RALLT anuncia el lanzamiento de su nuevo libro "hijos del Maíz". Boletín N° 463 de la RALLT

Idioma Español

"Con motivo de la campaña para declarar al maíz Patrimonio de la Humanidad, y como una alternativa a la expansión del maíz transgénico en nuestra región, la Red por una América Latina Libre de Transgénicos lanzó la semana pasada en Quito, el libro hijos del Maíz". Boletín N° 463 de la Red por una América Latina Libre de Transgénicos.

Ecuador: EL MITO DE LAS SEMILLAS CERTIFICADAS

Red de Guardianes de Semillas

Nuevamente se menciona, en medios de comunicación del Ecuador, el tema de la semilla certificada. Se sostiene que su ausencia es la causa de la baja productividad agrícola en el país, y se hacen ofertas desde el gobierno de que se entregará al agro más semilla de este tipo para mejorar su productividad. (1)

El tema de la certificación de la semilla es uno de los más importantes. Hasta que el modelo agro industrial invadiera nuestros campos, destruyendo su productividad (el 40% de los suelos fértiles del mundo se han perdido en los últimos 50 años), el campesinado era auto suficiente en semillas, y con niveles de productividad en alimentos superiores a los actuales.

En los cultivos agro ecológicos, tal como ocurría en los ancestrales, se apunta a una producción diversificada de alimentos, con muchas especies conviviendo en el mismo espacio, lo que significa una producción mucho mayor de comida. Así fue reconocido por el Relator de las Naciones Unidas para el Alimento, cuando reconoció en junio de 2010 que la agroecología es la mejor respuesta que la humanidad tiene frente al problema del hambre, basado en un estudio científico de largo plazo donde analizó más de 300.000 experiencias de cultivo.

El problema de la semilla certificada industrial es que obliga al campesino a atarse al modelo convencional de cultivo con agrotóxicos, fertilizantes sintéticos y elevados niveles de riego. Este modelo es precisamente el que ha destruido la fertilidad de nuestra tierra, provocando un descenso continuo en la calidad y cantidad de los alimentos que el agro produce. Esto se debe a que las semillas son seleccionadas en laboratorios y campos de experimentación, lejos de las condiciones reales del campo, por técnicos que no son campesinos, y con el objetivo claro de que dependan de los agroquímicos.

Decir que la baja productividad es causada por el uso de semilla no certificada es como mínimo pecar de ignorancia. Es ignorar que los verdaderos factores en la baja productividad son la pérdida de fertilidad, la monopolización del riego, el monocultivo, la falta de acceso al mercado para pequeños y medianos productores, y por supuesto, el uso de semillas industriales debiluchas, inadaptadas, y hambrientas de químicos. No necesitamos más de eso mismo.

Lo que verdaderamente necesitamos, es educar al campesinado para que mejore su capacidad para auto abastecerse con semillas de calidad, adaptadas a sus condiciones ambientales y culturales, con costos reducidos, rompiendo la cadena que le ata a los intereses de las grandes empresas. Que eso no esté ocurriendo en tiempos de revolución ciudadana, es preocupante.

Debe quedarnos claro que el modelo industrial de la semilla certificada significa empobrecimiento para el campesinado, erosión genética, pérdida de nuestra cultura e identidad, y destrucción del ambiente. La semilla campesina, seleccionada localmente por quienes producen nuestros alimentos, es más resistente a plagas y enfermedades, tiene mejor sabor y calidad nutricional, y funciona mucho mejor en cultivo agroecológico.

La pregunta de fondo es, ¿hacia donde se orienta la agricultura ecuatoriana? La semilla certificada industrial nos lleva a un modelo donde el campesino se empobrece año a año para arrancar al debilitado suelo un monocultivo de materia prima que pueda ser exportado a bajo costo. La semilla campesina, bien seleccionada, nos lleva a un modelo donde las familias pueden ser auto suficientes, mejorar los recursos naturales de los que dependen, y nutrir directamente los mercados locales con productos de alta calidad, obteniendo un margen mayor de ganancia. Para muestra, un botón: adjunto el estudio comparativo realizado en Loja en 2008, donde claramente se aprecia la superioridad económica del modelo agroecológico, basado en semilla campesina. Como podrán ver, la cantidad de producto de una sola especie no es ni de lejos el criterio más importante al momento de evaluar la rentabilidad de la producción agrícola.

