Los OGM y la ciencia. Boletín de la RALLT Nº419

Idioma Español

En este boletín compartimos con ustedes algunos análisis hechos en torno al rol de la ciencia en el desarrollo y la crítica a los cultivos transgénicos. Boletín N° 419 de la Red por una América Latina Libre de Transgénicos.

VICTORIA PARA LA CIENCIA INDEPENDIENTE

Mae-Wan Ho
Informe de ISIS (Institute for Science in Society)
Londres, 26 enero 2011

Un científico muy renombrado por su investigación acerca de los riesgos de los transgénicos acaba de ganar un proceso contra asociaciones de biotecnología que habían desencadenado una campaña para desacreditarlo.

Gilles-Eric Séralini, docente de biología molecular en la Universidad de Caen, en Francia y presidente del Consejo Científico de Investigación Independiente en Ingeniería Genética (CRIIGEN, por su sigla en francés), es un investigador de primera línea acerca de los riesgos de los transgénicos. No hay mucha sorpresa que él y su equipo se convirtieran en blanco de una concertada campaña difamatoria en la cual fueron muy activos Monsanto, EFSA (la Autoridad de Seguridad Alimentaria de Europa), y asociaciones científicas representando la biotecnología en Francia, la Asociaciòn Francesa de Empresas de Biotecnología y el Consejo Superior Francés en Biotecnología. [1]

Este ataque fue gatillado a partir de que el equipo coordinado por Séralini reanalizó escrupulosamente la información que había puesto Monsanto a disposición con motivo de obtener la autorización comercial en Europa de tres líneas de maíz transgénico, MON 863, MON810 y NK603, permisos sobre las cuales la mencionada EFSA había dado su dictamen favorable. El equipo en cuestión publicó sus conclusiones estableciendo que “los datos disponibles revelan toxicidad hepatorrenal, posiblemente a causa de los nuevos pesticidas diseñados específicamente para cada maíz transgénico. Sumado a esto se observan consecuencias metabólicas directa o indirectamente provocadas, para las cuales la modificación genética no puede ser excluida.”

Séralini y sus colegas recibieron un amplio apoyo de científicos y desde la sociedad civil. Pero Séralini se decidió a demandar por calumnias: estaba convencido de que los investigadores Claude Allegre, Axel Kahn y Marc Fellous, estaban manejando desde las sombras la campaña de insidia e intimidación que se desplegaba en Francia y ése fue el motivo por el cual demandó judicialmente a Fellous, miembro pleno de la Asociación Francesa de Empresas de Biotecnología (AFBV, por su sigla en francés). Séralini argumentó que la campaña había dañado su reputaciòn y con ello habían disminuido sus oportunidades laborales y sus posibilidades de obtener fondos para investigación. [2]

El 18 de enero la corte judicial de París dictó sentencia y lo hizo a favor de Séralini, en medio de una sorpresa generalizada.[3]

Durante el juicio salió a luz que Fellous, que se presentaba a sí mismo como un científico “neutral” sin intereses personales en juego y que acusaba a quienes critican u objetan a los productos transgénicos de ser “ideológicos” y “militantes”, en verdad poseía patentes de productos genéticamente modificados, de su propiedad, a través de una empresa con base legal en Israel. Esta compañía le vende patentes a corporaciones transnacionales como Aventis. El abogado de Séralini demostró que varios otros miembros de la AFBV también tienen estrechos vínculos con compañías de agribusiness, con lo cual su pregonada imparcialidad científica y su integridad profesional quedaron muy bajo la lupa.

El juez sentenció a AFBV a una multa de mil euros, a un euro de compensación por reclamo del demandante y a 4000 euros en costas.

Corinne Lepage, presidente de CRIIGEN, estaba entusiasmada con la victoria judicial, sobre todo porque no era muy optimista del resultado luego de la primera sesión que habían tenido el 23 de noviembre [info para argentinos en particular y probablemente latinoamericanos en general: del 2010; n. del trad.]. “La vida te da sorpresas: es la primera vez que un alborotador (soplón) [whistleblower] no está a la defensiva sino a la ofensiva.”

