España: sigue siendo el mayor aliado de los transgénicos en Europa

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España, único país de la UE que ha apoyado incondicionalmente los Organismos Modificados Genéticamente (OMG) desde 1998, se ha convertido en la puerta de entrada de estas peligrosas semillas en el continente europeo

El gobierno español, y en especial el Ministerio de Agricultura, deben ahora recapacitar y apoyar la postura mayoritaria de la UE, dejando claro que la Organización Mundial del Comercio no tiene legitimidad para intervenir en las decisiones soberanas de los estados en materia medio ambiental y sanitaria.

Greenpeace considera que la resolución adoptada ayer por la Organización Mundial de Comercio (OMC) favorece la postura de Estados Unidos, Canadá y Argentina, quienes pretenden forzar a la UE a importar los organismos modificados (OMG) producidos en estos países. La OMC no debe ser usada para debilitar los protocolos de bioseguridad internacionales, los países como España -signatarios del Protocolo de Cartagena- tienen el derecho soberano a rechazar y controlar los organismos genéticamente modificados importados. Es de esperar que EEUU intente utilizar el veredicto para forzar la aceptación y el consumo de OGMs en otros países.

"Esta decisión de la OMC no es una victoria para las corporaciones biotecnológicas que no venderán una tonelada más de sus cosechas transgénicas. La mayoría de los consumidores, de los agricultores y un creciente número de Gobiernos se oponen al uso de transgénicos", ha afirmado Juan-Felipe Carrasco, responsable de la campaña de Transgénicos de Greenpeace. "El rechazo de los mercados continuará en Europa y en el resto del mundo. Los productores norteamericanos seguirán perdiendo 300 millones de dólares anuales, lo cual sigue siendo una clara señal para los países exportadores de que Europa no quiere comer transgénicos", ha añadido Carrasco.

Este veredicto demuestra una vez más que la OMC antepone los intereses comerciales a la protección del medio ambiente, y al respeto de los derechos de los consumidores. La OMC ha demostrado ser incapaz de abordar temas ambientales y científicos complejos. El caso demuestra la desesperación del gobierno norteamericano y de las compañías agroquímicas por imponer a la fuerza los innecesarios y peligrosos transgénicos.

En agosto del 2003, Estados Unidos, Canadá y Argentina iniciaron un proceso contra Europa ante la OMC por haber suspendido las aprobaciones a nuevos transgénicos y por las prohibiciones establecidas por determinados estados miembros contra algunos OMG aprobados por la UE. En 2005 los estados miembros de la UE votaron con una clara mayoría contra la propuesta de la Comisión Europea de levantar las prohibiciones existentes en Grecia, Austria, Francia, Luxemburgo y Alemania.

La semana pasada el gobierno griego anunció una extensión de su prohibición a las semillas de maíz transgénico de Monsanto. Austria recientemente anunció su intención de prohibir la importación de colza transgénica. Estas prohibiciones, sumadas a las impuestas el año pasado en Hungría y Polonia, a la declaración de 172 regiones europeas como Libres de Transgénicos y a la moratoria de 5 años decidida en Suiza por referéndum hace escasas semanas, son algunas muestras del creciente rechazo a los productos OMG en la UE.

Por todo ello, y a raíz de los graves casos españoles de contaminación por transgénicos denunciados recientemente por Greenpeace junto a otras organizaciones agrarias y sociales, el gobierno español debe ahora desvincular sus decisiones de los intereses de la industria y adoptar políticas agrarias que protejan al medio ambiente y a los ciudadanos.

Zona Verde, Internet, 21-2-06

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