Cuenca del Plata: el quinto sistema hídrico más grande del mundo y el tercer ecosistema más amenazado

Idioma Español

La Cuenca del Plata, formada por numerosos ríos, es el sistema hídrico más grande de Sudamérica después del Amazonas y la quinta cuenca hídrica más grande del mundo. Abarca importantes territorios pertenecientes al Brasil Argentina, Paraguay, Bolivia y Uruguay

Denominada por el explorador español Juan Díaz de Solís en 1516 como “Mar Dulce”, tiene una superficie de más de 3.200.000 kilómetros cuadrados, casi igual al área de la Unión Europea. Se extiende desde el Altiplano en Bolivia al Océano Atlántico, y desde la Chapada de Parecís en el Planalto, que la separa de la cuenca Amazónica, hasta el Atlántico.

Las precipitaciones que caen en la cuenca se reúnen en cinco grandes ríos: Paraná, Paraguay, Uruguay, Pilcomayo y Bermejo, cuyos caudales confluyen finalmente en el Río de la Plata. A su vez, estos ríos tienen una densa red de afluentes, subafluentes y tributarios menores, como los ríos Yguazú, Siriaco, Aguapey, Miriñay, Gualeguay, Mocoretá, Corrientes, Guaiquiraró, Guaycurú, Salado, Reconquista, Pilagá, Negro y Samborombón, entre muchísimos otros.

En esta enorme extensión se pueden encontrar distintos ambientes acuáticos, que van desde los típicos de agua dulce, hasta aquellos en que ésta se mezcla con agua de mar en el estuario de la desembocadura del río de la Plata. El caudal medio de la cuenca es de 28.000 m³/s.

Diversidad biológica y cultural

Teniendo en cuenta que esa cuenca tiene sus coordenadas extremas entre los paralelos 14º y 38º S, y los meridianos 67º y 43º 30’ O, es fácil advertir que existe una gran variación de condiciones ambientales, en estrecha interrelación con una compleja diversidad de factores culturales, económicos y sociales.

La cuenca incluye tributarios andinos, como el Pilcomayo y el Bermejo que nacen en zonas montañosas, y la atraviesan latitudinalmente arrastrando sedimentos hasta confluir con caudalosos ríos de llanura, por ejemplo el Paraguay, que fluye hacia el sur recogiendo el agua filtrada en enormes humedales.

Los atractivos de la cuenca van más allá, como entre otros, el flujo indeciso de la cuenca cerrada del río Parapití –que constituye parte de la línea divisoria entre la cuenca del Plata y la del Amazonas– además de otras subcuencas condicionadas a las fuentes de aguas cordilleranas.

Existen también extensas zonas expuestas a inundaciones laminares. La mayor es probablemente el Pantanal (conocido como Gran Pantanal), una red de humedales poco profundos que abarca más de 140.000 km”.

El río Paraguay, que recoge las aguas del Pantanal, desemboca en el Paraná y ambos alimentan el sistema de humedales fluviales más extenso del planeta, con unos 3.500 kilómetros de longitud libres de represas, que corre de norte a sur desde el Pantanal de Mato Grosso hasta el Río de la Plata.

Muchos de estos ríos y humedales tienen un comportamiento aún poco conocido, y han sido insuficientemente estudiados y documentados en relación a la diversidad de peces, a los reservorios o sitios de reproducción, y a la importancia de la avifauna migratoria entre otros aspectos.

En síntesis, la cuenca del Plata es una de las mayores reservas mundiales de agua dulce, con una excepcional diversidad biológica y cultural, que incluye una importante pesquería continental, y una rica diversidad de otros recursos acuáticos que merecen ser protegidos.

El conjunto fluvial y lacustre de la cuenca forman además, el principal sistema de recarga del Acuífero Guaraní, uno de los mayores reservorios de agua subterránea del mundo.

Transformaciones y amenazas

La cuenca del Plata incluye los ejes poblacionales y productivos más importantes de Sudamérica. Con casi 130 millones de habitantes, unas 50 grandes ciudades y una economía que representa el 70% del PIB per cápita de los cinco países, reviste una gran importancia económica y social. Pero, según un reciente informe de la Unesco...” el aumento de la pobreza sigue siendo el asunto social más importante que afrontan los países que la integran”.

El sector de menores ingresos, tiene una alta dependencia de los recursos naturales, de allí que su deterioro provoca pérdidas en los ingresos familiares y merma de oportunidades. Por solo mencionar dos ejemplos, la sobrepesca para exportación a tasas insustentables, produce una caída de los recursos pesqueros en el bajo Paraná con impactos sociales negativos.

La expansión de los desmontes y los monocultivos a gran escala, impactan sobre la agricultura familiar agravando la emigración rural, y el hacinamiento en zonas marginales de las grandes ciudades.

Actualmente se registran importantes modificaciones provocadas por el hombre en la cuenca. La expansión de la frontera agrícola, tecnologías inadecuadas, megaobras como conexiones viales mal planificadas e hidrovías, sumado a la sobreexplotación pesquera, sobrepastoreo en la planicie de inundación, deforestación, incendios y en general, la falta de planes de manejo integral de humedales, conducen a la degradación y pérdida de los ecosistemas y sus recursos vitales como los peces.

Los contaminantes provenientes de actividades mineras, el tratamiento inadecuado de las aguas residuales urbanas y los restos de agroquímicos, son una seria preocupación ambiental en la cuenca. Asimismo, el comercio ilegal de especies en peligro de extinción.

En las últimas décadas, el rápido crecimiento de la población, el desarrollo de carreteras y los proyectos de ingeniería hidráulica a gran escala, como grandes represas y canales, han originado también una disminución en la calidad del ambiente de la cuenca, a lo que se suma una intensa deforestación, fragmentación y pérdida de bosques nativos.

Estos impactos y sus efectos sinérgicos han hecho que en marzo de 2007, la cuenca del Plata ocupara el tercer lugar entre los diez ecosistemas más amenazados del mundo.

ABC Digital
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Eco Portal, Internet, 18-2-10

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