Transgénicos y acciones judiciales: boletín N° 102 de la Red por una América Latina Libre de Transgénicos

La aplicación comercial de la ingeniería genética existe, porque en el país donde mayor aceptación ha tenido y desarrollado, se reconocen derechos de propiedad intelectual sobre la vida, sobre los procesos biológicos y sus productos. Ese país es Estados Unidos

BOLETIN 102 - RED POR UNA AMERICA LATINA LIBRE DE TRANSGENICOS

Para asegurar las ganancias que anhelan alcanzar el conglomerado de empresas que están involucradas en la biotecnología, es indispensable que otros países adopten sistemas de reconocimiento de la propiedad intelectual similares a los que tiene Estados Unidos. Es así como ese país ha desplegado toda su presión para que esto suceda.

Hoy lo hace a través de los acuerdos de libre comercio.

Para ejemplificar los impactos que puede desencadenar la aplicación del mismo sistema de derechos de propiedad intelectual en nuestros países, a continuación transcribimos un análisis del juicio Schmeiser v Monsanto. Esta nota se basa en el artículo de Ann Clark, So, who really won the Schmeiser Decision? (Entonces, ¿quién ganó en la decisión Schmeiser?)

Se incluye además otros dos textos cortos relacionados con casos legales en los que Mosanto está involucrado. El primero con Syngenta, y el segundo con el Gobierno de Brasil.
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NOTAS SOBRE EL JUCIO Schmeiser v. Monsanto[i]

Luego de 7 años de litigios, Monsanto ganó el famoso caso Schmeiser v. Monsanto, pero el texto de la Decisión demuestra el profundo desacuerdo entre los jurados. Dado que quien estaba apelando era Schmeiser, un apoyo parcial a la apelación significa una decisión dividida, con un ganador y un perdedor a cada lado.

CUALES ERAN LOS TEMAS QUE SE LITIGABAN

Tema 1.- la primera parte de la decisión era de naturaleza financiera y se relacionaba más con la familia Schmeiser. Cuando el caso estuvo en la corte por primera vez, se hablaba que Schmeiser debía pagar todo el valor de su cosecha de canola de 1997, que fue de alrededor de $ 17.000, más los gastos legales de Monsanto, lo que ascendía a $ 153.000 sólo por la primera audiencia.

En este tema, los 9 jurados acordaron con el argumento presentado por el abogado de Schmeiser, Terry Zakreski. Porque Schmeiser no había aspergiado con Roundup, el no se había beneficiado de la presencia del gen RR de Monsanto. Por lo tanto, no podía atribuírsele ningún valor de su cultivo al gen RR, por lo que Monsanto no podía ser dueño del valor de la cosecha de Schmeiser.

Además, de una manera muy particular, la Corte Suprema también concluyó que Schmeiser debe ser eximido de la responsabilidad de pagar a Monsanto, una suma que ahora ya era cuantiosa, pues representa un proceso legal de 7 años. En esos caos, quien pierde el caso, deben perder los gastos legales de quien gana. Pero no en esta decisión contenciosa de 4 o 5 años.

El efecto más directo de la Decisión de la Corte Suprema fue que el argumento estelar de Zakreski salvó el hogar y la tierra del septuagenario Schmeiser.

Tema 2.- el segundo punto se refería a la elasticidad con que la Corte Suprema interpretó la ley de patentes del Canadá. Cinco de los 9 jueces de la corte suprema decidieron en oposición directa en contra de su propia decisión en relación con el oncoratón o ratón hipersensible al cáncer[ii] .

La Decisión sobre el oncoratón del año 2002 reafirmaba otra de 1982 mediante la cual se establecía que las formas de vida superior no puede patentarse en el Canadá, porque no es una manufactura o una invención- 18 meses más tarde, 5 de los 9 jueces decidían que las formas de vida que contenían un solo gen patentado eran efectivamente propiedad del dueño de eso sólo gen patentado. Es difícil establecer la a distinción entre este caso y el del oncoratón.