1. Ver aquí

_____________________________

México:

LA PROTECCIÓN OFICIAL DEL MAÍZ FRENTE A LOS TRANSGÉNICOS: UNA SIMULACIÓN DE ESTADO

Lizy Peralta y Catherine Marielle

La discusión internacional sobre el uso de la biotecnología en la agricultura llevó al consenso de que la existencia de riesgo fundado de daño grave o irreversible en el ambiente y la biodiversidad sería suficiente para aplicar medidas eficaces que impidieran dicho riesgo. Este Principio Precautorio, acompañado de un sistema especial de protección que garantice la preservación de los cultivos originarios, debe regir toda actuación del Estado mexicano, firmante del Convenio sobre Diversidad Biológica y del Protocolo de Cartagena.

Considerando estas obligaciones internacionales, el gobierno debió reforzar la moratoria de facto establecida en 1998 tras advertencias científicas y posteriores corroboraciones del flujo génico que imposibilita la coexistencia del maíz transgénico con el maíz nativo o convencional. También debió impedir las importaciones de maíz viable de Estados Unidos, principal productor de maíz transgénico, y vigilar la comercialización de semillas híbridas, por existir lotes contaminados. Sin embargo, tomó la decisión política de aliarse con las trasnacionales agrobiotecnológicas, creando una Ley de Bioseguridad de Organismos Genéticamente Modificados que los promueve (2005). Eliminó el régimen de protección especial para el maíz (RPEM), única medida legal de resguardo del centro mundial de origen, con una reforma al reglamento de la ley carente de toda validez jurídica (2009). Así puso fin a la moratoria. A la fecha, ha permitido más de 140 siembras experimentales de maíz transgénico y tres en fase piloto (previa a la comercial), incluso teniendo dictámenes de bioseguridad negativos.

Tras la aniquilación del RPEM, el gobierno ha venido aplicando criterios establecidos en la ley para la generalidad de los cultivos, que parten del falso supuesto de la posible coexistencia entre cultivos transgénicos y no transgénicos, ignorando las especificidades bioculturales del maíz. Tal es el caso de las zonas restringidas para transgénicos: 1. Centros de origen y de diversidad genética del maíz (propuestos en 2011 por la Sagarpa y la Semarnat en buena parte del territorio nacional); 2. Zonas núcleo de Áreas Naturales Protegidas (ANP); 3. Zonas libres de transgénicos (quedando la carga de la prueba de la imposible coexistencia en productores orgánicos y pueblos agricultores…).

Estos criterios han servido a las autoridades para ir definiendo, a contrario sensu, las zonas permitidas para las siembras transgénicas en las que no existe, según su lógica: registros de domesticación del maíz, parientes silvestres, razas o variedades, zonas núcleo de ANP, ni producción orgánica o tradicional susceptibles de ser zonas libres de transgénicos. Una franca contradicción con la ciencia formal.

Dado que una vez liberados al ambiente los genes de maíces transgénicos no pueden contenerse en los sitios iniciales de siembra, pues no existen barreras capaces de impedir el flujo génico ni la distribución de maíces contaminados en zonas restringidas, resulta evidente que esta política contribuye a una progresiva e irreversible contaminación de todo el país, conduciendo a una simulación de protección oficial del maíz.

Siendo el maíz sustento de vida de los pueblos campesinos e indígenas y el alimento básico de los mexicanos, los reclamos no han cesado. Frente a esta problemática de interés común, quienes hemos ejercido algunos derechos fundamentales para significar la vida democrática, sabemos que el acceso a la información es limitado o nulo, por el secreto comercial del que gozan las empresas, la no obligatoriedad del etiquetado en los productos que contienen OGM, el carácter confidencial de la información…

Las vías oficiales de participación y consulta pública son simuladas: el Consejo Consultivo Científico de la Cibiogem, de consulta obligatoria, es ignorado, ya no digamos el Consejo Consultivo Mixto; mientras, al margen de toda transparencia, Semarnat, Sagarpa y Salud integran sus propios Consejos Técnicos Consultivos para resolver los permisos; la consulta pública a las solicitudes de siembra no es vinculante, además el Estado ignora sus obligaciones internacionales sobre consulta a pueblos indígenas.

En las acciones legales de protección y defensa de derechos individuales, colectivos y de los pueblos, la justicia es sistemáticamente negada sea por falta de interés jurídico, porque el acto impugnado aún no causa daño o por declararse incompetente la autoridad encargada de velar por la protección ambiental para conocer del peligro inminente a la integridad del maíz y sus parientes silvestres planteado en una amplia denuncia popular colectiva.

