Boletín Nº 37: ¿Quién debe pagar los costos que ha generado el escándalo de StarLink?

Boletín No. 37
Quito, 4 de diciembre de 2000

¿Quién debe pagar los costos que ha generado el escándalo de StarLink?

Kristin Dawkins
IATP

Amig@s:

Como lo habíamos ofrecido, este boletín aborda el caso del maíz Starlink desde otra perspectiva, se ha dicho mucho sobre el tema pero aún hay interrogante al respecto, como por ejemplo ¿quién será el responsable de los costos que ha ocasionado la contaminación de la cadena alimenticia con Starlink?. Este tema lo aborda Kristin Dawkins, nosotros hemos traducido su artículo para compartirlo con Uds.

Fraternalmente,

Elizabeth
Ana Lucía

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¿Quién debe pagar los costos que ha generado el escándalo de StarLink?

Por Kristin Dawkins

Institute for Agriculture and Trade Policy
Minneapolis, Minnesota USA
November 1, 2000

Estados Unidos está exportando una variedad de maíz genéticamente modificada que no ha sido aprobada para el consuno humano en Estados Unidos. En 1998 se sembraron 10.000 acres de StarLink en los Estados Unidos, 250.000 acres en 1999 y más de 350.000 acres en el 2000. ¿Quién pagará a los agricultores, distribuidores, procesadores de alimentos, minoristas, exportadores y a las entidades extranjeras que forman parten de la cadena alimenticia de los productos de maíz, para deshacerse de estas provisiones alimenticias potencialmente alergénicas?, ¿qué pueden hacer los países importadores?
Aunque el Protocolo de Cartagena en Bioseguridad no ha entrado todavía en vigencia, los países signatarios pueden querer tomar acciones ahora para prevenir la importación o solicitar la compensación por los costos en los que pueden incurrir como resultado de haber importado de Estados Unidos una variedad de maíz genéticamente modificado que todavía no ha sido aprobada para el consumo humano.

AMBITO LEGAL INTERNACIONAL

De acuerdo al Derecho Internacional vigente, los Estados tienen la obligación de asegurar que sus acciones no causarán daño a otros Estados. Este principio común de la Ley se extendió al ámbito de la contaminación ambiental internacional en 1941, luego en el arbitraje de "Trail Smelter", más tarde en 1972 la Declaración de Estocolmo y en 1992 en la Declaración de Río, así como en algunos dictámenes de la Corte Internacional de Justicia (CIJ). En 1996 la CIJ emitió su opinión sobre la legalidad de las armas nucleares señalando que "el ambiente no es una abstracción sino que representa el espacio vivo, la calidad de vida y la salud de los seres humanos, incluyendo las generaciones futuras". La obligación general de los Estados para asegurar que las actividades llevadas a cabo en su jurisdicción y bajo su control respeten el medio ambiente de otros Estados o áreas fuera del control nacional, es actualmente parte del conjunto del Derecho Internacional sobre medio ambiente.
Esto indicaría que el gobierno de Estados Unidos es responsable por lo que puede ser caracterizado como un error de imprudencia y negligencia para garantizar la segregación del maíz que no había sido aprobado para el consumo humano - porque puede causar alergias- del maíz que es destinado para uso humano. El maíz en cuestión contiene la subespecie de Bacillus thuringiensis, tolworthi, proteína Cry9C y el ADN necesario para producir esta proteína. Hay evidencia de que la proteína Cry9C es estable al calor y resistente a la degradación en los jugos gástricos, los dos indicadores más importantes de alergenicidad. Este maíz ha sido mercadeado con el nombre comercial de "StarLink", un producto de la compañía Aventis CropScience. Puesto que el sistema de commodities no está preparado para separar los granos, el maíz StarLink ha sido distribuido en los mercados domésticos de Estados Unidos y en los mercados de exportación. Pruebas independientes de ADN encontraron la proteína de StarLink en una variedad de productos de consumo en Estados Unidos y en Japón, en donde la legislación reciente establece tolerancia cero para par la importación de productos agrícolas no aprobados. En ausencia de un sistema de regulación efectivo, la aprobación de los Estados Unidos puede considerarse en sí misma imprudente y negligente.