Comentando el triunfo judicial, Pete Riley de la organización UK’s GM Freeze [“Congelar” los transgénicos en el Reino Unido; suspenderlos definitivamente] declaró: “Saludamos calurosamente este juicio y estamos encantados con el profesor Séralini. Esperemos que ahora empecemos a ver el fin de este tipo de campañas sucias y vacías que hemos visto en este caso y en otros en la última década, aproximadamente. La libertad de los científicos independientes para desafiar los hallazgos científicos financiados por una industria que procura vender semillas y agroquímicos constituye un elemento vital para cualquier sociedad. La historia de desastres tecnológicos nos dice que la industria y los reguladores estatales son los últimos que reconocen o admiten que hay un problema. Apoyamos plenamente el derecho de Séralini a proseguir sus investigaciones sobre semillas transgénicas y le deseamos más capacidad de decisión.”

El médico Brian John de FM-Free Cymru dijo: “Éste es un desenlace más que gratificante ante un caso que jamás tendría que haberse planteado si los industriales de la biotecncología hubiesen seguido las tradiciones de larga data de respeto a los investigadores y hubiesen aceptado honestos debates con académicos cuyos puntos de vista y hallazgos en la investigación no coinciden con los propios de la industria. Hace ya años que la industria de la biotecnología y sus apologistas han tenido la lengua suelta para calumniar e intimidar a quienes han tenido la temeridad de cuestionar la seguridad de los productos genéticamente modificados… algunos señorones académicos trabajando para la industria biotecnológica se han comportado más como thugs[miembros de una secta de la India, a la que se le atribuyen asesinatos por fanatismo] que como científicos. Su filosofìa ha sido siempre: ‘maten al mensajero’. La lista de víctimas es larga: Arpad Pusztai, Ignacio Chapela y David Quist, Irina Ermakova, Judy Carman, Manuela Malatesta, Andrés Carrasco y muchos otros.

”Felicitamos al profesor Séralini por haber tenido el coraje de mantenerse firme ante la campaña y de haber devuelto el golpe. Esperemos que su triunfo haga que las compañías transnacionales de biotecnología y los reguladores públicos le otorguen a los investigadores independientes el respeto que merecen.”

Y lo más importante, que nuestros reguladores presten mucha atención a los hallazgos de Séralini y de aquellos científicos independientes que alrededor del mundo luchan persistentemente contra la introducción subrepticia de alimentos transgénicos en la gente. (Traducción directa del inglés: Luis E. Sabini Fernández)

[1] Ho, M.-W. y Saunders, P.T. “Defend Gilles-Eric Séralini and transparency in GMO risk assessment”.
Science in Society, no 46, 4, 2010.
[2] “Séralini vs Fellous: a GMO libel case over independent expertise and science”. Corporate Europe Observatory, 9 dic. 2010.
[3] “Investigador independiente de ingeniaría genética gana juicio por difamación, GM Free Cymru, noticia de prensa del 19 de enero de 2011. Fte.; GM Watch.


Fuente: ALAI

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JUGANDO A DIOS

Los huevos procedentes de fetos, úteros artificiales, los espermatozoides provenientes de personas muertas - no sólo los derechos religiosos la causa de oposición a "tales avances".

Hilary y Steven Rose
The Guardian, jueves 03 de julio 2003


La prometida “edad prometido de la genética” - o por lo menos “la edad de las promesas genéticas” - seguramente ha llegado. No pasa una semana sin que no aparezca alguna noticia sobre insospechadas perspectivas, antes nunca soñadas, para proporcionar a los niños para los hijos. Desde los clones raelianos, úteros artificiales y el unión de huevos producidos por esperma de adultos muertos o fetos abortados, los genetistas y una tribu de reciente aparición de tecnólogos reproductiva parecen estar acercándose a lo que se podría llamar "jugar a ser Dios". Todo vale en este mundo occidental tecnológicamente sofisticado donde los consumidores son el rey y la reina y, con cada nueva demanda extravagante, la capacidad de golpear a estas tendencias se debilita.