Según un científico promotor de la ley Monsanto, la sociedad debe crear una cultura de la bioseguridad para usar los transgénicos, mientras las empresas, el Estado mexicano y los científicos a su servicio evaden cualquier responsabilidad social, económica, civil, penal, ambiental… Sabiendo de dónde venimos y lo que comemos, la única cultura a defender es la del maíz. Al Estado mexicano le toca cumplir con sus obligaciones, en irrestricto respeto a los derechos de los pueblos de México, prohibiendo el maíz transgénico en todo el territorio nacional, donde existen incontables registros y procesos de diversificación continua de esta sagrada semilla.

moc.liamtoh@rev_yzil - gro.cpa.atenal@sasaeg

Fuente: Ver aquí

_____________________________

MONSANTO, CONDENADO EN FRANCIA POR LA INTOXICACIÓN DE UN AGRICULTOR

Paul François, hoy inválido, inhaló accidentalmente el herbicida Lasso. Este producto fue retirado definitivamente de Francia y otros países en 2007

Juan Manuel Bellver AFP

Actualizado martes 14/02/2012 19:46 horas

Monsanto es culpable. La empresa estadounidense líder de los productos agrícolas de síntesis y las semillas genéticamente modificadas ha sido condenada por el Tribunal de Gran Instancia de Lyon a indemnizar por daños y perjuicios a un agricultor francés de 47 años que, en 2004, inhaló por accidente su herbicida Lasso. Para Paul François y otros campesinos que ha sufrido las graves secuelas provocadas por el contacto con dicho artículo, la sentencia es un triunfo y podría sentar jurisprudencia para que se produzcan otras similares.

El 27 de abril de 2004, François, hoy inválido, recibió en el rostro emanaciones del herbicida al abrir el pulverizador para limpiarlo y se desmayó al instante. El agricultor, productor de cereales en Charente, comenzó a padecer náuseas, tartamudeo, vértigo, dolores de cabeza y otros trastornos que lo obligaron a interrumpir su actividad durante un año. En mayo de 2005, los análisis médicos descubrieron en su organismo restos de monoclorobenceno, un potente disolvente que forma parte de la composición del Lasso junto con el producto activo, el anacloro.

Tres años más tarde, según informa AFP, el agricultor consiguió que la justicia gala reconociera sus trastornos como enfermedad profesional. Animado por esta primera sentencia laboral, decidió erigirse en portavoz de las víctimas de pesticidas e inició una demanda individual contra Monsanto.

Etiqueta incompleta

Para el abogado del demandante, François Lafforgue, la compañía norteamericana faltó a su "deber de informar" al no detallar la composición del producto en la etiqueta y no advertir sobre los riesgos de inhalación ni sobre la necesidad de utilizar una máscara al manipularlo. Mientras que para el representante legal de Monsanto, Jean-Philippe Delsart, el herbicida Lasso no pudo ser el causante de la intoxicación del demandante, ya que sus problemas de salud solo aparecieron varios meses después.

Estudiadas todas las pruebas, el parqué lyonés decidió condenar a Monsanto a indemnizar totalmente a Pierre François "por su perjuicio" y decidió encargar un peritaje al hospital Rothschild de París, para que este calculase el montante de la indemnización. "Yo estoy vivo, pero parte de la población agrícola va a ser sacrificada y se va a morir a causa de esto", declaró Paul Francois a la agencia Reuters después de la vista.

Una sentencia histórica

Esta es una sentencia histórica en los anales de la Justicia francesa. Pleitos anteriores que relacionaban los problemas de salud de agricultores con la manipulación a determinados productos fitosanitarios habían fracasado debido a la dificultad de establecer vínculos claros entre las enfermedades y la exposición a los pesticidas.

La firma agroquímica de Misouri, por su parte, se plantea apelar la decisión de los jueces. "Nos parece que no existen elementos científicos suficientes que demuestren la relación de causalidad entre una eventual intoxicación con clorobenceno y los problemas de salud del señor François", ha anunciado el directivo de Monsanto France, Yann Fichet.

El caso de Francois se remonta a un período de uso intensivo de productos químicos de protección de cultivos en la Unión Europea. La UE ha prohibido desde entonces un gran número de sustancias consideradas peligrosas, entre ellas Lasso, que fue retirada definitivamente de Francia y otros países en 2007.

