Acusan al gobierno brasileño de destruir el Amazonas

Idioma Español
País Brasil

Los ambientalistas responsabilizaron a la inercia del gobierno y a sus políticas pro libre mercado por la devastación de la floresta amazónica que, según el más reciente informe, estuvo cerca de batir un nuevo récord en el período 2003-2004

La selva amazónica brasileña se encogió a un nivel alucinante y perdió 26.130 kilómetros cuadrados entre agosto de 2003 y agosto de 2004.

Es como si durante cada minuto de ese período hubiese desaparecido una extensión equivalente a seis canchas de fútbol, dijo el Ministerio del Ambiente.

Puesta la proporción de otra manera, la desaparición de selva amazónica corrió a un ritmo de un kilómetros cuadrado cada 20 minutos.

La devastación fue un 6% superior a los 24.600 km2 que habían sido destruídos en el período precedente y sólo un poco inferior a los 29.000 km2 del récord establecido en 1995.

"Es claro que el gobierno ha fracasado en implementar un plan de acción para proteger la selva amazónica", dijo Paulo Adario, coordinador de la Campaña Amazónica de Greenpeace.

"El hecho que el promedio de destrucción en los últimos tres años hubiese sido de más de 23.000 km2 es simplemente inaceptable. Es una vergüenza nacional".

Adario dijo que aún más grave era que el 70% de la devastación hubiese ocurrido entre mayo y julio de 2004, durante el período de quema de bosques, cuando el gobierno del presidente Luiz Inacio Lula da Silva alardeaba haber implantado un plan para frenar la deforestación.

Según Adario, los agronegocios son los principales responsables, y la mayor devastación tuvo lugar en el estado de Mato Grosso.

El estado, vecino a Bolivia y Paraguay, está gobernado por Blairo Maggi, uno de los más grandes plantadores de soya.

"Le toca al gobierno decidir entre combatir la deforestación o promover la expansión del agronegocio para pagar la deuda externa brasileña", dijo.

Brasil se ha convertido en una potencia agrícola en los últimos años. Tiene la mayor población mundial de ganado vacuno y la expansión de sus campos de soya lo han colocado a los talones de Estados Unidos, el mayor productor mundial del producto.

"Pocos sectores del gobierno procuran el desarrollo sustentable y la mayoría busca acciones con impacto negativo pues favorecen la especulación con la tierra de las florestas", dijo en una declaración World Wildlife Fund de Brasil.

Los agricultores de la soya dicen que se limitan a abrir claros en el bosque. Pero los ambientalistas argumentan que el éxito de la soya ha elevado el valor de los claros al punto que muchos hacendados venden sus tierras de pastoreo y luego queman nuevas porciones de jungla y de paso venden la madera a las empresas madereras.

Los ambientalistas también dicen que el plan para pavimentar una moderna carretera de Cuiabá, la capital de Mato Grosso, hasta el puerto de Santarém, en Pará, abrirá una vasta porción de selva virgen y acelerará la destrucción.

Los científicos sostienen que la deforestación disminuye la biodiversidad de la región y agrava el calentamiento global. Las quemas en el amazonas brasileño emiten hacia la atmósfera unos 370 millones de toneladas de gases, un 5,38% del total del mundo.

La selva tropical brasileña es del tamaño de Europa occidental. Según los expertos, unos 800.000 km2 de su 4,1 millón km2 han sido destruidos por el clareo de bosques.
La Voz del Interior, Argentina, 19-5-05

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