Expertos canadienses cuestionan el modelo forestal uruguayo

Idioma Español
País Uruguay

Advierten que la actual política para el sector "hipotecará" su futuro. Una ONG uruguaya apoya el informe

Un informe sobre la construcción de las plantas de celulosa Botnia y Ence, elaborado por la consultora canadiense Hatfield, aseguró que el modelo forestal que aplica Uruguay desde hace 20 años, profundizado con las celulosas, hipotecará las posibilidades de producción futura de ese país.

"Las plantas de celulosa profundizan el modelo forestal que aplica Uruguay desde hace 20 años, que reemplaza al de producción agropecuario, sustento social, cultural y productivo de nuestro país", destacó el informe publicado por el portal RosarioNet.

El trabajo de la consultora canadiense Hatfield confirma la falta de análisis sobre las consecuencias del modelo forestal. "Este modelo, impulsado en Uruguay desde hace veinte años, encuentra en la instalación de las plantas procesadoras de celulosa un paso más hacia su profundización", destacó el informe.

Agregó que "no hubo estudios de impacto ambiental acumulado de las dos plantas a construir, ni sobre las consecuencias que podrían producirse del lado argentino".

"Contrariamente a lo sostenido hasta ahora, no está planeado recurrir a las últimas tecnologías disponibles", agregó la consultora, al tiempo que rechazó el último estudio elaborado por el Banco Mundial e cuanto a que la presencia de dioxinas y furanos sería imperceptible.

Las consideraciones de una ONG uruguaya

Según la Organización No Gubernamental Redes-Amigos de la Tierra de Uruguay, la producción forestal genera efectos sociales y económicos catastróficos, aportando 4,41 trabajadores cada mil hectáreas contra 5,84 en la ganadería, y 135 en la vitivinicultura.

Además, las tierras arrasadas e improductivas que pasan a destinarse a monocultivos provocan la pérdida de puestos de trabajo, denunciaron los ambientalistas uruguayos.

Por su parte, la ley de Promoción Forestal que el vecino país promulgó en 1987 previó diferentes modalidades de subvención para los emprendimientos forestales, lo que perjudica aún más a los ganaderos y agricultores.

Otro desequilibrio que sufren estos dos sectores frente al forestal se plantea desde el lado impositivo; al instalarse las papeleras en zonas francas se encuentran libres de impuestos, tasa que las empresas pagarán recién en Finlandia y España cuando reciban la pasta de celulosa y la transformen en papel, mientras que ganaderos y agricultores deben pagar impuestos en Uruguay, así como los frigoríficos y los exportadores de carne.

"Las empresas transnacionales vienen porque tenemos mucha agua, hay suelos baratos, y los eucaliptos crecen más rápido que en el Norte. Todo eso hace que el suelo se agote y después ya no sirva para nada, y el agua desaparece de las tierras forestadas y de sus inmediaciones", dijo el pasado 21 de abril María Selva Ortíz, dirigente de esa ONG uruguaya.

Críticas desde Finlandia.

En tanto, comenzó a descorrerse el velo sobre la supuesta inocuidad de las empresas de celulosa finlandesas al publicarse que en el verano de 2003, unas 7.500 metros cúbicos de licor negro escaparon de la fábrica de celulosa de UPM al lago de Saimaa, en Lappeenranta, al sudeste de Finlandia.

Según la prensa finlandeesa de la época, la planta de tratamiento biológico no fue capaz de hacer frente a esa súbita descarga, que en el espacio de unos pocos días esparció el licor negro aguas adentro del lago.

Como consecuencia de este accidente, la mitad de la población de peces resultó erradicada en un radio de tres kilómetros de la planta, a pesar de que la empresa no informó a nadie acerca del problema, y hasta el día de hoy el Estado finlandés no ha presentado cargos contra la empresa.

En la década de los 80 y en los principios de los 90 se sucedieron en Finlandia una serie de movilizaciones en contra de las celulosas que posibilitaron una serie de cambios, aunque según el especialista Ricardo Carrere, todavía persisten importantes emanaciones de dióxido de azufre y de compuestos sulfurosos olorosos.
En 2001, el Registro Europeo de Emisiones Contaminantes ubicó a Finlandia en el primer lugar del ránking de países comunitarios que vulneraban los umbrales de contaminación previstas por la Unión Europea en cuanto al vertido de orgánicos halogenados y organoclorados provenientes de las fábricas de papel.

Noticias Agropecuarias, Internet, 8-5-06

Comentarios