_____________________________

Noticias:

SE ANUNCIA UN NUEVO CURSO DE GENOK

Genok anuncia su nuevo curso “Fundamentos Holísticos para la evaluación y el Reglamento de Ingeniería Genética y Organismos Genéticamente Modificados”.

Lugar: Parque de las Ciencias / Universidad de Tromsø, Noruega

Fecha: julio 29 a agosto 10, 2012

Los temas incluyen:

- Visión holística general de la evaluación de riesgos de los organismos transgénicos, previa a la comercialización, a partir de la identificación de peligros a la mitigación del riesgo

- Introducción y uso de las últimas directrices internacionales del Codex Alimentarius y el Protocolo de Cartagena

- ¿Cómo usar e interpretar lo último en salud molecular, humana, y ciencias ecológicas para una evaluación de riesgos robusta, defendible y eficaz, así como los planes de mitigación de riesgo

- El muestreo y el rastreo de OGM

- Aspectos económicos y legales de las aplicaciones de GE / OGM, incluyendo la responsabilidad y compensación

Aspectos socio-culturales, éticos, políticos y en las aplicaciones de GE / OGM -

- Política y de reglamentación, incluyendo la aplicación de la norma nacional de bioseguridad

- El futuro y las nuevas aplicaciones de la ingeniería genética

- Ecología genética y las alternativas

- Estudios de caso de evaluación del riesgo bajo la dirección de las Herramientas de Evaluación de Seguridad de la Biotecnología

- Las sesiones de laboratorio sobre diferentes métodos de detección de OMG

El curso es en inglés, y tiene 15 becas completas disponibles.

Más información: Aquí

Puede obtener el formulario de petición para asistir al curso: Aquí

Debe enviar su CV.

_____________________________

RALLT ANUNCIA EL LANZAMIENTO DE SU NUEVO LIBRO “HIJOS DEL MAÍZ”

Con motivo de la campaña para declarar al maíz Patrimonio de la Humanidad, y como una alternativa a la expansión del maíz transgénico en nuestra región, la Red por una América Latina Libre de Transgénicos lanzó la semana pasada en Quito, el libro “hijos del Maíz”.

El libro puede ser bajado de: www.rallt.org

A continuación incluimos el discurso dado por Rosa Rodríguez en el acto de lanzamiento.

LA LIBERTAD ES COMO LA MAÑANA

Rosa Rodríguez

Brota del fondo del surco... a poco se encumbra sobre el suelo, desplegando verdes remos, el tallo toma consistencia y sube gentil erecto, lujosamente ataviado en follaje de alternas y lujosas hojas. Y llega la edad de la suma belleza. Del cogollo brota, blanca, y pigmentada a trecho, la flor, rara y exótica como un ramillete de arte inimitable.

La mata gentil está en señorita, se hincha aquel estuche precioso y se cuaja adentro el misterio de la fecundación, las espigas en clausura de otras hojas guardando el tesoro, esconden la mazorca sobre la que se hincha el grano bruñido y terso... es el choclo, indiano, maíz de la primera edad….

Así, el misterio y el milagro del maíz, sentli, sara, janka o avati, ligado a nuestra vida, va invadiendo y engullendo cada una de las páginas de este libro.

Imperturbables, dueñas de la paciencia infinita, las voces de poblaciones indígenas nos van contando las historias y mitos del maíz. Se escuchan voces de Brasil, México, Nicaragua, Guatemala, Uruguay. Conforme se lee vamos caminando por los colores de estos pueblos y por la generosidad de esta planta, una planta que brota y rompe el capullo para ofrecer a la vida fragancias y colores, ilusión y sueños, que se cuecen en el comal de las tortillas, en las hojas de la humita, en el barro de la colada.

Vamos escuchando historias como las de El Rey de la Espiga tribu, de Las bonitísimas, El Misterio del maíz robado que nos habla de la diaria entrega de música y baile a cambio de granos de maíz; La historia del espíritu del maíz que está presente en todo el ciclo agrícola, este espíritu comunitario que ayuda a guardar en las manos y memorias campesinas, las formas de preparar, sembrar, cuidar y cosechar, no solo al maíz, sino a la vida y a la comunidad.