La negligencia ya es bastante mala. Pero ¿qué sucede con el daño intencional?. Una vez que la contaminación fue descubierta (no por los inspectores gubernamentales, sino por organizaciones no gubernamentales opuestas a los alimentos genéticamente modificados), el Departamento de Agricultura de Estados Unidos se deshizo del producto indeseable aprobando oficialmente el StarLink para la exportación, trasladando la responsabilidad a los países importadores para que objeten las importaciones de StarLink y para que hagan pruebas a sus proveedores actuales.

La EPA que regula StarLink como una planta insecticida, ha dado a conocer también que Aventis está buscando una exención para el ADN de StarLink Cry9C y la proteína Cry9C, para permitir su presencia en alimentos destinados al consumo humano y animal. Esta aprobación está sujeta a un periodo de comentarios públicos y a un dictamen final de la EPA. Los Estados Unidos esperan que estas acciones serán consideradas por las cortes como una forma de atenuar la responsabilidad; pero ¿también podrán ser consideradas como omisiones voluntarias e intencionales que atentan contra la salud pública y el Derecho Internacional?

Sería interesante conocer lo que la Corte Internacional de Justicia podría pensar sobre los acciones de omisión y acción de los Estados Unidos relacionados al maíz StarLink. La CIJ puede estar involucrada en dos formas.

Primera, los cuerpos intergubernamentales autorizados por la Carta de las Naciones Unidas pueden solicitar a la CIJ que emita una opinión en los temas legales relevantes. Por ejemplo, la Organización Mundial de la Salud y el organismo de las Naciones Unidas que trata de la seguridad de los alimentos, conocida como Comisión del Codex Alimentario, pueden solicitar a la CIJ un pronunciamiento sobre la legalidad de la exportación de un producto prohibido en el país de origen por ser potencialmente alérgénico. Sin embargo, la salud humana no es la única consideración. El maíz se reproduce por polinización cruzada libre. Cualquier grano de StarLink que puede ser plantado, más que ingerido, puede ocasionar una contaminación genética, afectando a los parientes silvestres de plantas y ecosistemas adyacentes - un asunto de particular preocupación para aquellas regiones que son centros de origen de cultivo del maíz. La Conferencia de las Partes en la Convención de Diversidad Biológica puede tratar de saber si califica como un "cuerpo" autorizado bajo el sistema de las Naciones Unidas, y solicitar el pronunciamiento de la CIJ en temas ambientales.

Segunda, la Convención de Diversidad Biológica estipula que las disputas que no pueden ser resueltas de otra forma deben ser remitidas a la CIJ. Puede surgir fácilmente una disputa si las Partes eligen no importar maíz estadounidense mezclado o pedir que compensación y reparación por parte de Estados Unidos si éste país lo ha hecho sin ninguna advertencia. Aunque los Estados Unidos no es Parte del CDB, es un signatario, lo cual establece que los Estados Unidos tienen la obligación de no incumplir los objetivos del CDB. En tal caso, se puede solicitar a la CIJ que regule el asunto judicialmente.

Compensación y Reparación

El acceso a la compensación puede ser importante en los países donde los esfuerzos para identificar y segregar el maíz StarLink del maíz destinado para el consumo humano pueden ser bastante costosos. De acuerdo al Derecho Internacional vigente, los Estados tienen el derecho de pedir una compensación a otro Estado, responsable por los daños -sean éstos a las personas, a la propiedad, al ambiente o económicos. Cuando los Estados han mostrado, ellos mismos, no estar dispuestos a utilizar los reclamos sobre responsabilidad internacional en contra de otros Estados, han habido casos en los cuales la compensación ha sido negociada "sin referencia a una responsabilidad legal" - así por ejemplo cuando Estados Unidos pagaron a Japón 2 millones de dólares en 1944 como compensación de los daños causados por las pruebas nucleares realizadas en las islas Marshall. Los países también tienen el derecho de imponer acciones de compensación civil a los actores privados -como Aventis- en sus propias cortes o en las cortes del país donde se realizó el acto.