Por lo tanto, la recolección de los ovarios de fetos femeninos de cuatro meses de edad para estimularlos in vitro para que se desarrollen en óvulos maduros, parece ser sólo un pequeño paso más en un camino iniciado hace mucho tiempo.

Por supuesto, estas posibilidades son todavía "sólo teórica". Otros biólogos señalan los peligros de este enfoque, tales como posibles problemas y malformaciones genéticas, y tratan de desviar la discusión. Pero esa tranquilidad puede enmascarar un esfuerzo de investigación intenso para que esas posibilidades dejen de ser sólo teóricas.

Pocos comparten la creencia de que el progreso científico genera automáticamente el progreso social. Cualquiera que sean las posibilidades biológicas, esos avances puede tener riesgos tan enormes, que el resultado puede ser inaceptable para otra cosa que no sea un uso restringido.
Una de las consecuencias imprevistas de la revolución genética en una sociedad altamente individualizada es que ha ayudado a fomentar una preocupación cultural con orígenes genéticos. Un hogar lleno de amor es el fundamento del bienestar de cualquier niño. Sin embargo, los niños adoptados aunque crezcan en hogares donde son amados, siempre hacen preguntas como “quién soy”, “quiénes son mis "verdaderos" padres”, etc. Para enfrentar este anhelo, se está produciendo un cambio gradual en el que se considera deseable que los donantes del esperma pierdan su invisibilidad. Las nuevas legislaciones otorgan cada vez más el derecho a los hijos adoptivos a conocer a sus padres biológicos.

Estos cambios reconocen que el deseo de conocer nuestra identidad genética se ha vuelto más aguda en la era de la genética. Así considera la crisis existencial a la que se enfrenta un niño (producto de la fertilización in vitro FIV) cuando llegue a conocer que es el producto de un óvulo fertilizado que fue cosechado de un feto muerto hace tiempo y el esperma congelado de una fuente no identificable. Estos son aspectos mucho menos existenciales y más vivenciales que los debates sobre ética abstracta que pueden surgir entre los especialistas .

El razonamiento ético utilizados por las familias les permite ajustarse hábilmente a las nuevas posibilidades abiertas por las nuevas tecnologías. Pero la investigación social también ha documentado los graves problemas psicosociales, a lo que se suman los nacimientos múltiple resultado de la FIV y las reflexión ética en torno al número de embriones que se deben implantar. En Gran Bretaña, como en la mayoría de países europeos, existen restricciones sobre el número de embriones implantados, pero en los EE.UU., uno de los países menos regulados y más tecnológicamente avanzados, no hay ninguna.

El variado patrón de regulación a generado el llamado “turismo reproductivo”, en el que los adinerados de los países bien regulados van a los menos bien regulados para comprar servicios reproductivos, ya sea para elegir el sexo de un niño, el diagnóstico genético pre-implantación, o para acceder a la fertilización usando el esperma de una persona muerta. Si bien es probable que los niños concebidos se encuentren en una familia amorosa, hay algo desconcertante acerca de la forma en que un número de aspirantes a ser padres expongan su vida familiar íntima al escrutinio público a través de los medios de comunicación.

La genética hace mucho más que aparecer en los titulares de los medios masivos de comunicaciónn. Está cada vez más impregna nuestras vidas, con el apoyo financiero masivo del gobierno y la industria biotecnológica. El Consejo de Investigación Médica y la transnacional Wellcome Trust invirtieron £ 66 millones en la creación de un biobanco británico genético humano sobre el que no se ha discutido, a pesar de que el gasto prácticamente se ha quebrado el MRC (Consejo de Investigaciones Médicas) y a cerrado otras opciones de investigación biomédica.

La necesidad de impulsar a las tecnologías reproductivas obedece al aumento de problemas para tener hijos, pero la formar de enfrentar este problema se inicia en el extremo equivocado. Sí, es cierto que las mujeres están teniendo hijos más tarde porque tienen que establecerse en sus carreras en primer lugar. Sí, hay que tomar en cuenta que el conteo de espermatozoides en muchos hombres se ha reducido. Pero en lugar de trabajar en la curación del problema, se podría empezar con la prevención de las causas. Por ejemplo, Gran Bretaña podría poner más dinero en servicios de guardería asequibles de alta calidad para que las mujeres que quieran tener a sus bebés más jóvenes. Necesitamos una sociedad que promueve la salud reproductiva, en lugar invertir en costosas soluciones tecnológicas.