Para la Corte Suprema fue irrelevante la formo cómo los genes entraron en la forma de vida superior. La simple presencia de un gen patentado confiere al dueño de la patente la propiedad sobre toda la planta.

En claro contraste, los otros 4 jueces que disintieron con la decisión mayoritaria, coincidían con el argumento de Zakreski: La patente canadiense que protege el gen RR de Monsanto explicita que ésta se limita a las células que lo contienen. En contraste, la patente de EE UU del mismo gen RR se extiende para toda la planta, en consistencia con la Decisión Diamond v Chakrabarty de 1980, mediante la cual, la Suprema Corte de EE UU permitió la patentabilidad de formas de vida superior (3)

La patente canadiense cubre 51 aspectos, todos ellos limitados específicamente al gen, al procedimiento relacionado con la construcción del gen y la célula de varios cultivos, incluyendo la canola. Al no mencionar específicamente la planta en la patente, los jueces argumentaron que Monsanto no había reclamado derechos sobre toda la planta porque la legislación sobre patentes del Canadá no lo permitía.

Como resultado de su disenso, que fue presentado de una manera muy fuente en la corte, los 4 jueces en el caso Schmeiser v. Monsanto afirmaron que los organismos superiores no eran patentables, como se había ya establecido con el caso del oncoratón en el 2002. Ellos argumentaron que una persona razonable no podía esperar que la protección de la patente se extendiera a plantas que no están protegidas por una patente, y mucho menos a su descendencia. Los cuatro jueces disidentes dijeron que Schmeiser no usó la invención, y por lo mismo no privó al dueño de la patente de su derecho monopólico sobre el uso de su invención, como se dice en el expediente.

Ellos añadieron que la patente que fue aprobada a través de la ley de patentes del Canadá, tiene como objetivo proteger los derechos de propiedad intelectual antes de la comercialización, solamente. Dado que Monsanto específicamente no demandó protección sobre la planta, Schmeiser no infringió la patente de Monsanto cuando el guardó semillas contaminadas para volverlas a sembrar el año siguiente.

¿Cuáles son las implicaciones de esta decisión?

1. En materia de propiedad intelectual Monsanto ha hecho lo que le ha dado la gana, al enjuiciar a un agricultor, en base a la contaminación genética de su cultivo, aunque su interpretación de la ley de patentes del Canadá ha sido ahora legitimado por 5 de 9 jueces, a pesar de que la propia empresa no reclamó derechos sobre la planta entera cuando hizo la petición de patente del gen RR. Ahora Monsanto puede continuar enjuiciando a otros agricultores legalmente.

Monsanto justifica su comportamiento como esencial para proteger sus derechos de propiedad intelectual. Esto puede servir de precedente a otras empresas que comercializan canola con resistencia a herbicidas, y que hasta hoy no han demandado derechos sobre la planta que contiene sus genes. Puede desatarse una persecución a los agricultores cuyos campos han sido contaminados de manera inadvertida con los genes patentados.

Estas empresas son:

a. Bayer (antes Aventis) que protege su canola Liberty Link (tolerante a glifosinato de amonio) por medio de poner un gen de resistencia a herbicidas en canola híbrida. Dado que los híbridos no se segregan de manera uniforme en la F1, los agricultores no guardan semillas par usarlas en la siguiente temporada de siembra. Y a diferencia del herbicida de Monsanto Roundup que ya expiró, el herbicida de Bayer, Liberty todavía está protegido por una patente. En la venta del herbicida es donde está el verdadero negocio de las empresas que venden semillas transgénicas con tolerancia a herbicidas

b. Otro actor clave es Pioneer, que protege sus cultivares mutantes Clearfield (con tolerancia al herbicida imidazolinone) a través de la ley de obtentores vegetales

La decisión de la corte es inconsistente con el rechazo de la sociedad a la introducción de OGM en su sistema alimenticio, no sólo en Canadá sino en otros lugares del mundo, aún en aquellos países que reconocen patentes en formas de vida superiores.