En los Estados Unidos, los esfuerzos para segregar StarLink luego de la mezcla se estiman que tendrán un costo entre cien y mil millones de dólares. El Departamento de Agricultura de Estados Unidos está tratando de re comprar las semillas a los agricultores que han sembrado StarLink en cerca de 315.000 acres durante este año, para revenderlos a los productores de pienso para animales y para otros usos industriales. Aventis dijo que reembolsará al gobierno estadounidense los costos de este programa de re compra. Sin embargo, la re compra a los agricultores representa solamente una pequeña parte de los costos totales en los que se han incurrido por los reclamos pos cosecha en toda la cadena alimenticia.

Además, las compañías Kraft, Safeway y Western Family anunciaron que retiraron del mercado los tacos, que contenían StarLink de acuerdo a los activistas anti- OGM, y la operación tuvo un valor de tres millones de dólares. La FDA ordenó el retiro de 297 productos que contenían en su denominación de marca "productos de maíz". StarLink le está costando a la compañía Archer Daniels Midland (ADM) al menos 10.000 dólares diarios por las pruebas extensivas y monitoreo de los embarques de maíz y de su planta de procesamiento en Decatur, Illinois. Los cultivadores cuyos embarques resultan positivos a las pruebas de StarLink están perdiendo 15000 dólares o más por los costos extras de embarque, así como también por los bajos precios que los procesadores de alimento animal, eventualmente aceptarán pagar. Los precios futuros del maíz han bajado en el Chicago Mercantile Exchange. Adicionalmente, se teme que continúe la controversia del maíz StarLink y por lo tanto se reduzcan las ambiciosas metas que se habían fijado los exportadores estadounidenses de maíz.

¿Quién pagará por todos estos desórdenes económicos? Los fiscales en los Estados Unidos están preparando un litigio masivo de responsabilidad; las partes afectadas se enjuician mutuamente para buscar la reparación de los daños. Puesto que el registro de StarLink en la EPA estaba limitado al uso industrial y al alimento animal, las partes perjudicadas pueden responsabilizar a Aventis por cometer errores en la segregación. Muchos agricultores reclaman que Aventis erró al no avisarles sobre el requerimiento de vender sus cultivos StarLink solo para consumo animal u otros usos, excepto el humano. Otros reclaman que la compañía no les advirtió que debían dejar 660 pies de zonas de amortiguamiento, alrededor de los campos de StarLink, para evitar la contaminación genética. La polinización cruzada entre los cultivos vecinos puede constituir una acción de allanamiento, en el cual el ADN de StarLink invade cultivos vecinos y daña a quienes no producen StarLink, especialmente aquellos quienes tienen la certificación de "orgánico" para acceder al mercado. No hay duda que se avecina una embestida de juicios, Aventis está tratando de que los agricultores firmen una notificación, fechada de abril del 2000, en la cual se indica que los agricultores conocían de su obligación de segregar, aquellos que no firman pueden no calificar al programa buy-back (compra devuelta) avalado por los contribuyentes estadounidenses.

Sin embargo, la situación también abre el mercado para los que no producen StarLink, una oportunidad que otros países agrícolas están esforzándose por llenar. Japón, que usualmente compra 30 % de las exportaciones estadounidenses de maíz, avaluadas en USD 1,5 mil millones, ha solicitado a los Estados Unidos que se aseguren que los embarques no incluyan StarLink. Sin embargo, algunas compañías japonesas, están buscando sus proveedores en otros lugares -China, Sudáfrica y Argentina; inclusive si tienen que pagar un precio adicional. La Unión Europea también se está cuestionando si los Estados Unidos pueden o no distinguir entre los productos aprobados y no aprobados.

Los Estados Unidos han enviado delegaciones tanto a Japón como a Europa para tratar de calmar las preocupaciones de los consumidores sobre la contaminación de StarLink.