Estamos siendo testigos de un proceso en el que cada vez más, los niños se transforman en una mercancía, con la especificación del producto, control de calidad y el rechazo de los productos de calidad inferior – por ejemplo, con el sexo equivocado o los genes equivocados.

El proceso también afecta a los médicos que, en lugar de ser profesionales que dan el mejor consejo, independientemente de las consideraciones del mercado, se convierten en los proveedores de servicios biotecnológicos a sus clientes, que tienen demandas específicas.

En Gran Bretaña el debate ético se caracteriza a menudo (incluyendo a los propios científicos) como una confrontación entre el lobby religioso pro- vida y los científicos racionales que realmente se preocupan por el derecho a tener un bebé. Vivimos en uno de los países más secularizados del mundo, por lo que los tecnólogos reproductivos pueden estar seguros de que con el tiempo pueden implantar cualquier innovación, a pesar de los debates éticos. La crítica secular ha sido sofocado por esta división.

El turismo reproductivo y su cobertura de los medios nos enseña varias lecciones. Una es que la prensa seria debe ser más responsable. La nueva genética y las tecnologías reproductiva abren opciones a las personas con negativos duro. La prensa sentimental cubre muchas páginas donde se da seguimiento a actividades de auto-dramatización de una pequeña minoría que se abre camino, cuando hace falta pensar profundamente acerca de la genética humana como uno de los mayores retos del siglo 21.
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LA MORDAZA DE LA "CIENCIA MERCENARIA"

Elizabeth Bravo, Acción Ecológica, Ecuador.

¿Son siempre las evidencias científicas una prueba irrefutable de la “la verdad”? Si revisamos la información publicada en revistas científicas vemos que éstas muchas veces responden a los intereses de los grupos de poder. Esta forma de producir conocimientos es calificada como “ciencia mercenaria”, hecha a pedido, y por lo mismo produce evidencias para satisfacer las demandas de sus auspiciantes. Se habla entonces de los auspicios como condicionantes de las evidencias.

Uno de los temas en los que con más fuerza se ha sentido esta tendencia es en el estudio sobre los transgénicos. Tenemos por ejemplo el caso de Arpad Pusztai, quien luego de producir sus resultados sobre los impactos de un tipo de papa transgénica en el tracto digestivo de ratas de laboratorio fue despedido de su trabajo bajo el argumento de que su investigación era incompetente. En realidad su despido fue el resultado de una campaña de presión por parte de científicos mercenarios que desacreditaron su trabajo. Estudios posteriores hechos en Egipto obtuvieron resultados similares a los de Pusztai.

Más tarde los estudios de Chapela y Quist sobre la contaminación transgénica del maíz nativo mexicano sufrieron igual suerte. A partir de su publicación en la revista Nature, se escribieron decenas de artículos y comentarios, se hicieron nuevos análisis para desmentir los resultados de los dos investigadores.

En estos meses el foco de los ataques se ha centrado en la investigadora peruana Antonietta Gutiérrez y un equipo de la Universidad Agraria La Molina, quienes realizaron un monitoreo de transgénicos en el Valle de Barranca al norte de Lima, y hallaron dos tipos de transgenes en el maíz que ahí se cultivaba: NK603 y BT11. Al mismo tiempo el equipo de trabajo analizó la presencia de transgénicos en dos tipos granos de maíz importado, y encontraron que estos contenían los eventos transgénicos MON 810 y NK603.

Luego de encontrar estos resultados, Antonietta Gutiérrez hizo un llamado para que se dictaminara de manera urgente una prohibición de la liberación de Organismos Vivos Modificados (OVM) en el medio ambiente, en tanto no existiera la capacidad institucional para implementar las normas de seguridad.

Hay que recordar que Perú es uno de los centros de diversidad del maíz y que, debido a su larga presencia en ese país, forma parte fundamental de los sistemas agrícolas de las poblaciones rurales peruanas, de su alimentación y de su mundo ritual; y es uno de los componentes básicos de la alimentación en general.