2. Estrategia de mercado: Monsanto prefirió usar la “Ley de Patentes” a la de “Protección de Variedades Vegetales” porque constituye una mejor herramienta para expandir sus mercados por medio de la intimidación y no necesariamente para proteger sus derechos de propiedad intelectual. Dado que tanto el polen como la canola son incontrolables, la contaminación de sus cultivos de canola con genes patentados es una certidumbre para cada agricultor del oeste de Canadá. Esto lo saben tanto los agricultores como Monsanto. La empresa está en capacidad de amenazar legalmente a todos los agricultores por infringir sus patentes, simplemente porque cualquier pedazo de su finca puede ser el huésped de genes patentados no deseados.

Sin embargo, cuando la Corte Suprema no permitió a Monsanto adueñarse del valor de la cosecha de Schmeiser, se debilitó esta parte de la plataforma comercial de Monsanto. Entonces, un agricultor que inadvertidamente infringe la patente de Monsanto posiblemente ya no tiene que preocuparse por perder sus cultivos, su casa y su granja.

¿Cuáles son las implicaciones para los agricultores, guardianes de semillas, etc.?

1.¿Qué pasa con los derechos de un dueño de tierra que no tiene obligaciones contractuales con Monsanto, pero que sus plantas son infectadas con genes patentados? ¿Qué prevalece, la propiedad sobre la tierra o la propiedad intelectual sobre las patentes? La decisión de los 5 jueces involucrados en el caso Schmeiser v Monsanto parecen demostrar que la propiedad sobre los genes patentados tiene prevalencia.

2.Porque alguien que no tiene ninguna relación contractual con Monsanto tiene que estar obligado a asumir el 100% de los costos y la responsabilidad para mitigar los daños de genes patentados incontrolables. Los 5 jueces con su decisión están obligando a todo agricultor, aun cuando no han firmado ningún contrato con Monsanto, a aceptar responsabilidades legales por denunciar que sus cultivos han sido contaminados con genes de Monsanto. Recuerden que no se acusó a Schmeiser de ladrón, sólo por haber guardado y resembrado semillas que el sabía que estaban contaminadas, en lugar de llamar a Monsanto para que se las lleve. No se podía esperar que el, siendo un custodio de semillas, haga esto.

No queda claro si es justo que se traspasen los costos a todo los demás, excepto Monsanto, para que esta empresa puede seguir manteniendo control sobre una tecnología que es incontrolable.

Llevando esta Decisión a su conclusión lógica, va a exigir a cada agricultor a elaborar reportes anuales múltiples, no sólo para Monsanto sino para cada empresa que sea propietaria de genes patentados. ¿Porqué? Si 5 de los 9 jueces consideraron que Schmeiser privó a Monsanto de sus derechos monopólicos, simplemente por la presencia de un gen patentado, aun cuando el no se benefició de la utilidad del gen patentado, eso significa que el mismo principio puede aplicarse a cualquier agricultor, a cualquier persona de campo, sea que siembre canola o no. Siguiendo esa línea de pensamiento, la decisión de los jueces puede aplicarse no sólo a genes RR o a genes con resistencia a herbicidas, sino a cualquier transgen patentado que contamine cultivos convencionales, y no sólo a genes patentados pro Monsanto.

Talvez la forma más prudente de proceder será que los agricultores envíen cartas anuales a las empresas que son dueñas de genes patentados para que posiblemente algunos de sus genes están contaminado sus cultivos, para que vengan a retirarlos, y para que ningún agricultor se olvide de hacerlo, se puede declarar un “Día para Evitar Infringir las Patentes”.

¿Qué pasará con los guardianes de semillas? ¿Qué pasará con los cientos de miles de genes en una planta de canola que no tienen dueño, y que no han sido insertados a la fuerza en su genoma, sino que son el producto de mejoramiento convencional? ¿Puede un gen patentado triunfar sobre cientos de años de trabajo de mejoramiento genético hecho por campesinos? ¿Puede un gen patentado conferir propiedad sobre el producto de trabajo de varias generaciones de mejoradores tradicionales, y de trabajos de investigación pública?. Esto nos lleva a analizar el tema de los subsidios.

