Belice: pueblos originarios se oponen a exploraciones petroleras

Idioma Español

La exploración petrolífera que realiza la compañía norteamericana Capital Energy en la pequeña nación centroamericana de Belice suma cada vez más opositores entre comunidades mayas y garifunas y grupos ecologistas

El Instituto Sarstoon-Temash de Manejo Indígena (SATIIM) estableció una demanda legal en el Tribunal Supremo de Belmopan, la capital beliceña, para que se revise el permiso concedido por el Ministerio de Recursos Naturales, y se ponga fin a las labores.

Otros, como la Asociación de Alcaldes de Toledo, y la Filial en ese distrito del Consejo de Ciudades, quieren precisar las medidas de mitigación contra daños ambientales que son empleadas, los derechos de los habitantes del área, y los beneficios que recibirán.

Las investigaciones sísmicas incluyen la búsqueda de rastros con un sistema satelital de localización en un perímetro de 150 kilómetros, la perforación de agujeros de 21 pies de profundidad y tres de ancho, y la detonación de explosivos de hasta una libra.

Estas tienen lugar en una porción del Parque Nacional de Sarstoon-Temash del distrito Toledo, tierra tradicionalmente usada y ocupada por comunidades mayas y garifunas.

Esa área protege un gran complejo de humedales y abarca los manglares ribereños más desarrollados del país.

Localizado a lo largo de la frontera con Guatemala, el Parque tiene un área total de 168 kilómetros cuadrados (el segundo más grande de su tipo en Belice) e incluye las cuencas completas de los ríos Sarstoon y Temash que desembocan en el Caribe.

En el actual gobierno del primer ministro, Said W. Musa, millones de dólares fueron invertidos en el mejoramiento de la vida de esos pueblos, en la construcción de caminos, puentes, y facilidades para la electricidad, agua, educación o salud.

La pasada semana, el premier aseguró que de confirmarse las sospechas de que el país almacena más de 15 millones de barriles, se favorecerá la economía nacional, dependiente en estos momentos del turismo, azúcar, cítricos, plátano y productos pesqueros.

No obstante, dijo, "tenemos que cerciorarnos de no sesgar la economía nacional y hacerla dependiente del petróleo (...) En todo caso, la conservación y protección ambientales son preocupación central".

Explicó que la estatal Belize Natural Energy bombea diariamente dos mil barriles de crudo de alta calidad, que -debido a la carencia de infraestructura- se envía a Estados Unidos para su refinación.

Si se detectan depósitos de petróleo comercialmente viables, el Ejecutivo, los expertos y la comunidad decidirían si se comienza la explotación, asegura el convenio rubricado en octubre pasado.

Pero de antemano, la legislación de Belice dispone que los contratos de explotación petrolera garantizan derechos de extracción por hasta 25 años.

Aunque los defensores del proyecto insisten en que el hallazgo de carburantes generará nuevas oportunidades para las comunidades de Toledo, los aborígenes advierten que se afectará la supervivencia del ecosistema, cuidado con excelencia durante años.

Y, por si fuera poco, se favorecerá la penetración de transnacionales extranjeras contra las cuales se registran crecientes denuncias en la región.

Experiencias similares en Sudán, Nigeria, Ecuador y otros países del Tercer Mundo trajeron terribles daños ambientales, señalaron en un comunicado.

Uno de los mayores peligros, según estos grupos, es el relacionado con la tenencia de la tierra, actualmente gobernado por un sistema comunal tradicional.

Más que por legislaciones estatales de propiedad privada individual, la asignación de parcelas está determinada y supervisada por los líderes del pueblo, los alcaldes.

Como los indígenas carecen de los títulos de sus tierras, el sistema ancestral deviene ahora muy vulnerable.

"Lejos de los inmensurables beneficios prometidos en momentos en que el precio del petróleo continúa extendiéndose, los indígenas continúan viviendo en pobreza extrema", remarcó el presidente de SATIIM, Gregory Choc.

El jefe de la oposición, Dean Barrow, y la abogada de derechos humanos Antoinette Moore coincidieron en que también el próspero sector del turismo podría verse afectado por intereses corporativos.

Peter Dueck, de la comunidad mennonita, considera que las exploraciones podrían dañar el delicado musgo subterráneo, único de su clase en América Central, y el sistema de recolección de agua de lluvia para beber.

"El país cierra los ojos a la degradación ambiental cuando el dólar resplandece", subrayó Godsman Ellis, de la Alianza para la Conservación de Belice.

Agencia de Comunicación Rodolfo Walsh, Internet, 8-6-06

Comentarios