La investigación se hizo a partir de 319 muestras de maíz recolectadas en Piura, La Libertad, Lambayeque, Ancash y Barranca. Tras los análisis, se halló que 60% de la muestra cosechada en Barranca tenía transgenes, mientras que La Libertad presentó un 32% y Piura un 31%. De acuerdo a estos resultados, había ingresado al territorio peruano, de manera ilegal, seis tipos de modificaciones genéticas, denominadas en el plano científico MON810, BT11, TC507, MON863, NK603 y T25.

Como ha sucedido con otras investigaciones que destacan los impactos de los cultivos transgénicos ya sea en la salud, el ambiente o la biodiversidad (como es el caso de las investigaciones de la doctora Gutiérrez), sus resultados fueron cuestionados por otros investigadores, incluidos el Instituto Nacional de Innovación Agraria (INIA) que descartó la presencia ilegal de cultivos de maíz transgénico en el Valle de Barranca, luego de hacer sus propios estudios de verificación y añadió que el Valle de Barranca no representa un centro de origen de maíz, sino que ahí se cultivan maíces híbridos y variedades que no son nacionales.

El hecho de el INIA no haya detectado transgenes no implica la ausencia de contaminación genética. Es posible que la muestra analizada no contenga transgénicos, pero esto no descarta contaminación en una población más grande. Recordemos que la ausencia de evidencias no significa ausencia (en este caso de contaminación genética). Éste es uno de los pilares del principio de precaución.

Invocando al principio de precaución es importante recalcar que la obligación de un Estado no es hacer investigación con el fin de evaluar la calidad científica de un trabajo que demuestra que la biodiversidad local y la salud de sus ciudadanos podría estar en peligro, pero que pone en entredicho a la industria biotecnológica; sino tomar medidas precautorias para proteger la salud y el ambiente nacional.

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GLIFOSATO Y CIENCIA CHATARRA

Escrito por Dra Graciela Gomez
Miércoles 6 de abril de 2011

“El título es perfecto: “Cómo el asalto de la industria amenaza a su salud" . Está sucediendo. Es real”. (Erin Brockovich).

Vivimos en épocas donde el sistema normativo está roto, donde la desinformación y la mentira descarada están al servicio del poder. Hace unos meses el blanco fue el científico francés Gilles Séralini, por estos días el enemigo a atacar es el Dr. Andrés Carrasco. Una intensa campaña para desacreditar su investigación, después de haber sido publicada en el Chemical Research in Toxicology.

La campaña se intensificó el pasado 22 de marzo cuando los científicos de Monsanto, Syngenta y Dow Chemical han emitido en la misma revista, una carta para menospreciar el trabajo del investigador argentino. "El glifosato no causa efectos adversos sobre el aparato reproductor de animales adultos o defectos de nacimiento en los hijos. Muchos estudios se han realizado en todo el mundo sobre los efectos teratogénicos de glifosato. Todos han demostrado que el glifosato no presenta ningún problema serio”

Según los científicos de Monsanto & Co, el equipo de Carrasco utiliza modos de exposición irrelevantes y anormalmente altas dosis de glifosato. En otras palabras, el herbicida se inyecta directamente en los embriones para estudiar. Esto no se corresponde con la realidad.

La respuesta del investigador no se hizo esperar: "La carta ilustra la creciente tensión que se encuentra hoy en el diálogo de los investigadores que tienen un gran interés en la venta plaguicidas , en este caso el glifosato .También en todos los investigadores independientes que deseen simplemente probar el impacto en la salud de estos productos”.

La clasificación guía de recomendaciones de plaguicidas de la OMS de 2009 se basa principalmente en un estudio de 1994, que contiene 180 informes suministrados por Monsanto. Entre ellos, 150 no fueron publicados y por lo tanto no han sido sometidos a revisión por pares. Los autores de la carta, han evitado discutir por ejemplo que las empresas a las que representan no están obligados a revelar la composición o la toxicidad de los coadyuvantes usados ​​en formulaciones comerciales, que están protegidas como secretos comerciales y estas sustancias del Roundup permiten la absorción, que sería imposible sin estos aditivos.

