Brasil y Nueva Zelanda bloquean planes para etiquetar los productos transgénicos

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En ese tema, México mantendrá su pacto firmado con EU y Canadá: Greenpeace. Decepción entre miembros del Protocolo de Cartagena por la falta de resoluciones

A pesar de que la mayoría de los países miembros del Protocolo de Cartagena apoyaban el establecimiento de reglas claras y puntuales respecto al etiquetado del comercio internacional de transgénicos, ahora Brasil y Nueva Zelanda bloquearon los acuerdos.

Ante esta situación la delegación mexicana habría señalado que frente a la ausencia de una reglamentación internacional mantendrá su legislación nacional aplicable, que sería el denominado "TLC transgénico" y que concluiría su vigencia en octubre, explicó María Colín, de la organización Greenpeace.

Esta situación afecta a naciones como México, que importa alrededor de 6 millones de toneladas de maíz proveniente de EU, de las cuales una tercera parte -dos millones- se estima que son transgénicas, es decir, que fueron modificadas en laboratorio con un gen distinto a su variedad.

En la segunda reunión de la Conferencia de las Partes del Protocolo de Cartagena trascendió que México establecería, como propuesta del sector industrial, un "programa piloto trilateral", en el que participarían México, Estados Unidos y Canadá -estos dos países no son miembros del acuerdo internacional- para sustituir al "TLC transgénico".

Ese programa impondría requisitos a la movilización de organismos vivos modificados (OVM) destinados a alimentos o al sector industrial, con lo que se daría respuesta a lo que señala el protocolo, y se mantendría la flexibilidad en la advertencia para que quede sólo como "pueden tener transgénicos" y continúa el riesgo de contaminación con estos productos en el país, ya que es centro de origen en el caso del maíz.

El jueves 2 de junio por la noche un grupo de países trató de lograr un acuerdo sobre la documentación requerida por el Protocolo de Cartagena. Estuvieron presentes delegaciones de la Unión Europea, Etiopía, Uganda, Brasil y Nueva Zelanda, pero estas dos últimas naciones tenían la intención de hundir cualquier acuerdo aunque no ofrecieron ninguna propuesta para superar las diferencias que existían.

Entre los argumentos presentados por Nueva Zelanda uno se refería a que se trataba de "nuevos conceptos"; mientras que Brasil quería una palabra distinta a "mezcla", indicó María Colín. La presidencia de la reunión preparó un texto de transacción sobre el artículo 18, en el que se planteaba que los embarques comerciales de OVM debían ser detallados, pero el plan no avanzó.

En esa reunión el representante de Etiopía, Tewolde Berthan Gebre Egziab, recordó que hace unos años Brasil era parte del grupo que exigía la documentación y que tristemente ahora actuaba como la más reciente rencarnación del grupo de naciones exportadoras de transgénicos conocida como Grupo Miami.

A pesar del acuerdo de 117 países, Brasil objetó formalmente el texto propuesto, lo mismo que hizo Nueva Zelanda; sin acuerdos se pospuso la decisión de este plan para marzo del año próximo, cuando se vuelvan a reunir en Curitiba, Brasil.

La simple leyenda "puede contener transgénicos" absolverá a los exportadores de cualquier obligación. "Es escandaloso cómo un par de países pudieron bloquear la decisión del resto del mundo de adoptar medidas básicas en protección de los consumidores y del medio ambiente", señaló.

La Jornada, México, 14-6-05

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