¿Puede un solo evento de contaminación, convertir a los campesinos que guardan semillas contaminadas en delincuentes? Aparentemente si. La única forma que tienen los agricultores de resolver sus problemas de responsabilidad penal es por medio de destruir sus propias semillas; todas, porque no hay manera de que los agricultores puedan distinguir entre semillas contaminadas y no contaminadas, sino se aspergean las semillas con Roundup (por lo menos en el caso de las semillas resistentes a este plaguicida).

Siguiendo la lógica de la decisión de los jueces, todos los campesinos del mundo se verán en la obligación de destruir sus propias semillas, por lo menos de los cultivos que han sido modificados genéticamente, para no infringir una patente, y así evitar ser enjuiciado penalmente.

Se debe recordar que en el caso Schmeiser nunca se habló sobre cuál era el grado de contaminación.

Pero, si se toma en cuenta la segunda parte de la decisión de la Corte Suprema, ¿podemos decir que realmente importa el que un agricultor sea encontrado responsable penalmente? Si la Decisión de la Corte en el caso Schmeiser v Monsanto se aplica para otros agricultores, estos no tendrán la obligación de pagar nada a Monsanto si se determina que ellos han infringido una patente. ¿Qué puede ganar Monsanto al llevar a los agricultores a las Cortes, si al final la empresa no recibirá nada, y tendrá que pagar importantes sumas en gastos legales?

b. ¿Quién es el dueño de una planta que contiene más de un gen inadvertido? Ese tipo de plantas ya existen ahora, y pueden hacerse cada vez más comunes. Friesen et al. (2003) de la Universidad de Manitoba (Canadá), comparó 33 bloques de semillas certificadas de canola para evaluar si estaban contaminadas con genes de resistencia a uno o más de los herbicidas comerciales (glifosato, glufosinato y genes no transgénicos de resistencia a imidazolinon – IR-).

De los 33 bloques, 18 no tenían resistencia a herbicidas, 8 eran resistente al glufosinato y 7 eran semillas IR. No se usó semillas con resistencia a glifosato, porque los agricultores están contractualmente prohibidos de proveer semillas a terceros por ningún motivo, incluyendo para fines de conservación.

Ellos encontraron que 7 de los 33 bloques (21%) contenían semillas con genes tanto de glifosato y de glufosinate (las mismas plantas sobrevivieron las aspersiones de los dos tipos de herbicidas). Tres bloque excedieron el 0,25% del estándar de pureza que tienen las semillas certificadas de canola. Estas eran semillas provenían de productores de semillas certificados que son especialistas en mantener la integridad genética.

Ante estas evidencias, vale la pena preguntarse quién es dueño de las semillas con doble contaminación, desde el punto de vista legal.

Cuando se dan caso de doble contaminación preexistente, cómo podría aplicarse la Decisión de la Corte Suprema, en una era de múltiples genes patentados viajando de manera incontrolable a través de todo el continente.

4.Y ¿qué sucede con la contaminación de semillas certificadas? En el mismo estudio de Friesen et al. (2003) se determinó que el 42% de los 33 bloques evaluados de semilla de canola certificada estuvieron de hecho contaminadas en un porcentaje superior al 0,25%, que es lo permitido para semillas certificadas.

Las características de los granos pueden mezclarse mecánicamente en el procesamiento de los granos, o a través de la polinización. Entonces, el 100% de pureza es un objetivo que no se puede alcanzar, en la mayoría de productos agrícolas.

¿Deberíamos preocuparnos por un nivel de contaminación tan baja? Van Acker et al. (2003) estimaron que el nivel de aceptación de contaminación con genes de resistencia a herbicidas de las semillas certificadas de canola (0,25%) puede resultar en la emergencia de una planta voluntaria de canola cada 1,3 m2 (7700 plantas por ha) en el siguiente año. Para tener una idea de esa situación, se puede buscar el sitio:

Percy Schmeiser

Si se siembra como lo hace Schmeiser, esas plantas voluntarias no pueden distinguirse de la canola sembrada. Si un agricultor guarda sus semillas como Schmeiser, la progenie contaminada se va mezclar con todo lo demás, convirtiéndole en un delincuente cuando las vuelve a plantar.