Pero lo más gracioso y repudiable es la desinformación a los medios proveniente desde la Sociedad Rural de Rosario, que algunos distraídos levantaron como sagradas palabras de apoyo al veneno que sueñan con beatificar.

La reunión de la Comisión Europea plasmada en las directivas distan mucho de decir “la UE apoya al glifosato” como si el sospechoso de la supuesta caza de brujas hubiera sido liberado de culpa y cargo, cuando el herbicida apenas fue sobreseído de forma provisional . Lo que indica que lejos del análisis de científicos independientes, esta decisión solo se efectúa sin haberse llegado al estudio del fondo del asunto.

¿Está la Comisión al corriente de los resultados de esta investigación? ¿Puede indicar la Comisión de qué forma ha tenido en cuenta esta cuestión a la hora de elaborar su política relativa a los OMG, especialmente en lo que respecta a temas de coexistencia y de autorización de nuevas variedades?

Fueron algunas de las preguntas escuchadas en el recinto de la Comisión y que nadie publica. La respuesta desde el organismo fue que “Sobre los riesgos sanitarios del glifosato, el ingrediente activo de Roundup, el herbicida más vendido en todo el mundo, la Comisión está estudiando el tema y se abrió de nuevo el examen de su aprobación , que estaba prevista originalmente para finales de junio de 2012, de conformidad con la Directiva 91/414/CEE , revisado por la Directiva 2001/99/CE”.

En concreto se precisó que : "En cualquier caso, un programa de revisión de sustancias activas incluidas en el anexo I de la Directiva 91/414 modificada, entre otros por la Directiva 2001/99, cuyo plazo de aprobación está cerca expirar, es actualmente objeto de debate y este programa incluye glifosato”.

“Nos sorprendió que la UE, sólo dos días antes de ser publicada la Directiva 2010/77/EE que modifica la Directiva 91/414/CEE en relación con las fechas de caducidad para su inclusión en el anexo I de determinadas sustancias activas, establece que la fecha de caducidad para el registro del glifosato se aplaza hasta el 31 de diciembre de 2015 (número 25 del anexo I)” fue otra de las preguntas que se dispararon en la reunión.

Pero además ¿Cuál de estos dos fechas realmente se aplica? Si el aplazamiento hasta 2015 es válido, ¿Cuál es la razón de la respuesta diferente dada a sólo dos días de la publicación de la Directiva? ¿Se debe esto a una negligencia o a un lapso de tiempo o es intencional? ¿Va a dar una explicación clara de los criterios por los que se juzgó conveniente aplazar la retirada de la sustancia glifosato peligrosos hasta el año 2015?

¿Va a emprender de inmediato un nuevo análisis de riesgos para el glifosato sobre la base de los datos científicos más recientes, como he mencionado en mi pregunta anterior?

John Dalli, Comisario Europeo de Sanidad y Política de Consumidores en nombre de la Comisión respondió:

“La Directiva 91/414/CEE establece que al término del período de aprobación de una sustancia activa, la renovación se concederá por el período necesario para completar una revisión cuando una solicitud se ha hecho para la renovación de tales con la suficiente antelación y, en cualquier caso, no menos de dos años antes del período de inclusión se debe de tener efecto. La Comisión ha recibido solicitudes de renovación de las inclusiones de sustancias para las que el período de inclusión va a expirar en 2011 y 2012, entre ellos el glifosato. Por lo tanto, a fin de permitir la definición y realización del programa de renovación, ha sido necesario posponer las fechas de vencimiento de inclusión con 2010/77/EU Directiva para todas las sustancias en cuestión”.

“Como complemento de esa decisión, la Comisión ha adoptado un acuerdo con el procedimiento establecido en dicho Reglamento, el expediente de renovación de glifosato tendrá que presentarse el 31 de mayo de 2012, para permitir la re-evaluación de la sustancia que se llevará a cabo a la luz de los nuevos criterios establecidos en el Reglamento (CE) no 1107/2009 que será aplicable a partir del 14 de junio de 2011”.