“Cuando yo siembro mi maíz, se cuenta en una historia, planto tres granos en cada hoyo. Uno es para los seres del suelo que cuidan de la tierra, otro es para los animales que viven encima que también necesitan comer y el tercero es para que crezca, se haga planta y se alimente a mi familia y a mi”…. Historia que nos hablan de la semilla de la generosidad anidada en el corazón, historia que nos habla sobre ese fuego del re encuentro y de la unidad entre la naturaleza y las personas…. No solo porque se siembra tres granos; sino también porque el maíz no existe sin la intervención humana, el grano no se desprende de la mazorca por si solo, nos recuerda el libro, necesita siempre de una mano humana que retire la semilla y la siembre.

Historia que nos habla de la semilla de la esperanza. De la posibilidad de ir juntando las manos, Esperanza hoy puesta en peligro frente a la voracidad de la economía privatizada, de la economía devastadora de los agronegocios.

Más, no solamente nos presenta el libro historias y cuentos. El otro capítulo, Los sabores del maíz, Desde el fogón de los mayores a la cocina de nuestros hijos nos permite saborear la polenta, el pastel de choclo, los tamales asados, la colada morada, el champus.

Pócimas mágicas que conjuran los olvidos y nos hacen recuperar nuestra memoria y nuestros recuerdos, los recuerdos de cómo en familia, entre grandes y chicos se iba desgranando el maíz, se iban desgranando las risas para cocer estos platos.

Sopas y chicha, bebida ritual, elixir de amor que nos hace recordar las fiestas de los Inti raymis, las ganas de compartir de la gente, la ilusión de dar cuando nada se tiene, solo lo más importante, la dignidad y el cariño de nuestro pueblo.

Banquetes de silencio, banquetes para alegrar, banquetes para conmemorar, banquetes para ahuyentar las tristezas, banquetes de rabia serena, banquetes para recordarnos de dónde venimos, que somos hijos del maíz, y por lo tanto que vamos haciendo camino y huella, como esa huella milenaria de diez mil años, que forjó el maíz desde una hierba silvestre llamada teosintle, huella milenaria caminada con enorme sabiduría desde México y Guatemala hacia toda nuestra América y el mundo.

Tortillas, humitas, pozoles,, coladas que nos recuerdan las horas de cariño puestas para preparar esos platos…mujeres que desde muy temprano, casi al tacto, hasta que la luz de sol vaya penetrando, van moldeando con sus dedos los sabores

Celebraciones ligadas al maíz, que honran la vida, la muerte y el amor. Ciclos agrícolas que nos convocan, para que en estos tiempos tan volátiles y difusos volvamos a darnos tiempo para recuperar también los ciclos de la vida.

Y con enorme desborde, la publicación incluye además usos medicinales, leyendas, cantos y poesías.

Fue un grano de maíz tu geografía, el grano adelantó una lanza verde, la lanza verde se cubrió de oro, así le canta a América en su Oda al maíz, nuestro gran Pablo Neruda.

Opulento, de granos de oro cubierto, lumbre cotidiana, de la cultura sustento le canta en otras páginas Marta Juárez,

El hombre que se asoma a la esperanza tiene color de milpa en sus pupilas, Padre nuestro, maíz, agua maciza, alimento del son, uva del indio, grano de sol…es otra poesía presente.

Entonces, de qué hablamos, de qué habla el libro, cuando hablamos de declarar al maíz Patrimonio de la Humanidad? Pues hablamos de la urgente necesidad de seguir garantizando que esta herencia, producida por campesinos, producida por sistemas milenarios, que está al servicio de la humanidad, que nos alimenta, nos cura, nos une, nos celebra, cuida de la tierra, nos vuelve poetas y cantores, siga pasando de generación en generación y no sea secuestrada por los mercaderes de la vida, por los mutiladores de semillas.

Porque no estamos dispuestos ni dispuestas a perder nuestra geografía, ni los colores, ni los sabores. Porque queremos que la propiedad de esta semilla siga siendo colectiva, de todos y no de las grandes corporaciones que buscan apropiarse de la vida.

El libro Hijos del maíz, maíz patrimonio de la Humanidad, con palabras retomadas, convertidas en despertar, nos entrega palabras de cambio. Nos provoca a caminar y tomar acciones. Pues solo resta agradecer a la Red por una América Latina libre de transgénicos por producirlo. Y a nosotros y nosotras nos compromete en esta campaña.

Fuente: Boletín N° 463 de la RALLT

Temas: Transgénicos

Comentarios