Entonces, ¿quién es el responsable cuando las semillas transgénicas llegan como contaminantes en un saco de semillas de semillas convencionales? De acuerdo a la decisión de la Corte, es el agricultor el responsable.

De acuerdo a esta Decisión, no importa si las semillas transgénicas llegaron como una contaminación inadvertida en un saco de semillas convencionales o a través de polinización por el viento.

CONCLUSIONES

Entonces, ¿quién ganó en el caso Schmeiser v Monsanto? ¿qué ganó Monsanto?

Monsanto ganó una autorización legal por parte de la Corte Suprema para que puedan seguir haciendo lo que de todos modos ya estaba haciendo con su patente. Cinco de los jueces acordaron que las plantas que contienen genes patentadas son de Monsanto, independientemente de cómo llegaron los genes a esas plantas. Entonces, la decisión de la corte no otorgó más atribuciones de las que Monsanto ya se había auto otorgado. La corte sólo las avalizó.

¿Qué perdió Monsanto? Posiblemente mucho. A más de haber perdido sus propios costos acumulados por gastos legales, así como el costo de la cosecha de Schmeiser del años 1997, perdió, o por lo menos se debilitó, su propia habilidad de amenazar financieramente a quienes infringen sus patentes de manera inadvertida. Con suerte, la llegada de agentes de Monsanto a la puerta de las fincas para acusar a los agricultores de que son culpables de infringir una patente podría convertirse pronto en cosa del pasado

Pero más importante aún en términos del largo plazo, es el comportamiento de Monsanto con Schmeiser y con cientos de agricultores que ahora están expuestos alrededor del mundo.

En los últimos siete años, Schmeiser informó, movilizó e integró a un grupo de gente cada vez más grande de gente alrededor del mundo, que son los que enfrentarán los costos subyacentes de la tecnología transgénica. En países como Canadá, todas las personas, desde ambientalista, científicos, amas de casa, operadores agroindustriales, grupos religiosos, políticos, se han llegado a comprender las implicaciones de cómo Monsanto avizora el trabajo rural.

El traspaso de los costos de las fallas tecnológicas de la ingeniería genética hacia los agricultores que no han adoptado la tecnología, en los que guardan semillas, en los que mantienen la integralidad de las variedades tradicionales, y mantienen la biodiversidad de los cultivos, ha sido expuesto y debatido. Al involucrar a la comunidad, y desatar un amplio debate, Schmeiser ha cambiado la correlación de fuerzas entre Monsanto y los agricultores.

REFERENCIAS:

ABC (Australian Broadcasting Corporation) 2004. Monsanto withdraws from GM canola trials in Australia.

Friesen, L.F., A.G. Nelson, and R. C. Van Acker. 2003.

Evidence of contamination of pedigreed canola (Brassica napus) seedlots in western Canada with genetically engineered herbicide resistance traits. Agron. J. 95:1342-1347
Kinzel, B. 2004. Vermont governor signs GMO bill into law.

Marino, M. 2004 Monsanto halts GM canola trials.

Unger, E. 2004. Monsanto pulls RR wheat plans.

Van Acker, R.C., A.L. Brule-Babel, and L.F. Friesen. 2003. An Environmental Safety Assessment of Roundup Ready Wheat: Risks for Direct Seeding Systems in Western Canada. Report for the Canadian Wheat Board, Winnipeg, MB.

