un foro sobre Genética Humana organizado por el Instituto de Estudios Ecologistas del Tercer Mundo, Ildis y la Red. Hoy iniciamos nuestra entrega con la traducción de su ponencia sobre el Proyecto Genoma Humano. El texto nos parece de suma importancia pues brinda elementos para la reflexión; y a pesar de que no topa directamente el tema de los organismos transgénicos hace un cuestionamiento a la ciencia reduccionista, de la cual son producto estos organimos.

Elizabeth
Ana Lucía

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GENÉTICA HUMANA: ¿ SUEÑO O PESADILLA?

Mae-Wan Ho

Institute of Science in Society and Department of Biological Sciences, Open University, Walton Hall, Milton Keynes, MK7 6AA UK.

(Basado en una ponencia presentada en el Foro sobre Genética Humana, 20 de septiembre de 2000. Quito-Ecuador)

Ahora, estamos conociendo el lenguaje que permitió a Dios crear la vida. Así fue como Clinton anunció el mapeo del genoma humano el 26 de junio de 2000. Los medios de comunicación estaban llenos de las mismas afirmaciones. Era un hecho comparable con el aterrizaje en la Luna. Curará el cáncer. Nos permitirá identificar todos los genes "malos" que ocasionan enfermedades así como también los genes "buenos" que marcan la inteligencia, la belleza, las aptitudes para los deportes; de esta forma se pueden eliminar los genes "malos" y los "buenos" pueden ser acomodados para mejorar nuestra composición genética. Así nos pueden dar medicamentos personalizados y prescripciones para llevar un estilo de vida adecuado, basadas en nuestra composición genética.

Hace diez años, cuando el Proyecto Genoma Humano fue vendido al público al costo de USD 3 mil millones provenientes solamente de los impuestos pagados por los contribuyentes estadounidenses, nos prometieron encontrar la forma para crear un ser humano cuando el genoma sea secuenciado. Ahora, después de obtener docenas de secuencias del genoma, los genetistas no han descifrado como crear el microbio más pequeño, ni un simple gusano, mucho menos un ser humano.

Para que no existan dudas al respecto, hay que señalar que más del 95% del genoma humano puede estar formado de lo que se conoce como "junk ADN", porque los genetistas no tienen idea para lo que sirve. Ni siquiera se pueden poner de acuerdo en el número de genes que ahí hay. El rango estimado es de 30.000-100.00. El mapeo del genoma humano anunciado en junio fue completado solamente en un 85% de las regiones codificadas

En realidad, el Proyecto Genoma Humano es la más grande falsedad en toda la historia humana. Es la privatización del genoma humano financiado por fondos públicos, con consecuencias desastrosas en la estructura social y moral de la sociedad civil.

Los genes humanos y las líneas celulares están siendo patentados y apropiados por las corporaciones. Dentro de estas líneas celulares están aquellas tomadas de las tribus indígenas -bajo pretextos falsos, sin el procedimiento de consentimiento previo informado- que están siendo publicitadas y vendidas en el internet. Actualmente se desarrollan embriones humanos con el propósito de proveer células y tejidos para los transplantes, se contempla la posibilidad de realizar terapia génica y clonación humana.

El año pasado se creó el primer clon humano, transfiriendo el material genético de una célula humana al óvulo de una vaca. Afortunadamente, los científicos destruyeron el experimento a los 14 días, el límite legal actual; de lo contrario, nos estaríamos enfrentando con Frankenstein. La brillante obra de Mary Shelley, Frankestein, no fue solo una parábola sobre los científicos arrogantes jugando a Dios, sino que lo es también sobre la ciencia mecanicista fuera de control.

El paradigma mecanicista de la ciencia occidental ha dominado la política en el mundo y las líneas de acción de las naciones por siglos desde la revolución industrial, no solamente a través de la imposición y utilización de tecnologías destructivas, sino también a través de la forma en que concibe y delimita al mundo. La ciencia occidental ve a la naturaleza como átomos separados empujándose y compitiendo unos con otros de acuerdo a la concepción Darwiniana de la lucha en la cual sobrevive el más fuerte. Los organismos, incluyendo el cuerpo humano, son considerados como máquinas y por lo tanto no hay límites sobre lo que puede ser manipulado y explotado para el beneficio corporativo. Esta concepción responde y se junta a la teoría económica neoliberal que promueve y justifica la globalización, el retiro de las barreras al comercio, a las inversiones y a las finanzas, y permite a los monopolios corporativos explotar mejor a los seres humanos y destruir la tierra. El resultado es una desastrosa crisis social, económica y ecológica a escala global.

El paradigma mecanicista no ha pasado la prueba en la vida real. Lo que generalmente se desconoce es que también reprobó la prueba verdadera dentro de la misma ciencia, pues la ciencia occidental contemporánea a través de las diferentes disciplinas está revelando que la naturaleza es orgánica, dinámica e interconectada. No existen cadenas lineales uniendo los genes para dar características aisladas a los organismos, dejando aparte la condición humana. Todavía, el desacreditado paradigma del determinismo genético está siendo perpetuado por el sistema científico, exactamente en la misma manera en que la economía neoliberal todavía domina la ideología política dominante. El viejo paradigma no es solamente bueno para promover la Ingeniería Genética sino que hace ver a algunas de las aplicaciones no- éticas de la ciencia como necesarias.

