Crece el embate trasnacional sobre recursos de AL; Montes Azules, un ejemplo: expertos

Académicos debaten sobre el futuro de la región en curso efectuado en
Madrid

La estrategia de las grandes corporaciones multinacionales para controlar y explotar los recursos naturales representa una de las principales amenazas para los capas más pobres y las comunidades indígenas de América Latina, una región con más de 126 millones de habitantes de zonas rurales. El curso América Latina en el cambio de siglo: tendencias y alternativas, organizado por los académicos Pablo González Casanova y Marcos Roitman bajo el auspicio de la Universidad Complutense de Madrid, centró los debates de hoy en la incipiente democracia de los países de la región y en la amenaza de extinción y explotación de la tierra, el agua, la pesca y el bosque.

El agrarista Vicente Miguel Garcés, profesor de la Universidad Politécnica de Valencia, expuso un panorama desolador de las condiciones de vida de la población rural del subcontinente, que representa 25 por ciento del total. "En América Latina más de 40 por ciento de la población vive debajo de los umbrales de la pobreza y es la región con la distribución del ingreso más desigual del mundo. Hay que añadir que en los últimos 20 años las desigualdades han crecido: si en 1980 la renta del 10 por ciento de la población más rica era 24 veces superior al 10 por ciento de la población más pobre, hoy la diferencia es 31 veces. Esa es la concreción cuantitativa de la frase tan recurrida de que los pobres son cada día más pobres y los ricos cada día más ricos", señaló.

Garcés dijo que para solucionar esta problemática lo primero que se precisa es que "la gente directamente implicada con la producción de alimentos no tenga dificultades para acceder a los recursos naturales necesarios para producir".

La amenaza del control de los recursos naturales por las multinacionales adquiere su tinte más dramático y preocupante cuando se refiere al agua, recurso que, según el Banco Mundial, podría convertirse en factor desencadenante de una nueva guerra mundial.

Pugna por el control del agua

El académico español y fundador del Foro Social Mundial explicó: "El agua es uno de esos recursos naturales fundamentales. Ahora mismo hay una situación que se está viviendo en México, que tiene que ver con el agua para consumo humano, agrícola e industrial. En Chiapas se está dando una intensa y sorda pugna por el control de la reserva de Montes Azules y de la explotación estratégica de sus recursos naturales. En esta pugna se enfrentan los pueblos indígenas de la región con gigantescas corporaciones multinacionales, en la que además hay que tomar en cuenta que en México, de
las siete cuencas hidrológicas, seis de ellas se encuentran en un nivel muy alto de contaminación, y sólo una se encuentra todavía en un nivel aceptable de pureza, que es la del río Usumacinta, precisamente el que recorre la reserva de Montes Azules".

A juicio de Garcés, la situación que se está viviendo en Montes Azules permite comprender "las claves de los más graves conflictos sociales que se están produciendo en estos momentos en América Latina, ya que estamos ante un intento perfectamente diseñado y llevado a la práctica con recursos suficientes para avanzar en el camino de la apropiación privada de lo que hasta ahora conocíamos como patrimonio de la humanidad: el agua, la tierra, la pesca, los bosques, las semillas..."

La alerta es aún mayor, pues según el agrarista español "estamos en un proceso en el que un grupo muy reducido de grandes corporaciones están desarrollando, en connivencia con algunas esferas del poder mundial, planes concretos de apropiación de los recursos naturales. Eso explica que las organizaciones campesinas de América Latina y Africa hayan empezado desde hace un tiempo a levantar su protesta, que es uno de los motores de los intentos de tener respuestas mundiales a la globalización neoliberal en lo que afecta a la producción y distribución de alimentos".

En la exposición de Marcos Roitman se habló de la situación de debilidad de las democracias latinoamericanas, en las que impera la visión occidental de "la democracia representativa", que atenta contra el principio activo de este concepto. En cuanto a la legitimidad de los pueblos indígenas y los movimientos sociales para defender sus recursos e impedir el dominio
absoluto de las multinacionales, Roitman señaló que "no hay que entenderlos como un elemento subversivo ni como un problema de golpe de Estado. Es la defensa frente a la violencia estructural de un Estado que intenta romper la posibilidad de identidad nacional".

La Jornada, México, 4-8-05

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