Coca-Cola, boicoteada por los indígenas de Chiapas para promover el consumo de otras bebidas de producción local

Idioma Español
País México

Estas poblaciones denuncian presiones para comprar y consumir el refresco y la expulsión forzada de sus tierras debido al chantaje

MADRID, 29 (EUROPA PRESS) - Varias comunidades indígenas de la zona de Chiapas, en México continuan con la campaña de boicot al consumo de Coca-Cola por las expulsiones de sus tierras que les está suponiendo la agresiva promoción de su consumo y con la finalidad de promocionar bebidas de producción autóctona como el pozol, hecha a base de maíz, y que impactará favorablemente en su producción y valor en el mercado local.

Segun recoge la web 'Ecoportal.com' aludiendo a un trabajo de investigación de los autores Juan herrera y Gustavo Castro sobre este asunto, estas comunidades consideran que "el primer paso" para este fomento de los productos locales es dejar de consumir Coca-Cola, para reducir así la demanda y por tanto la producción, y "todo lo que ella conlleva", entre otros aspectos, el uso y control del agua por parte de la multinacional y el mismo sistema capitalista de consumo.

"El ciclo se debe romper en algún momento y es entonces cuando el consumidor tiene la última palabra", recuerda Ecoportal. "Si no hay consumo, no hay producción". En otras palabras el consumidor "tiene el poder de cambiar la realidad cambiando su consumo".

Chiapas es uno de los estados mexicanos que más consume refrescos y al mismo tiempo está en los primeros lugares, junto con Oaxaca y Guerrero, de mayor pobreza y desnutrición, según recuerdan los autores del artículo. "Pero será difícil encontrar alternativas de consumo si el refresco sigue al alcance de la mano y su agresiva promoción no permite pensar en otras posibilidades".

En algunas comunidades se ha boicoteado su compra y se ha recuperado el consumo de bebidas locales como el pozol de maiz, con el consiguiente beneficio para su producción y valor en las mismas comunidades.

Los habitantes urbanos que ha asumido el boicot han acudido al mercado a comprar limones, papaya, sandía, naranjas y otras frutas locales que antes no consumía, para poder darle sabor al agua que toma diariamente con sus alimentos y sustituir la Coca-Cola. Esto de alguna manera permite recuperar la producción indígena y campesina y darle valor a sus productos.

GRANDES SUPERFICIES

La población urbana encuentra otro obstáculo a la hora de evitar el consumo de Coca-Cola; las grandes superficies como Sam´s Club, Chedraui, Gigante o más recientemente Wal-Mart, que se ha instalado en el municipio de San Cristóbal de Las Casas de Chiapas, algo que, a muchos les ha parecido un avance y que para otros significa menos ventas de los productos del campo y una aceleración de la migración campesina e indígena hacia la ciudad.

"El alimento determina y marca las pautas culturales", recuerdan los autores. Los indígenas mayas tienen sus fiestas en torno a ciclo de siembra del maíz, sus bebidas son de maíz, su vestimenta refleja el maíz y la biodiversidad de la región. Si dejan de hacerlo y siembran palma, eucalipto, melón, sandía u otro producto en función de la agroexprotación, "cambiarán sus ritmos de vida, fiestas, símbolos, etc".

EXPULSIÓN DE INDÍGENAS DE SUS COMUNIDADES

Además de los anuncios publicitarios de Coca-Cola que invade el paisaje en todo Chiapas usando la cultura indígena y fotografiándoles para su publicidad, Coca-Cola "también imprime otros paisajes"; los expulsados de sus tierras.

En municipios como Teopisca, los habitantes se refieren a fuertes presiones para obligar a toda la comunidad a comprar el refresco, alegando que si no compran serán responsables de que cierre la tienda de la comunidad y ya no podrán adquirir otros productos básicos, como la sal o el azúcar.

Los integrantes de la comunidad de Mitzitón que se oponían a comprar el refresco, eran continuamente amenazados. Eso les obligó a abandonar esa comunidad y dejaron de tomar Coca-Cola, sustituyendo su consumo por Pepsi, zumos o pozol que está realizado con "productos de la tierra".

En el municipio indígena de Chamula, Coca-Cola cuenta con un gran mercado. Su estrategia fue lograr que el refresco invadiera la vida cultural, política y económica y fue la que sustituyó al 'posh', una bebida fermentada de maíz. "Ahora es la bebida de las fiestas y de cualquier evento de las autoridades indígenas de la región, se usa como medicina y su botella es el florero en todo ritual ya sea boda, fiesta del santo patrono, o para venerar a los difuntos", explican los habitantes de la zona.

En el pueblo indígena de Xoxocotla en el estado de Morelos, "es más fácil encontrar cerveza y refresco, que leche". Un día, Coca-Cola advirtió a los dueños de las tiendas que si querían seguir vendiendo sus productos, tendrían que dejar de vender los refrescos de Pepsi y otras marcas. "¿Quién se cree que es Coca-Cola para decidir lo que podemos vender y lo que vamos a tomar?", se preguntan los habitantes.

Así, se reunieron en asamblea y decidieron que esa empresa "no entraría en su comunidad". A partir de entonces, cada vez que veían llegar sus camiones se reunían para impedir su acceso al pueblo. La empresa no sólo renunció a su pretensión ilegal de condicionar la venta de sus productos, sino que tuvo que pedir perdón públicamente y financiar la pintura, toldos, refrigeradores, mesas y sillas de todos los locales de Xoxocotla, para poder reiniciar sus ventas en el pueblo.

"Son posibles las alternativas, por pequeñas que sean, para combatir estas injusticias", dicen. "Es posible tener alimentos sanos en las mesas; es posible vivir sin Coca-Cola", aseguran estos habitantes.

"Por un mundo saludable, justo, equitativo y en armonía con la naturaleza, las alternativas a la Coca Cola son el fomento al mercado interno, consumiendo agua de frutas compradas a productores de su región", recalcan.

Base Financiera, Internet, 29-12-04

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