Estudio tras estudio una nueva corriente de científicos continúa mostrando que no existen explicaciones simples para las enfermedades en términos de genes aislados. Están diciendo que no hay tales cosas como una enfermedad ocasionada por un solo gen, simplemente porque la acción de cada gen es modificada y afectada por muchos otros genes. Por ejemplo, la cistifibrosis entre los Europeos del Norte está fuertemente asociada con la mutación de un cierto gen, pero la severidad de los síntomas varía en un amplio rango dependiendo de la información de los otros genes. Además, entre los Yemans, la misma mutación está asociada con una condición genética diferente; mientras que la cistifibrosis está asociada con mutaciones de genes en conjunto.

La conexión entre genes y enfermedades se vuelve más tenue cuando se refiere a condiciones tales como cáncer, enfermedades del corazón, diabetes, esquizofrenia, inteligencia, alcoholismo, homosexualidad y comportamiento criminal, en donde los factores ambientales y sociales tienen un mayor predominio.

Hay cerca de 100.000 genes en el genoma, con cientos de variantes en cada gen. Cada persona es genéticamente única, excepto los gemelos idénticos al inicio del desarrollo, luego ellos pueden acumular mutaciones genéticas independientemente. Es imposible, en principio, dar el pronóstico para cada enfermedad de un individuo, tampoco para predecir su estilo de vida basado en la composición genética de cada persona.

Las enfermedades son causadas principalmente por las condiciones ambientales y sociales. Entonces, las enfermedades causadas por un solo gen representan el 2% de todas las enfermedades, y como señalé anteriormente, aún para éstas, la severidad del síndrome puede variar ampliamente en la mayoría de los casos. Para algunas condiciones para las cuales la "predisposición genética" está siendo identificada, la influencia del ambiente puede anular aún las diferencias genéticas más grandes. Por ejemplo, se conoce que el cáncer de seno es relativamente raro entre las mujeres en los países no industrializados de Asia, mientras que la incidencia de esta enfermedad en las mujeres europeas en los países industrializados es cinco veces mayor. Sin embargo, entre las mujeres asiáticas que han emigrado al Norte de Europa y a los Estados Unidos, la incidencia del cáncer de seno alcanza los rangos de las mujeres europeas en la misma generación.

El centramiento en los genes es por lo tanto, completamente equivocado. Está retirando la atención y los recursos a las causas reales de las enfermedades y culpando a las víctimas, además está contribuyendo al resurgimiento de la discriminación genética y la eugenesia que ensombreció buena parte de la historia del siglo pasado.

El único ofrecimiento concreto del Proyecto Genoma Humano es el aumento del número de pruebas genéticas. Cerca de 740 exámenes están ya en el mercado. En los casos en los cuales el uso de estos diagnósticos puede ayudar al tratamiento de los pacientes, los costos exorbitantes de éstos han imposibilitado su uso. Por otro lado, a gente sana cuyos exámenes han sido positivos se le ha negado empleo y seguro médico. Actualmente, existen iniciativas para que los individuos tengan la obligación de revelar los resultados de las pruebas genéticas a las compañías de seguros en el Reino Unido.

El diagnóstico prenatal en los fetos y el diagnóstico de pre-implantación en los embriones humanos han resultado en la eliminación de fetos y embriones que contienen genes que supuestamente podrían predisponerlos al cáncer cuando sean adultos. James Watson, uno de los científicos galardonados con el premio Nobel por el trabajo sobre la estructura de la doble hélice del ADN, ha sugerido incluso que los padres pueden querer eliminar los embriones que porten genes de la homosexualidad.

Mientras tanto, un prominente grupo de científicos y bioéticos están declarando abiertamente que la creación de una clase humana de seres genéticamente ricos es inevitable, puesto que aquellos quienes tienen condiciones económicas pueden pagar para que haya un mejoramiento genético de su descendencia. Entonces, habrá una clase genética inferior, los niños cuyos padres no pueden pagar los mejoramientos pueden convertirse en una especie inferior separada. Estas proyecciones, al igual que la promesa de la medicina individualiza, son fantasías genéticas deterministas. Sin embargo, están lejos de ser inocuas porque están dando cabida a las peores tendencias eugenésicas en nuestras sociedades.

Otra de las tendencias es la erosión de la privacidad y los derechos civiles. Los gobiernos están creando bases de datos de ADN de los sospechosos, si es que no toda la población, para detener a los criminales. Los gobiernos, incluyendo el del Reino Unido, conjuntamente con las compañías biotecnológicas, están motivando a la gente común para que done su ADN a fin de crear bases de datos nacionales que puedan identificar la susceptibilidad hacia ciertas enfermedades.

La base de datos del ADN de toda una nación, Iceland, ha sido vendida a una compañía privada, y el gobierno Sueco y otra compañía privada están negociando sobre quien se encargará de los asuntos éticos de la base de datos del pueblo sueco. El tráfico internacional de órganos humanos fue abundante en la década pasada; se puede predecir que las líneas celulares, óvulos y embriones humanos se sumarán a esta lista así como se están aprobando los experimentos con embriones humanos en el Reino Unido, y se promueve la clonación humana. Un hospital de Sudáfrica ha sido contratado por una compañía biotecnológica para enviar a París placentas de personas negras congeladas.

Estas tendencias han impulsado al Council for Responsible Genetics, una organización no gubernamental de los Estados Unidos, a realizar una declaración de los derechos genéticos para proteger los derechos humanos y la integridad biológica de la tierra (www.gene-watch.org). Esto debería servir como base de una legislación nacional e internacional que se necesita urgentemente.

También es necesario establecer algo como un Consejo Ético Mundial constituido por científicos independientes y representantes de varias partes de la sociedad civil, para enfrentar las potenciales violaciones a los derechos humanos, privacidad y dignidad.

Es hora de cambiar las cosas en el mundo de la mala ciencia y los grandes negocios para reclamar una buena vida para todos tanto en el sentido físico como espiritual.

FIN

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