La investigación fue motivada por los informes médicos de los altos índices de deformidad al nacer en las zonas agrícolas de Argentina, donde extensas áreas están dedicadas al monocultivo de Monsanto Roundup Ready (RR) de soja genéticamente modificada, que es regularmente rociado desde el aire. Por lo tanto la Sociedad Rural de Rosario, miente.

Poco después de que el libro “La duda es su producto” se publicara, donde David Michaels narra los "trucos del oficio" que los científicos mercenarios y empresas emplean para retrasar o impedir la regulación de productos químicos que matan, la Unión de Científicos Preocupados de EEUU publicó una encuesta diciendo que alrededor del 60% de los científicos encuestados de la EPA habían experimentado personalmente la interferencia política con su trabajo en los últimos cinco años. Michaels es un epidemiólogo y director del Proyecto de Conocimiento Científico y Políticas Públicas en la Escuela George Washington de Salud Pública. En una entrevista realizada por Plemmons Andrew Pratt en 2008 para la Oxford University Press, esto decía Michels :

“Toman un estudio positivo y hacen una revisión de la literatura donde se entierra el estudio positivo en una masa total de basura lo que lo hace parecer que no hay nada allí”.
“No fue la ley aprobada por el Congreso a finales de 1990 llamada Enmienda Shelby que le da el acceso del público a cualquier estudio realizado por el gobierno o por científicos de la universidad. Lo que ha ocurrido es que las empresas han conseguido estos datos en bruto y científicos mercenarios pagados para volver a analizar los datos y hacer que los resultados positivos desaparezcan”. “La FDA también entiende que la interpretación realizada por los científicos pagados por las compañías farmacéuticas no pueden ser absolutamente confiable”.
Uno de los argumentos que siempre es utilizado es que la cantidad de pesticida en el blanco es insignificante. Ahora "en blanco" podría estar en el aire, el agua, la lluvia, o en el tejido mamario. Todo es "insignificante". Entonces lo que hace es atacar el atacante, destruir su credibilidad. "No es revisada por pares, no usaron ranas suficiente o ratones".

Dawn Forshythe la ex gerente de asuntos gubernamentales de Sandoz Agro Inc., hoy llamada Novartis, dirigió el primer comité de la industria de los plaguicidas para investigar las alteraciones endocrinas antes de irse a finales de 1996. El productor de “Engañar con la naturaleza " la entrevistó en el año 1998 para Frontline-PBS y esto dijo: “Todas las pruebas que se han desarrollado desde 1960 se basan en la relación dosis-respuesta: "la dosis hace el veneno". Con las alteraciones endocrinas, y los efectos neonatales o el desarrollo, esto es algo que ni siquiera entienden. Ninguna compañía química tuvo un endocrinólogo en el personal. Tienen toxicólogos que se suscitaron en la década de 1960, 1970, fueron educados entonces, buscando acabar con el cáncer y punto”.

Nos decían que "No se puede decir que es un disruptor endócrino, debería llamarse “modulación endocrinas porque disruptor tiene connotaciones negativas. La preocupación fundamental que tienen es que se van a encontrar pesticidas que son disruptores endocrinos, y con el tiempo los van a tener que sacar el mercado” concluyó Forshythe . Y de entonces a la fecha nada cambió.

La táctica es demorar, y entre ellos el proceso llamado "nuevo registro" donde la EPA tiene que volver a aprobar todos los plaguicidas, y reveer sus efectos en la salud. Si usted como empresa puede aguantar todas las pruebas, tiene un par de décadas antes de que el plaguicida sea considerado peligroso. Así que la táctica es usar todo lo que esté a su alcance para retrasar y mantener al público confundido.

El loobie puede más que la salud y que la vida. La ética científica se ha perdido y la avaricia supera todo límite. La integridad científica no existe.
La ciencia chatarra y sus defensores todavía no aprendieron que todo lo referente al glifosato es el resultado de una frase de Alfred Adler: “Una mentira no tendría sentido si la verdad no fuera percibida como peligrosa”.-

Fuente: Asociación Argentina de Periodistas Ambientales (AAPA)-Medio&medio

Temas: Transgénicos

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