El año pasado, el primer juicio global de "acción de clase" en el mundo, fue interpuesto en la corte federal estadounidense en contra de Monsanto y otras corporaciones agroindustriales en nombre de todos los agricultores del mundo. El juicio señala que Monsanto apresuró la introducción de organismos genéticamente modificados en el mercado sin haber evaluado suficientemente los impactos ambientales o para la salud humana y que las corporaciones buscan crear deliberadamente un cartel para monopolizar el mercado global de maíz y de soya.

El juicio está llevado por una coalición de prominentes firmas de abogados, especializados en este tipo de litigios que serán pagados únicamente si ganan el juicio. Una victoria convertiría a Monsanto y a otras compañías en responsables de los daños ambientales, impactos negativos a la salud pública y de los costos en los que los agricultores alrededor del mundo hayan incurrido, como consecuencia de la contaminación genética.

LA NECESIDAD DE UN REGIMEN DE BIOSEGURIDAD QUE INCLUYA RESPONSABILIDAD
El Protocolo de Cartagena en Bioseguridad pospone el inicio de las negociaciones sobre responsabilidad hasta dos años después de la entrada en vigencia del Protocolo, e incluso entonces, podría tomar años para alcanzar un régimen consensuado. Irónicamente, es el sector privado el que no puede esperar. De acuerdo al Referendo Suizo sobre vida y salud, una de las gigantes compañías Suizas de seguros, "La ingeniería genética está cambiando los perfiles de riesgo de los sectores farmacéutico, agrícola y nutricional permanentemente, sin que sea posible predecir el riesgo potencial... el factor decisivo no es si es o no peligroso, sino más bien la percepción de cuan peligroso es".

Se han negociado numerosos acuerdos internacionales para tratar sobre la responsabilidad y la compensación que puede ser causada por otros negocios riesgosos. Por ejemplo, en el caso de contaminación del mar con petróleo, la responsabilidad queda en el sector privado, respaldada por un fondo de compensación por contaminación petrolera. En caso de daño nuclear, el deber de compensar está en el operador de las instalaciones nucleares, exonerando a todas las otras partes que puedan haber estado involucradas en el desarrollo de esta forma de energía altamente peligrosa. La Convención Internacional sobre Responsabilidad por daños causados por los objetos espaciales, deja la responsabilidad en los Estados, pero solamente por daño personal y no por daño o pérdida de propiedad. De acuerdo al Protocolo de Basilia sobre responsabilidad y compensación por daños resultantes del movimiento transfronterizo de desechos peligrosos y su eliminación, la responsabilidad recae en el cargador, embarcador u otra parte que haya cometido una falta. Cuando la falta no puede ser probada, la responsabilidad recae en el exportador cuando hay incidentes en la transportación o en los que la eliminan cuando los daños ocurren luego de la recepción. Todas las partes potencialmente responsables deben tener seguros, bonos u otros garantías financieras para cubrir la compensación por adelantado.

¿Podrá alguno de estos modelos responder adecuadamente a la compensación por daño ambiental, a la salud humana o por los impactos socioeconómicos causados por los OGM's? En los casos en los cuales los países signatarios implementen adecuadamente el Protocolo y no existan daños, puede haber una respuesta. Pero ¿qué sucede con los casos en los cuales los signatarios no sigan adecuadamente las reglas globales de Bioseguridad?. ¿Y qué sucede cuando se involucran estados no parte?

Pasarán años antes de que las Partes del Protocolo de Bioseguridad negocien un régimen de compensación. La experiencia con StarLink sugiere que sería prudente empezar a hacerlo inmediatamente. Mientras tanto, el Derecho Internacional provee un amplio ámbito para que los Estados reclamen una compensación, o sino que se defiendan ellos mismos de la contaminación de StarLink y el resultado sea una dislocación económica.

Red por una América Latina Libre de Transgénicos
Casilla 17-15-246-C
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Comentarios

07/05/2007
bien, por amigo
me parece bien