Winnick, E. 2004. No go on GM pharm rice crops.
NOTAS:

[i] Basado en: So, who really won the Schmeiser Decision?
E. Ann Clark, Ph.D.
Dept. of Plant Agriculture, University of Guelph, Guelph, ONTARIO (CANADA)
[ii] http://www.lexum.umontreal.ca/csc-scc/en/pub/2002/vol4/html/2002scr4_0045.html
(3) http://caselaw.lp.findlaw.com/scripts/getcase.pl?court=us&vol=447&invol=303
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EL PODER DE MERCADO DE MONSANTO ESCRUDIÑADO EN UN JUICIO

KANSAS CITY, Mo. (Reuters). Es indiscutible el poder que tiene la empresa Monsanto en el mercado de la biotecnología. Esta compañía domina el 100% del mercado de ciertas semillas de soya y maíz con resistencia a herbicidas y el 80% del mercado de maíz con resistencia a insectos. En total, las variedades de Monsanto tanto de maíz como de soya cubren más de 70 millones de acres en las zonas agrícolas de EE UU.

Ninguna otra de las empresas que compiten en el mercado de la agrobiotecnología se acerca ni siquiera de cerca al mercado que domina Monsanto. Donde domina Monsanto, los precios se han subido.

Pero, ¿es esto legal?

Esta pregunta surgió en un juicio presentado recientemente por la empresa Syngenta, que al momento es la más grande empresa de agroquímicos del mundo, y un amargo rival de Monsanto.

El caso alega que desde 1990, Monsanto a mantenido e incrementado su poder monopólico en múltiples mercados, a través de una serie de tácticas coercitivas y arreglos de exclusividad diseñados para mantener fuera a todos sus competidores.

La petición fue presentada en la Corte Districtal de Delaware, EE UU, y dice que Monsanto ha establecido unos tratos injustos con las compañías semilleras mediante los cuales se aseguran que sus ventas a través de todas sus líneas de producción contengan por lo menos el 70% de los productos de Monsanto.

Alega que Monsanto ha construido su control sobre la mayoría de semillas “fundadoras” de los EE UU, y que ha estructurado tratos con empresas semilleras que limita fuertemente la habilidad de los competidores para acceder a la suficiente cantidad de semillas fundadoras para dotar de nuevas características al mercado de la biotecnología.

“Hay todos estos impedimentos frente a nosotros, y tenemos que saltar para poder competir”, dice el consejero de Syngenta Ed Resler. "¿Cómo puede una empresa como Syngenta competir con una empresa monopólica como Monsanto?"

El vocero de Monsanto Lori Fisher dice que el reclamo de Syngenta no tienen base, y que Monsanto se va a defender vigorosamente en contra de estas alegaciones.

Algunos expertos en temas antimonopolios dicen que la frontera entre lo que es considerado un comportamiento monopólico legal no ha sido claramente establecido, especialmente en casos que incluyen derechos de propiedad intelectual.
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MOSANTO DICE QUE VA A DESAFIAR LA PROHIBICION A LOS OGM EN BRASIL

BRASILIA, Brasil - Monsanto dijo que tiene la intención de apelar la prohibición legal que hay en Brasil para vender su soya transgénica RR, luego que la decisión de una corte abrió la posibilidad de apelación.

Una corte federal publicó su decisión, tomada en junio, mediante la cual se reinstaura el poder del Comité Nacional de Bioseguridad del Brasil (CTNBio) de regular los productos genéticamente modificados.

La publicación de esta decisión terminó con una batalla legal que empezó en 1998 cuando CTNBio desconoció un estudio de impacto ambiental de cinco años y autorizó la comercialización de la soya RR. Poco tiempo después, en 1999 el grupo Greenpeace ganó un juicio en la corte en contra de la liberación de la soya RR basándose en el hecho de que el CTNBio actuó más allá de lo que son sus atribuciones.

Monsanto dijo en una declaración que, la decisión de la corte federal dándole al CTNBio la potestad de regular los OGM significa que la decisión de 1998 debe mantenerse. A pesar de ello, se mantiene el mandato de la corte.

"Monsanto intenta apelar para corregir esta contradicción legal que mantiene el mandato de la corte que restringe la soya RR” dijo la empresa en una declaración en Brasil.

Sin embargo, si Greenpeace apela, las cosas ya no serán tan fáciles para Monsanto.

Brasil es el segundo productor de soya después de EE UU, y el más importante exportador que prohíbe los cultivos GM.

Red por una América Latina Libre de Transgénicos
notransgenicos@accionecologica.org

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